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viernes, 16 de octubre de 2015

¿De qué puedo yo ufanarme?






Cosas sin importancia

Ya me gustaría cantar,
como rapsoda que soy,
ya me gustaría glosar,
gestas de ayer y de hoy.
Pero la historia que cuento,
no tiene mucha importancia,
es la historia de una vida,
vivida desde la infancia.

Nací en ciudad de provincias,
por circunstancias especiales,
pronto fui a vivir a un pueblo,
uno de tantos iguales.

Vivía en una casa modesta,
de tres pisos desiguales;
debajo había un corral,
donde engordan los animales,
y la puerta principal,
daba a la calle real.

En la planta baja había,
una cocina amplia, 
con un hogar y una alacena, 
donde se guardaba el pan,
para comer a medio día,
o para la cena.

Dos sillas grandes de anea,
presidían la estancia baja,
herencia de mis abuelos,
de la vieja Abuela Isacia.
Desconchones y humedad,
salpicaban la pared,
y una arenilla fina,
se esparcía por el suelo, 
que mi madre día tras día,
barría con afán y denuedo.

Ni un cuadro ni un blasón,
de gestas nobles contadas,
ni lanzas o espadas colgadas,
en paredes encaladas,
con leyendas del pasado,
ni ascendientes con legado.
Ni un cuadro de militar con bigote, 
vencedor de una batalla,
cabalgando en un caballo,
con un sombrero de plumas,
sable o fusta en la mano.

En el centro una gran mesa,
de roble, revestida con enaguas,
con rasera y brasero,
para calentar en invierno,
o para jugar a las cartas.

Arriba, en la última planta,
camas de níquel plateado,
con mesitas de madera,
herencia de la abuela,
y máquina de coser Singer,
con rueda y pedal dorado. 

¿De qué puedo yo presumir,
si no nací en ciudad importante,
ni vivo en un pueblo grande,
si no tengo una casa hermosa,
ni una familia lustrosa,
ni un cuadro pintado 
de ilustres antepasados,
o un militar a caballo
con espada en la mano?

¿De qué puedo yo ufanarme,
qué os puedo yo contar,
para atraer la atención,
que no sea ser un niño de pueblo,
que juega entre bancales y huertos,
buscando nidos de pájaros,
almecinas, frutos secos,
y otras frutas del tiempo?

Por eso hoy me limito,
a escribiros estos versos,
que a muchos no les importan
pero a mi me reconfortan.
!Cosas de pequeños hechos
enlazados con el tiempo!
!Cosas de mi niñez!
!Cosas de viejos!


            Antonio González






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