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jueves, 14 de diciembre de 2017

Introducir orden donde antes hubo contingencia






Cuando llega cierto período de la vida rico en experiencia y en años, es de sentido común hacer una recopilación a través de la memoria de los años pasados desde la infancia hasta la madurez. Es un mecanismo psicológico que normalmente funciona por esto de poner orden inteligibilidad en la vida de uno donde antes hubo contingencia, azar, incoherencias y decisiones unas veces acertadas y otras equivocadas. Se trata de introducir diseño donde antes hubo contingencia, buscando un final que de alguna manera dé inteligibilidad y sentido a nuestra vida personal y rescatarla de esa sucesión de hechos deshilvanados e incoherentes, a veces, sin un sentido coherente. Es la tendencia a reordenar todo lo ocurrido a lo largo de la vida o en uno de sus tramos desde la perspectiva del suceso más reciente. Es una tentación que parece incluso razonable, pues permite introducir un orden sobre el conjunto de lo vivido, aliviándonos de la desagradable sensación de que la totalidad de la propia existencia estuvo trufada de sucesos incoherentes, decisiones desgraciadas o la defensa de convencimientos poco menos que absurdos. Comprender el pasado eso que resume lo que hemos sido es una necesidad vital de todo ser humano para comprendernos a nosotros mismos. Se trata de un diálogo interno que cada uno hace consigo mismo para justificarse, comprenderse y en definitiva aceptarse. Pues de eso se trata. Es el guión de nuestra vida a la que tratamos de ponerle un final o al menos una meta que dé sentido al plan de nuestra propia vida comprometida con el tiempo y con la historia. Es la construcción de nuestro yo rescatado del fondo del olvido que el paso de los años o la memoria débil ha sepultado o desfigurado su estar y ser en el mundo. Esa mirada al pasado y la unión de hechos que en definitiva descansan en la memoria y a la que remitimos un asentamiento al que llamamos "yo", no es otra cosa que  el vínculo que une nuestra mismidad con todo aquello que llamamos yo psicológico o conciencia personal ético-moral, con aquellos hechos, decisiones o acciones tomadas en nuestra vida y que forma parte de lo que somos, para bien o para mal. El examen de nuestros pasado y la aceptación del mismo, tanto en lo positivo como en lo negativo, es muy importante para nuestra autoestima, nuestra salud mental y emocional, y tiene una importancia vital para el bienestar de nuestro yo y su  adaptación a eso que llamamos principio de realidad o al mundo real. Poner fines o metas en el presente, asumiendo el pasado, hará que nos sintamos bien con nosotros mismos. De la nota final de  de ese examen, depende nuestra aceptación de lo que somos y nuestra felicidad. No seamos demasiado exigentes con nosotros mismos.



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