Translate

sábado, 30 de septiembre de 2017

CALIPORCO





"De las 50 provincias españolas sólo cuatro podrían sostener a día de hoy sus pensiones con lo que ingresan por cotizaciones sociales. Según los datos de la Seguridad Social correspondientes a 2016, sólo Madrid, Baleares, Almería y Las Palmas recaudan lo suficiente para sostener las pensiones. En el lado del superávit les acompañan también las dos ciudades autónomas: Ceuta y Melilla." (El Economista.es)



Solo cuatro provincias -entre ellas, Almería- podría sostener a día de hoy sus pensiones por lo que ingresan por cotizaciones sociales. Dicho así, como almeriense, esto, no solo me llena de orgullo sino que estoy pensando muy seriamente de crear las condiciones políticas y sociológicas para conseguir la  independencia de Almería, de España, y no digamos de Andalucía. Al fin y al cabo, un sentimiento de amor por mi tierra me impele a ello. Razones tengo y muchas: Ya está bien que los sevillanos organicen su feria de Sevilla, con rebujito y jamón de pata negra, a costa del esfuerzo de los almerienses. Tambien hay para el gobierno central, puesto que tienen relegada a esta provincia en infraestructuras de comunicación ferroviaria, hasta el punto, que todavía se ruedan peliculas del oeste en nuestra red ferroviaria y en nuestras anquilosadas estaciones, que más que estaciones parecen museos del siglo XIX.
En mi época de estudiante en Salamanca una de las "aficiones" de mis colegas de piso -la mayoría de Zamora- era salir por la Plaza Mayor de Salamanca con un pegatina  en la chaqueta con las letras en mayúscula que decía: ZA-LI-POR-CO, que traducido era algo así como: "Zamora libre por cojones"; así que esto del independentismo no es una fiebre loca que les ha sobrevenido a  algunos catalanes independentistas, sino que ya en los años mediados de los 70, era una aspiración de algunos españoles que llevan muy dentro de sí el !Viva Cartagena! Un grito que enmarca la aspiración egoísta de muchos ciudadanos con un sentido pésimo de la solidaridad, por mirarse al ombligo y exigir -no se sabe a quien- el ¿Qué hay de lo mio?. Siguiendo el sentimiento separatista -que no la lógica de la razón- y después de conocer las razones falsas y falaces de que Cataluña viviría mejor fuera de España, o sea, que en esa tierra de promisión "tendrían dos cosechas al año y el obispo sería catalán": Tendría muy seriamente que pensarme el ser independentista. Total, mi solidaridad solo crea vagos en otras partes del país, y a diferencia de Cataluña, mis productos no he de venderlos al resto de España -como hace Cataluña- sino exportarlos al extranjero. Tampoco he de preocuparme por la riqueza de mis compatriotas, al fin y al cabo no compran mis productos, por lo cual, me importa un bledo su poder adquisitivo; (poco inteligente por mi parte -he de reconocerlo- porque cuanto más ricos sean y su poder adquisitivo más alto, me comprarían más). Según se deduce de la noticia, Almería tendría un futuro más que halagüeño, no así otras regiones de España, incluida Cataluña.
Pero no se preocupen, no: Aquí nadie se va a separar; porque esta tierra es solidaria con el resto de España, porque así lo mamó desde la escuela, donde no se adoctrinó odio al vecino, ni se crearon mitos para inventar una historia ficticia y justificar una identidad superior al resto de los españoles, ni se crearon mentiras para ocultar corrupción, nepotismo y rapiña...Tampoco se enseñó el victimismo y la queja perenne, envidiosa y falaz, que lo único que pretende es ocultar la mala gestión, no asumir los propios errores y culpar siempre a Madrit de que no llueva. En esta tierra de Almería, nos enseñaron a apretar los dientes, cerrar la boca,  coger la maleta  y emigrar a otra tierra a buscarse la vida, abandonando nuestras raíces, nuestra familia, nuestro pueblo, nuestras tierras de labranza, que de ser productivas -aunque insuficientes- se convirtieron en secas y baldías en un eterno barbecho. Emigramos de nuestra tierra porque, "El Caudillo de España por la gracia de Dios"  -(Plá y Deniel, catalán y Primado de España, fue quien le nominó "caudillo")-, Don Francisco Franco, industrializó Cataluña en los años 50 con fuertes inversiones de capital financiero en detrimento del resto de España (Andalucía, Extremadura, las dos Castillas, Galicia, etc). Nadie se marchó y despobló nuestras ciudades y pueblos porque un día les dio por ahí; se fueron buscando el pan que en su tierra no encontraron por la falta de inversión y oportunidades; (aún recuerdo el día cuando salí a la carretera con una banderita de España de papel para pedir a  gritos: "Franco, más agua más árboles") Éste, ni siquiera se paró, aminoró su marcha, y pasó de largo con su guardia mora; (aún sigue la petición en el paredón de una caseta vieja de peones camineros). La SEAT se fue a Martorell, (Barcelona); (podía haberse quedado en Guadalajara donde había unos terrenos disponibles), el polo petroquímico de Tarragona no surgió de la nada, hubo voluntad de construirlo allí por decisión y voluntarismo político; el proteccionismo a la industria téxtil y de hilaturas en detrimento de los paños ingleses (mejores y más baratos que los catalanes) cuyas importaciones se le aplicaron altísimos aranceles, es una muestra más de esta política selectiva, proteccionista y privilegiada con Cataluña, en detrimento del resto de España. En efecto, esta fuerte apuesta de inversión en Cataluña, la convirtieron en la región más rica y próspera de España. Entonces, ¿Dónde y cómo se puede mantener seriamente la victimización de Cataluña? En cuarenta años de democracia con la Constitución del 78, ninguna región ha sido tan privilegiada como ha sido Cataluña. Ninguna. Y si hablamos de diálogo, ninguna comunidad ha hablado tanto y se le ha escuchado tanto como a Cataluña. Cataluña actualmente se financia con un tercio del total disponible de fondos destinados a las CCAA de España (FLA) los 2 tercios restantes se reparten al resto de Comunidades Autónomas (7.5 millones de Catalanes frente a 40 millones del resto de españoles, aproximadamente). ¿Dónde está la proporción respecto al índice demográfico?
En el año 2012 Arturo Mas visitó al presidente del gobierno en Moncloa, Señor Mariano Rajoy, exigiendo una nueva financiación para Cataluña similar al cupo Vasco. (Cupo ofrecido en los años anteriores y rechazado por Puyol) Rajoy en plena crisis española, con la prima de riesgo por la nubes en comparación al bono alemán, le dijo que esperara unos años y que al salir de la crisis hablarían (según economistas solventes, sería inviable aplicarlo en Cataluña por representar su PIB un 20% del total de España) La respuesta de Mas todos la conocemos, o me das lo que te pido o saco la gente a la calle para exigir la independencia. Dicho y hecho. Después de esto, ¿Se puede criticar la falta de diálogo? Cuando dos hablan y tratan de llegar a un acuerdo los dos deben ceder: ¿Me pueden decir en qué cedió Cataluña? Porque todos sabemos, que Cataluña goza de un nivel de competencias autonómicas como ninguna región del mundo occidental. Se puede criticar la España descentralizada de las autonomías, y las competencias transferidas de Educación, Sanidad, y Servicios Asistenciales, a las CCAA, si bien, el sistema ha dado sus frutos: España ha vivido le época más brillante y floreciente económica de su historia, aunque también ha habido fallos y mucha traición y deslealtad institucional con las competencias transferidas, utilizadas para crear comparaciones absurdas de unos  frente a otros y no para solucionar la gobernabilidad de los ciudadanos, por parte de los políticos y de las instituciones, como demuestra el momento crítico que estamos viviendo.
Para terminar una última reflexión que comienzo con una pregunta retórica: ¿Por qué hay ciudadanos catalanes que creen que Cataluña es una nación soberana y que tienen el derecho a decidir sobre su independencia, sin contar con el resto de españoles? La respuesta es obvia: Porque se creen una nación soberana, cuyo sujeto de soberanía son los ciudadanos catalanes, y no respetan el Artículo 2 de la Constitución Española que dice "que la soberanía reside en todo el pueblo español". De ahí que todo referéndum al margen de la Constitución, que trate de hacer una consulta en cualquier región de España sobre su independencia, sea ilegal, o sea, que va contra la ley y el ordenamiento jurídico de la Carta magna. España es un Estado Democrático de Derecho, esto significa que todos los ciudadanos estamos sujetos al imperio de la ley, y que nadie está por encima de ella. La ley es garantía de la salvaguarda de nuestra libertad y de nuestra igualdad, lo que se traduce en la práctica, que ningún ciudadano podrá ser  discriminado en función de su lengua, raza, o religión. Se puede ser independentista en España, y no pasa nada. También se puede cambiar la Constitución según determina su propio ordenamiento jurídico, mediante una mayoría cualificada de las cámaras del Congreso y el Senado por diputados y senadores. Si así se hiciera, cualquier territorio podría ser independiente mediante un referéndum a nivel nacional. Así es como funciona un Estado de Derecho. ¿Y por qué no se puede votar? ¿Qué hay de malo en preguntar a los ciudadanos? Votar y consultar no es malo, siempre que la pregunta -en contenido y forma- se haga dentro de los cauces legales. No es malo votar -es condición necesaria aunque no suficiente para que haya democracia- En el caso que nos ocupa, es ilegal votar este referéndum porque quien lo promueve no tiene competencia para hacerlo, ni autoridad para ordenarlo, por las razones expuestas anteriormente.
La otra alternativa para llegar a la independencia, es la propuesta por mi colega de Zamora, -salvando las distancias en favor de mi compañero- la de ZALIPORCO, o las que propone la CUP (Candidatura de Unidad Popular) CALIPORCO (Cataluña libre por cojones) Como ven de eso va la cosa.



 




domingo, 24 de septiembre de 2017

Cataluña ante su encrucijada





“No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte; de lo que hay que tener miedo es del propio miedo”
                                                                         
                                                                             Epicteto
                                                                                                     

La filosofía nació en Grecia con el paso del mito al logos (razón); dicho de otra manera, la forma de interpretar la realidad de los griegos evolucionó desde los relatos cosmogónicos de Hesíodo y Homero hacia una nueva forma de  relato basado en la razón, porque las explicaciones mitológicas no bastaban por ser insuficientes para poder explicar la complejidad de la cultura griega. El mito, nunca abandonó a la Grecia clásica y supo acomodarse y convivir  con la racionalidad filosófica. Otro tanto ocurrió con la religión como un "saber" que se acomodó en la sociedad griega más como una tradición que como un elemento dinamizador de la antropología griega. La Filosofía se fue imponiendo progresivamente al mito, no sin esfuerzo y trabajo de los que la cultivaban, donde los avances y retrocesos convivían a la par. Este avance fue lento y laborioso y solo era perceptible en una élite cultural minoritaria. Tuvieron que pasar siglos para que los frutos de la racionalidad filosófica se manifestara en las formas  socioculturales y políticas de los griegos. El paso del mito al logos significó un cambio cultural antropológico desde la emoción y el sentimiento (mito) a la razón y la inteligibilidad de lo real. Gracias a este paso, nuestra cultura occidental inició un proceso irreversible y fecundo para erradicar la superstición, el oscurantismo y el miedo de una sociedad anclada en el pasado sentimental y mitológico, y sustituirlo por la racionalidad filosófica.
La política y las formas de gobierno también se vieron reinterpretadas a la luz de la filosofía, descubriendo un nuevo sentido del poder y la autoridad en consonancia con los nuevos tiempos; su manifestación más definitoria la encontramos en "demos" (pueblo) y "Kratos" (gobierno) la democracia como forma de gobierno participativa, y en el "nomos" (ley) como expresión escrita de la voluntad del pueblo, ambos sujetos al imperio de la razón. Lejos queda el mito, emotivo y sentimental, sujeto al arbitrio de las veleidades de los dioses y de sus intérpretes, de la racionalidad filosófica, la eficacia, el buen gobierno o "el principio de realidad" freudiano. Mito que en el plano de la política, se manifiestan como tiranía, caudillismo o populismo, al servicio de intereses ocultos, en beneficio de sus líderes o gobernantes

Han pasado 2500 años desde el siglo V o siglo de Pericles en la Grecia clásica, y vuelven a repetirse en Cataluña los mismos hechos históricos con diferentes protagonistas. El nacionalismo secesionista iniciado en el siglo XIX a las ubres del romanticismo, inició un proceso cuyo recorrido terminará -más tarde o más temprano- en el independentismo. Es cuestión de tiempo. Instalado en el mito, el sentimiento y la ensoñación, utilizará todos los medios a su alcance para conseguir sus objetivos, al margen de la racionalidad.  Para ello cuentan con una formidable maquinaria de propaganda en los medios de comunicación y en la escuela: “La economía o incluso la geopolítica no son más que cortinas de humo", escribe Michel Houellebecq en su último libro, Sumisión: "Quien controla a los niños controla el futuro, punto final. Así que la única cuestión capital, el único aspecto en el que no darán su brazo a torcer, es la educación de los niños". La escuela catalana, más que educar en valores, crea ideología secesionista (recuerden los vídeos de TV3 de manipulación a niños menores de edad en la escuela primaria durante la pseudo consulta del 9 de noviembre). Para ello cuenta un relato metafísico, basado en el enfrentamiento y en la diferencia, maniqueista y victimista de "buenos" (nosotros, los catalanes) y "malos" (los otros, los españoles); Son treinta y cinco años martilleando a los niños en falsas interpretaciones de la historia, en la inmersión lingüística, en un proselitismo ideológico, etc, -y ya se sabe, que cuando una mentira se repite indefinidamente se convierte en verdad-; por tanto, es cuestión de tiempo.
El problema no es el "encaje" de Cataluña en España, ni su "singularidad", ni la seducción o amor de los españoles a Cataluña -no nos engañemos-, hagamos lo que hagamos la hoja de ruta está trazada y seguirá su trayectoria hasta terminar en el independentismo. Se equivoca el PSOE al pretender una tercera vía federalista basada en más competencias o en una ventajosa financiación económica en detrimento de otras regiones de España. No se trata de eso, porque el nacionalismo secesionista no se contentará, lo quiere todo. Tampoco las advertencias de los organismos internacionales con sus líderes a la cabeza de la salida de Cataluña de la Unión Europea y sus consecuencias  económicas (con todo lo que significa para el tejido empresarial y de comercio), serán válidas. Así como infructuosas las advertencias de la deuda de Cataluña, de la falta de financiación, del corralito que se formaría, de la imposibilidad de pagar las pensiones etc, etc. Enquistados en el mito del independencia, harán oídos sordos a las advertencias de los políticos, empresarios, banqueros, (así se explica, que cuantas más advertencias más suben las encuentas del independentismo, una reacción contraria a la que se pretende) Pues nada ni nadie podrá contra el "procés" y su meta de "tierra prometida" donde todos los problemas quedarán resueltos por encanto. Negarán las consecuencias y apelarán a la mentira, al ocultamiento, a reconocer la realidad (saltarán por la ventana negando la ley de gravedad a la espera de no pegársela) No encontraremos una respuesta coherente o racional ante tales peligros, más bien sus respuestas entran en el terreno de los sentimientos:  "No podrán prescindir de  7 millones de catalanes", "Los bancos no se marcharán renunciando a un mercado...", etc etc; no hay una respuesta racional basada en un principio de realidad, no se quiere reconocer la evidencia de los tratados internacionales, todo es voluntarismo metafísico...

Llegados a este punto nos podemos preguntar cómo acabará esto o qué podemos hacer. Lo primero corresponde a los Catalanes y consiste en manifestar en sus circulos próximos con la palabra y la obra todo lo que representa este referéndum anticonstitucional, sabiendo que en esta labor no están solo ya que están respaldados por millones de españoles, procurando no alterar los enfrentamientos con los independentistas y por los propios partidos constitucionalistas de Cataluña. Además, el Estado democrático cuenta con suficientes procedimientos para parar esta ruptura secesionista, apelando al orden constitucional y a los tribunales de justicia (una solución que podría ser puesta en práctica es la de aplicar los artículos de la Constitución sin más, -por ejemplo el art. 155- cuya aplicación requiere mayoría en el Senado, con la que cuenta el PP) Tal como están las cosas es posible que el gobierno de España se vea en la necesidad de aplicarlo sin más dilación. En la tensión entre el Estado y los secesionistas, y ante el peligro de una ruptura inminente  entre Cataluña y España, haya que hacerlo. Esto lo requiere la propia unidad del país y nuestra seguridad: "La unidad del país es la columna principal de la verdadera independencia y el sostén de la tranquilidad interna...de vuestra propia seguridad y de las libertades que tanto amáis". Washington.

