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jueves, 3 de septiembre de 2020

Hoy hace diez años...



Hoy hace diez años me jubilé. Hoy hace diez años que inicié la aventura de escribir. He sido el hombre más feliz del mundo durante este tiempo, descubriendo y haciendo aquello que más me gusta: escribir cada día en un blog, al que nominé Cosmos Noetós (Mundo de las ideas), en homenaje a Platón, que ha cumplido satisfactoriamente todas mis aspiraciones y deseos. Hoy puedo mirar hacia atrás y sentirme orgulloso, al comprobar que el tiempo dedicado a este menester, ha merecido la pena. Siento una satisfacción inmensa, porque este hecho me permite conocer hasta donde podemos llegar, y cual es la fuerza de la voluntad cuando se pone al servicio de una idea. Lo que más me ha sorprendido ha sido la creatividad poética: nunca en mi vida se me ocurrió componer un poema: sonetos, romanceros, redondillas, etc. Y desde la navidad del 2015, llevo unos cuantos. 
Al principio, me obsesionaba el número de lectores que visitaban mi blog, inquieto por el número de visitas y por responder a todas las cuestiones que me planteaban. Hoy no es mi principal preocupación. Comencé por publicar artículos de política, porque en aquellos años era lo que más me preocupaba e importaba. Después escribí artículos de filosofía, porque sentía la necesidad de comunicar  -a quienes quisieran- la experiencia docente acumulada durante más de treinta años enseñando esta disciplina. Posteriormente me atrajo todo tipo de noticias sobre, antropología, sociología, religión, ética, etc. No siempre fue gratificante, pero con ello contaba. A veces, los familiares y amigos más cercanos no me llegaron a entender, no por malicia, sino por ese afán proteccionista hacia el ser querido. Hasta tuve tiempo de escribir un libro sobre las costumbres y tradiciones de mi pueblo  en la época romana.
Actualmente hago poesía sobre diversos géneros, pero especialmente sobre mi infancia, mi pueblo y sus gentes; con una vuelta a los orígenes de lo que fui y todo aquello que significó mi infancia, moduló mi forma de ser, y hoy representa el eje central de mis ocupaciones y preocupaciones. Seguiré escribiendo, no sé por cuanto tiempo. Me dejaré llevar según mis deseos y ocurrencias, sin ninguna exigencia: uno está en la edad en la que las exigencias vienen según las ganas, sin ninguna coacción interna o externa. Así ha de seguir siendo, hasta que el cuerpo aguante. 




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