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viernes, 8 de mayo de 2020

¡Quédate! no solo un rato





¡Quédate! no solo un rato

!Madre, cuando me muera,
no quiero ser sepultado
entre ladrillos de barro,
y que mi cuerpo se pudra
bajo un pesado mármol!
!Prométeme que lo harás,
que no me dejarás sólo
en un sitio así encerrado,
triste con mi soledad!

Quiero ser enterrado
debajo de aquel olivo
bajo su frondosa sombra
y por sus frutos querido.
Allí bajo su protección
bajo sus frutos cautivo
creceré entre sus raíces
como germen de un ser vivo.

!Quiero ser libre de verjas
de cipreses y retratos...!
!Quiero ser libre de flores
que también marchitarán
aunque estén hechas de trapo!
¡Quédate conmigo, Madre!
!Quédate siempre...!
!No solo un rato!

        Antonio González




miércoles, 29 de abril de 2020

Dicen que ya soy viejo




Dicen que ya soy viejo

No tengo abundante pelo, mi cabeza está calva;
arrugada está mi piel, desde un tiempo visto canas;
dicen que ya soy viejo y que no estoy para nada,
pero son habladurías, que no inquietan mi alma.

Escribo al alba, antes de que salga el sol,
hago poemas, relatos, y artículos de opinión;
camino durante horas por prescripción,
duermo, como, y bebo, con cierta moderación. 

Entreno mi mente con lógica y con pasión,
después de muchos años como profesor,
me resisto a ser trasto en un olvidado rincón.

No he dejado de ser mi propio forjador,
pese al cambio, la apariencia, la ficción:
"el yo" que desde niño, escucha la misma voz.


                 Antonio González



jueves, 23 de abril de 2020

Libros



Libros

¿Quieres salir del encierro 
en el que un mal perverso
encierra tu libertad
y cercena tu derecho?

¿Quieres romper los grilletes 

que te impiden ser humano,
te oprimen la garganta
y te ata de pies y manos?

¿Quieres salir del asedio

del confinamiento,
del no saber qué hacer
porque te domina el tedio?

¿Quieres conocer el mundo

vivir nuevas aventuras
en un viaje interminable,
conocer nuevas culturas?

Viajar en avión o en tren,

subir al pico más alto,
bajar en el profundo mar,
vivir en un bosque encantado.

¿Quieres conocer buena gente

que te reciba en sus brazos,
amigos que te abracen
sin bajar nunca los brazos?

¿Sueñas con esa mujer

inteligente y hermosa,
que siempre vuelve hacia ti
a pesar de tantas cosas?

¿Quieres encontrar al hombre

que enamorado de ti,
seas tú su razón de ser
y no pueda vivir sin ti?

Pues coge un libro en tus manos,

con él cumplirás tus sueños,
tú serás el protagonista
de esta aventura de ensueño.

      Antonio González



     !Feliz día del libro!  



  

miércoles, 15 de abril de 2020

Mariposa loca



Mariposa Loca

¿Dónde naufragar...
si no hay isla desierta 
o playa de arena donde varar?

La luna amputada que vela en la noche,
se esconde entre nubes y oculta tu escote,
en la oscuridad. 
Fumando en la esquina de una cantina,
aguardas en la noche envuelta en el humo
de un cigarrillo bebiendo tequila.

¡Espera a su hombre!

Quien le prometió volver junto a ella, 
en esa batalla lidiada en la cama
en el que el instinto se hace deseo
y soeces palabras...

!Me muero de ganas!
!Partirme la cara por esa mirada
que mira y remira!
Plegadas las vela del barco a cubierto,
soy tu pirata, que llegado a puerto,
te rasga la falda con una estocada;
y espera el momento de asaltar tu alma,
de abordar tu cuerpo.

!Te conozco, mariposa loca!
después de libar tantos labios y bocas
en jardines ajenos,
y no haber olvidado el salobre deseo,
dejado en tu boca con tragos de ron,
aquella noche de celo y pasión, 
en un viejo hotel,
de sudor bañados, entre luces de neón.