Siguiendo con este análisis, que venimos haciendo, junto a la educación, hemos perdido la batalla del lenguaje. ¿Qué significa esto? Los constructores mitos y leyendas al "socaire" de sus propios intereses, aquellos que se erigen como caudillos, mesías salvadores del pueblo, o encantadores de serpientes, cuando no, embaucadores y trileros que engañan a su pueblo con falsas promesas, necesitan hacer proselitismo para expandir la "nueva religión" del independentismo; para ello cuentan con el lenguaje. ¿A quién no le gusta oír: "El derecho a decidir",  la "libertad de los pueblos oprimidos", "la democracia del pueblo", "independencia", son palabras que evocan liberación, libertad, modernidad, progreso, tolerancia, aventura, etc...; palabras, que en apariencia, dichas así de forma abstracta, no dicen ni significan nada; pero en la tribuna de un mitin con la camisa desabrochada, cuelan, y mucho: todo el mundo estaría de acuerdo. Otra cosa es cuando debajo de las palabras y el discurso que lo componen, analizamos su contenido, entonces la falacia, la demagogia, la manipulación, o el victimismo, lo encontramos oculto en su caldo de cultivo. También la estética jovial y desenfadada con que se presenta el producto (en carteles y manifestaciones) puede atraer al consumidor. Demasiado tarde, pues su discurso ha llegado a la gente, conformando su conciencia en consonancia con sus postulados. 
El siguiente paso consiste en aunar voluntades y esfuerzos para expandir la nueva religión del independentismo, la sacralización de sus mitos y símbolos (bandera, himnos, identidades, etc) identificando a "los nuestros" frente a "los otros", que llamaremos "facistas" porque se identifican con un período oscuro de la dictadura franquista, ¿Y quién se siente a gusto con este adjetivo aunque no sea cierto? (he aquí la perversión del lenguaje, la búsqueda del agravio comparativo de una época superada, que nada tiene que ver con la actual). Las consecuencias del "credo nacionalista" son evidentes: La fractura de la sociedad catalana entre los que se sienten constitucionalistas (catalanes y españoles) o independentistas (catalanes separatistas) es un hecho de consecuencias graves, que afecta a la familia, a los amigos, al mundo laboral, etc. El miedo a ser identificado y señalado como "anticatalán" o "españolista" como hereje o renegado de la causa o proceso de "la patria catalana", explica muy bien esta actitud de falta de libertad en una sociedad democrática, por eso, los ciudadanos guardan silencio (es lo que tiene la herejía) De aquí a ser apartados y excluidos del reconocimiento social, con las consecuencias económicas y de oportunidades que se pierden, hay un pequeño trecho. 
De lo que se trata es de olcultar el fracaso de un gobierno que ha renunciado a gobernar, como es la lucha contra el paro (principal problema de la sociedad catalana), la sanidad, los servicios sociales, etc., todo queda supeditado y postergado al ideario independentista del proceso, que como tapadera, envuelve el fracaso de un gobierno que no se ha dedicado a resolver los problemas de los catalanes, sino a construir un proyecto para tapar la corrupción y su ineptitud para gobernar, no asumiendo su propia responsabilidad y culpando siempre a los otros ("España nos roba"). 
En esta dialéctica sociológica, los españoles constitucionalistas no lo hemos perdido todo; contamos con el respaldo internacional de instituciones y líderes del mundo de la política, del mundo financiero y empresarial, que por activa y por pasiva le han dicho a Mas la inviabilidad del proceso independentista. Pero sobre todo la ley está de nuestra parte, así han de entenderse las palabras del presidente europeo, Jean-Claude Juncker, quien ha declarado sobre la independencia de Cataluña: "Ningún Parlamento autonómico puede contradecir la Constitución nacional". Se puede decir más alto pero no más claro. Dicho en lenguaje coloquial. El Parlamento de Cataluña no tiene las competencias para declarar la independencia ni aún sacando el 99% de los votos los partidos políticos a favor del separatismo (esto ellos lo saben, pero no lo dicen; prefieren engañar a sus ciudadanos) 
Sobre este aspecto, el filósofo Fernando Savater vinculó identificó a los nacionalistas como "el populismo" en España y advirtió de que precisamente el populismo es "la democracia de los ignorantes". El intelectual se refirió así sobre la independencia de Cataluña durante su intervención en el Congreso del Bienestar. Savater abordó la convivencia multicultural y los radicalismos en una charla en la que no faltaron las referencias al proceso catalán. Así, sobre el reto separatista, el filósofo apuntó que "ser ciudadano no es una cuestión sentimental, sino administrativa" y advirtió de que la "libertad" de un territorio respecto de España no implica la libertad individual de cada uno pero esa idea, añadió, "no interesa que se sepa". En su opinión "aunque el 99% votase la independencia, seguiría existiendo el mismo atropello a la ciudadanía con el resto del país". Savater, que inició su intervención reivindicando la figura de Voltaire, también habló de los fanatismos y alertó de que este movimiento "se cura con las leyes, aunque lo peligroso son los sitios donde mandan los fanáticos". Nuestra seguridad, libertad, e independencia -en palabras de Washintong- no nos la concederán gratuitamente, están en la unidad del país -y yo añadiría- en la seguridad de la ley constitucional, que nos hemos dado todos los españoles, y que nos libra del fanatismo, de la demagogia y de los separatismos.

Un ejemplo ilustrativo lo tenemos en el debate televisivo de la pasada noche entre Margallo vs Junqueras ¿Quién crees que ganó? Según el medio y su ideología quien ganó fue uno u otro. Pues bien, para mí no ganó ninguno, puesto que sus planteamientos no son comparables por ser diametralmente opuestos, la razón frente al sentimiento. Mientras Junqueras habla de su Arcadia feliz, utilizando un lenguaje  sentimental, mitológico, poético, ilusorio..., en donde describe el amor platónico de catalanes y españoles, con las contradicciones de seguiremos siendo españoles pese a ser un Estado independiente, etc.,(ser o no ser...,"To be or not to be");  Margallo, argumenta y establece un discurso racional, justificado con datos objetivos de tratados de derecho internacional, que se imponen por la lógica de los hechos, y "el principio de realidad" incuestionable.

El día 1 de Octubre próximo, los catalanes tienen la oportunidad de demostrar ante el mundo su patriotismo que no es otro sino ser catalán y español, haciendo caso omiso a esta representación o parodia de referédum que no cumple los mínimas exigencias de legalidad y legitimidad. Y cuando se convoquen elecciones autonómicas, entonces será el momento de "decidir" como ciudadanos libres; allí, no se van a encontrar con una papeleta en la mesa electoral sobre el "Sí" o el "No" a la independencia de Cataluña, sino una serie de papeletas de todos los partidos políticos, que confluyen a esas futuras elecciones, para votar a sus representantes políticos de una región de España llamada Cataluña, para formar un parlamento y un determinado gobierno -(que no nos ganen otra vez la batalla del lenguaje)-, que gobernará durante los próximos cuatro años, y se ocupará de los verdaderos problemas de los catalanes, que no son otros sino el paro, le educación, la sanidad, la asistencia social, las pensiones, etc. Esto es lo que marca la ley y esto es lo que se votará, todo lo demás son cantos de sirena que tratan de confundir  a la ciudadanía y de poner a las instituciones al margen de la legalidad.
A modo de conclusión, me dirijo a todos los ciudadanos catalanes -y en particular a mis amigos y familiares de Cataluña- para animarles a que no se avergüencen de que son ciudadanos libres de un gran país  llamado España, y que su voz no sea silenciada por aquellos que más gritan; que nadie les tape la boca, y que asuman su responsabilidad como ciudadanos libres de la sociedad civil, para que otros no decidan por ellos. En palabras de Fernándo Savater, "Las personas libres no preguntan qué va a pasar, sino qué tenemos que hacer". Pues, lo mismo que contribuyeron con su sacrificio y trabajo, en el pasado, en hacer una Cataluña próspera y rica, para ellos y sus hijos, ahora, nadie les despoje de lo que les pertenece por derecho: Ser ciudadanos catalanes, españoles y europeos. Para que cuando vengan a nuestra tierra -su tierra- no lo hagan con un pasaporte extranjero. 


                                                Antonio González Padilla         



Abla, un pueblo con un incierto futuro






Son las seis de la mañana y el viento no corre. Todo está en calma. La mañana es propicia para azufrar la parra y evitar así la ceniza. A pesar del estío seco hay una relativa humedad que propicia esta actividad. Las primeras luces emergen en la oscuridad de la noche para anunciar el alba  y el silencio nocturno se retira para dar la bienvenida a la mañana. Todo está preparado para el inicio de una nueva jornada en el campo. La parra no espera y los animales tampoco. Manuel, subido en su jumento aparejado, enfila el camino del Pago Moral para trabajar en su pequeña parcela de unas dos fanegas de tierra donde cultiva la uva de mesa en su pequeño parral del que dependerá la subsistencia de toda su familia compuesta por su mujer y tres hijos más. El campo no espera y los peligros que acechan a la uva, tampoco. Como tampoco espera el de la tienda de comestibles, quien le ha dado un aviso de que debe pagar lo apuntado porque la situación se le hace insostenible, y no puede esperar más. Y el panadero a quien se le debe tres meses de pan..., o el pico que se debe del abono, el sulfato y el azufre, por no hablar de la tienda téxtil donde aún se debe la camisa comprada por navidad. Esta sería la crónica de  un día cualquiera en los años 60, cuando la parra de uva de mesa era un mar verde que cubría la casi totalidad de tierra de regadío de la vega de mi pueblo.
Aquellos años de posguerra han pasado, y aquellos personajes han desaparecido porque el tiempo se les ha cumplido, como las miles de parras que han sido arrancadas dejando la tierra en un eterno barbecho. Pero la realidad sigue siendo obstinadamente la misma. Nada ha cambiado en nuestro pueblo, un pueblo bonito, bien comunicado por autovía -que no por tren- en las faldas de Sierra Nevada entre Almería y Granada. Un pueblo milenario rico en tradiciones,  pero con la eterna duda de no saber qué hacer y cuál es su lugar junto a otros que configuran el Valle del Nacimiento. Con una agricultura de subsistencia que más parece la loca aventura de unos pocos, frente a la desazón de muchos, y con serias incertidumbres cuyo origen nace de la escasez de agua lo que agrava el problema y estrangula el despegue de esta tierra. Hablamos de Abla, nuestro pueblo, un pueblo con el alma agostada. Porque el alma está en la gente en su manera de ser, el alma es la expresión de los pueblos, cuando manifiestan su interior e interpretan su alegría asociada a un proyecto de vida y a unas expectativas de futuro, apegados a una tierra que promete, aunque a veces las circunstancias pueden ser tan adversas, que impidan a las generaciones jóvenes su arraigo en el pueblo donde nacieron. Su alma está triste porque han de emigrar del lugar que les vio nacer, contra su voluntad. Un pueblo es el lugar que ofrece esperanza y permite prosperar; si alguno de estos elementos falta, entonces tenemos un pueblo camino de su desaparición. El problema se agrava porque no se vislumbra una salida en el futuro.




