Translate

lunes, 13 de mayo de 2013

15-M: Un movimiento antisistema




Cuando los mecanismos institucionales de una sociedad fracasan por no encontrar solución a sus problemas, su capacidad de supervivencia le hace encontrar nuevos caminos, nuevas soluciones: Este es el caso del 15-M. Este movimiento social que cumple dos años, está formado por miles de personas que buscan alternativas sociales, políticas, y económicas a los innumerables problemas que ha generado la crisis. Un movimiento que surgió espontáneamente, sin una determinada ideología que no fuera el descontento, la frustración, el paro, los desahucios, en definitiva, la respuesta de diversos grupos sociales que desde el hartazgo de la situación actual, comienzan un período de reflexión para cambiar todo este estado de cosas que cada día  va a peor y que desde la reflexión crítica, los grupos de trabajo, en torno a nuestras plazas, tratan de dar respuesta  al margen de las instituciones políticas del stablisman.
La crisis no generada pero mal gestionada por el antiguo gobierno de Rodriguez Zapatero, ha dejado tales secuelas a los jóvenes, trabajadores y población en general, que le costó la pérdida de las elecciones en favor del PP. El actual secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba se las prometía muy felices con la irrupción del 15-M de 2011, para poder canalizar el descontento a favor de su partido y mediante un cálculo premeditado, hacer que la indignación se desviase contra del PP por el desgaste del gobierno y los sacrificios que generaría la salida de la crisis. ¿Y entonces, qué? Sería el momento de instrumentalizar desde el PSOE el descontento de los indignados y así volver al poder.
Pero una cosa es la estrategia y otra la realidad; dos años después, el 15-M sigue su trayectoria al margen de los partidos políticos y las ideologías. Su descontento es general y supera la clásica división de izquierda-derecha; su lucha va contra el sistema actual al que trata, no de cambiar, sino de derribar: quiere ser un alternativa de poder y de gobierno, alejado de los clichés tradicionales de la partitocracia; quiere se protagonista no mero comparsa, y mucho menos cómplice de gobiernos (PSOE, PP) que con sus recortes sociales, han descargado el peso de la crisis en las capas mas débiles y desfavorecidas de la sociedad. ¿Cómo lo harán? Eso está por ver.
La trayectoria histórica del PSOE, muestra que siempre ha sido un partido de gobierno en alternancia con el PP. Ha sido un partido del sistema establecido, y no un partido revolucionario de algaradas callejeras, ni a propuestas alternativas a las instituciones constitucionales -al menos mientras ha estado gobernando- Alinearse con los antisistema, -contra el PP- no sería una opción política comprendida o asimilada por militantes o votantes moderados; radicalizar el partido por la izquierda, significaría perder grandes posibilidades de conquistar la Moncloa. Un debate de altos vuelos se ha iniciado en el PSOE, a raiz del 15-M. La silla de Pérez Rubalcaba es poco estable; las bases del partido claman por un cambio de rumbo que afecta a su propio liderazgo. Las últimas encuestas manifiestan la caída libre del PSOE, pese  a estar en la oposición. Actualmente, si hubiera elecciones en España, las ganaría el PP, aunque perdería la mayoría absoluta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario