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martes, 15 de febrero de 2011

ARISTÓTELES: "No es más feliz quien busca que quien encuentra"





Aristóteles, en su Ética a Nicómaco nos  comenta lo que él entiende como virtud: La virtud (moral) es... una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio en relación con nosotros mismos, definida por la razón y de conformidad con la conducta de un hombre consciente. Y ocupa el término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto.» (Ética a Nicómaco., II, 6, 1107.)

Para Aristóteles el Bien Supremo es la actividad intelectiva o vida contemplativa, que es una vida conforme a la virtud. Ahora bien, no todo es actividad intelectiva en el hombre. En efecto, en el alma humana distingue Aristóteles dos partes: una dotada de razón y otra que carece de ella, esto es, una parte que realiza la actividad de pensar y otra que tiene la capacidad de obedecer a la primera.
De ahí que Aristóteles establezca una distinción entre virtudes intelectuales, propias del alma racional, y virtudes morales, propias del alma irracional.
Son virtudes intelectuales o dianoéticas: el entendimiento o razón intuitiva, la ciencia, la sabiduría, el arte, la prudencia, la discreción, el buen consejo, etc. Todas estas virtudes perfeccionan en el hombre sus potencias superiores. Son virtudes morales o éticas: la fortaleza, la templanza, la veracidad, la amabilidad, la justicia, etc. Estas virtudes ordenan conforme a la razón las potencias inferiores.

¿Qué entiende Aristóteles por virtud? La virtud es un hábito adquirido deliberada o voluntariamente, a partir de una capacidad o potencialidad inicial, y desarrollado mediante la enseñanza y el aprendizaje—en el caso de las virtudes intelectuales- y mediante el ejercicio y repetición de buenos actos, en el caso de las virtudes morales. Es evidente que la introducción de la libertad y el esfuerzo en la consideración de la virtud supone una superación del intelectualismo moral de Sócrates, para quien la ciencia conducía irremediablemente al buen obrar. Lo importante de este planteamiento es que se trata de un modo de ser o hábito; no de algo innato, sino de algo adquirido a fuerza de repeticiones de acciones guiadas por la razón de tal manera, que adquirimos las virtudes morales mediante el ejercicio y la práctica de las mismas. Es evidente la superación del intelectualismo socrático como el teoricismo platónico.
Por último, Aristóteles define la virtud moral como el medio entre dos extremos viciosos, uno por defecto y otro por exceso: por ejemplo, la valentía es el medio entre la temeridad o imprudencia y la cobardía; la modestia es el medio entre la timidez y el descaro. Pero, ¿cuál es el criterio para discernir lo que sea ese medio? En primer lugar, no se puede decidir con rigor matemático —la ética no es una ciencia exacta, dice Aristóteles—; el medio está un poco en relación con las características y condiciones de cada cual, la realizamos cada uno individualmente como tarea que nunca acaba y que perfecciona a la persona con sus debilidades y defectos, reflexionando en cada momento sobre la acción adecuada para esa ocasión y circunstancia. Finalmente admitir que el término medio no puede ser aplicado a acciones como le mentira el  homicidio, la maldad. En último término, el criterio debe ser la recta razón, el medio que señalaría el juicio de un hombre razonable.
La conclusión de Aristóteles en su Ética es que si la felicidad es la actividad conforme a la virtud, la felicidad más alta lo será con relación a la virtud más perfecta, y la virtud más perfecta es la actividad del entendimiento, que tiene por objeto los objetos más altos, los de la metafísica, y los de la matemática.
Es evidente que Aristóteles incurre en el mismo error que la ética socrática. Ahora bien, ya no es suficiente para obrar solo la sabiduría de la razón, sino que introduce el concepto de “hábito.  (Confr. Intelectualismo moral).

Aristóteles hace un tratamiento del problema del hombre, en su doble dimensión ética y política, basado en una concepción del alma fundamentalmente distinta de la platónica.Ya hemos dicho en otras ocasiones que fue más empirista y mucho más reacio a introducir principios explicativos de la naturaleza que trascendiese a ésta. Al explicar el problema del movimiento veíamos como se dejaba translucir una concepción dinámica de la realidad en orden a la consecución de un fin que era su bien (carácter teleológico).
Pues bien, en esta dimensión de lo humano, no cambian las cosas. También existe una concepción dinámica de la naturaleza humana. Aristóteles entiende que la felicidad es el bien supremo; es decir, algo que se busca por sí mismo y que nunca es medio para fines más elevados. Pero la felicidad para este pensador griego de talante empirista, no consiste en un ideal trascendente y externo a la naturaleza, en algo anclado en un mundo lejano; tampoco cree que sea algo meramente subjetivo. Piensa que consiste sencillamente en la perfección o planificación de los seres, en la culminación de la tarea natural de desarrollo. Pero tal culminación, en el caso de los seres naturales, no ha de entenderse en Aristóteles como un “ergon” (obra) sino como una “energeia” (fuerza), es decir, como una “praxis” (comportamiento o modo de obrar) y concretamente en un determinado modo de ésta: la “eu—praxia” (buena conducta).
Aristóteles parece, parece por tanto, que reduce el bien trascendente Platónico a las Virtudes éticas. Pero continua vinculado a la tradición racionalista de sus maestros. Por ello, no desplaza aún de la ética las virtudes “dianoéticas” (racionales). Es más, en ellas parece asentar la planificación definitiva del hombre y la felicidad. Quiere esto decir, que para Aristóteles, la vida más plena y más elevada sigue estando en la “theoria”(contemplación). Quizá considerase el maestro esta vida del “theorein” como sobrehumana, propia del Acto puro que es “noesis noeseos” (pensamiento autosuficiente). Considerando las virtudes éticas como las autenticas formas del ser humano. Si fuese así, debió de reconocer la imposibilidad humana para ser totalmente feliz, porque el negar la trascendencia, donde se podría dar el transcendimiento humano como en el éxtasis platónico, la muerte natural se convertía en la confirmación de nuestra imperfección y de nuestra contingencia, en vez de ser su corrección. De cualquier manera parece claro que Aristóteles valoró muy seriamente la “theoria” y por eso precisamente colocó parte de la felicidad humana en la “phrónesis” (sabiduría práctica o saber obrar bien) , en ese saber controlar los impulsos y en ese saber afrontar los peligros que para él era algo distinto del conocimiento teórico.
Pero es que, incluso en este terreno de las virtudes éticas la razón es el principio rector del comportamiento sabio. Si en campo de la sabiduría práctica (virtudes éticas) hay algo felicidad, ello es en función de ese control racional tan gusto de sus maestros. Así que, Aristóteles, a pesar de la profundidad de su reacción ante Platón,  continúa profundamente ligado a los principios filosófico—éticos de la filosofía griega precedente que había sido racionalista. La Razón es la que introduce la mesura y la ponderación en la conducta determinando las virtudes morales. Y con ello, el hombre empieza a ser feliz gracias a su esfuerzo y a su capacidad para controlar razonablemente sus energías psíquicas y sus fuerzas instintivas. Pero para acabar de serlo, la Razón habrá de continuar su camino sola trabajando no ya en la regulación de la conducta, sino en la contemplación teórica de la realidad. Algunos han querido ver aquí un intento por parte de Aristóteles de buscar la apertura de la ética a la trascendencia.
Yo, personalmente, creo que no se da. Será el pensamiento cristiano quien lo haga sobre la base de este sustrato ideológico. Lo cierto es que también los estoicos bebieron de esta fuente racionalista que empezó a manar con Heráclito. Pero no supieron hacerlo con mesura y asi llegaron a los ideales inhumanos de la “agkrateia” (dominio de si), de la “autarkeia” (independencia) y de la “apatheia” (insensibilidad). Pero Aristóteles sólo dijo que en la renuncia y en el control equilibrado de las pasiones había algo de felicidad. Muestra, al igual que Sócrates anteriormente, una actitud equilibrada que se manifiesta en los dos sentidos que el diccionario griego da del término “eupraxia”:
—Buena conducta acciones nobles, terminadas comportamiento perfecto.
—Buena suerte.
Parece como si Aristóteles quisiera decir que la autarquía, la independencia y la insensibilidad ante el turbulento mundo de nuestras pasiones, que nos hace tantas veces infelices, proporcionan cierta felicidad; pero que ésta no está solo en este dominio de sí y en ésta independencia. Conducirse perfectamente (eupraxia), exige, además de dominio de sí, buena suerte. Lo primero se consigue mediante el esfuerzo moral, por medio de las virtudes éticas; pero lo segundo, ya no depende de nosotros. Será el pensamiento cristiano el que saque consecuencias de esto, introduciendo el concepto de gracia como don divino.
Aristóteles distingue, por lo tanto, entre felicidad y virtudes éticas. Aquella, depende también de causas ajenas al esfuerzo personal. Con ello, está introduciendo un ingrediente de modestia y de humildad reconociendo la limitación humana, ingrediente que brilla por su ausencia en la moral estoica que identifica la virtud moral con la felicidad y, por ello, matiza tal virtud con ciertos ribetes de soberbia porque supone afirmar que el hombre, abandonado a sus solas fuerzas, a su esfuerzo personal, puede conseguir la perfección, la plenitud y la felicidad sin restricciones.
Aristóteles también distingue felicidad de placer. El placer y la virtud dan felicidad; pero no toda, porque ésta trasciende a ambos. Esta trascendencia a la que alude constantemente el término “eupraxia” indica, por lo tanto, que para Aristóteles hay un bien más alto que el placer y la virtud; es la “theoria”, la contemplación. Sin embargo, se trata de un bien inalcanzable para el hombre y ello impide su felicidad total.
El análisis de esta afirmación aristotélica es lo que ha llevado a algunos a buscar en Aristóteles la posibilidad de la trascendencia del alma sobre el cuerpo después de la muerte, es un tema muy oscuro y no creo que Aristóteles se manifestase nunca de modo contundente sobre él. Sin embargo es cierto que Aristóteles supone que solo se trabaja para reposar; que sólo nos movemos para alcanzar la inmovilidad; que el fin del movimiento, que está en la experiencia fundamental de su concepción dinámica de la naturaleza y del hombre, es su constante y progresiva autosupresión. Para Aristóteles es cierto e indudable que sólo buscamos para encontrar. Pero tal encuentro trasciende nuestras posibilidades puesto que tendría que darse en un tiempo perfecto que nos es imposible (eternidad) ya que somos realidades en el tiempo imperfecto, en la dialéctica trágica del pasado, del presente y del futuro. Por eso hemos dicho en otra ocasión que la muerte, que en Platón fue principio de la vida, solo es la confirmación de nuestra imperfección, nunca su corrección.
Ante esta situación, sólo quedan ya dos soluciones: o se trasciende desde la ética a la religión, reconociendo que la Filosofía y la Ciencia no están en condiciones de hacernos totalmente felices, o nos conformamos con el concepto de felicidad alumbrado por Aristóteles que es el más elevado sin alusiones a la trascendencia, pues la felicidad del que busca sin encontrar parece una  fábula increíble. Por éso la ética cristiana va a optar claramente por el salto. Le será fácil interpretar la “theoria” como “visio et fruitio”, posibilitando la apertura de la ética a la religión. Y el cristianismo toma esta decisión porque hace intervenir a su voluntad, porque quiere que así sea, porque cree que la felicidad plena no puede consistir, como para el griego, en el simple descubrimiento del orden del Universo por medio del conocimiento contemplativo (sabiduría); porque ha tenido la experiencia del fracaso de los conocimientos científicos en orden a proporcionar la felicidad. Agustin de Hipona refleja perfectamente en su("intelligas ut credas)", para autotrascenderse desde la intimidad de su ser: “Noli foras ire; in te ipsum redi, quia in interiore hóminis habitat Veritas”. (No busques fuera lo que está  en ti mismo, pues en el interior del hombre habita la verdad). Así es como procede: desde lo interior a lo Superior y desde la fe a la inteligencia de lo creído ("crede ut intelligas") este será el planteamiento del cristianismo primitivo hasta la llegada de Santo Tomás de Aquino.