 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Todos con la Constitución y la Ley






Apoyar al gobierno no es apoyar al PP, es apoyar a la legalidad de un Estado de Derecho, aunque sea también apoyar la unidad de España, que no es poco. Mal, muy mal servicio hace Pedro Sánchez  al PSOE y a España, si no sabe distinguir entre el PP como partido que gestiona el poder por ser el partido más votado, elegido por los españoles para gobernar España, y el PP como partido rival parlamentario. Hoy quien defiende a España no es un gobierno del PP, ni un gobierno de Mariano Rajoy, sino el Gobierno de España. Los españoles deben de saber que lo sucedido en Cataluña, es un golpe de Estado dado por el gobierno de la Generalidad de Carles Puigdemont, que por no respetar no lo han hecho ni con su pueblo -al que dicen representar-, ni a las instituciones, a quienes deben preservar y respetar: Constitución, el Estatuto Catalán y a su propio Parlamento. Un gobierno que trata de estar por encima de las leyes de las que emana su propia autoridad, es un gobierno al margen de la ley, y por tanto, es un gobierno que ha perdido la legitimidad moral y política para gobernar. Se convierte en un gobierno fuera de la ley sin crédito ni autoridad para gobernar a sus gobernados. Pierde "de facto" la credibilidad para poder exigir a sus ciudadanos la obediencia debida a la ley, la misma que el propio gobierno conculca y no cumple. Es un gobierno de forajidos, y a los forajidos, se les persigue por estar fuera de la ley. Cuando en un Estado de Derecho, como es el nuestro, alguien -persona pública o privada, o institución, pretende estar al margen de la ley, el gobierno tiene el deber y la obligación de aplicar la ley por medio del ordenamiento jurídico de jueces y fiscales, hasta sus últimas consecuencias. Es la ley quien nos permite ser hombres libres, aunque para ello -como decía Cicerón- tengamos que ser esclavos de la ley para ser libres ¿O es que vamos a pensar que el Gobierno de la Generalidad tiene un poder especial para saltarse la legalidad? En España, como Estado de Derecho, todos debemos ser iguales ante la ley y los gobernantes los primeros en cumplirla, y hacerla cumplir, por el carácter de ejemplaridad que su cumplimiento conlleva. Si alguien no está de acuerdo, parcial o totalmente, puede utilizar procedimientos legales y políticos para cambiarla.
Y antes de terminar, comentar lo que el Señor Pablo Iglesias acaba de declarar algo así como que en España hay presos políticos. Si no fuera porque quien lo ha dicho es profesor de la universidad y alguien que pretende un día ser presidente del gobierno de España, no lo podría creer. Vamos a ver, Señor Iglesias, que diga Usted (refiriéndose a las últimas detenciones  en Cataluña) que en España hay presos políticos, tendría que hacérselo ver. Usted que tan ricamente y sin ningún rubor, ha aceptado el dinero de un régimen -como el venezolano- cuyas cárceles están repletas de  presos políticos, encarcelados por sus ideas- es el menos indicado para hacer tal afirmación. Veo que no se entera. En Cataluña nadie está preso por manifestar sus ideas políticas; tanto en Cataluña como en el resto de España a nadie se le encarcela por sus ideas, ni siquiera por ser independentista, faltaría más. En España no hay presos políticos, aunque sí que puede haber políticos presos, como sucede en cualquier democracia del mundo. Otra cosa es hacer o efectuar actos concretos (tipificados en el código penal como delito), para imponer las ideas por procedimientos y formas delictivas, como es: la prevaricación, la desobediencia civil, la malversación de fondos públicos, el cohecho, etc,. ¿A la conculcación de estos delitos concretos los llama Usted "presos políticos"? !Vamos Señor Iglesias!  A estos políticos catalanes se les aplicará el vigente código penal por los tribunales de justicia, y habrá que ver después de un juicio equitativo, -donde tendrán todas las garantías procesales propias de un Estado de Derecho-, si son culpables o inocentes, una vez emitida sentencia firme. Hasta entonces, se les aplicará la presunción de inocencia ¿A quién quiere Usted engañar, Señor Iglesias? En España no se persiguen las ideas sino los hechos delictivos.
Otra cosa es que solo con medidas legales no pueda resolverse este conflicto entre Cataluña y España. Pero eso hoy no toca.                                                                                                                            

lunes, 18 de septiembre de 2017

A Fiñana, por sorprederme



A FIÑANA, POR SORPRENDERME


Traspasas la provincia de Granada
y una ruta zigzagueante y pina
se muestra tan espléndida y albina
la noble y bella villa de Fiñana.

Sobre una pequeña loma elevada,
más arista quebrada que colina,
destacan una alcazaba genuina
y una iglesia de una época dorada.

Te embellecen la "nieve" los "filabres", 
el pino, el almendro y el olivo,
paisaje de estampas inolvidables.

Cuando cualquier viajero sensitivo
contemple imágenes tan agradables,
gritará: !gracias, Fiñana, estoy vivo!

Y es tan grande y sublime mi contento,
que, si agua corriera por tu río,
tendría yo por nombre Nacimiento.



Febrero de 2017   Beatriz Sánchez Durán




NB Lo prometido es deuda. Tu poema sobre Fiñana es maravilloso. Gracias, Beatriz, por sorprenderme.


 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Sed de amor





 amor eterno

"Mas a pesar del tiempo terco
mi sed de amor no tiene fin
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardin".

Jardín de flores lleno,
de colores y jazmín;
de sabrosos frutos pleno
de eternidad, sin fin.

Carne ávida de placer,
de pasión devoradora,
sin hartura ni mesura,
de eternidad con locura.

Placer, eterno señuelo
de ser feliz en el Eden;
de un hipotético sueño
soñado como bien.