               Antonio González




miércoles, 1 de abril de 2020

Yo estaré allí




Yo estaré allí...

Escucha, hombre desesperado,
sí, a ti me dirijo,
tú que estás desorientado
y te preguntas por Dios:
¿Piensas que te ha abandonado
y se ha quedado sin voz?
Razones tienes para dudar,
pues su silencio es un hecho
por quien sufre este tormento,
y se pregunta el por qué
está solo con su miedo
sumido en el abatimiento.


"Cuando el dolor es un clamor,
no permaneceré allí clavado
en una cruz crucificado,
en un templo mudo sin voz
de un recinto sagrado
insensible a vuestro llanto.

Soy Jesús, el samaritano,
soy tu hermano,
aquel que sufrió el dolor
y sabe cómo te sientes
cuando mueres asfixiado. 
Por eso me encontrarás:
junto a una silla de ruedas
en una sala de espera
o una UCI de hospital...
en ese crucial momento
en el que un facultativo
te comunica un pronóstico
de zozobra y desaliento:
Allí estaré yo.

Seré la voz que en tu cama
te consuela y te calma,
seré la mano que coges
cuando el abismo te traga
en el vacío de la nada.
Mis ojos mirarán por ti
cuando la oscuridad te abrace
y te apriete la garganta,
mis pies serán los que te lleven
consuelo, fe y esperanza,
para cuando te cuestiones
y no encuentres esa palabra."

Sé que te estás preguntando:
¿Por qué a mi me ha tocado
estar postrado en una cama
lejos de mi gente amada,
ser número en una gráfica
que habla de muertos y desgracia?

Que nadie se lleve a engaño

y menos justificar,
que esta pandemia mortal
su origen esté en el pecado,
o ser víctimas de un Dios
justiciero y enojado.
¿Acaso no sabes, hermano,
que el único privilegio
que cuentas como mortal,
es saber que eres libre
y el precio que has de pagar
es prever que morirás?

La enfermedad es una metáfora

que a todos nos ha de tocar:
hombres, ancianos y niños...
a todos por igual.
No es la belleza o fealdad,
ni la bondad o la maldad,
o la posición social...
quien decide esta contienda
de desenlace fatal.
No es el tener más o menos,
ser sabio, ignorante, o necio,
es nuestra naturaleza
quien determina este precio.

       Antonio González 



lunes, 30 de marzo de 2020

Pisaremos la calle



Pisaremos la calle 


Pisaremos la calle, nuevamente,
de lo que fue nuestro pueblo asolado,
y en una hermosa plaza liberados,
lloraremos por los amigos ausentes.
Nos sentaremos en el banco de la plaza,
para contemplar las palomas del cielo,
como beben en la fuente del pueblo
y remontan el vuelo en lontananza.
Columpiaremos a nuestros nietos en el parque,
y sus cabellos al compás del movimiento
se moverán alegres y revueltos,
y todo volverá a ser como antes.
Nos juntaremos los amigos del pueblo
y comeremos esas habas del huerto,
que con tanto afecto se sembraron
a la espera de que llegue este momento.
Respiraremos el aire limpio del bosque,
y volveremos a pisar la arena de la playa,
nos perderemos por ese sendero de montaña
en el que amanece,
y escucharemos el sonido de las ramas,
cuando el viento las mece.


                   Antonio González



sábado, 21 de marzo de 2020

Pero ella no lo sabía


"El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se alce en armas para aplastarlo; un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Mas, aun cuando el universo lo aplastara, el hombre seguiría siendo más noble que lo que lo mata, puesto que él sabe que muere y sabe la ventaja que el universo tiene sobre él. El universo nada sabe de ello".                                               Pensamientos para la religión y otros asuntos.
                                                                                  Blaise Pascal


Pero la primavera  no lo sabía

Hace ya unos años, en este día
llegó la primavera sin que ella lo supiera,
el invierno murió sin una queja,
las plantas se alegraron de aquel día,
se inició una gran fiesta, 
y entre ellas hubo una explosión de alegría.
Pero la primavera no lo sabía...