Y a mí, efectivamente, me parece que no hay opciones nuevas que hacer. O se acepta la trascendencia para evitar el fracaso del proyecto humano o se acepta el fracaso por no creer en la trascendencia, porque la experiencia manifiesta que la muerte nos sorprende siempre buscando y aflorando. En este sentido, el existencialismo, que se decantó por el fracaso, resulta para mi el más consecuente y coherente de las formas del pensamiento acerca del hombre, una vez perdida la fe en la trascendencia. Y es que, definir al hombre como “pasión inutil” es lo único que queda sin una apertura de la ética hacia la trascendencia, sin una grantía de inmortalidad.
Por eso, el resto de las teorias modernas sobre el hombre: pragmatismos, hedonismos, naturalismos, marxismo, consumismo, “pasotismo”, no son consecuentes con los principios de que parten. Les falta el arrojo y la valentía de un Pirandello, de un Sartre, de un Camus,  para sacar, con total coherencia, las últimas consecuencias de la “muerte de Dios” que anunció Nietzsche. Veamos.
Los modernos y contemporáneos, en la mayor parte de los casos, se han formado una concepción de la filosofía humana, del humanismo, completamente distinta a lo que veníamos desarrollando. Qué duda cabe que la clase de filosofía que se profesa, depende de la clase de persona que se es. Y el ambiente general del mundo contemporáneo es materialista. Por eso, negarán fundamentalmente la realidad del alma y eliminarán el problema y su posible inmortalidad. Naturalmente, al plantearse el problema ético de la conducta y de la felicidad, tendrán que montar una nueva filosofía en la que, al revés que para los griegos y los medievales, lo importante no es la “sophía” (Sabiduría) sino el “filo”(La tendencia). No es el lugar sino el camino, no es el fin sino el medio. Es decir, los modernos y contemporáneos, antes de poner en tela de juicio sus presupuestos materialistas, prefieren decir con Lessing que “es más feliz quien busca que quien encuentra”. Por eso abundan las teorías filosóficas, políticas etc. que se rotulan humanismos. Y está de moda hablar de humanismo y de derechos humanos, incluso para quienes, o sobre todo para quienes, por su deplorable conducta, perdieron los derechos que como seres humanos les correspondían. Y es que el hombre no dispone de un derecho incuestionable a casi nada, sus derechos se los gana a pulso en el respeto a sus deberes para con los derechos de los demás. Quien no ha aprendido a respetar, no tiene derecho a exigir que le respeten. Y digo esto porque a mí me suena la frase de Lessing a carta de permisividad, a santificación de la acción, independientemente de otras consideraciones aleatorias, como por ejemplo las consecuencias y los resultados. Sin embargo, tales licencias, el hombre sólo se las puede permitir otorgándose a sí mismo un permiso, pero nunca reclamando un derecho.
Así que veo razonable y coherente la postura de quienes declaran el absurdo de la existencia y del hombre por constatar la imposibilidad de encontrar lo que se busca o de alcanzar lo que se desea: (recuérdese al efecto la experiencia de nuestro Miguel de Unamuno con la inmortalidad); pero esto no es propiamente hablar de un humanismo porque es declarar al hombre como pasión inútil; más bien es la destrucción, de su nada, de su absurdez. Y tampoco es esto una confirmación de que sea más feliz el que busca que el que encuentra, sino su refutación más trágica y dramáticamente ostensible.
Pero quienes pretenden ofrecernos la felicidad, presentando un proyecto humanista basado en la licencia y en la santidad o inocencia de la acción independientemente de sus resultados, al negarse a aceptar como posible, lógica y coherente alguna forma de hipocresía, porque saben que en medio de la ansiedad, es imposible la felicidad plena, y en tal caso, lo que procede siguiendo las leyes de la lógica es reconocer el fracaso del hombre. Así que no veo razonable declarar el sentido de la existencia y al mismo tiempo la imposibilidad de un autotrascendimiento del hombre, alegando que es más feliz el que busca que el que encuentra lo buscado. Esto me parece que es jugar con las palabras para ver si se consigue que nadie entienda lo que se quiere decir.




domingo, 13 de febrero de 2011

"PIDO A LOS DIOSES LARGA VIDA PARA TI, NO SEA QUE QUIEN TE SUCEDA, RESULTE AÚN PEOR"

Corren malos tiempos para la política y los políticos. El pueblo español cada vez es más escéptico y no cree que los políticos puedan resolver los gravísimos problemas que afectan a nuestro País. Yo sí creo en la política. Estas son mis razones.
Dionisio I (430-367 a.C.), -apodado el Antiguo para distinguirle de su sucesor homónimo-, escaló las cimas del poder en Siracusa sobornando al ejército y engañando al pueblo. Ávido de grandeza, incluso llevó a Platón a su Corte, aunque poco tiempo después, -por cuanto el filósofo criticó severamente su Tiranía-, furioso, lo esclavizó. Ambicioso también de gloria, organizó un certamen poético, compró a los jueces, y ante el asombro de la población, procuró que lo proclamaran vencedor.
En la imposición de tributos se caracterizó por ser cruel y sanguinario. Pese a la estima inicial, el pueblo terminó odiándolo, de lo que él era consciente. De ahí la sorpresa que le ocasionó saber que Hiemera, -cierta anciana de la ciudad-, rogaba insistentemente a los dioses por él. Tanta extrañeza le provocó el rumor, que hizo traer a la mujer a su presencia para escuchar, de su propia boca, las razones de tan insólita devoción: “Siendo niña, -le dijo-, tuvimos un gobernante cruel. Rogué a los dioses que lo quitaran del camino y ellos me oyeron. Más a aquel Tirano, le sucedió otro que lo superó en maldad. Volví a rogar pidiendo lo mismo y nuevamente mis ruegos fueron escuchados. Posteriormente llegaste tú, que has hecho niños de pecho a tus antecesores. De ahí que, escarmentada, pido a los dioses larga vida para ti, no sea que quien te suceda, resulte aún peor.”

Esta anécdota me sirve como ilustración paradigmática para hablar sobre la política. ¿Qué es la política? ¿Somos por naturaleza políticos -como nos decía Aristóteles-  y por ser animales sociables necesitamos vivir en común en la "polis"? No somos dioses tampoco bestias, solo somos humanos por eso necesitamos la política para desarrollar la convivencia entre nosotros, alejados de la violencia, para evitar la guerra, el miedo y la barbarie.
Necesitamos de la política, "por naturaleza", pero también por civilización, historia y cultura. La política discurre y se teje y desteje en la temporalidad histórica.
La política se desarrolla en la sociedad y ésta se complementa en la ciudad donde convivimos con seres humanos que no hemos elegido, por los que no se siente nada en particular, y que en muchos sentidos, son nuestros rivales, cuando no nuestros aliados. Esto supone articularse en torno a un Estado, lucha por el poder, acuerdos desacuerdos, enfrentamientos, aunque regulados por  leyes acatadas por todos, evitando la violencia. Por eso la política empieza donde termina la guerra. Es evidente que el poder está repartido y por doquier, pero solamente nos sometemos al que hemos elegido para ser más libres, más humanos, más fuertes. Por eso hacemos política.
Thomas Hobbes  decía en el Siglo XVII  que "el hombre es un lobo para el hombre". Lo argumenta como sigue: "En la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de discordia: primera, la competencia; segunda, la desconfianza; tercera, la gloria. La primera causa impulsa a los hombres a atacarse para obtener un beneficio; la segunda, para obtener seguridad; la tercera, para ganar reputación...Con todo esto se pone de manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se encuentran en la condición o estado que se denomina guerra; una gerra tal que es la todos contra todos..." El Estado se impone como algo necesario.La cooperación, el diálogo, el entendimiento, frente a la lucha, la enemistad, y el  enfrentamiento. 
Es cierto, que  los tiempos no acompañan para creer en la política. Casos de corrupción hay por doquier y están en la memoria de todos los ciudadanos. La sociedad civil en un Estado Democrático de Derecho ha de estar vigilante y no delegar  esta función exclusivamente en los políticos, sino asumir su responsabilidad y castigar con el voto a los que no cumplan.  No podemos eludir nuestra responsabilidad y menos dejar en manos de dictadores, -sean del signo que sean-, tecnócratas, profesionales de la política, corruptos, demagogos, facistas, fanáticos y racistas, lo que afecta a la mayoría. No hacerlo sería renunciar al poder que nos corresponde como sociedad civil e irresponsable por nuestra parte. No lo dejemos todo en manos de los dioses como hizo Hiemera.


