mujer abnegada
Brindo por ti, mujer,
y bendigo a Dios
por tenerte cerca,
desde el día que nací,
pues, -de tu vientre salí-
hasta que muera.
No brindo por quienes
dan placer ni calor,
ni envuelven su cuerpo
con pasión del interés,
a cambio de monedas
y desamor.
Mi recuerdo es para ti,
mujer abnegada, y callada,
que sufres en silencio ahogado
el maltrato del desprecio,
la sensación sepultada.
Todos mis desvelos
te pertenecen,
porque te los mereces,
ya que sabes dar más que recibir,
en momentos en los que sufrir
es tu devenir.
Brindo por ti, mujer,
que me enseñaste a amar,
antes que a rechazar;
querer hasta la saciedad,
sin prejuicios ni deslealtad.
Por ti mujer de ahora y siempre,
compañera;
simiente eterna de vida,
aliciente de retos a pedazos.
!Déja que te cante
con mi canto! Estrella...
antonio gonzález
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