Una doncella soñaba
con un galán al que amaba,
que los dos con alegría
con pasión se tocaban.
Y tanto, tanto, gozaban,
que la doncella decía
debajo de aquellas sábanas:
"¿Qué dirá de mi la gente
si ocurriera un accidente? "
Y mientras esto decía
ella seguía en la porfía
como quien oye llover
esta ocurrencia decente.
De pronto el galán paró
y se dejó de mover.
De tan brusco proceder
la doncella despertó
maldiciendo su revés:
"Oh sueño impertinente,
podías haber despertado
un poco tarde, no más.
¿A qué viene ese despertar
que deja mi anhelo abierto
a la espera del maná?"
Antonio González
No hay comentarios:
Publicar un comentario