viernes, 28 de enero de 2011

TARZÁN, UN PERRO PRODIGIOSO



Abla es un pueblo pequeño situado en las Alpujarras almerienses, pequeño en habitantes pero grande en tradiciones e historia. Allí viví mi infancia en tiempos de postguerra, pasando algunas necesidades, aunque no hambre, y siendo un niño muy feliz junto a mis padres y mis tres hermanos.
Hoy os quiero contar una de tantas experiencias divertidas y ocurrentes que manifiestan la felicidad y la creatividad que viví con mi pandilla de amigos. La vida en el pueblo transcurría lentamente, propia de un pueblo sujeto a la monotonía  de las labores del campo. Allí nunca ocurría nada que no fuera determinado por el calendario: la vida social del pueblo giraba en torno a la religión, la escuela y el campo.
Pero un día otoñal de octubre apareció en la plaza del pueblo un circo muy especial: Era un circo formado por perros, eso sí, perros muy inteligentes y adiestrados para actuar en un espectáculo, que a todos los niños del pueblo nos dejaban asombrados.  No era para menos: Aquellos perros actuaban como si fueran personas. Eran bípedos y lo hacían erguidamente utilizando las patas delanteras como manos que podían coger,un libro, una espada o las riendas de un carromato, cuyos caballos no eran tales, sino perros. Porque todo lo que allí se movía eran perros, a los que solo les faltaba hablar para ser humanos. Era admirable contemplar el entierro de un magnate (Que también era perro), yaciendo en una carroza transportada por caballos (perros) y dirigida por cocheros. Lo maś interesante era el cura que presidia la comitiva detrás del carromato mortuorio, erguido y revestido con su capa pluvial y con un libro de rezos en su mano. El cortejo fúnebre avanzaba a lo largo de la pista, compuesto por grupos de gente entre las que se encontraba la viuda, sus hijos y los amigos de la familia,todos en actitud doliente, como requería el momento. La plasticidad estética del acontecimiento y su solemnidad deslumbraba a la  chiquillería y a mis amigos, -entre los que me encontraba-  y nos dejaba  a todos boquiabiertos.
Terminada la función, nuestra suerte fue encontrar a "Tarzán", -que así le llamamos-, un perro blanco con lunares  negros, de estatura pequeña y con ojos grandes de mirada triste. Expulsado y abandonado por sus dueños, nunca se supo por qué. Aquel perro, por genes,  inteligente y artista nos iba a convertir en profesionales del circo, y aunque ninguno conocíamos las leyes de Mendel ni la teoría de la evolución darwiniana, sus descendientes necesariamente serían como él: artistas excepcionales.
El problema surgió en el grupo cuando hubo que establecer qué  clase de alimentación debía tener Tarzán y qué clase de adiestramiento sería el más conveniente, para mantenerle  en forma, siguiendo las pautas Lamarquistas,  "donde la función crea el órgano" y que "todo órgano  se atrofia si no se activa". Pronto surgió la respuesta: Lo único que motivaría a Tarzán seria la ingesta de chocolate "Cañete". Dicho y hecho. Con los ahorros del grupo se compró la tableta de chocolate. Aún recuerdo el olor del chocolate  inaccesible a nuestras bocas y prohibido para nuestros bolsillos. !Que suerte tenía Tarzán poder gustar de aquel delicioso chocolate! Su respuesta no se hizo esperar: erguido sobre sus patas traseras se relamía de gusto y nos ofrecía su vena más artística, saltando con energía para poder conseguir la onza de chocolate. De repente surgió una voz sabia en el grupo:" ¿Veis?, no nos hemos equivocado, Tarzán es un un perro prodigioso y un verdadero artista".



martes, 25 de enero de 2011

"Quito la cruz, pero por vuestra libertad yo pierdo mis derechos"





"Una profesora de religión del instituto de Zújar (Granada) retira el símbolo cristiano porque molestaba a otros dos docentes recién llegados. Susana Fernández ha adquirido un protagonismo del que trata de rehuir. Días atrás unos compañeros la obligaron a retirar un crucifijo y un icono de una virgen oriental del departamento de ciencias sociales del instituto de Zújar (Granada), donde imparte clases de Religión desde hace cinco años. Estos profesores, que han llegado al centro educativo este mismo curso, se sentían ofendidos cuando veían la Cruz en la pared. «En principio yo me negué porque era un espacio compartido», explica Fernández en una de las pocas declaraciones que ha dado a los medios de comunicación estos días. «Quito la Cruz, pero por vuestra libertad yo pierdo mis derechos», les vino a explicar señalándoles que se trata de «unos símbolos que no tienen por qué ser ofensivos»"

Hasta aquí la noticia que leemos en el periodico digital de ABC firmada por Diego Márquez.
Podemos preguntarnos  "ad hoc" en qué consiste el hecho religioso y que rol juega dentro de una sociedad democrática. El hecho religioso se manifiesta como una dimensión antropológica ineludible. Esa dimensión se desarrolla en nosotros, como consecuencia de la necesidad que tenemos los seres humanos de encontrar sentido a nuestras vidas, a las que la religión proporciona seguridad y esperanza.
La idea del "sentido" se asocia a la conciencia de nuestra especie y a la certeza de la inevitabilidad de nuestra propia muerte. Por eso el ser humano es el único animal para el que el hecho mismo de vivir constituye un problema. Necesita estructurar la relación con la realidad en amplias perspectivas causales y finales, capaces de responder a los "porqués" y  "Paraqués". Preguntas como ¿Qué hay después de la muerte? ¿Por qué estoy en el mundo? ¿Seré feliz en la otra vida? ¿qué será de mí?. La búsqueda de respuestas a esas preguntas es la raiz del hecho religioso.

¿Cuál es el papel que cumple la religión en un grupo social o en una sociedad? Proporciona seguridad y cohesión a los grupos sociales y suministra estabilidad y sentido de la propia  identidad a las sociedades y a los grupos sociales. Aunque también puede originar enfrentamientos y  odios entre esos grupos, cuando determinados grupos fanáticos tratan de imponer sus convicciones religiosas particulares a otros. Abreviando, afirmamos que la religión es un reflejo de la vida social. Las creencias religiosas manifiestan de forma simbólica,  las formas de vida típicas de una determinada sociedad.

En las sociedades democráticas y en los centros públicos de nuestro País, deben de convivir las dos posturas antagónicas, a favor o en contra de la religión. Hay que reconocer que para muchos creyentes, su fe es el fundamento de su moral y ésta se manifiesta por medio de símbolos. La cruz es el símbolo más importante de la religión católica. Para los católicos  significa  el acontecimiento central y trascendental del hecho salvífico de Dios con respecto al hombre y forma parte del acervo cultural de nuestra historia y nuestra vida cultural.
Para una profesora de religión es un instrumento didáctico y pedagógico para inculcar en sus alumnos los principios y fundamentos de la moral católica y forma parte del currículo. Por ello, la libertad de la profesora para utilizarla, debe ser respetada y aceptada por los compañeros que conviven en un mismo espacio. El derecho de la  Profesora se inscribe en la libertad religiosa por ser ciudadana de un Estado Democrático de Derecho y enseñar a los alumnos los principios morales, de acuerdo con sus convicciones religiosas y las de sus alumnos.

No siendo el crucifijo un objeto beligerante ni violento, sino todo lo contrario,pensamos que el hecho de mostrar una cruz, símbolo de altruismo, annegación, entrega, no anula ni determina la libertad  de los no creyentes. Aceptamos que para los no creyentes los principios morales  y su libertad se fundamenten autonomamente en la racionalidad, lejos de un sentido trascendente. Y, por último, que unos y otros, mediante el uso de la razón que comparten, pueden delimitar un terreno común de acuerdo en el que se fundamente el mínimo consenso social necesario para la convivencia  y el respeto de ideas y creencias.


sábado, 8 de enero de 2011

SÓCRATES: Una lucha contra el relativismo.


 



Para conducir las primeras reflexiones del hombre a la cordura y a la sensatez apareció la legendaria figura de Sócrates. Se negó a escribir y sólo actuó por medio de la palabra; por ello resulta hoy difícil saber con exactitud lo que fue su pensamiento y lo que fue propio de Platón pues son los diálogos de juventud de éste la fuente principal para el conocimiento de Sócrates.
Sócrates, amado por unos y odiado por otros, fue un auténtico látigo para los sofistas de su tiempo sin dejar de ser él mismo sofista.Toda su reflexión filosófica pretendió ser un humanismo también. Se propone alcanzar la felicidad y considera también como los sofistas, que depende también del arte de pensar, del arte de hablar y del arte del obrar. Los conceptos de sabiduría, diálogo y bondad están siempre en la base de toda su reflexión sobre el hombre y de su pensamiento soteriológico. Pero se opondrá formalmente a los sofistas por que mantendrá una concepción bien diferente de lo que son las ideas, de lo que son las palabras, y de lo que son las obras. Veamoslo por partes:

 El arte de pensar.

Para Sócrates es una axioma el hecho de que las cosas tienen una cualidad inteligible que es ESENCIA, su razón de ser. No hizo de las esencias realidades separadas, sino principios inmutables y permanentes de las cosas, inmanentes a ellas. Reacciona frente al relativismo afirmando la objetividad en el fundamento de las esencias.
De esta manera, los conocimientos científicos, nunca pueden quedar relativizados por el sujeto ya que no se duda de la existencia de nudos de inteligibilidad en el seno de la realidad, que quiebran ese subjetivismo garantizando un fundamento objetivo. Aristóteles dice de él que fué el primero que investigó las esencias desde él deseo de encontrar un fundamento objetivo del saber y un punto de referencia, como contraste experimental, para los conocimientos científicos. Sócrates es, por tanto, el inventor de un método de investigación que consiste en definir las realidades investigadas. Y definir es, delimitar, perfilar precisar con nitidez las fronteras Sócrates presupone, contra Gorgias, la existencia de la realidad; y contra Protágoras, su inteligibilidad. Concibió el mundo como un cosmos de esencias, de nudos de inteligibilidad; como un orden de núcleos permanentes y estables que hacen del todo un conjunto necesario, armónico e inteligible. Tal mundo, se puede enfrentar al de lo singular y concreto que es fugaz, pasajero y contingente y, por esa misma razón, aparente y falso, también irracional, múltiple y cambiante. Y en éste orden armónico de las esencias es donde encontró el fundamento objetivo de toda forma correcta de pensar,hablar y comportarse.
Concretamente, en el campo de la investigación racional (pensamiento), estableció la definición entendida como una captación intelectual de las esencias y, por ello, como un método de investigación. Esta captación de las esencias será explicada posteriormente en virtud de una operación intelectual abstractiva que, en función de lo que los escolásticos llamarán "unitas praecisionis", elaboraran una imagen o representación intelectual, llamada universal, idea o concepto , y que no es otra cosa que la forma que la naturaleza adquiere en la mente, abstraida de sus determinaciones concretas con las que se encuentra tal naturaleza en el mundo de las singularidades. Posteriormente Aristóteles distinguió estas dos formas de la naturaleza con las palabras "eidos" y "morphé".

 El arte del diálogo.

El diálogo fué veradaderamente el método de Sócrates. Le cabe la gloria de haber descubierto éste método de investigación y de aprendizaje en el campo de las ciencias humanas y pedagógicas, No tenía razón Aristófanes cuando le consideró como un ateo diciendo que el lenguaje era el único Dios. Pero el lenguaje y el diálogo era el único método que Sócrates conocía para alcanzar primero, el conocimiento teorético, después el práctico y, por último, la felicidad como fin de la existencia humana. Claro que el lenguaje de Sócrates no recibe un contenido variable como el de los sofistas. Ellos se acomodaban a las circunstancias y jamás valoraron la trascendencia y objetividad de las ideas (esencias) Su objetivo no era otro que el de persuadir y lo importante era conseguir el apoyo y el prestigio personal. Sócrates condena este escepticismo y este relativismo como vías erróneas para un auténtico humanismo. Utiliza el mismo método formal que los sofistas y tiene la misma inquietud; pero para él, el lenguaje debe recibir siempre un contenido permanente que es valor trascendente al hombre. A este valor objetivo y trascendente se somete el lenguaje y el hombre mismo regula y dirige su comportamiento tambiém en su función. Así precisamente piensa Sócrates, que el hombre se planifica, se perfecciona y puede sentirse feliz. No endiosado y convertido en demiurgo creador de valores, sino entregado al compromiso existencial de servirlos y participarlos; participar en la verdad en la justicia, en la bondad, en la belleza, en la libertad. La felicidad humana surge, por lo tanto, de un múltiple compromiso existencial humano: el compromiso con la ciencia, el compromiso con los demás hombres colaboradores en la tarea de buscar la verdad, y el compromiso con la misma verdad y los demás ideales trascendentes y eternos, en los que cada hombre, que se decide al compromiso de servirlos, encuentra la posibilidad de eternizarse.
Sócrates utilizó el lenguaje al servicio de la verdad y lo empleó en dos fases metodológicamente complementarias. Primero, la IRONÍA: Sócrates comenzaba por desarmar a sus adversarios sumiéndolos en contradicciones y avergonzándolos hasta que reconocían su ignorancia. Esta docta ignorancia, pensaba, era la base o el solar limpio para edificar el edificio de cualquier tipo de saber riguroso. El "sólo sé que no sé nada" si no es la forma más alta de sabiduría, sí que es ya una primera forma de saber, y sobre todo, una actitud adecuada para iniciar el auténtico camino del saber.
La segunda fase del método es aún más delicada de practicar. Sócrates gusta decir que él ha aprendido este oficio de su madre que era partera. Es la MAYEUTICA u obstetricia de las almas, por medio de la cual se alumbra en la mente la idea de las cosas. El arte de "concebir", el arte de pensar, es también un parto con dolor y con riesgo en el que, ayudados por el maestro del lenguaje, van naciendo en nuestra mente las ideas de las cosas, el descubrimiento de las definiciones fundadas en las esencias necesarias, permanentes inmutables, captadas por el "nous" y alumbradas en su interior como auténticos conceptos (concipio= parir). Nada tiene de extraño, por lo tanto, que el esclavo del Menón comenzase a relatar altas verdades matemáticas y geométricas ayudado por la maestría de Sócrates. 


El arte de obrar.

Es la sabiduría práctica la auténtica forma de sabiduría para muchas de las escuelas moralistas, hasta el extremo de designar al hombre honesto y justo con el calificativo de Sabio. A tenor de esta aclaración, recuérdese como B. Russell, haciendo una crítica de los derroteros de peligrosa irracionalidad por los que discurren algunas de las aplicaciones científicas y tecnológicas de nuestro tiempo, distingue entre ciencia y tecnología, por un lado y, sabiduría, por otro.
Ciencia y tecnología son ingredientes que el progreso exige : pero el auténtico progreso no existirá hasta que no esté presente la sabiduría entendida como una justa y adecuada concepción de los fines de la ciencia y de la vida en general.
Una preocupación permanece de Sócrates es la de determinar la esencia o naturaleza del BIEN para que, una vez conocida se pueda definir precisamente y después practicarse para alcanzar la felicidad. Se puede decir que es este el sentido y la orientación de toda reflexión filosófica del Maestro El pensamiento y el lenguaje se ponen al servicio de la verdad, del bien, y en su medida, de la felicidad del hombre. El mundo ético de Sócrates está dominado por los conceptos de "aghathón" (bien), "areté" (virtud) y "eudemonía" (felicidad) . Se trata de determinar lo que es el "eidos" del bien y de la virtud para alcanzar la felicidad.
Sus predecesores le ofrecieron ya ciertas posibilidades: El UTILITARISMO definió el bien en función de la utilidad.Sócrates pensó que esta respuesta era insuficiente porque la utilidad es siempre medio y el bien y la felicidad ha de ser el fin. 
Los NATURALISMOS presentaron siempre el bien aliado con el poder, con el dominio con la fuerza y con la biología.Sócrates pensó que desde esta perspectiva sólo se consigue abatir al hombre en el fango de la materia negándole toda trascendencia y toda posibilidad de eternizarse en la participación de lo intemporal.
LOS HEDONISMOS, al entender el bien como placer, dan también una pobre respuesta pues pagan su error con el terrible castigo del aburrimiento.
El principio básico de la ética socrático es que "no hay sino un bien que el conocimiento y un mal que es la ignorancia.” Por lo tanto, considera Sócrates que el criterio del bien reside en la sabiduría, que el conocimiento basta por si sólo para determinar la conducta humana. Sócrates no concibe como se puede obrar mal conociendo el bien. No concibe la mala intención, la maldad de la naturaleza humana. Por eso, él, como el pensamiento griego en general, rechazan la idea de culpa y de pecado. Es la ignorancia la causa de todos los males y no sólo de los fracasos.
Pero ésta concepción de la naturaleza humana, no puede ser defendida. 'El hombre, como demuestran los hechos, actúa en ocasiones mal y, si bien es cierto que a veces es por ignorancia, en otras, es por maldad. Sócrates, como hizo ver Aristóteles, confunde la sabiduría práctica "sofrosine", con la sabiduría teórica "sophía". A mi juicio, no es justo pensar que el hombre no puede sustraerse ante la influencia del bien conocido, que todo proceder impecable arranca de un conocimiento perfecto. A veces, actuamos en desacuerdo con nuestra conciencia psicológica y con nuestra conciencia moral.
De otro modo, no seriamos libres. Y a veces, vemos personas ignorantes con un gran corazón: un corazón "con razones" que la razón no conoce, según decía Pascal. Así que la ignorancia teórica es perfectamente compatible con la sabiduría práctica, con la abnegación y el sacrificio, con el sentido claro y preciso del bien y del mal, con el coraje del hombre comprometido con la virtud. No hace falta ser inteligente y docto para ser honesto. Ni se es honesto por ser docto e inteligente; tampoco por el mero hecho de ser ignorante. Lo único que se quiere decir es que las categorías éticas (bien-mal) son autónomas e independientes de las categorías científicas (verdad­-error). La inteligencia es una buena condición para practicar las virtudes y, cuando no está ofuscada, se siente atraída por la belleza de la bondad y de la justicia. Pero, por sí sola, no basta para hacer el bien.
Pero Sócrates consideró que la virtud era un hábito racional y confundió la virtud con la ciencia, los hábitos racionales con los hábitos morales. Por eso replicaba Aristóteles no sin razón que el valor, no consistía en conocer los peligros sino en saber afrontarlos; un tipo de sabiduría distinto e irreductible al primero. 
El intelectualismo socrático ofrece una perspectiva del mundo de la virtud adosada al marco de la razón. A ésta perspectiva se le puede llamar RACIONALISMO ETICO. Sócrates, para atajar las aberrantes conclusiones de los sofistas, abre las puertas del "logos" y el ímpetu arrollador de éste torrente lógico entra en el ámbito de la moral invadiendo y desbordando los sagrados depósitos de la poesía homérica, las costumbres heredadas, los horizontes hasta entonces inquebrantables del recto proceder. El proceso de racionalización del depósito tradicional es sano por un lado como reactivo ante inmovilismos trasnochados; pero es también peligroso si no se sabe usar con tacto y equilibrio. El Maestro, de alma apolínea, sólo sacó del racionalismo ético la lección, también ética, de la renuncia; pero sus seguidores, cínicos y estoicos, abocarian a formas exageradas del racionalismo que acabarán paulatinamente con toda esa corriente cálida y sentimental de los valores tradicionales y de las "razones del corazón". El rigorismo de la razón ahogará definitivamente la corriente cálida de los sentimientos; entonces, los ideales éticos se tornarán lacios e inhumanos. Si en otro momento hemos dicho que el hombre no es solamente pasión,ahora hay que decir que no es tampoco razón solamente. Un racionalismo rígido acaba con el hombre porque acaba con sus venas, con su corazón,con la tarea ética y política. Sin fuerzas instintivas y pasionales queda sin trabajo el auriga de nuestra razón. Hay, indudablemente que romper en favor de la perfección y de la felicidad para los racionalistas éticos, quizás sea la afirmación de la esencia divina, pero es sin duda la aniquilación de la esencia humana. Por eso, el ideal del Sabio en las escuelas postsocráticas es la muerte, en vez de la perfección del hombre, porque cometieron el grave error de calificar las acciones humanas a la luz exclusiva de las directrices racionales. De este modo, se inició históricamente un proceso subestimatorio de la naturaleza humana como reacción ante un planteamiento puramente naturalista o hedonista igualmente insuficiente.
Diríamos, por lo tanto, que es necesario ser razonable, racionalizar nuestra vida y nuestras costumbres; pero con esto no basta para ser moralmente honesto, porque nuestras acciones pueden ser, a pesar de todo, moralmente neutras o inmorales. Para la valoración de la conducta tienen que entrar factores apetitivos y volitivos. No basta con conocer para determinar el signo de la acción; hay también que querer y decidir, teniendo en cuenta el apetito sensible y el apetito irracional. Así pues la inteligencia no basta para determinar el sentido de la acción; ésta es psicológicamente imposible sin las fuerzas que emana de las tendencias y sin el ejercicio de la voluntad. Y puede ocurrir muy bien, salvo que defendamos posiciones deterministas, que la voluntad decida hacer lo que no es razonable o que permanezca en un estado de deliberación permanente, incapaz de decidirse;  o que actúe sin deliberación ni reflexión con un claro matiz de neutralidad moral. Y hasta se puede dar el caso de una inteligencia condicionada por unas tendencias fuertes o por una voluntad de hierro.
En resumen, la inteligencia es condición necesaria para la moralidad, porque aporta elementos decisivos en el proceso deliberativo y de reflexión y análisis. Pero no es condición suficiente, pues se requiere el apetito o las tendencias como una anticipación del bien apetecible a nivel biológico y la voluntad como presentación anticipada del bien apetecible a nivel racional. Y en esa confluencia, en esa dialéctica y en ese conflicto se dan la decisión y la responsabilidad moral. Por todo ello, básicamente de acuerdo con el planteamiento socrático en el que de la razón sólo se saca la lección ética de la renuncia a los excesos de las tendencias, no podemos estar de acuerdo con planteamientos extremos ni naturalistas, hedonistas, o racionalistas. El hombre, a mi juicio, es una realidad en equilibrio inestable de fuerzas anímicas. La tarea ética de cada cual es garantizar la estabilidad y proporción de ese equilibrio que corre constantemente el riesgo de romperse. La salud psicológica y la bondad ética u honestidad, son justamente lo que anda en juego. Nadie puede desentenderse porque ésto compromete a todos. Está en nuestras manos nuestro propio destino y en parte, también algo del destino de los demás, en la medida de nuestras posibilidades de interacción en la dinámica moral y social de las gentes con las que convivimos. Esto es grandioso y noble; pero podemos errar en los errores en ésta tarea se pagan caros si no se corrigen a tiempo. En unos casos con la neurosis y en otros por la perversión moral.
Para terminar, dejar claro que Sócrates pretendió alcanzar la felicidad. Creo que todos los humanismos pretendieron siempre lo mismo, aunque no se pusieran de acuerdo en lo que había que entender por ella. Lo que está claro es que Sócrates se resistió a colocarla del lado del naturalismo o del hedonismo para intentar buscarla en la razón. Quizás se extralimitó al considerar la importancia de ésta; pero él, que era un hombre virtuoso y equilibrado, jamás pensó en mecanizar la conducta desde los principios de la lógica, estableciendo ideales éticos inhumanos; sin embargo, es justo reconocer que sentó las bases para que otros menos apolíneos y equilibrados que él lo hicieran sin escrúpulos.