A la postre el amor
brillará para siempre;
el paso efímero del tiempo,
no se pondrá por poniente.



domingo, 10 de septiembre de 2017





Quien escribe en este blog no acostumbra a copiar editoriales de ningún medio, porque desde aquí  se pretende manifestar un pensamiento propio, independiente de todo medio de comunicación, en la búsqueda de preservar a los lectores de  un adoctrinamiento ideológico, y ofrecer una información veraz que suscite el debate mediante  la argumentación y la racionalidad. Pero hoy voy a hacer una excepción, porque el momento que vive España es excepcional, y como ciudadano comprometido con la democracia como sistema de gobierno, con la Constitución como marco jurídico legítimo y con la ley como único instrumento que garantiza a la vez la libertad y la convivencia, me veo en la obligación  moral de hacerlo; ya que cuando esos valores se ponen en peligro, nuestro deber cívico es salir en su defensa. Porque sin legalidad no hay democracia y sin democracia no hay libertad. He aquí el Editorial del Semanal Digital de fecha 07 de septiembre de 2017, con el que me identifico plenamente.




Y ahora, la ley sin excepción


La locura secesionista ha alcanzado ya un punto sin retorno con la sonrojante, ilegal y cochambrosa aprobación de una pseudo ley a favor del referéndum que conculca la propia legislación catalana y, desde luego, constituye una afrenta al conjunto de la ciudadanía y a la ley que regula la convivencia entre todos, la Constitución. La manera elegida por los impulsores del llamado "procés" lo dice todo al respecto de la naturaleza de sus intenciones, que merecen sin duda el calificativo de Golpe de Estado y reclaman la respuesta más contundente posible.
Todo lo que hace y sostiene el soberanismo es ilegal y nace de una lectura falsa y tóxica de los hechos que ha logrado inocular a miles de catalanes utilizando recursos de ingeniería social como la propaganda televisiva o la educación pública.
Pero ahora no se trata ya de saber cuántos catalanes respaldan este inaceptable desafío, como si la ley tuviera que ser una u otra en función del apoyo que tengan los infractores, sino de acompañar cada una de sus barbaridades de la respuesta legal, política y ética que la situación exige.Un apoyo sin fisuras
En ese sentido, buscar culpas o responsabilidades en el Gobierno de España, como algunos hacen con una mezcla de interés, ignorancia e irresponsabilidad, no sólo es injusto, sino también contraproducente, pues refuerza una actitud de secesión injustificable e ilegal frente a la que no caben fisuras.
Esto que ahora padecemos en pleno siglo XXI, cuando las conexiones globales son más importantes para superar los desafíos contemporáneos y más contraproducente es el aldeanismo nacionalista; ya lo sufrieron los españoles en 1934, durante la Segunda República: no es un fenómeno nuevo pues, y el único -y no menor- reproche que cabe hacerle al Estado es su ingenua paciencia ante tan desleales instituciones.
Apoyar al Gobierno es apoyar a España, y en situaciones de este calado ni caben medias tintas ni tampoco equidistancias entre quienes representan al conjunto de los españoles, catalanes incluidos, y quienes se sirven de la democracia y el Estado de Derecho para acabar con ellos en nombre de anhelos victimistas y en todo caso irrealizables.
Porque aquí no se confronta el deseo de un pueblo frente a la gris burocracia o la fría justicia; sino el pulso de unos indeseables contra un sistema democrático, siempre perfeccionable, que le ha procurado a España sus mejores 40 años de prosperidad en su ya larga historia.
Defender la Constitución y la ley es, sobre todo, amparar a los casi 47 millones de ciudadanos que conforman uno de los países más longevos del mundo, en los cuales recae el único ‘derecho a decidir’ digno de tal nombre, recogido en la Carta Magna y objeto ahora de un penoso intento de hurto.
Porque eso es precisamente lo que intenta el independentismo golpista: robarle al conjunto de la ciudadanía un proyecto común en el que la diversidad de lenguas, culturas e identidades son prueba de la riqueza de España, y no indicio de la coexistencia artificial de realidades distintas con derecho a segregar.
Si en algo se ha equivocado España es en su generosidad, resumida en una Constitución que reconoce como ninguna otra las especificidades de todo tipo de comunidades con un acentuado acervo cultural, hasta el punto de que su voluntaria "desaparición" en el día a día de Cataluña ha sido más aprovechada que agradecida por quienes pisotean ese esfuerzo centrífugo para esparcir la idea de un agravio inexistente.
Las leyes se aprueban para aplicarse, con especial necesidad en aquellas que regulan la propia subsistencia de la democracia, y no existe ninguna razón para que en este caso no se aplique esa máxima en toda su extensión.
Si al secesionismo le sigue saliendo gratis todo, a España le tocará acarrear una inmensa factura. Las tensiones secesionistas se vienen soportando desde al menos la Primera República hasta nuestros tiempos: ha llegado la hora de aplicar una respuesta distinta a la tradicional, sustentada en la paciencia y la cesión infructuosas. Esto es, la ley, sin excesos, pero sin limitaciones.






viernes, 8 de septiembre de 2017

Manolo "El Cuartillico"





Manolo es su nombre, pero todos lo conocemos como "El Cuartillico". Su apodo de origen familiar debe tener relación con la cuartilla, la cuartilla es una unidad de medida de volumen para áridos equivalente a la cuarta parte de una fanega.
Un ictus le ha licenciado antes de tiempo y ha cercenado de golpe su profesión ejercida durante 36 años. Manolo se dedicaba a recoger la basura de la Mancomunidad Valle de Nacimiento, mientras nosotros dormíamos; trabajaba durante la noche para que el día fuese más aseado y limpio a los vecinos de estos pueblos. Su camión, como si fuera un robot planificado, hacía un recorrido puntual y exacto en toda la comarca, desde el observatorio internacional de El Calar Alto, allí donde el firmamento se deja observar hacia el infinito, hasta la cortijá más humilde, o el callejón mas recóndito de nuestros pueblos. Afortunadamente, el ictus le ha dejado secuelas muy débiles que superará gracias a la medicina, el tiempo, su fuerte voluntad, y la ayuda de su encantadora esposa Carmen, sus hijos y sus amigos. Porque no hay mejor medicina que sentirse querido y aceptado por los tuyos. Hoy disfruta de una jubilación bien merecida y tendrá tiempo para dedicarse a sus aficiones más queridas, entre la que se encuentran: El cultivo de la vid de donde elabora un vino que comparte con generosidad con sus amigos, los paseos vespertinos con Carmen, y la dedicación a sus hijos y nietos, sin olvidar sus partidas de cartas al "truco" con la vehemencia que le caracteriza.
Hoy está entre nosotros, sus amigos, compartiendo las fiestas de nuestro pueblo de AblaManolo las  disfruta sabiendo que lo bueno nunca es para siempre. Hoy nos sentimos felices de tenerlo entre nosotros y lo celebramos, como es natural. En la salida del trono de Los Santos Mártires del templo parroquial camino de su ermita, allí se encontraba Manolo "El Cuartillico", agarrado al trono de Los Santos, como uno más; lo que entre ellos se dijeron, queda para sus adentros. Pero su rostro sí que manifestaba una satisfacción de felicidad inenarrable... !Feliz jubilación y que sea por muchos años, amigo!





