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sábado, 19 de noviembre de 2022

Una Ley contra el Estado de Derecho

 





                                                              "Somos esclavos de las leyes para poder ser libres"
                          
                                                                                                Marco Tulio Cicerón



España es un Estado democrático de Derecho. Así lo define nuestra constitución del 78. Gracias al imperio de la ley los españoles somos libres y por derecho propio pertenecemos a los países más desarrollados y democráticos del mundo. Es una conquista del pueblo español de la que muchos nos sentimos orgullosos.
España no es un país equiparable a una facultad universitaria de "niñatos progres" que juegan a políticos, ni el lugar donde se lanzan discursos y mítines cual de ellos más desnortado, ni el laboratorio donde se elaboran experimentos políticos disparatados cuyas consecuencias son imprevisibles. Y en eso estamos. En la elaboración de la ley del "solo sí es sí", hubo mucha gente que no hizo bien su trabajo. Nos equivocamos, si pensamos que la única responsable es la ministra de Igualdad Irene Montero, que lo es, porque de forma obstinada y soberbia ha sido la que ha elaborado esta chapucera ley que tanta alarma social está causando. Un escándalo de proporciones esperpénticas.
Pero aquí el principal responsable es ese señor que no podía dormir en el palacio de la Moncloa, llamado Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España, porque no iba a gobernar  con los podemitas. Aunque no solo él, también un Consejo de ministros colegiado constituido entre otros por tres ministros de profesion juez, que no descubrieron o no quisieron ver las grandes deficiencias de esta ley. Y por último, un Congreso de los Diputados que no hizo bien su trabajo, votando a favor de esta ley nueve partidos excepto PP y Vox que votaron en contra; su negligencia llegó a tal extremo, que no tomaron en consideración los informes preceptivos emitidos por los diversos organismos que la revisaron antes de ser tramitada en el Hemiciclo.
Las consecuencias ya las estamos viendo: un goteo de condenados por delitos sexuales han pedido su reducción de penas acogiéndose a la retroactividad de las más favorables porque así está establecido en nuestro código penal. Y es que cuando se toca el Derecho penal, ocurren estas cosas, por ser el instrumento punitivo por excelencia del Estado de Derecho para obligar a todos sus ciudadanos a cumplir las leyes. ¿A qué espera Pedro Sánchez para cesar a su ministra de Igualdad Irene Montero? ¿Acaso no preveían en Moncloa las consecuencias catastróficas de esta ley? ¿para qué tantos asesores jurídicos y políticos que tanto cuestan al erario público? Para este señor lo importante no es España sino mantenerse en el poder. La cesará cuando sean aprobados los presupuestos del Estado, o puede que no, porque quien debe dimitir es él mismo. No lo hará porque la coalición ultra izquierdista saltaría por los aires.
En el fondo y en la forma, se trata de no aceptar el imperio de la ley por aquellos que no creen en él. Se trata de un atentado contra el Estado de Derecho refrendado en nuestra Constitución, para controlar desde el ejecutivo los tres poderes independientes de Montesquieu, fundamento del Estado de Derecho. Y como decía Cicerón, cien años antes de Cristo, con su brillante elocuencia: "Los pueblos en decadencia, cuando desesperan de todo, suelen presentar estos síntomas de su desastrado fin: a los condenados se les reintegra en sus bienes y derechos, los presos recobran la libertad, vuelven los desterrados y se anulan las sentencias. Cuando tales cosas ocurren, nadie deja de comprender que la república perece, y donde suceden, nadie conserva esperanza alguna de salvación."



sábado, 8 de octubre de 2022

El hábito sí viste al monje


                                                  
                                                       "Observar los lirios del campo como crecen; no se fatigan, ni hilan"

Mateo 6, 28-30



Cada vez es más frecuente encontrar a jóvenes sacerdotes vistiendo el alzacuellos o "clergymen", cosa que no nos sorprende. Hubo una época en que lo "progre" era dejar la sotana colgada en el armario y vestir de seglar para dar ejemplo de inmersión y adaptación al mundo. Una manifestación formal de integración social. Por aquellos años era una prueba del "aggiornamento postconciliar" del Vaticano II, de acercamiento al pueblo, para hacer más cercana la pastoral de los sacerdotes y religiosos, sobre todo, en los barrios del cinturón de las grandes ciudades industriales. Eran otros tiempos donde imperaba la teología de la liberación de Helder Cámara y otros. 

Hoy, las cosas han cambiado, y cada vez los sacerdotes y religiosos manifiestan su condición de elegidos para ejercer su ministerio en una comunidad de creyentes, utilizando el clergymen o el hábito. En una sociedad  secularizada, donde lo religioso cada vez tiende a estar oculto y el nombre de Dios no solo se toma en vano sino que se esconde, es necesario que aquellos que predican el Evangelio den testimonio, y lo hagan, no solo con sus obras y ejemplo sino en sus formas y apariencias. Desde un punto de utilidad pastoral, distinguir a un sacerdote de un seglar es operativo y funcional, ante una situación límite de emergencia para la administración de algún sacramento. Por ello, en una sociedad anclada en lo inmanente con la pérdida del sentido -donde una imagen vale más que mil palabras-, es necesario hacerse ver mediante símbolos que nos remiten a una realidad trascendente, donde la religión aparece como una experiencia simbólica de sentido. Algunos de nuestros sacerdotes y religiosos lo hacen, dando testimonio y siendo confesores de una fe en Cristo Resucitado y de su Iglesia. Rezamos y nos felicitamos por ello. Desde este punto de vista, el hábito no solo viste al monje sino que lo hace necesario.











martes, 4 de octubre de 2022

Oración para iniciar la catequesis



ORACIÓN PARA EL INICIO DE LA CATEQUESIS


(Con las manos cubriendo la cabeza)


“Danos Espíritu Santo,

entendimiento y sabiduría,

para conocer tu palabra.

Discernimiento para distinguir tu mensaje

y caminar por la senda de la verdad.

Danos prudencia para juzgar,

valentía y fuerza para actuar.”