sábado, 11 de diciembre de 2010

PROTÁGORAS : EL PRIMER RELATIVISTA DE LA HISTORIA






En principio vamos a analizar los precedentes que posibilitaron la aparición del hombre como tema de investigación. Podríamos señalar  el desarrollo y emancipación de la razón a través de la filosofía de Parménides y del Pitagorismo, así como del pensamiento lógico, cosmológico y ético de Heráclito. Ello significó la aparición de una actitud crítica en lo científico y en lo religioso. En el campo científico cabe citar la obra del “Corpus Hipocraticum” interesado por la etiología de las enfermedades. En el campo religioso, la obra de Aristófanes Las Nubes, es una auténtica antiteodicea. Cabe igualmente destacar la situación político- social de Grecia. Las ideas democráticas habian sido sembradas por Licurgo y por Solón ya en el siglo VII a. de Cristo. Clístenes, ya próximo al siglo v, fué el fundador decidido del sistema democrático que consiguió su explendor.
En el siglo de Pericles (S. V a. de Cristo, Tras las guerras médicas contra los Persas, Grecia rompe con el sistema de las ciudades -Estado (polis) y se empieza a formar la conciencia nacional. Se vive una época de profundas trasformaciones, surgen grandes desequilibrios y el individuo empieza a sentirse desarraigado, al perder el sentido de lo que la existencia habia sido para él. Los cambios de ideas son propicios para la emancipación del individuo de la tutela del Estado y de los dioses. Por otro lado, las ideas democráticas, hacen que el linaje ya no sea suficiente para ejercer el liderazgo. Todo ello contribuye a que el hombre pase a primer plano de la reflexión. Ante la aparición del individualismo, empieza a sentirse la necesidad de garantizar la felicidad humana, analizando sus posibles formas de comportamiento tanto individual, ética,como colectivo (política). Los problemas naturalistas de la cosmología (física). Pierden actualidad e interés cuando el hombre griego descubre su situación problemática y su desorientación; es lógico que empiece entonces a preguntarse por sus propios problemas.
En consecuencia, el primer humanismo de la historia, comenzó con el interés de los griegos, por los problemas ético-políticos. Igualmente influyó la tradición pitagórica preocupada por el destino y la felicidad del hombre; ésta fue una dimensión olvidada ante la primacía de las investigaciones naturales y es ahora, cuando el interés de la especulación griega se centra sobre los problemas antropológicos, el momento de tomarla y desarrollarla.
Por último, podríamos citar el desencanto producido por las reflexiones en torno a la naturaleza. El escándalo de reflexiones tan enfrentadas, provocó la aparición de un excepticismo sobre tales temas, volcándose el interés de los pensadores sobre la realidad humana. La conclusión a la que había llegado toda la reflexión anterior sobre la naturaleza parecía demostrar que no existía una verdad clara y terminante que se impusiera a todos, y si la había, latía tan profunda en el seno de los seres que resultaba inalcanzable. Es por tanto, norma que en el caldo de cultivo de las explicaciones contradictorias sobre la naturaleza germinarán los escepticismos y los relativismos.Lo bueno, lo malo, lo justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso; todo ello es relativo pues el hombre es la medida de todas las cosas.
Y aún en el casó de que el hombre tuviese que ajustarse a algo al determinar sus valores y modos de comportamiento, ese algo, no podría ser otra cosa que la naturaleza humana, desprovista de cualquier adherencia cultural (como si cultura no fuera también parte integrante de la naturaleza humana). Y la naturaleza humana, desprovista de hábitos sociales, de costumbres enseñadas y de normas inculcadas, sólo se rige por dos instintos básicos: El instinto del placer y el instinto del poder. Por lo tanto, cualquier norma o ley contraria a estas tendencias básicas, constituirá la base para una moral antinatural.
Esta conclusión, a mi juicio, adolece de un fallo fundamental. Considera gratuitamente la naturaleza humana identificada con los procesos de la vida instintiva, y aún con los más primarios desde el punto de vista de la ontogénesis. En realidad, el circulo funcional de la vivencia que presenta la naturaleza humana como una oscilación antropocósmica, manifiesta ostensiblemente la existencia de otros procesos tales como los de conocimiento que, en el caso del hombre, engloban procesos racionales, cuyas exigencias se enfrentan frecuentemente a las apetencias, creando lo que hoy llamamos, conflictos anímicos. Así que también la racionalidad pertenece a la naturaleza humana.Por ello, las normas jurídicas y éticas , no pueden ser nunca no deben ser absolutamente convencionales, sino exigencias del buen sentido, de la sensatez, de la lógica o de la racionalidad humana que es, al menos, tan natural como los instintos primarios.
Esta concepción de la naturaleza humana tan peyorativa, fundamentada en los principios básicos del placer y del poder, propia de los antiguos hedonismos y naturalismos, ha resurgido modernamente en los nuevos. En la actualidad, las Escuelas de Freud y Adler defienden la misma tesis, según la cual, todos los comportamientos humanos, individuales y comunitarios, no son otra cosa que simples sublimaciones de estos instintos básicos ante la presión ejercida por el Super-Ego como conjunto de normas absolutamente convencionales, introyectadas por medio del fenómeno educativo.

PROTÁGORAS fue quien sacó las penúltimas consecuencias de este planteamiento. Con su "homo mensura", perfiló el primer relativismo antropológico de la historia. Las categorías, éticas, estéticas, científicas y hasta políticas, todas son relativas al hombre. El es la medida de todas las cosas, porque éstas, no son en sí nada. Tal y como se me aparecen en mí, así son para mí; tal y como se te aparecen a tí, así son para tí. El éxito del hombre está en conseguir mediante la habilidad de su pensamiento y de su palabra que a los demás las cosas les parezcan ser tal y como a él le parece que son. El lenguaje, lejos de servir para desvelar, comunicar y participar la verdad, solo sirve para recrearla en cada caso y en cada circuns­tancia de acuerdo con los propios intereses. Para alguien convencido de la existencia de la verdad, diría que en tales cir­cunstancias, el lenguaje pervierte su función natural constitu­yéndose en obstáculo permanente que oculta lo que debería desvelar.
Algunos pretenden ver en Heráclito los orígenes de ésta filosofía relativista en la que lo importante es persuadir, no importa de qué. Efectivamente, Heráclito dijo que nada era permanente ni estable, pero dejó sentado, con la misma fuerza, que el logos era la Ley Eterna, inmutable y permanente que regía con inflexibilidad y dureza absolutamente todo devenir y toda conducta. El logos era la Ley, del  lenguaje, a Ley del pensamiento, de la naturaleza, de la conducta y de la "polis". Por tanto, Protágoras va más allá porque ha roto incluso con esa Ley universal y ha colocado al hombre en el centro del sistema. Nada, absolutamente nada es real independientemente del hombre.
Por ejemplo, la sensación, forma primaria de conocimiento, que parece más objetiva que ninguna otra, es totalmente subjetiva porque depende totalmente de condiciones fisiológicas y físicas del sujeto. El frío o el calor no existen en absoluto, indepen­dientes del hombre; ésta es su medida. Yo soy en realidad el frío y el calor, como todo lo demás. Por eso es posible sentir frío y calor con los mismos grados de temperatura; y éste puede ocurrir en distintas personas o, incluso, era la misma persona en diferentes momentos.
Y si ésto es así con el conocimiento sensorial que es la forma de conocimiento en la que predomina lo decidido del exterior, ¿qué ocurrirá con las formas más complejas de conocimiento en las que tiene más importancia la espontaneidad del sujeto? Todo conocimiento queda relativizado por el sujeto. No existe una verdad absoluta , sino que sólo existen verdades relativas a cada hombre. Por eso la verdad sólo puede tener un carácter y un valor instrumental ya que se ha sustituido los juicios de existencia por los juicios de valor subjetivo. Por eso, igualmente, en la dimensión social o comunitaria, en donde es imprescindible unificar criterios, a lo máximo que podemos aspirar es al convencionalismo de las leyes.
Esto, a mi juicio, acarrea serios problemas para el teórico de la sociología, de la política o de la ética: ¿cómo fundamentar el mutuo acuerdo entre los hombres en la formulación de las leyes positivas o de las pautas deseables de comportamiento individual, sin referencia alguna a algún tipo de orden objetivo externo (natural=ley natural, o sobrenatural=ley revelada), o interno (leyes lógicas=razón)? ¿Por qué los hombres, en el diálogo constructivo convienen en establecer ciertos modos típicos o ciertos principios éticos o jurídicos? Si no hay razón alguna que lo fundamente, o sería prácticamente imposible tal convención, quedando todo en un diálogo estéril, o ésta se conseguiría sobre la base de la violencia, física, ética o psicológica (miedo o mentira). Desgraciadamente, no faltan casos que confirmen lo dicho.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

LOS NACIONALISMOS





El escritor Mario Vargas Llosa leyó este martes en la Academia Sueca el discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura. En su intervención, el hispano-peruano criticó al nacionalismo, "que ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia". En esta misma línea, Vargas Llosa subrayó que las patrias "no son las banderas ni los himnos, sino un puñado de personas y lugares que pueblan nuestros recuerdos". "Ojalá que los nacionalismos, plaga incurable del mundo moderno y también en España, no estropeen esta historia feliz". Asimismo, ha reconocido que "detesta" toda forma de "nacionalismo, ideología -o, más bien, religión- provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento".

