Pues los españoles. A España la defiende las Fuerzas Armadas, que para eso fueron creadas. Aunque no se trata aquí -queridos lectores- de redefinir lo que dice la Constitución, ni de meter el miedo a nadie. A España la defienden sus ciudadanos. No sé por qué los nacionalistas Vacos y Catalanes defienden con tanto patriotismo su tierra, himno y bandera y se considere moderno y progresista, y sin embargo ser patriota español sea visto como de fachas y peyorativo. Hemos hecho una transición política modélica desde la dictadura a la democracia, pero no hemos sabido o querido integrar a todos los ciudadanos en una tarea común. Ha faltado pedagogía y ganas por parte de los dos grandes partidos hegemónicos nacionales PSOE Y PP. Unos y otros han preferido pactar con los nacionalistas a costa de despojar al Estado Central de competencias -Sanidad y Educación- para engordar a las CCAA y así nos luce el pelo. Hoy nos encontramos con varias generaciones de jóvenes educados en el desprecio a todo lo que huela a "español". Hemos renunciado a educar a nuestros jóvenes en el respeto a la unidad y la solidaridad, con las ventajas que ello conlleva, salvando al mismo tiempo -sin que ello sea contradictorio- su identidad, diversa y diferente. Hoy, una parte importante del pueblo catalán y del vasco manejan la
ensoñación de la independencia sin plantearse cuestiones de utilidad ni
de viabilidad. Disociarse es para ellos una tentación emocional, tal
vez porque hayan renunciado a la meta de un estado integrador en el que
quepan sus diferencias. No es factible obligar a ser español a quien no
desea serlo; la obligación no es método para integrar. Es necesario el
convencimiento que motive lealtad, pero esto se consigue mediante un proceso educativo desde la Escuela. Ahora recogemos lo que hemos sembrado !Ojalá no sea demasiado tarde! ¿Puede haber algo
más reaccionario, también en su auténtica dimensión, que afirmar que la
pertenencia debe primar sobre la participación política, y que es más
defendible la identidad étnica que la igualdad entre ciudadanos? Defender la unidad frente a la diversidad o la igualdad frente a la pluralidad, no es una cuestión abstracta o teórica, sino que tiene consecuencias
en la vida práctica de los ciudadanos afectando a las capas más débiles de nuestra sociedad. En esta España que se debilita quienes más
riesgos asume son las clases sociales más débiles, las más
desfavorecidas, los ciudadanos que más necesitan de la protección del
Estado. La gente más sencilla necesita un Estado que le garantice el
ejercicio efectivo de sus derechos en condiciones de igualdad; o el
derecho a elegir ser educado en su lengua materna; o el derecho a
acceder a una plaza en la Administración dentro del territorio nacional
en igualdad de condiciones con cualquiera de sus conciudadanos; o a la movilidad geográfica laboral; o a tener los mismos servicios sanitarios en todo el territorio nacional... Porque
conviene recordar que quienes tienen recursos, quienes pueden moverse
dentro y fuera de España, aquellos que educan a sus hijos en colegios de pago en varias lenguas extranjeras, son los mismos que luego prohíben la propia y común de todos los españoles en su territorio, convirtiendo a sus conciudadanos en extranjeros en su propia tierra.
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