(Con las manos tocando los ojos)


“Danos clarividencia para ver y distinguir

el bien del mal,

para rechazar las cosas de este mundo,

y buscar con humildad el tesoro escondido

para los que te aman. 

Danos una mirada pura:

de compasión hacia nuestros hermanos,

de alegría hacia los tristes,

de aceptación a los que nos miran mal,

de perdón a los que nos ofenden,

de amor hacia los que nos odian”



(Con las manos en cada oído)


“Danos capacidad de escucha:

para oír el grito del hermano pobre,

el lamento del enfermo,

el auxilio del que nos necesita.

Haz que nuestros oídos 

escuchen tu voz de "Buen Pastor"

y la reconozcan.

Hagamos oídos sordos al ruido

del mundo,

que nos ensordece y confunde”



(Con las manos en la boca)


“Concédenos el don de la palabra

para predicar en tu nombre

las maravillosas obras que genera

tu presencia en nosotros.

Danos el don del silencio

para escuchar en nuestro interior

tu voluntad.

Danos el don de la paciencia

para escuchar más y hablar menos.

Concédenos el don del consejo

para llevar tu palabra

a aquellos que aún no la conocen”



(Con las manos en el pecho)


“Jesús, mira nuestro corazón,

para que nunca dejemos de amarte;

para que seamos "Templo Santo"

del Espíritu de Dios,

para que obremos

según la voluntad del Padre,

y no la nuestra;

para que llevemos:

caridad, fe, y esperanza

a nuestros hermanos más necesitados.

Danos valentía para proclamar tu nombre

y ser testigos de tu resurrección."


                          Amén.

          



lunes, 3 de octubre de 2022

Desayuno de Trabajo




No somos ingleses, gracias a Dios, pero los imitamos. Desayunar con la señora huevos con bacon, es una de las gozadas más agradables para empezar a trabajar o hacer el vago durante el resto del día. Algunos consideran una horterada fotografiarse desayunando con su esposa, como es el caso de nuestro presidente de gobierno Señor Pedro Sánchez. Y lo es en lo estético y en lo ético, que como sabemos, van juntos. No por el hecho en sí de disfrutar de dicho momento, sino por hacerlo en un despacho al fondo, dando a entender que el trabajo es lo primero y que lo del buen yantar es secundario. Gruesa equivocación. Churchill, -primer ministro de su Graciosa Majestad durante la Segunda guerra mundial- era un amante de los huevos con bacon dando una importancia relevante al desayuno como comida principal del día, aunque no le gustaba desayunar con su esposa porque siempre le preguntaba durante el desayuno si asistía a los oficios religiosos, eso sí, lo de dejar de fumar puros a esto no se atrevía la Señora.

Durante el reciente viaje a Portugal, los desayunos en nuestro hotel eran copiosos y ricos en variedad, como corresponde a un buffet libre. A ninguno de nosotros se nos ocurrió echarnos fotos durante esta primera obligación a las 7,30 horas de la mañana. Afanados por llenar el plato con huevos, bacon y toda clase de repostería, apenas había tiempo para lo superfluo y sí para lo necesario. Tampoco había tiempo que perder para llenar la taza de café con leche, aunque algunos con el platillo como soporte y la cucharilla dentro de la taza, se afanaban por acumular toda clase de frutas apropiadas para el buen tránsito intestinal e ir al baño como Dios manda. Como la mayoría somos jubilados, tampoco necesitamos leer los periódicos diariamente para estar informados sobre la actualidad y tomar decisiones importantes, que no sean las de qué hay que hacer durante el día para no aburrirse- por esto de que primamos el ocio antes que el negocio-, cosa, que nuestro presidente preocupado por las encuestas, y esas cosas de suma importancia para él, ha de hacer. Mientras, su Señora esposa lee el Financial Time, para aprender economía y poder así llegar a fin de mes, aunque los mal pensados -entre los que me encuentro -  deducimos, que al no saber inglés es más una pose que una realidad. Pero ya se sabe, que lo importante para los políticos es el parecer no el ser. Sea como sea, la foto nos muestra un verdadero desayuno de trabajo a la vez que tranquiliza a la ciudadanía, hasta cierto punto. ¿Hay algo peor que esto? Naturalmente que sí. Los españoles podemos estar tranquilos -yo entre ellos- que después de una noche agitada de insomnio en la Moncloa, nuestro presidente aparezca en la foto desayunando con Pablo Iglesias. ¡Eso sí que es inquietante!






sábado, 1 de octubre de 2022

Un Viaje al Algarve



Viajar no es seguir un programa o folleto de una agencia de viajes. Tampoco es publicitar las excelencias de un hotel o el canto desmesurado de adjetivos apropiados sobre un determinado lugar como, asombroso, mágico, encantador, hermoso, lindo, incomparable…, apiñados en torno a un paisaje de montaña, un río, una puesta de sol, un puente o una playa de arenas finas.  Es todo eso y más. Viajar es salir de la monotonía diaria, la rutina, la costumbre rutinaria. Es encontrarse con  lo desconocido, descubrir lo oculto por sernos lejano o extraño, enfrentados al espacio desmesurado de un lugar y al tiempo finito de un viaje, viviendo un momento novedoso y en el que a cada instante hemos de tomar la única decisión que importa: qué mirar.

Nuestro viaje al Algarve, región del sur de Portugal, no puede calificarse con un solo adjetivo de bueno o malo.  Habrá que calificarlo, y cada uno, podrá valorarlo según su experiencia personal. Yo  lo calificaría con un bien, una nota intermedia entre el aprobado y el notable. Me explico. Numerosas contingencias acontecidas durante el viaje justifican mi valoración; unas debidas a la responsabilidad de los organizadores, y otras, a problemas ajenos a la organización y a sus responsables, que todos conocemos; imponderables que a veces surgen y que tienen difícil solución. Personalmente considero, que volver en autobús cada día al hotel para comer al mediodía, ha partido el día en dos, condicionando el tiempo de visita a los lugares más representativos, cortándolo e incrementando el tiempo en el autobús. Este hecho ha incidido de forma negativa en las actividades diarias.

Pero no todo ha sido negativo. El conocimiento de la gente, la convivencia y la socialización entre todos los integrantes, ha sido lo mejor de esta experiencia maravillosa que da el viajar entre amigos y conocidos: desde hoy nos conocemos mejor y nos queremos más. Sin olvidar los ratos de ocio musicales y los paseos en plena naturaleza. Por lo demás, poner una excelente nota a la gastronomía del hotel así como el servicio de habitaciones.

Sería injusto terminar esta pequeña crónica, sin reconocer con la mejor nota la labor de Juan Lao, jefe del grupo, por su empeño y dedicación en subsanar todas las dificultades de los integrantes de la expedición. Igualmente reconocer la profesionalidad de Juan Francisco, guía del grupo, por su optimismo y empeño por agradar en todo momento. Y a Crisanto, el chófer del autobús, amable y servicial con todos nosotros. A todos ellos mi más sincero agradecimiento.



sábado, 24 de septiembre de 2022

De oficio: embaucador




No hay metal con más dureza
en la tierra que el cromo

según la escala de Mohs;

así es el rostro de Sánchez

Doctor "cum fraude"

llamado “el plagiador".

Presuntuoso engreído

sin corazón ni cabeza

actor de su propia peli

"narciso" prestidigitador.

Cabeza hueca iletrada

sin contenido ni letra 

cabeza hueca de “nada”

de oficio: "embaucador".

En su larga verborrea

no hay ninguna idea válida

que no sea relacionada 

con ambición desmesurada.

La soberbia es su virtud

que oculta su mayor defecto

su inmensa inseguridad

esconde su bajo precio

y hace de la propaganda

mentira y futilidad.

Un trasto inútil, total.


      Antonio González






N.B. El contenido de este poema es originario del artículo de Itzu Díaz titulado:

Sánchez empieza a aburrirse (23/9/22), en Libertad Digital. Yo Solo me he limitado a añadir algunas palabras para ponerle rima.



 


domingo, 11 de septiembre de 2022

"Todo fluye, nada permanece"


                                                              "Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río"

                                                                                                               Heráclito


En esta serena mañana de septiembre, cuando el verano se debilita anunciando los días de otoño, pese a sus altibajos, una cierta nostalgia embarga mi alma cuando reflexiono sobre el paso del tiempo. Tal vez sea mi edad, tal vez sea el cambio de las estaciones o que los días se acortan por la llegada próxima del otoño, el caso es que cada año que pasa, vuelven a mi espíritu las mismas reflexiones sobre la brevedad del tiempo. "Todo fluye" decía un filósofo presocrático griego llamado Heráclito "el Oscuro" porque sus contemporáneos apenas entendían sus sentencias. Todo cambia y nada permanece, todo es un fluir en el tiempo, como hace el río en el que nunca podemos bañarnos dos veces en sus mismas aguas porque siempre serán otras las que discurran. La vida es un continuo devenir y lo único que permanece -mientras vivimos- es el recuerdo nostálgico de un pasado que se agranda en nuestra memoria frente a un futuro que se encoge. Todo lo demás es efímero o pasajero, pues todo tiene el estigma de la durabilidad y por ende de la finitud. En esto consiste la vida en un caminar hacia la muerte. ¿Habrá mayor contradicción que nacer para morir? Decía Antonio Machado que nos iremos "ligeros de equipaje", tan desnudos como cuando nacimos, por un sendero que transitamos en soledad. Así pues, morimos cada día a la par que vivimos, porque vivir es morir. Nadie se queda aquí. Se fueron nuestros antepasados y también nos iremos nosotros: Tú y yo. Todos, porque nadie es eterno. También se irán los poderosos, desde el rey hasta el súbdito más humilde, desde el rico más opulento al mendigo más pobre, etc. Todos, porque la muerte nos iguala a todos y no tiene preferencias. Así lo expresa Jorge Manrique en las Coplas por la muerte de su padre: "...Y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos". Aquí dejaremos nuestra casa, que con tanta ilusión construimos, para que otros la habiten. Nuestros libros quedarán aquí para ser leídos por otros, olvidados o llenos de polvo en nuestra estantería. Nuestra viña seguirá dando su fruto para que otros beban su vino... a la tarde seguirá la noche, y el sol seguirá saliendo todos los días. Todo seguirá su curso sin nosotros. El río de la vida seguirá su camino hacia la mar, atormentando nuestra existencia en la medida que nos vamos haciendo mayores, entre el azar y la incertidumbre, cada vez más perplejos de no tener respuestas ante las grandes preguntas. La fragilidad de nuestro cuerpo, los achaques, la enfermedad, son los precursores que anuncian nuestra debilidad y nuestro triste final; lo que la modernidad llama "tercera edad" usando un eufemismo para obviar la palabra "viejo", a todos aquellos que hemos pasado los 70. Eso sí, cuando nos vayamos, existiremos en el recuerdo de quienes nos quisieron y quisimos, mientras estos permanezcan vivos. ¿Solo eso? No necesariamente, si le damos a la vida un sentido trascendente y la colmamos de buenas obras en favor de nuestros semejantes. Para ello los cristianos tenemos la Fe, que nos sirve de bálsamo y consuelo en los grandes insomnios de nuestra existencia. Pero no solo "la certeza" que nos da la Fe en la resurrección de Jesús de Nazaret alimenta nuestra esperanza, sino la firme convicción de que también nosotros resucitaremos como Él. 



viernes, 2 de septiembre de 2022

¡Sígueme!




Tendida al sol saliente, en una loma o quebrada,
donde "el pasado" y "el mañana",
forman un arco dorado de Filabres a Sierra Nevada; 
abierta al paso del tiempo en la estribanía serrana,
contraste de ocres y blancos
son tus casas y solanas, junto a tu Iglesia dorada.

¡Hablamos de Fiñana!