Esta cita de Vargas  Llosa, publicada en el Confidencial Digital,  me sirve "ad hoc" para reflexionar acerca del peligro de los nacionalismos excluyentes que conviven en España. La Historia de la filosofía nos puede ayudar a esclarecer estos asuntos politicos. En el siglo V a.Xto. Los sofistas anteriores a Sócrates, pensaron que la moral y la política se fundamenta siempre en normas convencionales, desprovistas de valor objetivo. Pero además, pensaron que tales normas eran antinaturales, basados en una concepción de la naturaleza humana parcial, restrictiva y alicorta. Con todos estos precedentes, se puede explicar que todos estos sofistas anteriores a Sócrates, se erigieron en maestros del arte de pensar, del arte de hablar y del arte del comportarse o de obrar, todo ello con miras de triunfar en la "Polis". La lógica, la oratoria y la ética, se fomentaron como procedimientos metodológicos para triunfar en la lucha democrática por el poder. 
El gran problema consistían que desengañados de toda objetividad trascendente al hombre, desarraigados de los dioses, escépticos de la firmeza y regularidad de la ley natural y convencidos de la miseria de la naturaleza humana, (únicamente tendencia al placer y al poder), ese arte de pensar, de hablar y de conducirse, no podía tener ideal más alto que el de erigirse por encima de los demás, el de convencer a los otros de la mayor habilidad del propio yo. Por todo ello, nada tiene de raro que los sofistas escritores atildados y artistas elegantes en el hablar, pusieron su sabiduría al servicio del lucro personal, de la fama y del prestigio, suscitando en la juventud emancipada la ambición por el poder y por el porvenir político, desafiándoles a dominar la palabra como medio de persuasión para los demás, de las virtudes propias y de la capacidad para gobernar. Despreocupados por las ideas y por los contenidos, el lenguaje, lejos de ser un sistema de comunicación, quedaba reducido a una técnica de persuasión, no importando de qué. Cualquier postura podía ser defendida por el profesional de la oratoria. Todos los casos eran defendibles, incluso los contradictorios. El arte consistía en hacer de la peor la mejor de las razones. Si se conseguía el prestigio, el aplauso, el liderazgo, se había conseguido el fin de la vida humana y con él, la felicidad. Para conseguir esto, cualquier razón era buena. Sólo hacía falta tener la suficiente habilidad como para que los demás así lo aceptasen. La valoración del discurso, de la verdad y de la bondad, se medía operativamente por sus resultados prácticos: era bueno, verdadero y honesto el que triunfaba, y el que fracasaba era por eso mismo, tonto o ignorante y malvado.

Pues bien, hasta aquí la cita con los griegos. Los nacionalismos, nacen en una época de exaltación de las emociones, del lugar, de la raza y de la diferencia localista, sin tener en cuenta el bien común de la colectividad.  Utilizan la lengua como signo identitario no para comunicarse y unir sino para todo lo contrario: La palabra al servicio de la ideología excluyente y partidista. Priorizando el sentimiento sobre la razón, su verdad frente a la verdad, aun a costa de tergiversar la Historia, sacralizar el territorio y elevar a categoría trascendente la nación. Si para conseguir estos objetivos, es necesario que alguien caiga por el camino, no importa: todo al servicio de la causa.
El nacimiento biológico, -contingencia particular, común a todos los seres humanos-, se eleva a tal categoría óntica por parte del nacionalismo, que hace de este hecho el" leiv motiv "de su existencia. Donde los principios, los valores democráticos de la ciudadanía y los derechos particulares de las personas, quedan supeditados si no abolidos por la ideología imperante nacionalista.  El espíritu librepensador y crítico del ciudadano, queda castrado desde el momento que no comulga con la religión nacionalista, siendo "expulsados del redil" de la madre patria. Identificando a ésta patria, con una ideología -falsa conciencia Marx-, con las apetencias de una clase dirigente, que solo busca su propio provecho y mantenerse en el poder. Para ello, -como hicieron los Sofistas-, utilizan la lógica, la oratoria y la ética: el arte de pensar, de hablar, y de comportarse, para erigirse por encima de los demás y no para servir a su pueblo.



domingo, 28 de noviembre de 2010

FIN DE SEMANA APASIONANTE

Esta semana vamos a vivir tres acontecimientos de diversa trascendencia para nuestro país: El encuentro de los empresarios españoles  en la Moncloa con el Sr. Rodriguez  Zapatero, las Elecciones Catalanas y el encuentro de fútbol Barcelona-Real Madrid.
De estos tres acontecimientos, me quedo con el partido de fútbol por ser el más incierto de los tres. De  los otros dos  ya sabemos el resultado. Me imagino la cara de sorpresa de algunos que lean éste artículo, acerca de esta afirmación que acabo de expresar. Pues bien, analicemos.

El encuentro de los empresarios con el Sr. Presidente, hay que enmarcarlo dentro sistema de propaganda a al que nos tiene acostumbrados el Psoe. ¿Nos van a sacar de la crisis aquellos, que en parte fueron los causantes?: Los presidentes de constructoras, financieras o energéticas?. En el supuesto que tuviesen la receta "el bálsamo de fierabras", ¿Por qué no se aplicó anteriormente? No, no nos engañemos, todo es un montaje ideológico y de marketing, para, sin hacer nada , parecer que se hace algo, hasta la terminación de la legislatura y después Dios dirá. Al Sr.Presidente lo único que le importa es la continuidad en el poder y ya llegarán tiempos mejores. Actualmente, nuestro País España,sufre tal crisis de valores, que una simple puesta en escena no resolverá nada. Se trata de algo mucho más profundo que afecta a los principios, a la moral y a la política cívica, a la educación de los ciudadanos y a la honestidad de nuestros políticos.  Se trata de concienciar a la opinión pública y de contarles la verdad. No de manipularla. ¿Decir la verdad es ser antipatriota?. ¿O ser antipatriota es llevar a la ruina éste País?. Se trata de no demonizar el sistema capitalista y de echar la culpa siempre al otro: mercados satánicos que nos quieren, PP antipatriota que lo único que le interesa es el hundimiento del País, prestamistas y usureros que solo buscan sus propios beneficios, etc No nos explican que el dinero prestado a nuestro País proviene de fondos de inversión cuyos dueños son nuestros propios ciudadanos, tampoco nos dicen que tan culpables son los que prestan como los que piden que se le preste. En las vacas gordas, cuando los intereses estaban muy bajos, y había financiación para casas, vacaciones en el Caribe, coches suntuosos y negocios dudosos, no nos quejábamos. Finalmente ¿Qué decir de la política catastrófica de nuestro gobierno?: Empezó por negar la crisis, descalificar a todos aquellos que la denunciaron, e hicieron una política económica errónea que ha incrementado el paro hasta casi cinco millones, etc. Como consecuencia de todo esto, se incrementaron las prestaciones sociales  y se agotaron las reservas  y se endeudó el País. etc. Lo que todos conocemos.
Esta reunión no servirá para nada, si no hay propuestas concretas, y todo queda en un acto voluntarista y propagandista de nuestro gobierno. La receta es difícil de aplicar: Ahora hay que ajustarse el cintuŕon,produciendo más siendo más competitivos y cambiando estructuras y hábitos que fueron nefastos. Creando confianza en los inversores, haciendo un plan de ajuste que sea justo y equitativo en el reparto de los sacrificios, empezando por la Administración, gobierno, autonomías y clase trabajadora. ¿Lo conseguiremos? Yo, personalmente, soy pesimista. Veremos cómo superará el gobierno la crisis de credulidad en la que está inmerso.

El segundo acontecimiento son las Elecciones Catalanas. Según las encuestas  -y salvo sorpresas-,  las ganará CIU, con la incertidumbre de conseguir la mayoría absoluta.
El batacazo que sufrirá en las urnas el tripartito en concreto el PSC, será un hecho que habrá que analizarse en profundidad, no solo por los ciudadanos catalanes sino por el resto de ciudadanos españoles. Las aventuras nacionalistas seguidas por el PSC y sus socios les saldrán caras, y serán castigadas por una base sociológica que vota PSC,  pero que no es nacionalista y no siente la necesidad de un discurso identitario ni la inmersión lingüistica,y que sufre en sus carnes, las consecuencias  de una política idealista y poco realista, seguida por Montilla y sus socios de gobierno. En cuanto a ERC, estar en el gobierno y a la vez  tener una estructura asamblearia, muy próxima a los grupos antisistema,  haciendo politicas ambivalentes y contradictorias, lo pagará muy caro en las urnas. La abstención y el voto en blanco, será un factor a tener en cuenta. La campaña bochornosa, cutre, provinciana, surealista, dirigida contra el adversario político y no para la solución de problemas, -carente de iniciativas pragmáticas-, demuestra el nivel de preparación y coherencia de nuestros políticos.  Y algo sorprendente: ¿Han oido algo sobre el Estatuto Catalán en ésta campaña? ¿No resulta sorprendente?. Que cada uno saque sus consecuencias.
De todo ello se beneficiará CIU, la del tres por ciento. Las consecuencias no se harán esperar: Muerte del Tripartito, caída del PSC a los tiempos de Obiols, papel decisivo del PP en la formación del nuevo gobierno, pérdida de influencia y peso del independentismo fracturado. ¿Qué votarán los hijos del PSC en el cinturón de Barcelona? ¿Ha servido el Estatuto para solucionar el problema del independentismo o lo ha recrudecido?. Los votos pondrá a cada uno en su sitio.

El tercer acontecimiento será el partido de fútbol que jugarán el Barcelona y el Real Madrid. No será el partido del año ni del siglo; como éste ha habido muchos, todos importantes por ser el último y el que toca. Antes de seguir una pregunta: ?¿ Por qué no se televisa en abierto ? ¿Acaso no es de interés general? Si este partido no lo es que venga Dios y lo vea.
Es evidente que se enfrentan dos de los equipos de fútbol más importantes del mundo. Hoy no puede verse en el mundo un espectáculo tan apasionante y bello que  un Barcelona- Madrid. Será visto por millones de personas en todo el mundo, gracias a la TV y mostrará a todo el planeta la excelencia de un deporte llamado fútbol. !Ojalá todo discurra con deportividad y buen hacer! Nuestro país ha de demostrar ante todos: buena organización, seguridad y todo aquello positivo que adorna a un país serio y moderno.
Vamos a analizar algunos aspecto estrictamente deportivos y técnicos de estos equipos. Se enfrentan dos de los mejores entrenadores de fútbol del planeta: Guardiola y Mouriño.
El entrenador del Barcelona es de la casa: ha mamado y se ha educado en la masía. Primero como recogepelotas y después como un excelente jugador, técnico, ordenado y preciso,  en el centro del campo. Como persona, es serio, irónico, humilde, respetuoso con los contrarios y muy inteligente. Su concepto técnico en fútbol pasa por la recuperación del balón lo más rápidamente posible: presión, adelantamiento de la defensa, y ahogo en tres cuartos del campo al contrario.Esto lo puede hacer porque cuenta con tres maravillosos jugadores de medio campo, los mejores del mundo: Xavi, Iniesta y Messi.
Mouriño, no es de la casa, no se ha educado en las secciones inferiores del Real Madrid, pero como es muy inteligente, le han bastado tres meses para entender la filosofía del Real Madrid. Como persona, es amante de la familia y muy preocupado por la educación de sus hijos. Los que le conocen en su entorno, dicen de él que es una persona normal y sencilla.Técnicamente es un portento de entrenador.  Inició su carrera junto a Robson, técnico inglés que lo fué del Barcelona. Ha inculcado en el  Real Madrid  un fútbol, directo, agresivo, de presión y de pase largo; también cuenta con excelentes jugadores para  hacer ésta labor, como Xabi Alonso,Özil y otros.El equipo lo ha construido desde la defensa hacia adelante. Su perfil psicológico es muy distinto del de Guardiola: Es agresivo,orgulloso, meticuloso, -lo controla todo-, y un psicologo de grupo,que motiva a los jugadores como nadie sabe hacer. Es un pedagogo didáctico que explica a sus jugadores todas sus determinaciones y actuaciones, dejando contentos  a los que juegan como a los suplentes.
Se enfrentan dos de los mejores guardametas del mundo:Casillas y Valdés. El primero, Casillas, es el mejor del mundo, sin duda. Es rapidez, reflejos e intuición y movimiento de piernas, propias de un número uno. Líder en el Real Madrid y en la Selección Española.
En la defensa, los centrales de la Seleción Española: Puyol y Piqué, frente a los de la Seleción Portuguesa: Carvalhoy Pepe. Seguridad, colocación, rapidez en el corte y salida de balón, son sus virtudes.
En el centro del campo, tenemos a los dos medio centros más importantes del mundo: Xabi Alonso y Xavi Hernández; pase largo y pase corto y control. Son el complemento ideal de un centro de campo de un equipo ideal. Xabi Alonso es idóneo para aperturas largas por los extremos y diagonales  y Xavi Hernández, control, pase corto y proteción de balón. Junto a ellos la seguridad y la fuerza: Busquet y Khedira. La rapidez, pase al hueco en el juego de balón, el desmarque y la precisión, las encontramos en  Iniesta y Özil, éste último uno de los mejores jugadores del último mundial de SurAfrica .

