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domingo, 17 de enero de 2016

Sobre Pactos "contra natura"





Algunos creen que todo "cambio" por el hecho de serlo es "progresista" y establecen una relación causa -efecto que escandalizaría al más lego sobre lógica. Establecer una inferencia causal entre estos dos términos, carece de lógica y por tanto es arbitrario. El principio de causalidad: "Todo efecto proviene  necesariamente de una causa", es fundamental para el avance de la ciencia, siempre que se aplique adecuadamente. Este no es el caso de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, que a fuerza de repetir y establecer esta conexión se cree su propia mentira, estableciendo una inferencia causal necesaria, confundiendo necesidad con hábito y elevando este hábito extraído de la experiencia (por tanto contingente y conyuntural) al plano de la necesidad científica. No se lo cree ni él; tampoco su propio partido, que le ha dado de plazo para formar gobierno hasta finales de este mes. Se pasó la campaña electoral con la sola idea de que el PP no ganara las elecciones, y  ahora se niega a coaligarse con PP y Cs (Partido Popular y Ciudadanos) para hacer una gobierno fuerte en aquello que les une, como la defensa de la Constitución, la unidad de España, la politica exterior, la lucha contra el terrorismo yihadista, etc. Sin embargo, Pedro Sánchez sigue obstinado en formar un gobierno de "cambio" y "progreso" (así  lo llama él) con aquellos que intentan romper España. Pero lo que se esconde detrás de esta operación es, la necesidad de camuflar el fracaso electoral del PSOE y la falta de liderazgo de su secretario general (a los resultados electorales me remito).
No es progresista ni moderno, que un partido de izquierdas que predica por esencia la igualdad de todos los ciudadanos españoles, -vivan donde vivan, y que hace gala de ser español-, pretenda apoyar a los que quieren eliminar la Constitución, secuestrando el derecho soberano de todos los españoles para beneficio de unos pocos: Los soberanistas catalanes, y sus intereses particulares. Prestar cuatro senadores socialistas a CDC y ERC, para constituir  grupo propio en el Senado, es la gota de agua que colma el vaso y muestra el afán de protagonismo de Pedro Sánchez por llegar a ser presidente del gobierno, a costa de traspasar las líneas rojas  trazadas por su propio partido, y granjearse la abstención. A esto se le puede  llamar cambio pero no progreso, y sí deslealtad, carencia de principios, traición a sus votantes. etc ¿Qué piensan y cómo se sienten los ciudadanos que votaron socialismo y que están a favor de la unidad de España? Humo por las orejas deben echar algunos.

Tampoco es progresista -(sino más bien obsoleto y medieval)-, las palabras del Señor Gabriel Rufián, diputado electo de ERC (Ezquerra Republicana de Cataluña) en el Congreso, afirmando que la negativa del Rey Felipe VI a recibir a Carmen Forcadell, se interpreta como un reconocimiento implícito de la república catalana independiente, por parte de la monarquía española. Palabras propias de un Iluso, ignorante y patán, y algunas otras cosas que me callo. Vamos a ver. El Rey es el símbolo de la soberanía del pueblo español; no es soberano "por la gracia de Dios", ni por ningún pacto, ni lo es por sí mismo (eso sí que es medieval). La soberanía reside y procede de "todo el pueblo español" (incluida Cataluña); como jefe del Estado, el rey simboliza esa soberanía que  pertenece, por derecho propio, a TODOS los ciudadanos españoles. Si alguien, como es el caso de la presidenta del Parlamento Catalán, Carmen Forcadell, ningunea y no reconoce esa soberanía en su toma de posesión, a quien agravia no es a la persona del rey, (que también), sino a todos los ciudadanos españoles que representa, a quienes despoja del "derecho a decidir" sobre su propio país. El rey no puede recibir a alguien que previamente quiere conculcar la ley constitucional, eliminar la institución monárquica, y dar un "golpe de Estado" para romper España. Lo que no comprendo es  a qué espera la fiscalía del Estado para intervenir.



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