Aquel día, la gente hacinada en hospitales,
se moría...sin aire en sus pulmones,
solos en una cama fría,
tan solos, como el día en que nacían,
así partían, y cómo morían,
con la mirada perdida.
Pero la primavera no lo sabía...

Ajena al dolor, ella, 
seguía abriendo los surcos de la tierra
preparados para la sementera,
derretía las nieves de las cumbres,
y un manto de esperanza se extendía
por todos los confines de la tierra.
Pero la primavera no lo sabía...

Confinados los padres y los niños
el pánico y el miedo compartían
desoyendo al Cínico Diógenes
que nada necesitaba,
dejando las estanterías vacías
en carrera desenfrenada.
Pero la primavera no lo sabía...

Y mientras, el cielo se nublaba
oscurecido ante millones de miradas,
a la espera de una señal, una esperanza,
que el cielo les negaba,
los astros y planetas sabedores del dolor
y el desespero, no lo compartían.
Pero la primavera no lo sabía...

             antonio gonzález



domingo, 15 de marzo de 2020

Desde mi ventana



Solos

Nostálgico pasado de un tiempo huido
de encuentro entre la gente
de buenos amigos.
Memoria que se aleja de un tiempo
perdido,
en agujeros negros;
deriva hacia islas sin nombre
por océanos desconocidos,
que alejan el tacto y el contacto,
la cercanía y el calor humano: 
Una loca carrera iniciada
por una sociedad desquiciada,
que huye con pavor de un ignoto destino,
sin saber a donde ir y qué le aguarda...
Mientras a una generación,
mata,
y lo peor no es morir, sino como se muere.
!Solos!


       Antonio González



viernes, 14 de febrero de 2020

Amor a precio de saldo




Amor a precio de saldo


Hoy, día de San Valentín,
si no hay regalo,
tampoco hay enamorado,
así lo proclama el mercado.
!Qué pena  medir el amor
con descuentos ofertados!
Comprar afectos y amor
a fuerza de talonario,
es creer que todo en la vida 
tiene un precio,
y que puede ser comprado.

¿Le falta acaso razón?


Lo cierto es que el refranero

no está nada equivocado,
tiene más razón que un santo,
pues afirma un aserto
que no puede ser negado:
amor puesto en el mercado
con un precio ofertado,
cuando no subastado,
¿no es un amor comprado?

      antonio gonzález



martes, 4 de febrero de 2020

Quimeras de un soñador




QUIMERAS DE UN SOÑADOR

Soy pensador estudioso
amante de la razón
aspiro a saber el por qué
del hombre y su evolución.
Vivo en un lugar apartado
del ruido y la confusión
entre montañas agrestes
dedico todo mi tiempo
a estudiar a hombres ilustres
que dedicaron su vida
a la ciencia y su lustre.

Soy profesor retirado
cuyo trabajo es pensar
me paso el tiempo entre libros
con ellos dialogo más
escribo de vez en cuando
para dar y no olvidar
en una casa que tengo
junto a un camino rural.

Allí desde mi ventana
veo a todo el mundo pasar
unos van apresurados
otros muy pausados van.
Mi nombre es Rigoberto
que mi padre eligió
nombre que llevo orgulloso
porque rima con "rigor"
y también con el de "experto".

Sofía se llama mi esposa
lectora fiel soñadora
a quien le gusta la prosa
la lectura y esas cosas.
Es mujer muy primorosa
lo mismo cose un botón
que compone una canción
hace un guiso en la cocina
o prepara en una jarra
agua fresca con limón.

Por las tardes de verano
cuando el sol va declinando
Ella trabaja en el huerto
cultivando la hortaliza
de tomates y pimientos
para una vez preparados
aderezar los alimentos.

Es mujer tan hacendosa
que siempre está haciendo algo
a veces calceta de lana
otras el punto de cruz
y hasta teje los visillos
de las puertas y ventanas
por los que entra la luz.