Aquí dejas los olivos al pie de las Alpujarras,
de color verde turquesa en tierra de bancales,
silentes inamovibles que nunca piden nada.

Aquí dejas la retama, el caminar
tierra adentro,
el arado y los aperos,
por redes de marinero.

Aquí dejas los caminos,
los almendros, las higueras,
la montaña con sus pinos, 
los bancales y sus laderas,
a la espera de la nieve en ambas sierras.

Pero quedan los amigos...
que nunca te olvidarán,
un pueblo que te ha "sentío".

El valle entristecido, nublado queda;
el reloj de la Vega deja pasar el momento,
la campana de la torre
repica silencios,
las horas pasan sin pasar el tiempo.

Te vas,
cuando en la viña han madurado
sus racimos dorados,
a la espera de ser recolectados
y prensados en el lagar.
El vino fermentado en su dulce
despertar,
nos recordará tu trabajo,
fruto esperado,
del Aquél que te llamó,
a trabajar en su viña, mano a mano,
como buen jornalero del Señor.

"Sígueme,
te haré pescador de hombres",
-así te quiero-
"Te enseñaré a echar las redes
como hacen tus hermanos
los marinos Garrucheros,
protegidos por su Madre del Carmelo,
cuando abandonan el puerto,
y navegan por sus aguas procelosas
sin miedo, a mar abierto".

"Estaré siempre contigo...
no estarás sólo al timón,
navegaremos juntos... 
lo llevaremos los dos".

       Antonio González Padilla


Mi pequeño homenaje al P. José María Parra Verdú, en la toma de posesión como párroco de la Parroquia de San Joaquín de Garrucha (Almería), el día 2 de septiembre de 2022.



 

martes, 16 de agosto de 2022

Adios, Padre José María




No se puede despedir a quien no se ha ido. ¿Cómo vamos a decirte adiós, P. José María, si siempre has estado en nuestro corazón? ¿Qué palabras se han de pronunciar ante la marcha de un amigo y la de un cura, que definan con precisión y sutileza aquello que quieren significar en nombre de la comunidad parroquial o en el mío propio? Pese a ello, voy a intentarlo.
Eres un párroco que has dejado huella entre nosotros. Esta comunidad, está desde ya en deuda contigo, porque ha sido tocada por el Espíritu de Dios, y el mensaje de salvación que tú como sacerdote y profeta nos has anunciado con tu palabra y tus obras, mensaje que ha calado profundamente en nuestros corazones. Hoy nos sentimos huérfanos y un poco desorientados sin comprender del todo por qué te marchas y dejas esta parroquia con muchos proyectos inacabados. Sí, ya sabemos tu respuesta, basada en el voto de obediencia a tu obispo a quien tu ministerio obliga. Muchos de nosotros, entre los que me encuentro, intentamos comprender los caminos del Señor por ser tan  inescrutables... Tal vez nos falte más fe y más oración para saber interpretarlos a la luz del Evangelio.
¡Te echaremos de menos, amigo mio! Tu disponibilidad, cercanía, entusiasmo, amistad y lealtad, con tus amigos, y ese trato tan cercano y entrañable con la gente sencilla para transmitir tu fe religiosa, hacen de ti una persona excepcional a la que nunca olvidaremos. Pero si tuviéramos que resaltar algunas de las numerosas virtudes que adornan tu persona, me quedaría con la perseverancia y el tesón como muestra evidente de tu infinita confianza en quien te llamó para tan alta misión.
Como muestra significativa de lo que decimos, aquí tienes el ejemplo de un grupo de jóvenes que han recibido la Eucaristía, y otros, que han iniciado con entusiasmo la preparación para recibir el Espíritu Santo el día de su Confirmación, gracias a tu labor pastoral. Igualmente queremos expresarte el agradecimiento personal de todos los catequistas, por darnos la oportunidad de trabajar con los más jóvenes -y de éste catequista en particular- a quien le has dado la segunda oportunidad de volver a sentir las inquietudes propias de una de las más hermosas actividades, como es la de dar testimonio de nuestra fe. Porque hay que ser afortunado para transmitir los fundamentos de nuestra fe católica a jóvenes adolescentes, ávidos por aprender y abiertos a confiarte en la parte del mundo que realmente les preocupa. No imaginan qué se te pasa por la cabeza -y, sobre todo, por el corazón- cuando te dejas la piel peleando por algo que crees importante, algo que quizá no ayude a cambiar el mundo, pero sí a hacerlo más comprensible, justo y tolerante.  Ni tampoco podría explicarle a esos alguien la inmensa alegría que se siente en nuestro interior, cuando con una sugerencia o una pregunta bien dirigida despiertas la inquietud y ayudas a cambiar las dudas por certezas.

Gracias, muchas gracias -Padre José María- en nombre de esta comunidad parroquial por ayudarnos a caminar juntos en la fe y el evangelio, siendo "testigos de esperanza" de la resurrección del Señor, en una entrega total y permanente de nosotros mismos, sin condiciones, restricciones ni reservas, como tú nos has enseñado, a enamorarnos de manera ultramundana y ser alterados por la gracia, mediante la práctica de los sacramentos. Para nosotros, los cristianos, en un mundo secularizado como el actual, significa proclamar y dar testimonio del Reino de Dios a nuestros hermanos, manifestando el amor de Dios por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado (Rom 5,5). Es proclamar el amor de Dios para amarle con toda el alma y toda la mente, y al prójimo como a uno mismo (Mt 12,31,33); es superar los límites de la pura contingencia humana y saciar su hambre y sed de eternidad. Frutos de ese amor son la alegría, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad o la fidelidad (1Cor 13; Gal 5,22). Pues somos sanados en lo más íntimo de nuestro ser no por nuestros méritos o cualidades sino por la misericordia infinita de Dios.