Qué decir de la delantera: Messi y Ronaldo, frente a frente. La rapidez en el regate, la velocidad con el balón controlado, cosido al pié, el oportunismo y  la facilidad en el gol, ese es Messi, para muchos el mejor jugador del mundo, a la altura de un Di Stéfano, Pelé, Maradona etc. Ronaldo es fuerza, rapidez en el uno contra uno en carrera, golpeo de balón seco y preciso, etc. Dos formas de jugar al fútbol, dos concepciones diferentes, cual de ella más bella y pragmática.

¿Quién ganará el partido? Cualquiera de los dos tiene argumentos suficientes para ganarlo. Yo como madridista deseo que gane el Real madrid, pero  merecidamente porque sea el mejor y nunca por motivos  ajenos al deporte y a los méritos de cada uno. Para que gane el Real Madrid tendrá que jugar como equipo, juntas las líneas, presionando al Barcelona allí donde más le duele, desde la defensa y la salida de balón. No dejando que el centro del campo del barcelona se posesione del balón: Xabi e Iniesta e impidiendo la conexión con Messi por el centro del campo. Obligando al Barcelona a jugar por los extremos, para que los posibles centros puedan ser neutralizados por la pareja de centrales: Carvalho-Pepe. A su vez Alonso y  Khedira, deberán estar muy atentos a las llegadas de Busquet y Keita, y en los saques de esquina a Puyol y Piqué.
El Real Madrid debe procurar sacar bien el balón desde la defensa y que sea Xabi Alonso el encargado de hacerlo conectando bien con Özil,  o con pase largo hacia la apertura del campo con Di Maria o Ronaldo; Esto ha de  hacerlo con rapidez y precisión para coger desprevenido al Barcelona, en cuanto tenga la pelota en su poder. Eliminando el pase corto, por el pase largo, elimina la presión del centro del campo barcelonista, arma terrible que tan bién sabe emplear el Barcelona. Con todo esto, y un poquito de suerte,  ganaremos al Barcelona. Que así sea.



jueves, 14 de octubre de 2010

LOS SANTOS MÁRTIRES





Queridos amigos: A todos vosotros que sentís con fervor y devoción el culto de nuestros Patronos, Los Santos Mártires, os dedico un documento elaborado por mi abuelo Juan González Gómez sacado de un libro antiguo de la Historia de Guadix y Baza en Junio del año 1919, como copia literal.

(Los subrayados y negritas no son copia literal, sino elaboración propia para la mejor comprensión del texto.)




"DE LOS SANTOS APOLO, ISACIO Y CROTATO, MÁRTIRES DE LA VILLA DE ABLA."



"En el libro de Daniel se lee  que el Rey Nabucodonosor mandó que todos los grandes y pequeños de su Reino adorasen aquel ídolo o estatua de oro, y otros metales, que erigió.Todos la adoraron, excepto tres mancebos de corta edad, llamados Ananías, Missael, y Azarías. No faltó quien diese la noticia al Rey, que abrasado de furor los mandó traer a su presencia y les dijo: ¿Por qué razón no adorais la Estatua de Oro? Obedeced y adorarla luego porque de otra forma sereis puestos en un horno de fuego ardiente y veremos qué Dios sea que os libre de mi mano. Aquí les respondieron los tres diciendo: El Dios que adoramos nos puede librar del fuego ardiente; y si no quiere, sabe tú por cosa cierta que nosotros no  reverenciamos a tus dioses ni adoramos la Estatua de Oro . Entonces lleno de ira el Rey los mandó echar en el horno,donde cantando muchas alabanzas a Dios, el fuego no les hizo daño ni aún al pelo de sus cabezas."

Todo lo referido, en cada una de sus circunstancias, simboliza muy a propósito, el martirio que celebra la Santa Iglesia de Guadix, y todo su obispado de los tres Santos de Abla, cuyas actas refiere Tamayo y Jimena, copiados de un legendario antiguo de letra gótica, sacado de la Santa Iglesia de Astorga, que traducidos a la letra de latín, en Castellano, dice así:

"En tiempo de Diocleciano, Emperador tirano de los romanos, estaba en la ciudad de Acci (que es guadix en Andalucía), un centurión o capitán de cierta cohorte, que tenía continuamente cien soldados. En ella había tres varones de suma virtud, que exteriormente andaban con vestidura de la milicia terrena, mas interiormente seguian valerosos la religión cristiana. Por aquel tiempo sucedió que el Presidente Daciano, de orden del emperador, andaba por España persiguiendo cruelmente a todos los cristianos, para atraerlos al culto de los ídolos, y si no, condenarlos a durísima muerte. Éste, después de haber muerto a muchos cristianos en Arjona, pueblo de Andalucía, pasó a a la ciudad de Guadix, donde tambien martirizó a algunos. De aquí tomando el viaje para la Provincia Tarraconense, llegó a la ciudad de Abla, cerca de Guadix, donde halló algunos soldados de la centuria y cohorte  de Guadix, que allí estaban de guarda para asegurarle el camino a Daciano, el cual resolvió se hiciese sacrificios a los dioses. Y para ejecutarlo más solemnemente, publicó los edictos acostumbrados, mandando que todos asistiesen al sacrificio para (el) que señaló día. Llegado éste, asistiendo todo el pueblo junto, se celebraron los sacrificios, y acabados, no faltó quien  denunció a tres soldados por no haber asistido a ellos ante el Presidente Daciano, quien los mandó prender. Y traidos a su presencia, les dijo: ¿Cómo os llamais?. Ellos respondieron: Apolo, Isacio y Crotas, según el siglo, y somos cristianos, según Dios. Entonces, el Presidente, lleno de ira, les dijo: ¿Cómo teneis juicio para pronunciar cosa semejante, conociendo la voluntad de nuestros Emperadores, por la cual somos enseñados que solamente deben ser adorados los dioses inmortales?. Desarraigase de vosotros ese incentivo de irreligiosidad y obedientes, rendid sacrificios a los Dioses como fieles soldadados a nuestros Augustos, para que no os venga, como a otros el último dispendio de la vida. Los tres  Santos soldados le dijeron: Tú y tus emperadores reverenciad a vuestros Dioses, mas nosotros adoraremos a nuestro señor Jesuscristo, en el cual consiste, la salud, la vida y la resurreción. Entonces el Presidene dijo: Luego, ¿Nuestros Emperadores y nuestros Dioses no son vuestros?. Aquí le respondieron: Los que procuran quitar el culto de nuestro Dios son tiranos, porque no son del Dios por quien los reyes reinan y así tus Emperadores no son de Dios, porque procuran prohibir la adoración de nuestro Dios, y nosotros estamos obligados a excluir a los que nuestro Dios excluye. Entonces el Presidente les dijo: Desdichados, mirad por vosotros pues teneis obligación de adorar a los Dioses y si no sereis atormentados con rigurosos suplicios. Dicho esto, los mandó encerrar en la cárcel hasta otro día por la mañana, que sentado Daciano en el Pretorio, fueron llevados ante él. Y no pudiendolos reducir, ni con halagos ni con amenazas, mandó, que tendidos a lo largo fuesen castigados con duros y largos cordeles, hasta tanto que los ministros ejecutores  ya cansados, descansasen y, en su lugar, prosiguiesen otros, hasta conseguir que los tres Soldados gloriosos se apartasen de la confesión de Cristo, o despedazos sus cuerpos muriesen.
Así se ejecutó. Mas no venciendo éste tormento su constancia, ni pudiendo segunda vez el Presidente persuadirlos con palabras al culto de los dioses, entonces, encendido en cólera, e instigado del demonio, mandó hacer en medio de la plaza un grande y ardiente fuego, donde fuesen consumidos. Mas estando ya los tres en medio de la hoguera, el fuego conservó indemnes a los que la onnipotencia diestra de Cristo protegía. Y allí contemplando y levantando la consideración al cielo, decian: Respice in servos tuos in opera tua domine, dirije ad iuvanos ut perfeciamus opus tuan sine macula Criste. Oyendole esto Daciano y creyendo que sollozaban de dolor, lo sintió indignado agriamente, y mandó que les metiesen unas aleznas por entre las uñas a cada uno y les arrancasen las costillas de las espaldas. Ejecutaron los ministros eficazmente el bárbaro precepto. Y entre los crudísimos dolores de los tromentos de los tres Santos gozosos con la esperanza y pacientes en la tribulación, oraban al Señor diciendo con Ananías Azarías y Missael: Indica domine iudicium tuan, libera nos ab homine iniquo, doloso.
Finalmente, Daciano entonces, como le instase la prosecución del viaje, mandó matarlos a cuchillo, con el cual cortadas sus cabezas fué preciosa la muerte de estos Santos en la presencia del Señor el dia 21 de Abril, y sus cuerpos fueron allí sepultados.

