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viernes, 9 de diciembre de 2016

Una Boda entre tiendas de campaña






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Hoy me ha llamado la atención la portada del periódico El País. En su cabecera y ocupando la mitad de la página, nos mostraba la foto de una pareja de novios que iban a casarse en un campamento de refugiados de Irak. Por fin una muestra de amor y fidelidad frente a la violencia y la guerra con la que nos desayunamos cada día. En la foto se puede  ver como la pareja camina entre las tiendas de campaña, ella muy guapa con un vestido blanco de novia, como corresponde, y él, elegante y sonriente con traje y corbata, entre las cuerdas y anclajes de las tiendas de campaña de un campamento de miles de refugiados. Porque en esta boda no había iglesia llena de flores, ni vidrieras de colores, ni bancos e invitados todos ellos encopetados y elegantes como requeriría la ocasión. Tampoco un órgano cantando La Marcha Nupcial de Wagner o El Ave María de Schuber. Había solo una pareja de hombre y mujer que querían unir sus vidas, manifestando públicamente su amor y entrega en un marco donde la violencia, el dolor y la muerte ha ocupado  su lugar, e impide toda manifestación de amor y ternura. Frente a la sin razón de la guerra, surge la esperanza de la vida encarnada en esta pareja, que pese a las bombas, la pobreza y la desdicha, levantan su amor como una pequeña luz entre las tinieblas. No habrá viaje de novios a ninguna parte, ni siquiera una habitación de hotel donde pasar  su luna de miel. Ni convite nupcial en  un restaurante de renombre, ni tarta de boda. Al final, les espera una tienda donde tendrán que compartir su intimidad con otros refugiados. No importa. Eso son cosas pequeñas sin importancia. Lo importante es que se han casado y se han jurado amor entre ellos. Lo importante es que siempre triunfará el amor y el bien frente a la tragedia y el mal. Seguro que cuando venga la paz y su casa se llene de niños jugando, ellos seguirán adelante con el amargo recuerdo -ya lejano- de una guerra absurda y sin sentido, que tratarán de olvidar con la sonrisa reflejada en el rostro de sus hijos.



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