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sábado, 27 de diciembre de 2014

Detrás de un gran equipo...





Siempre hay un gran entrenador. Como detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. En el escenario los aplausos son para los actores, no para los directores; una injusticia que sólo alimentan  aquellos que se fijan en las apariencias y no profundizan en la raíz de las cosas. Hablamos de Carlo Michelangelo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, un hombre afable, tranquilo, inteligente y capaz. Un jefe querido por sus empleados (los jugadores de la plantilla) que lo adoran. Un hombre que ha sabido granjearse el respeto de todos, porque a todos respeta, aún en las situaciones límites. Siempre una sonrisa, una palabra de aliento, un hombre cercano que no solo ha traído títulos al Real Madrid (cuatro en el 2014, entre ellos La Décima Copa de Campeones) sino que ha recobrado el respeto, la admiración, el saber hacer, de un profesional irrepetible. Su autoridad se basa en su sabiduría, en el convencimiento, en la argumentación, en el diálogo; nunca en el temor, la coacción, la altanería, la amenaza. Sabe estar en el triunfo, como en las derrotas, jamás le oído quejarse o echar la culpa de una derrota a tal o cual jugador (y ocasiones no le han faltado) jamás una palabra más alta que la otra. Regir un vestuario de divos, egos idolatrados por la opinión pública, no es nada fácil. Hacer que aquello funcione y que no salten chispas entre sus componentes, solo está a la altura de muy pocos, uno de ellos es Carlo Ancelotti. Sala de prensa del estadio da Luz de Lisboa, 25 de mayo. Habla el entrenador del equipo ganador de la Liga de Campeones, el Real Madrid: "Lo más difícil fue igualar el partido, porque…". En ese instante, un estruendoso coro de futbolistas, con Marcelo, Sergio Ramos y Pepe al mando, aparece en escena. "¡Cómo no te voy a querer!", cantan, es un decir, a voz en grito, antes de rodear a su entrenador y comenzar a aporrear la mesa. El técnico sonríe, levanta la ceja que todavía le queda en su sitio y se une a la barahúnda: "¡Cómo no te voy a querer!", vocifera. ¿Qué te parece? Así es Carletto. Italiano de procedencia; triunfó en el Milán de Sacchi, como jugador de medio campo, y después como técnico llevó al Chelsea a conquistar la liga (varios años sin conseguirla). A su paso por París en el PSG, después de granjearse el aprecio de todo el mundo, conquistó la liga en su segundo año. Como entrenador del Real Madrid, así opina  Sergio Ramos: "Me quedaría corto en halagarle. Sobran las palabras porque las digo cada dos por tres. Ha sido futbolista, maneja el vestuario a la perfección y saca el mejor rendimiento de cada jugador. Se ha ganado al madridismo y a la plantilla. Y además es una buena persona. Ojalá dure mucho aquí". Inteligencia, afabilidad, preparación y sentido común:  Ese es Carletto.



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