Un rayo de sol es Sofía
siempre dispuesta a ayudar
es esa mujer valiente
a quien siempre he de alabar
hermosa sabia y consciente
a la que solo hay que amar
porque cuando llega el frío
y el lecho no está caliente
allí está su cuerpo hirviente
para el lecho bien calentar.

     
      A. González Padilla




sábado, 9 de noviembre de 2019

Atravesó la bahía




Atravesó la Bahía

Atravesó la bahía, tu barco,
de buenas obras cargado,
se lanzó a mar abierto,
dejándonos allá en el puerto
un nudo en la garganta
de lágrimas y sollozos,
la pena, lágrimas en un mar de llanto.

Te fuiste sobre la ola
de un mar en calma, plateado,
marinero en tierra fuiste
agricultor aventajado,
tenías ganas de partir
aquella tarde otoñal,
la del membrillo dorado,
sin volver la vista atrás.

Allá queda el olivar
verde turquesa de mar,
huérfano y afligido
agitando su ramaje
como olas de la mar. 
En surcos de sudor regadas
las mieses del aquel trigal,
lloran desconsoladas
en una era vacía
sin espigas que aventar.

Una gaviota sin rumbo
vuela sobre la bocana
del puerto desorientada,
mientras la puesta de sol
deja una estela plateada
por donde el barco partió.

Aquí en el muelle quedamos,
nos preguntamos el por qué
esa urgencia en la llamada,
tantas veces requerida
tantas veces iniciada,
por comenzar ese viaje 
con las velas desplegadas.

Nos dejaste en el puerto
con el pañuelo en la mano
agitado por el viento,
el mismo que ventea velas
y permite a tu velero
avanzar por mar abierto,
buscando esa libertad
que colma todos tus sueños.

Esperamos en el muelle
a que escampe el temporal,
con la certeza obligada
de un día, también, 
poder zarpar.

     Antonio G. Padilla




N.B. Dedicado a mi querido suegro Antonio Guzmán Lao, fallecido el 23 de octubre del 2019




lunes, 4 de noviembre de 2019

Hija pródiga




Hija pródiga 


Te gesté en mi vientre durante largo tiempo,
cada día me preguntaba cómo serías, 
cuando como palabra salgas a la luz,
al aire, de la opinión fría.
Desprotegida de tu refugio seguro,
te mueves entre fauces, ingenua, recién nacida,
sin haber aprendido de la malicia ajena.
Vuelves a mí y no te reconozco:
"Te leen porque piensan que les escribo,
eso es algo entendible.
Te escribo porque pienso que me leen.
Y eso es algo terrible..." (B.Clark)

             A. González Padilla






viernes, 1 de noviembre de 2019

Cementerios





Cementerios

No quiero vuestras flores que se agostan con el tiempo,
ni manifiestos de duelo que quedan en meros efectos,
ni competiciones locas por tener una tumba bella
en cementerios apuestos.

¿Acaso no sabéis que los sentidos no cuentan
allá donde no existe ni el espacio ni el tiempo?

¿Por qué elegisteis un día para recordar a los muertos,
si allí no corren los días ni tampoco los eventos?

¿Cómo poder recordar un "antes" y un "después"
si allí no existe el tiempo, el mañana, ni el ayer?

La lápida que nos separa informa solo por un lado,
por el otro, carece de significado:
un abismo entre lo de fuera y adentro,
entre dos mundos opuestos que se alejan
en la sima del tiempo.
                       
                   A. González Padilla



jueves, 31 de octubre de 2019

Flores




Flores...

Flores. Montones de flores. Sepultan remordimientos
que encierran recientes y viejos recuerdos,
buenos y malos tratos, amores y grandes afectos,
ausencias que con su olor florido,
anteponen su colorido y acallan emotivos llantos.
Convierten una tierra inerte sin esperanza y sentido,
donde la guadaña siega, cualquier atisbo de vida
en un huerto o paraíso, el camposanto;
para volver a revivir pequeños y grandes motivos,
de seres tan queridos, que hasta la voz se ha perdido
en esa sima profunda, que abre sus fauces al olvido.