Seguiremos trabajando en la viña del Señor con la misma diligencia que tú nos has enseñado. Y acabo. No podíamos elegir mejor festividad para decirte  "Gracias, hasta siempre", -y desearte lo mejor en tu nueva parroquia- que hoy, día de La Asunción de la Santísima Virgen María al cielo en cuerpo y alma. Bajo su protección nos cobijamos. Siempre atentos a las palabras de nuestra Madre Santísima: "Haced lo que Él os diga". 






lunes, 18 de julio de 2022

Solo un profesor de instituto






A menudo, cuando alguien me preguntaba sobre mi profesión como profesor, a continuación  solía preguntarme en qué universidad. Tan pronto como respondía que daba clases en Secundaria y Bachillerato, no era raro que ese mismo alguien me mirase con suficiencia apostillando un “Ah, en enseñanzas medias” o, peor aún, que resoplase con el consabido “Qué mérito tenéis”, una frase que no contiene respeto alguno, sino tan solo desprecio hacia esos adolescentes que, desde la ignorancia y el estereotipo, imaginan como un montón de fieras enjauladas.
A veces me molestaba en responder a ese alguien, que esas enseñanzas medias hoy tan denostadas -gracias a la impagable labor de una nefasta sucesión de reformas con más siglas que medios e ideas- son las que dan el verdadero nivel cultural de un país y la llave que permitirá construir una sociedad diferente a la que hoy tenemos.
A veces, si el ánimo me lo permitía, incluso defendía la labor que hacemos en las aulas los docentes e insistía en que el nulo diálogo entre las diferentes etapas educativas (Intanfil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, FP, Universidad) y el inexplicable desprestigio que del trabajo de unos hacen los otros, es una de las causas que impide que funcione este sistema. Un sistema donde solo se atiende al final de la formación, sin reflexionar sobre lo esencial que resulta reivindicar y valorar la firmeza de sus cimientos.
Pero otras veces, apenas decía nada. Solo pensaba en que esos que resoplan no saben que esta profesión -con todas sus miserias y sus dificultades- es también una de las más hermosas. Porque no tienen ni idea de lo que se siente cuando uno de esos adolescentes te convierte en parte de su mundo y te confía algo que realmente le preocupa. Ni imaginan qué te pasa por la cabeza -y, sobre todo, por el corazón- cuando te dejas la piel peleando por algo que crees importante, algo que quizá no ayude a cambiar el mundo (en abstracto), pero sí a que ese alumno que te preocupa pueda vencer alguno de los muros que lo oprimen en su pequeño mundo (individual y concreto). Ni se imaginan la frustración que provoca darse de bruces con una realidad desigual donde se exige que apliquemos criterios de evaluación idénticos a vidas y situaciones completamente distintas entre sí. No saben de las alegrías en el aula cuando las cosas marchan bien, ni de las lágrimas de impotencia cuando la realidad, a veces demasiado cruel, se impone a nuestras tizas. Ni tampoco podría explicarle a esos alguien la inmensa alegría que se siente en nuestro interior, cuando un antiguo  alumno  te saluda o te expresa su admiración y recuerdo de tu labor como profesor; mientras le escuchas y observas, sientes un extraño orgullo por haber sido parte de eso. Una parte minúscula, sin duda, pero que quizá haya dejado algún poso en esos jóvenes de los que te enorgulleces y que te dan la razón en que, pese a quien pese, eres un afortunado por trabajar con y para ellos. Jóvenes que te hacen reafirmarte en que cualquier tiempo pasado no fue, necesariamente, mejor.
Por eso a veces, supongo, no respondo y me limito a decir que sí, que soy, por suerte, profesor de instituto. Pero no lo explico. Porque hay formas extrañas de belleza que, en estos tiempos de pragmatismo, elitismo y segregación, no todo el mundo parece capacitado para compartir.



viernes, 15 de julio de 2022

PEÑA MADRIDISTA "EL ESPARTO DE FIÑANA "



Así somos...

Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Bueno, realmente no descansó porque el domingo por la tarde creó al Real Madrid, pronunciando estas palabras: "Hágase el Real Madrid, equipo de fútbol, que sea ejemplo de excelencia, deportividad y buen hacer; que sea modelo de comportamiento deportivo ejemplar, y sirva como referencia universal para todas las generaciones posteriores; Que alegre las tardes domingueras a los aficionados, y dispute en buena lid los partidos, sin olvidar nunca los valores deportivos." Y en ese instante comenzó el Real Madrid su andadura por el mundo. Después, viendo que lo que había hecho era bueno, nombró a su profeta D. Santiago Bernabéu y como sumo sacerdote a D. Alfredo Di Stéfano.

Y fue así, queridos amigos, como yo me imagino la creación del equipo de nuestras ilusiones y dichas, y de vez en cuando nuestras desdichas. En este año el Real Madrid ha cumplido 120 años. !Felicidades, Real Madrid! Como institución serás eterna para disfrute y gozo de los que te llevamos en el corazón. Tu leyenda y gestas pasarán de generación en generación y tu recuerdo vivirá en el universo mientras exista la vida en el mundo.

En nombre de tanta gente anónima, quiero tomar su palabra y hacerla mía, para decirte que si no hubieras existido, habría que inventarte. En palabras de G. Leibniz quien creía que "Dios creó el mejor de los mundos posibles", pienso que este mundo es mejor porque tú forma parte de él. !Gracias Real Madrid por ser como eres! Por llevar ilusión y esperanza a tanta gentes cuya existencia está llena de desilusiones y desesperanza. Por crear alegría y fe en tantas personas que sufren en silencio  soledad,  enfermedad, y problemas a veces insuperables. Por ser un ejemplo de esfuerzo, lucha, tenacidad y excelencia, virtudes que nos hacen mejores. Por ser un club ejemplo de solidaridad en la educación de los niños más pobres, creando ilusiones que fortalecen el carácter de los futuros hombres emprendedores del mañana. Por reconocer el esfuerzo del contrario -que también cuenta- y aceptar con deportividad cuando es mejor que tú, sirviéndote de acicates para superarte y aprender de los errores. Por salir y romper las barreras de la cuna de una ciudad castellana, y hacerte universal y global en un mundo que no conoce fronteras de raza, lengua o religión. Lo llevas impreso en tu color el blanco: el más universal de los colores. La claridad, la limpieza de tu camiseta -siempre nítida y diáfana- es símbolo de tolerancia y respeto, frente al arco iris cultural de los diversos pueblos que se sienten hermanados en tu color universal: el blanco.

Por todo esto, y por otras razones que guardamos en nuestro corazón: ¡felicidades Real Madrid! A: ALONSO; MARQUITOS, SANTAMARÍA, LESMES; VIDAL, ZÁRRAGA; MATEOS, RIAL, DI STÉFANO, PUSKAS Y GENTO.  A todos vosotros nuestro eterno agradecimiento por haber sembrado la semilla blanca, por doquier, cuando algunos de nosotros solo teníamos muy pocos años y creasteis en nuestra niñez un mundo mágico de sueños e ilusiones, haciéndonos héroes inmortales donde el hambre, la enfermedad y la muerte no tenían cobijo ni lugar, a pesar, que nos cercaba por doquier.¡Aprendimos tantas cosas de vosotros!

Hoy, todos los madridistas hemos crecido bajo el paradigma de nuestro equipo el Real Madrid. También nuestra Peña madridista El Esparto de Fiñana ha cumplido 23 años desde su fundación en 1999. Fue la primera peña creada en el Valle del Río Nacimiento, en un pueblo llamado Fiñana, situado en la Alpujarra almeriense en las estribanías de Sierra Nevada. Después vendrían otras peñas hermanadas con nosotros, como las de Abla y Abrucena, dando respuesta a un sentir mayoritariamente madridista en estos lares alpujarreños del Valle del Río Nacimiento. 
Bautizada con el nombre de  "El Esparto",  nuestra peña se enorgullece y rinde  homenaje a una planta característica de nuestro entorno natural y que define e identifica los valores de nuestra tierra y nuestra gente, tales como: sacrificio, persistencia, aguante -ante la adversidad, la sequedad, el calor y el frío- la creatividad y pragmatismo; y por los usos y costumbres que nuestros antepasados -a los que honramos- hicieron con su empleo en utensilios domésticos y aperos de labranza.
Desde el comienzo quisimos que nuestra peña abrazase los valores  que representa el Real Madrid con los propios de nuestra gente: honestidad, integridad, respeto, disciplina, esfuerzo individual y colectivo, motivación, sacrificio, humildad, tolerancia, diálogo, etc. Estos y otros valores, son los que hemos intentado inculcar en nuestros socios para bien y provecho de nuestra peña, si lo hemos conseguido, el tiempo y la historia lo confirmarán.
Después de estos veinte y tres años de vida, nos sentimos orgullosos por el trabajo realizado. Es cierto que no somos muchos socios, -en torno al medio centenar- pero aquí seguimos fieles junto a nuestros ideales, sabiendo que lo importante no es el número sino la excelencia. Asistimos anualmente a dos partidos en el Santiago Bernabéu, viaje que realizamos con el mayor gusto y placer, a pesar de los mil doscientos kilómetros, -ida y vuelta- en autobús. También celebramos una comida de hermandad anualmente durante los meses de verano, -afortunadamente siempre hasta ahora- para celebrar algún trofeo de nuestro equipo. Este año celebramos un triplete: ser Campeones de Europa con la 14 Champions ligue, Capeones de liga con la número 35 y la Superliga de España.
No quisiéramos despedirnos de vosotros sin antes presentaros un poema de nuestra peña que define con precisión nuestra identidad. Así somos.
                                                                          

PEÑA MADRIDISTA EL ESPARTO

Somos guerreros espartanos,
fuertes y unidos cantamos,
las excelencias del Madrid.
Desde este pueblo serrano,
así lo manifestamos:

Nuestro nombre es "El Esparto",
por doquier lo encontrarás,
planta noble es de Almería,
fuerte y recia con el sol,
y también con la sequía.

Nuestra cuna es Fiñana,
pueblo de sol y montaña
en la almeriense Alpujarra,
en las estribanías
de nuestra Sierra Nevada.

Somos gente deportista
nos reunimos y juntamos
en nuestra peña El Esparto,.
cuándo juega el Real Madrid
compartimos ese algo.

Estos son nuestros valores:
integridad y honestidad,
respeto y disciplina,
tolerancia e igualdad,
esfuerzo individual y colectivo,
sacrificio y humildad.

Hacemos alineaciones;
discutimos y gritamos,
si es penalty o una mano,
si el balón ha traspasado
la línea de meta y... ¡¡¡Gol!!!

Unos son de Ancelotti,
otros del "Number One".
No, que somos de Zidane.
Ya se ha abierto la disputa,
!balas de fogueo van!
ha "comenzao" la trifurca.

¡Que Ronaldo es el mejor!
¡Que si Bale es un ciclón! 
¡Modric: pásala ya a Benzema,
no seas chupón!
¡Que no es tuyo el balón 
y te lo van a quitar!

!Ramos despéjalo ya!
!Cuidao Marcelo, por detrás!
!Qué bien, Casillas ha parado
un penalty mal pitado!
Kroos, nunca pierde su lugar.

Nuestro color es el blanco,
respetamos al rojiblanco;
nuestro dulce es el merengue,
blanco, limpio y no blandengue.
A pasión nadie nos gana,
cuando vienen los azulgranas.

No nos caen bien los culés
por ser unos bravucones,
respetamos sus colores
aunque chinchandonos estén
con envidias y resquemores.

El fútbol es nuestra ilusión
el Madrid nuestra pasión
que nos mueve el corazón.
Es un deporte, una vida,
es, nuestra nueva religión.

¡Somos guerreros espartanos,
fuertes y unidos cantamos,
las victorias del Madrid!
Desde este pueblo serrano, 
así es como lo proclamamos:         
!!!Hala Madrid!!!          
          
     Antonio González Padilla

 Presidente de la peña "El Esparto de Fiñana"



miércoles, 13 de julio de 2022

"Y en las mismas mil pesetas..."