miércoles, 6 de septiembre de 2017

Sabia Naturaleza





       "Es feliz la vejez, por haberse sacudido el yugo del deleite"                       
                                                          
                                                          (Cicerón, De Senectute)



Sabia Naturaleza


"Feliz es la vejez,
por haberse sacudido
el yugo del deleite"
Así lo expresa Cicerón
en su obra Senectute;
obra sabiamente escrita
por un filósofo ecléctico
que sabe donde poner
en sus escritos, el acento.

La pasión nos tiraniza
nos hace esclavos del deseo
nos subyuga,
eterniza dependencias,
esclaviza nuestro cuerpo.
El deleite y el placer
no son por naturaleza malos,
son reclamos apetecibles
que debemos regularlos
mediante la ponderación,
el justo medio,
y una sabia elección.

Seguid el instinto, sí,
sin olvidar la razón,
escuchar a la naturaleza
y al tiempo como regulador.
Si olvidas estos principios
siempre estaras insatisfecho,
caeras en la frustración
o peor, en la depresión. 

La libertad tiene un precio
que debemos de pagar
si queremos enamorarla
y hacerla fiel compañera
la debemos moderar.

     antonio gonzález



lunes, 4 de septiembre de 2017

La Cara Dios


                                                                    


A Dios nadie lo ha visto
se esconde en una cruz,
tormento es o suplicio
el lugar que Él eligió.
Abla valora su gesto:
lo llama "La Cara Dios"                       



Abla, un pueblo precioso en las estribanías de Sierra Nevada, tiene muchas cosas que la hacen atrayente para ser visitada. Por tener no le falta ni la Cara Dios. Veamos.
A Dios nadie lo ha visto. Todas las religiones monoteístas han huido de su representación iconográfica porque temían caer en la idolatría. La iglesia católica superó esta etapa más característica del Antiguo Testamento que del Nuevo, mediante la irrupción de Dios en la Historia a través de la creencia y proclamación de Jesús de Nazaret como Hijo de Dios, encarnado en un cuerpo, originando así su representación iconográfica.
En Abla, también nos hemos representado a Dios y le hemos puesto rostro o cara, mediante un cuadro donde se observa solo la cara o el rostro del crucificado: Es la Cara Dios. Es un modesto cuadro incrustado en la pared en el que nunca le faltó una lamparilla con flores. Su valor más que artístico hay que buscarlo en lo tradicional religioso, o en lo afectivo-sentimental. Situado en una  de las calles más importantes  y transitada del pueblo, como es la Calle Real, se convirtió con el paso del tiempo en un símbolo distintivo de los abulenses, que cada vez que pasaban por allí, cuando volvían con sus animales del campo, se santiguaban o rezaban una oración, pidiendo al crucificado la ayuda favorable del cielo. Los abulenses podrían haber representado a Dios utilizando otros iconos, como el del Resucitado o el del Corazón de Jesús, o sea, un Cristo victorioso, pero prefirieron representarlo mediante el rostro del crucificado. Un Dios doliente y sufriente, tal vez símbolo de un pueblo acostumbrado a sufrir y a bregar en aquellos duros años, donde la frágil agricultura solo servía para mantener a unos pocos, mientras castigaba inmisericorde a muchos, privándoles de lo más esencial. Una empatía de nuestro pueblo con el dolor y el sufrimiento, muy característico de nuestra gente. De hecho, el cuadro no se libró de la persecución religiosa durante la guerra civil, -según testimonio de María Dolores Oliva-, éste se salvó del ser quemado gracias  a que la familia lo escondió en un pajar. !Cuántos de nuestros antepasados -hombres y mujeres- pasarían delante de aquella Cara Dios, para ofrecer una promesa a cambio de un milagro o una ayuda para superar una situación límite! !Solo ese cuadro sabe de las vicisitudes, problemas y angustias de nuestros padres, y de la fe que les fortalecía! Porque a pesar de su fe, nunca olvidaron el compromiso con el trabajo en las arduas tareas del campo y el pago ingrato de cosechas paupérrimas; como sabiamente nos recuerda el refranero castellano: "A Dios rogando y con el mazo dando".
Hoy Dios sigue callado, sin decir palabra. Tal vez respete la libertad que como seres racionales-libres nos ha otorgado y nos deje hacer, aunque no esté de acuerdo con la mayoría de las cosas que hacemos. Su silencio puede que sea un testimonio de respeto a nuestra libertad. Allí sigue la Cara Dios con su mirada perdida en el infinito marcando su dolor, en un inquietante  silencio, para seguir escuchando los rezos de los abulenses. !Ojalá sea por mucho tiempo! !Será un signo inequívoco de que alguien cree aún en Él y estamos vivos para rezarlo!