                        A. González Padilla



domingo, 27 de octubre de 2019

A mi Suegro



Dejad el balcón abierto... 

 
Cuando yo muera...dejad abierto el balcón,
para que respire el aire y siga entrando el sol.

No me dejéis sólo con esos cirios de cera
ni expongáis mi féretro como en una pasarela.
No quiero el crujir de dientes ni el llanto de plañideras.
!Dejad que entre la brisa! esa brisa mañanera
que acompañe mi descanso, la que durante cada día
refrescó mi rostro ajado.

Quiero que nadie perturbe el estar sólo con ella,
y hablar de esas cosas bellas con la brisa placentera,
cuando en soledad callada las estrellas se ocultaban,
para dar paso a la brisa y a su compañera el alba.

Cuando yo muera, no quiero susurros lastimeros

que interrumpan mi silencio o distraigan mis recuerdos.
Quiero escuchar la campana que con su voz plañidera
rasgue el silencio del pueblo al alba por la mañana.

Sé que sacaréis estandartes que ondeen con crespones negros,

como ha sido y es tradicional y rezaréis en silencio.
También sé en mi fuero interno que no es lo más importante
pero que yo os agradezco.

Lo importante no es el agua bendita sobre mi féretro,
sino la que Dios derrama bendita por ser de riego,
la que sacia a nuestras tierras, y nos procura el sustento.

Sí a las palabras de aliento que nacen del corazón 

y que derraman consuelo, que se elevan en el templo
tan altas como el incienso. O la procesión del féretro
por las calles de mi pueblo -al que serví con esmero-
con coronas de flores que marchitan con el tiempo,
o pésames multitudinarios con gestos que agradecemos
que quedan en el recuerdo.

Ahora que ya estoy con Ella, reiniciamos el proyecto
que hace diecisiete años lo dejamos en lo incierto.
Ahora caminamos juntos unidos por el sendero,
protegiendo a nuestros hijos y también a nuestros nietos,
desde este hermoso lugar en el que no pasa el tiempo.

Aquí hablamos largo y tendido de vuestras cuitas y proyectos,
desde aquí os protegeremos como siempre lo hemos hecho,
porque vosotros, nuestros hijos, vuestras parejas y nietos,
habéis sido la razón de nuestros cuidados y afectos.

Nos dirigimos a vosotros: Virtudes, Magdalena,
Antonio, Juan y Paco,
sabed que con el paso del tiempo nos volveremos a encontrar
en este hermoso lugar para seguir nuestro viaje,
ese, que nunca tiene final.

   
                         Antonio González Padilla



N.B. Dedicado a mi querido suegro Antonio Guzmán Lao, fallecido el 23 de octubre del 2019



lunes, 21 de octubre de 2019

Huida



Huida

Furioso conmigo mismo:
mi disfraz ya no me protege
de mí mismo.
Huyo de mi, y siempre me encuentro
en el camino,
como si éste hubiera sido andado
otras veces,
en una rutinaria repetición
donde vuelve el ayer ...
y siempre se impone el hoy.

                                               
                   Antonio González




viernes, 26 de julio de 2019

Zozobra...




Zozobra...

Te busco más allá de lo desconocido,
sin encontrar siquiera la estela disipada,
en noche de deseo busco en tu mirada,
siempre a la deriva en un mar embravecido.

Apareces y desapareces como espuma blanca,
en olas de nostalgia de un encuentro furtivo,
donde desorientado busco mi destino
entre la seda escurridiza de unas sábanas.

Tú eres mi luna de un mar en calma:
vas y vienes en noche plateada
rozando mis orillas con besos en el alma.

Dejas en la arena tu huella dibujada,
testigo nuestra piel desnuda allí mojada,
ante la zozobra de la muerte y su llamada.


                     
                Antonio G. Padilla