 



     Hoy es día de mercado, -solía decir nuestro padre en casa- cuando los días cinco y veinte de cada mes aparecían puntuales en el calendario. El pueblo transformaba su aspecto tranquilo y rutinario por la eclosión de transeúntes y mercancías, que afloran por doquier, ante los ojos asombrados de un niño de los años 50: una manifestación  de abundancia en tiempos de escasez, y un homenaje a la opulencia y la copiosidad. Aquel evento era un acontecimiento multitudinario, extraordinario y festivo, que el pueblo celebraba con júbilo, dando la bienvenida a todos aquellos visitantes que venían de toda la comarca para vender sus productos autóctonos: comerciantes, agricultores, carpinteros, ceramistas, zapateros, carniceros, mercantes, afiladores, charlatanes, traperos y rapsodas; todos llegaban con la ilusión de ganar unas pesetas para seguir viviendo, todos pugnaban por convencer a los asiduos compradores locales, foráneos, cortijeros, o simplemente mirones, de la excepcional calidad de sus productos agrícolas, frutas diversas, hortalizas frescas y toda clase de productos elaborados de la huerta, la ganadería, y la apicultura. Mucho o poco -según se mire- para gentes acostumbradas a vivir el día a día y a soportar las penurias propias de una posguerra de la que muy lentamente se salía. 

    Para un pueblo tranquilo de la Alpujarra almeriense, como era Abla, la actividad diaria se desarrollaba entre el campo y la escuela. En el pueblo prevalecían las voces y los sonidos que identifican su actividad con la monotonía inconfundible de la forja del yunque del herrero, las campanadas pausadas del reloj de la vieja torre de la iglesia, o el canto habitual de los niños de la escuela recitando las tablas de multiplicar, junto a la voz inconfundible de Don José, el maestro, cuya severidad era más aparente que real; (maestro de padres e hijos, su autoridad moral e intelectual era incuestionable. Debajo de su aparente ferocidad por imponer la disciplina, se escondía la humanidad de un hombre ejemplar que creía en el valor de los principios educativos y culturales del conocimiento). Cuando cometemos una falta de disciplina, o éramos incapaces de resolver un problema de cálculo matemático, Don José utilizaba el “Don Benito”, una regla de madera temida por todos los niños de la escuela (sobre todo cuando golpeaba en el filo de los dedos) haciendo válido el dicho que "la letra con sangre entra". Lo que más nos divertía de la escuela era cuando explicaba la historia de España, o cuando nos incitaba a salir a la pizarra para resolver un problema de cálculo o de sintaxis gramatical, premiando al alumno más capacitado. Lo que menos, el canto matinal de "El Cara al sol” o "El Prietas las filas", bajo la tutela de los cuadros de Franco y José Antonio. Algunos recordamos las quejas de Don José a nuestros padres, cuando comprobaba la dedicación de sus hijos en las tareas propias del campo, relegando los estudios y deberes de la escuela; observaba con impotencia como muchos niños privilegiados por una inteligencia natural, perdían la oportunidad de una buena formación por la pobreza de sus familias, la desigualdad de oportunidades, o ambas.

    Ya en el mercado, al ser de día, cuando el sol aún no había roto la oscuridad, comenzaban a llegar arrieros con rostros cansados y soñolientos después de haber pasado toda la noche arreando a sus monturas, para una vez llegados a su destino, aliviar a las bestias de sus pesados capazos, y ocupar el lugar más idóneo de la plaza para la exposición y venta de sus productos a los ojos de los curiosos e interesados visitantes. Un rito tradicional que se repetía dos veces al mes ante los  asombrados ojos de los niños que expectantes esperaban este acontecimiento.

   !Vamos niñas, hay naranjas precoces! -gritaba un vendedor de rostro cansino, llegado  de un lugar llamado Nacimiento- con sus productos recién recolectados  de las fértiles huertas a orillas del río que da nombre a su pueblo. Pirámides de montones de naranjas se alineaban en la plaza del pueblo sobre fardos extendidos en el suelo, contrastando su colorido con el ocre de la tierra y el polvo fino del suelo. Jumentos cansados por el esfuerzo y la distancia recorrida, atados a las rejas de las fachadas de las casas, junto a los aperos de transporte y rodeados por sus propios excrementos, rumiaban como pensativos su desdichada vida de esclavitud. Hombres de rostros curtidos por el sol cubiertos por boinas que un día fueron negras y hoy palidecen a la par que la piel de sus dueños quemadas por un sol abrasador. Manos encallecidas, agrietadas y huesudas, que lo mismo aran la tierra que venden sus naranjas y limones a precio por docenas, o pesan con balanza romana unos kilos de tomates, cebollas o acelgas, a quienes se arrimen a su puesto. Pies desnudos y calzados con albarcas o esparteñas ceñidas en torno a la planta del pie. Mujeres vestidas con un sinfín de vestidos de colores en relación a su edad, con la cabeza cubierta por el luto como testimonio de la pérdida de un ser querido. Cestos vacíos para llenar y portar a casa con viandas, después de mil y un regate por el precio del producto siempre caro para unos y barato para otros. Mercado, un mundo por descubrir. Meta final donde el trabajo queda recompensado después de una larga espera de incertidumbre de éxito o fracaso en un corto intervalo de tiempo; la frustración del agricultor por mal vender sus productos por debajo del coste de producción, y tener que volver con la mercancía sin vender y destinarla para alimento de los animales, o el éxito de haber vendido sus productos a buen precio.  Nunca en tan poco espacio se concentraba tanto producto, fruto del esfuerzo y el tesón de gentes que se afanaban por ganarse la vida. Todo se jugaba en un instante, en un momento…, una mala operación o una decisión desacertada en el precio, podía  dar al traste con las ganancias de todo un año de trabajo.

