Encuentro
en Abrucena...y su Jairola
!Qué bonita eres, ABRUCENA,
al pie de Sierra Nevada,
recostada en la montaña
entre Abla y Fiñana!
!Cómo relucent tus luces,
desde el anochecer al alba!
guardan el paso del valle
desde tu torre y campana,
alertando a tus gentes
de la tempestad en la calma.
!Qué guapas son tus mujeres,
cuando al barranco bajan
para beber de su agua
desde su Jairola alta!
Agua cristalina y clara,
agua de Sierra Nevada,
tan pura como sus cumbres,
tan blanca como su alma.
En la hondonada boscosa,
conocí una hermosa moza,
morena como lozana,
con ojos negros azabache,
y piel aterciopelada,
con labios gruesos y carnosos,
y mirada apasionada;
al verla me enamoré,
de su encanto y de su traza,
de su risa y de su habla.
Al declararle mi amor
al alba por la mañana,
-a la salida del sol-,
ella reía y reía,
eludiendo una respuesta,
y solo tendía su mano,
para ofrecerme agua fresca.
No pude saciar mi sed,
con su gentil ofrecimiento,
pues la sed que yo sentía,
no provenía del deseo,
ni tampoco del momento:
Era sed del corazón,
que solo la sacia un beso.
Aquella moza lozana,
-no olvidada-,
rememora aun mis desvelos,
mi juventud, mis recuerdos,
mis proyectos de futuro,
y mis andadas...
Hoy, cuando paseo por tus calles,
en estas tardes otoñales,
y recorro tus veredas,
entre olivos y nogales,
siento nostalgia del niño,
que subía por los Puntones,
buscando frutos del bosque,
con botas a estrenar de cuero,
y sus nuevos pantalones...,
entre almendros y olivares.
antonio gonzález
PD: El poema es un construcción literaria basada en la imaginación creadora; su contenido es ficticio, no real; cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