Este es el contenido del antigüo Legendario de Astorga, que en breves lineas nos declara una multiplicidad de tormentos excesivoa a los que padecieron muchos martires de Cristo, permitiendo la Divina Providencia que estos tres soldados de lamilicia celestial, firmes columnas de la fé, consiguiesen tan gloriosa y señala victoria en el obispado de Guadix, para que no perdiendo de la memoria su firme constancia en la fé, su valentía de ánimo en las persecuciones, su paciencia en la tribulación, su gozo y esperanza en la vida eterna, aprendamos a resistir las sugestiones del Demonio, conquistar con valor nuestra pasiones, a sufrir  con paciencia los trabajos y a despreciar la vida temporal, con la esperanza de la eterna.
Del contexto de las actas referidas, se colige lo primero, que pasando Daciano de Arjona  a Abla por Guadix, dió martirio en ésta ciudad a algunos cristianos, cuyos nombres no se expresan, y su noticia individual, si la hubiese, sería de singular gozo a la Santa Iglesia y ciudad de Guadix. Lo segundo se colige, que aquel tiempo de Romanos, era Abla ciudad de mucho nombre, por lo cual la llama D. Juan Tamayo, antiquísima ciudad de España. Y con razón, pues de ellos hicieron memoria en la antigüedad Plinio y Antonino Pio, segun refiere en el capítulo primero del libro primero. Sabemos que el martirio, y triunfo glorioso de estos tres invencibles Soldados de la milicia cristiana, sucedió el dia 21 del mes de Abril, y aunque no hay cierta y auténtica noticia del año determinado, sin embargo la hay de haber sido en el Imperio de Diocleciano, segun consta de las mismas actas y lo testifican el Menologio Griego y el Martirologio Romano. En el supuesto Chronicon de Dextro, comentado por el Padre Bibary y por Rodrigo Caro, se asigna su martirio en el año trescientos de Cristo y en el mismo Chronicon impreso por el Padre Argaiz, se señala el año de 307, mas siendo ésta noticia tan sospechosa como inconstante y varía en el mismo Dextro, no se puede confiar de ella y solo se puede discurrir, fué su martirio después del año 284 de Cristo, en que comenzó a imperar Diocleciano y antes del 304 en que renunció al Imperio a fin de mes de Marzo. Y aunque algunos digan, vino a España el Presidente Daciano por el año de 301 de Cristo sin embargo esto es tan dudoso como controverso.

Con la pérdida de España, estubo muchos siglos sepultada en el olvido. Así la memoria y veneración de estos Santos, como la noticia del sitio determinado donde fueron sepultados, en término de Abla, sus sagrados cuerpos hasta que después de restaurado el poder de los sarracenos, éste Obispado, quiso la sabiduría del Altísimo, dar algunos indicios de lo que se ignoraba y deseaba, permitiendo que algunas personas en diferentes tiempos, viesen de noche y de dia muchas luces cerca de Abla, a la parte meridional en un pequeño llano, al pié de un alto monte, donde se divisaban a semejanza de hachas encendidas, que yendolas a buscar, se desaparecian. Viendose también muchas apariencias como de personas blancas y hermosas, algunas veces tres juntas y otras dos y tal vez una, en diferentes tiempos, y se oyeron músicas celestiales cantando letanías.
Continuaron estas señales hasta el tiempo del Obispo de Guadix D. Fr. Juan de Arauz, el cual dió su facultad y comisión de Arcediano, Maestro Escuela y Chartres de la Catedral, para que en razón de lo referido, hiciesen las probanzas que conviniesen, como lo ejecutaron, comprobando la certeza de estas visiones celestiales con la disposición de muchos testigos ancianos y que Abla fué población grande de Romanos, donde tubieron guarnición de muchos soldados lo cual se hacía más verosimil por los vestigios de las ruinas que se descubrieron y por las inscripciones grabadas en piedras, que lo manifestaban.
Comprobaron tambien que el sitio donde se vieron las luces y oyeron las músicas, había sido preservado del rigor de los elementos, sin que allí se hubiesen visto langosta, granizo ni tempestad que ofendiesen a los frutos, en tiempo que padecian estas plagas  los sitios circunvecinos.
En vista de estas informaciones y diligencias y de un memorial impreso por el eruditísimo Marqués de Estepa, en que comprobaba con fundamentos históricos, aunque sin noticia del Legendario de Astorga, ser Abla el lugar donde padecieron martirio, San Apolo y sus compañeros, confirió el Ilustrísimo D. Fr. Juan de Arauz la gravedad de este negocio con el Cardenal Espínola, arzobispo de Granada, y con otros muchos varones doctos, que fueron de disctamen ser el sitio referido el mismo donde habian padecido martirio estos Santos, o habian sido sepultados sus sagrados cuerpos. Por lo cua habiendo tomado el parecer y consentimieno del cabildo de su Catedral, y dado noticia de todo al de su Colegial de Baza, mandó por Decreto de 18 de Abril de 1629 años, expedido ante el Licenciado Damián Ximenez Castellanos, su secretario, que de allí en adelante, para siempre jamás, se celebrase a San Apolo y sus compañeros fiesta, que fuesen de guardar en la Villa de Abla y se rezase de ellos, como de patronos, con rito de primera clase y en las demás Iglesias  seculares y Regulares, de uno y otro sexo, de todo el Obispado con rito doble común en el dia 21 de Abril. Otro se mandó que  aquel sitio, en que Dios habia querido mostrar con tan singulares señales, que padecieron estos santos, o estubieron colocadas sus santas reliquias, se tubiesen en gran veneración y que en el interin que allí se edificaba Iglesia o ermita, se pusiesen cruces, para que como lugar santo no se profanase. Exhortando a todos. Pidiendo a nuestro Señor acabase de descubrir el tesoro deseado de sus santas reliquias.
Después de algun tiempo se fabricó hermita en el sitio referido y se descubrió debajo de tierra un cuerpo entero con sus huesos, unidos unos con otros, y allí inmediatamente unos grillos, una cadena,y una estola, lo cual todo se llevó por los vecinos de Abla a su Iglesia Parroquial, discurriendo ser reliquias de alguno de los tres Santos Mártires. Si bien, tengo entendido, no se procedió jurídicamente a su calificación.

No es novedad en la piadosa creencia de los pueblos pretender apropiar a su solar el nacimiento o martirio de algunos varones gloriosos. Por lo cual fué grande la disputa que hubo en los tiempos pasados entre algunos escritores, defendiendo unos, haber sido Abla la Palestra del Martirio de estos Santos y queriendo otros lo fuese Arjona, pueblo del Obispado de Jaen. Tomando tanto cuerpo esta segunda opinión, que aquella Santa Iglesia resolvió ponerlo en el Calendario de sus Santos y celebrarles oficio, con rito doble en todo el Obispado de Jaen.Quien más esforzó esta opinión fué el Padre Bibar cuyo principal discurso consistía en confundir el nombre latino de Abla con el de "Arjona", y para responder al memorial,  escrito por el Marquez de Estepa en defensa de Abla , se valió de diferentes Autores Geógrafos, interpretándolos con violencia para desmentir la cercanía de tierra  entre Abla y Guadix.
Más hoy ha cesado, como advierte D. Juan Tamayo ésta  loable disputa atendido el tenor claro y literal de las Actas, que después se hallaron y aquí se han referido del Legendario de Astorga, en vista de las cuales se retractó D. Martin Ximena, natural del Obispado de Jaen,  de su primer dictamen y opinión en que había afirmado ser Arjona el lugar donde padecieron martirio San Apolo y sus compañeros. Fin"



N.B. Las Faltas de ortografía del texto son literales del original así como la puntuación ortográfica.




viernes, 10 de septiembre de 2010

Diógenes de Sínope





La historia de Diógenes de Sinope: el filósofo griego que vivía en la indigencia














La historia de la filosofía nos muestra una cantidad de anécdotas de los filósofos que son tan enriquecedoras como sus propias ideas o teorías.
Hoy quiero compartir con vosotros,  ciertas anécdotas que cuentan de la vida de Diógenes (412a.C.  323a.C.) , discípulo de  Antístenes, que a su vez lo fue de Sócrates. Pertenecía a la Escuela Cínica cuya característica principal consistía en vivir conforme a la virtud y rechazar la Ciencia, la riqueza y los honores de este mundo. No escribió nada: Su vida y su ejemplo lo dicen todo.
Cuentan que nuestro filósofo se pasaba el día con una linterna buscando por las calles de Atenas al  "hombre " y que nunca lo encontraba. Un día observando a una esclava Tracia beber agua en la cuenca de sus manos, rompió la escudilla de barro donde solía beber por no serle útil: Así de desprendido era nuestro filósofo.
Estando de visita en la ciudad el emperador Alejandro Magno, preguntó a su séquito si conocían a algún hombre que fuese justo y desprendido de los placeres del mundo. Todos respondieron que ese hombre se llamaba Diógenes. Quiso conocerlo el emperador en persona y mandó que se lo presentaran.
Inmediatamente se dirigieron a la casa de Diógenes, que no era otra sino un tonel donde se guarecía de las inclemencias del tiempo. Alejandro Magno se dirigió a él diciéndole: "Diógenes me han dicho que eres un hombre austero y desprendido y que no envidias todo aquello que la mayoría de los mortales desean poseer en éste mundo: riqueza, honores, poder, mujeres. Pues bien,  todo eso te lo ofrezco si reconoces mi autoridad y me lo pides." Después de un pequeño intervalo de tiempo,  respondió Diógenes, sacando la cabeza del tonel: "Sí, apartarte, que me estás tapando el Sol", contestó el filósofo de malas maneras al que era ya el dueño de Grecia. No en vano, según la leyenda, el macedonio no solo aceptó el desplante sin enfadarse, sino que le mostró su máxima admiración: "De no ser Alejandro, yo habría deseado ser Diógenes".
Moraleja: "No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita".






jueves, 2 de septiembre de 2010

"Una vida sin reflexión, no merece la pena ser vivida"






"Una vida sin reflexión no merece la pena ser vivida". Con estas palabras del clásico quiero empezar compartiendo con vosotros, mis amigos, las ideas que dan sentido a mi vida. En estos momentos tan especiales para mí, como es el inicio de mi jubilación, no encuentro mayor júbilo que compartir con vosotros las inquietudes que han sido el motor de mi existencia. Es cierto que la vida no es solo reflexión, crítica y argumentación sobre la realidad, porque también es sentimiento, pasión y emoción. Por eso decía Pascal: "Que el corazón tiene razones que la razón no entiende". Tiempo habrá para dialogar sobre ello.  Ahora me mueve la  razón y la reflexión como instrumentos de comunicación con vosotros. Como profesor de filosofía, necesito salir de la caverna,  -en sentido platónico-  para haceros partícipes  de todo lo que bulle en mí, romper las cadenas que nos atan a la soledad de nuestra mismidad, para salir y compartir lo que Ortega y Gasset llamaba "la vida". Para ello, he de utilizar las nuevas tecnologías, ya que no dispongo de ese auditorio, joven e inquieto que me ha acompañado a lo largo   de mi vida docente, del que he aprendido más de lo que les he dado.
Los  humanos nos distinguimos de las bestias por la racionalidad y el lenguaje; éste nos hace comunicativos y solidarios mediante la intercomunicación y el abandono de la soledad. "Humano soy y nada de lo que es humano me es ajeno", decía nuestro filósofo Séneca. Pues eso, hagamos de nuestra vida una reflexión con espíritu crítico, donde el ser humano ocupe el lugar que le corresponde, pero no sólo con nosotros mismos, sino en el ámbito de lo social y del compromiso, mediante un diálogo de participación democrática. en "la polis". Solo así nuestra vida será humana, respetando las opiniones ajenas, pero no siendo ajenas a ellas; solo así, nuestra vida merecerá la pena ser vivida.