     !Jureles, sardinas, pintarrojas frescas! gritaban los "pescaeros" del Paseo, desde su puesto abierto al público, más parecido a un tranvía averiado que a un puesto de mercado, elevando el tono de sus voces para convencer a los más indecisos a comprar. Un coro de voces de tonos graves y agudos, desafinados y polífónicos,  convocaba a los visitantes a comprar sus productos autóctonos por su calidad y artesanía, a la altura del más exigente gourmet, con palabras como: ¡Queso de cabra! ¡Hay miel de caldera! !Higos chumbos!.

    ¿Hay quién dé más? Sonaba la voz de un charlatán bajito y rechoncho, con un megáfono en su mano, tratando de atraer la atención del respetable, desde un camión con el portón trasero abierto a modo de escenario. !Y una manta más!,  añadía, manifestando a la vez en su rostro  el esfuerzo y la dificultad de una oferta imposible de rechazar por ser una ganga. Al mismo tiempo, la gente se arremolinaba en torno al camión atraída por la curiosidad, la fuerza de sus palabras, o los gestos y aspavientos del charlatán. Antes de que alguien pujara por la última oferta, aquel hombre volvía  sobre sus pasos a la vez que pronunciaba aquellas palabras mágicas de ¿Hay quién dé más?. A continuación entraba bajo el toldo para presentar, a su juicio, una descomunal oferta irrechazable para el público, el ajuar completo de una novia. Al ver que nadie pujaba ni levantaba la mano, volvía a introducir su oronda figura en el toldo del camión y aparecía ante todos con un traje de pana negra de caballero, por el mismo módico precio con el que empezó la subasta: ¿Hay quién dé más?. Aquel hombre era el charlatán del mercado. Hombres y mujeres, mayores y niños, nos quedábamos boquiabiertos tanto por la capacidad convincente de su verborrea, como por la cantidad de lotes en oferta, compuestos  de mantas, toallas, colchas, manteles y trajes de caballero, que aquél  hombre ofrecía a precio irrisorio, mientras pronunciaba las siguientes palabras: "Y en las mismas mil pesetas...esta manta de Palencia, más un juego de toallas, un pijama de caballero, una bata de señora, cuatro juegos de sábanas"...; (luego proseguía, viendo que nadie aceptaba la oferta, porque ya lo conocíamos y esperábamos que aumentase el lote) Efectivamente, así lo hacía: "Más una chaqueta de cheviot, para vestir, mas dos pares de calcetines...!" !Oh aquella chaqueta gris de pata de gallo, que se metía por los ojos!. Si a esto añadimos, el poder de la palabra por la retórica del charlatán y la mímica de sus gestos, entonces, tenemos todos los ingredientes para caer como incautos en el cepo del engaño. Las mantas no eran de Palencia, más bien abrigaban lo justo; y en cuanto a la chaqueta de cheviot, después de mojarse en un primer chaparrón inesperado, encogía de sisa y mangas.

    Gente. Mucha gente hablando de sus cuitas. Saliendo de sus silencios y su soledad… que el campo obliga. Socializando, compartiendo problemas, alegrías y tristezas. Debajo de un árbol frondoso del Paseo, el zapatero instalaba su pequeña silla, con un cojín de color indeterminado por el uso, para hacer más confortable su trabajo. Sebastián "El Catite" -se llamaba-, sin él, el mercado hubiera sido otra cosa distinta. Rodeado de neumáticos viejos de coche, y sin más herramientas que un yunque, cuchillo, martillo y grapas, transformaba con sus manos habilidosas aquellas gomas desgastadas por el uso de la carretera, en albarcas para calzar los pies de los que luego recorrerán los surcos de la tierra para la siembra, la siega o la trilla. Mis ojos de niño se abrían de par en par observando embelesado aquel acto creativo propio de un mago o un artista, que transformaba la materia vieja y amorfa en sandalias nuevas que a mi me parecían las más bonitas del mundo (¡”comerás recortes de Catite si no te aplicas en la escuela”! -me advertía mi padre- cuando las notas no eran de su agrado). ¡Aquel sí era un verdadero maestro, práctico y eficaz, no Don José el maestro, que en la escuela solo se limitaba a enseñarnos a leer, escribir  y calcular, sin producir nada!  Tardé un tiempo en comprender que mi padre tenía razón. 

    O "El Frasco", quien se afanaba por vender tapaderas de madera para cántaros, morteros, y cucharas de palo, a las amas de casa; cuando le preguntaban por el precio de sus tapaderas, tardaba un siglo en contestar a causa de su tartamudez, que llevaba  con mucha dignidad. 

    O "El Tío de las ollas", (así llamábamos al alfarero), aunque en su negocio se vendía toda clase de cacharros de barro, todo lo necesario para equipar la cocina y la mesa más exigente: fuentes, platos, tazas, cacerolas de barro, pucheros, ollas, cántaros; cerámica muy apreciada en la comarca por la calidad del barro cocido y la artesanía de sus adornos pintados a mano. 

   Pero no todo eran productos de alimentación o compraventa de objetos para el hogar, también se podía alimentar el morbo y la curiosidad escuchando a los rapsodas, recitar en verso los grandes crímenes y desengaños amorosos de la época que ponían los pelos de punta a los oyentes, previo pago de unas octavillas por el módico precio de unos céntimos de peseta. Crímenes horrendos, amoríos baldíos, celos, odios y envidias, que acaban unas veces bien y otras no tanto. "El Caso", periódico de sucesos de la época, no hubiera podido hacerlo mejor. 

    Hoy sigue habiendo mercado en Abla, porque la vida sigue; pero ya nada es igual. Ni mejor, ni peor. Distinto. El problema es que ha cambiado todo tan deprisa, que algunos nos resistimos a aceptarlo. Hoy, cerramos nuestros ojos y nos sumergimos en aquellos años de nuestra infancia donde la felicidad no estaba comprometida con la posesión del tener, sino del ser. Era muy poco lo que necesitábamos para ser felices. Sin saberlo, seguíamos el dicho del clásico “Que no es más feliz quien más tienen sino quien menos necesita”. Sirvan estas palabras, para refrescar la memoria nostálgica de un pasado, que para muchos fue parte de nuestra infancia.