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viernes, 6 de mayo de 2016

El Jardín de las Delicias









El Jardín de las Delicias, del Bosco - MUSEO DEL PRADO


No hay cuadro más enigmático
en la Historia la pintura,
no hay delirio más erótico
ni fabulación poética,
que el Jardín de las Delicias
de un fabuloso pintor 
"El Bosco", su magnífico creador.

No se sabe qué mirar,
ni tampoco comentar;
¿Cómo interpretar aquello
que los ojos han de escrutar?

Unos, dicen: !Qué herejía!
Otros ven una utopía,
para otros es un mensaje
satírico moralizante.

El Rey Felipe II
se encaprichó de este cuadro,
lo compró en los Países Bajos,
lo colgó en el Escorial,
y en sus paredes mostró.
¿Cuál es su interpretación?

En un momento importante,
Dios presenta a la pareja
y bendice su unión,
coge la mano de Eva,
y se la entrega al varón.

A la izquierda de la escena,
se ve un drago canario
como árbol de la vida
con los cuatro ríos y su fuente
todo en un escenario
donde  hay una lechuza
símbolo del pecado


Fragmento de «El Jardín de las Delicias», del Bosco



En el plano central del cuadro
pinta la vida en la tierra
distribuida en tres planos:
en uno hay unos jinetes
que cabalgan animales,
simbolizan el pecado
los siete pecados capitales.
Describe con su pintura,
la soberbia, la ira, la gula,
la avaricia y la lujuria,
representada por mujeres
que se bañan desnudas.


Fragmento de «El Jardín de las Delicias», del Bosco


El mundo se resquebraja
en el centro de la tabla,
se pintan animales reales
con plantas y frutos ideales.
Un mundo imaginado,
irreal y fantasioso,
un mundo efímero,
hermoso, y apetitoso.
Para ello, escoge jugosas frutas,
asociadas al placer carnal,
como moras, cerezas y fresas,
símbolos del amor,
el erotismo y la fertilidad.


Fragmento de «El Jardín de las Delicias», del Bosco



 Fragmento de «El Jardín de las Delicias», del Bosco

En la tabla del infierno,
se manifiestan figuras,
de instrumentos musicales,
son objetos de tortura,
que castiga a los réprobos
en épocas medievales.
Un hombre pájaro sentado
en un trono azul defeca,
representa al Diablo
en un burdel coronado.

El cuadro es una alegoría,
una crítica sagaz,
sociológica y mordaz
de un pintor extraordinario,
que supo plasmar en lienzo,
simbolizando en colores,
aquellas preocupaciones,
de un hombre preocupado,
por interpretar su tiempo. 

   antonio gonzález


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