!Pobre España!

!España, cómo me dueles!

!Ay España, qué amargura
siento en mi alma profunda
por esa dura atadura 
que aprieta sin descansar;
por esos nudos y lazos
que oprimen tu libertad,
que ata tus pies y brazos
e impiden tu caminar!

!Qué opresión en la garganta!
!Qué impotencia en el alma!
Observando en tensa calma
como los que te han de cuidar
se afanan unos y otros
en tenerte secuestrada
sin quererte gobernar.

Pobre España sin gobierno
encerrada en el infierno
de un Parlamento banal
de políticos egoístas,
que solo buscan medrar
por su afán de poder
infinito en embaucar
a costa de tu generosidad.

Nadie te liberará, España,
del secuestro institucional
en el que te hayas sumida
por irresponsabilidad.
A no ser que ciudadanos
por patriotismo y lealtad
rompan esas ataduras
que impiden tu libertad.

antonio gonzález