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viernes, 24 de junio de 2011

KANT: EL FUNDAMENTO DE LAS CIENCIAS FÍSICAS (ANALÍTICA TRASCENDENTAL) (CRP III)




Originalmente el mundo aparece como un conjunto de impresiones múltiples desordenadas e ininteligibles; pero es necesario comprender ese mundo caótico. Para ello, piensa Kant hay que referir tales impresiones a unos conceptos o categorías en los que aquellas se ordenan y se hacen inteligibles, a estos primeros conceptos los llama Kant conceptos a priori: no elaborados a partir de la experiencia (por la sencilla razón de que no habría experiencia sin ellos). Y este es el primer nivel de síntesis cuyo resultado son las PERCEPCIONES SENSIBLES. Con ellas el mundo caótico de la multiplicidad de impresiones se ha comenzado ya a ordenar y a estructurar en conjuntos inteligibles, en todos, en lo que llamamos vulgarmente cosas. Pero el proceso unificador de entendimiento solo se ha iniciado; ahora hay que continuarlo a niveles mas complicados de síntesis que terminarán produciendo el OBJETO DEL CONOCIMIENTO, es decir, el mundo de la física, perfectamente ordenado como un mundo de sustancias, de causas, de efectos, de leyes.... etc. (Las doce categorías kantianas).
Así que es tras la síntesis final del entendimiento cuando aparecen todos los principios que hacen inteligible la física; es decir, la naturaleza. Todos y cada uno de estos principios, sin embargo. constituyen las leyes fundamentales de nuestro conocimiento de la naturaleza. No son, por lo tanto, leyes de la naturaleza, sino de nuestro conocimiento de ella. Ya lo hemos visto al hablar del principio de causalidad: está basado en la categoría de causa que es un concepto puro del entendimiento, a priori de la experiencia. Por eso es por lo que la validez de este principio, no depende de la experiencia; es universal y necesario, en tanto que forma a priori que se tiene que aplicar forzosamente a todos los contenidos del pensamiento humano.
El problema de los diferentes niveles de síntesís y de las facultades que intervienen, es un problema complejo. Intentemos aclararlo. El entendimiento es el que asume el papel fundamental en la constitución de la objetividad. Se ha pasado de un extremo a otro: ahora “casi” se desprecia lo dado, que en otro tiempo era el portador de las formas (morfhés) que, tras el proceso abstractivo, se concebirían en el entendimiento çomo representaciones eidéticas (eidós). Pero  es el entendimiento el que actúa. Kant habla de tres fuentes o dotadas de espontaneidad a priori de forma que constituyen las condiciones de posibilidad de la experiencia objetiva en virtud de la síntesis. El primer nivel es el sentido; esta capacidad de aprehender, ya tiene una cierta espontaneidad (actividad constituyente); es decir, ya está dotada de estructuras a priori y ya efectúa una síntesis inicial que es la síntesis de las impresiones múltiples y desordenadas en la unidad de la percepción sensible Es decir, las percepciones sensibles que son las que se presentan, después, como materia ante la categoría del entendimiento para la síntesis definitiva, ya vienen organizadas y sintetizadas en unidades perceptibles, en virtud de la espontaneidad de las formas a priori de la sensibilidad.
Pero la sensibilidad, a pesar de todo, es aun el campo de lo pre-objetivo de lo precientífico. No hay ciencia de las percepciones sensibles, dado el compromiso de lo científico con la objetividad. Pero que quede claro que todo conocimiento objetivo (científico) ha de proceder de aquí, de este campo pre-objetivo que Kant llama experiencia originaria, en contraposición con la experiencia objetiva. Es importante hacer notar ya desde aquí que la objetividad no puede garantizarse solo desde la espontaneidad del sujeto; es necesaria la aportación de las percepciones sensibles, como materia. Esta es la fuerza del principio empirista en Kant -dado por Hume- y, por esto mismo, relegará a la metafísica a una dimensión extracientífica.
La objetividad es producto de la síntesis; pero la síntesis es un complicado proceso; no hay una sola, sino varias; tantas como elementos dinámicos en el sujeto. Está el nivel de la sensibilidad, el nivel de la imaginación, el nivel del entendimiento y el nivel de la razón.
Conviene, hablar algo del papel de la imaginación. La importancia del dinamismo imaginativo ha sido reseñada ya, por ejemplo al hablar de Hume. En Kant, tal y como refleja su obra, es una de las piezas más importantes, por su labor de, puente entre los diferentes niveles es, aunque al mismo tiempo, plantea los mas difíciles problemas de interpretación. Digo esto, porque el propio Kant en no pocas ocasiones, parece excluir el nivel sintético de la sensibilidad (la sensibilidad no seria espontánea y activa; antes bien, un nivel eminentemente pasivo y receptor) indicando que es precisamente la imaginación la que interviene en este nivel. Esto significa que la sensibilidad no tiene unos contornos clara y nítidamente definidos. La razón de ello está en el tiempo, que es forma a priori de la sensibilidad, constituye también el sustrato de la imaginación en el papel espontáneo y activo de ésta en la formación de las categorías del entendimiento (Imaginación como puente) . De este modo se puede decir que el TIEMPO, trasciende la frontera de la sensibilidad. Entonces, ya no está claro que haya una primera síntesis en la sensibilidad, porque al desdibujarse sus propias fronteras, como consecuencia de la trascendencia del tiempo, podría ocurrir que la espontaneidad y la actividad sintetizante que, sin duda, se opera en este nivel se debiese a la imaginación, eminentemente pasiva y receptora.
Es muy probable que Kant pensase que no hay una síntesis en la sensibilidad y otra en la imaginación, sino que es la imaginación la que interviene en el nivel de la sensibilidad, a través del tiempo, para sintetizar las impresiones múltiples y para constituir las percepciones sensibles como unidades perceptuales. Y, que todo esto, la imaginación lo haga en dos momentos: unificando según una ley la forma a priori (que será la estructura de la imaginación» en el primero, y, tomando conciencia de la unidad ya constituida, en el segundo. Así podríamos entender las tres síntesis de las que nos habla Kant con respecto a la imaginación: la síntesis empírica de la reproducción, la síntesis trascendental de la reproducción y la síntesis de la aprehensión.
En virtud de la síntesis de la aprehensión, tomamos conciencia de la diversidad sensible, como unidad. Realmente, así parece ser, porque nosotros tenemos conciencia de la realidad exterior como todos, como cosas, como unidades. La filosofía clásica, llamo a este proceso de considerando que era un acto del sensorio común. De cualquier manera, en lo que unos y otros parecen estar de acuerdo en que los sentidos solo nos informan de aspectos cuantitativos y cualitativos, nunca de cosas como unidades reales exteriores ni independientes de nosotros. (esto ha sido comprobado modernamente: Ley de la energía específica de los sentidos: Müller. Así que es necesario presuponer un nivel de espontaneidad, por encima de la sensación, que responda de esta coordinación que aglutina las sensaciones en figuras, en unidades con sentido, en conjuntos perfectamente definidos sobre el fondo oscuro e indeterminado de las impresiones brutas. Kant consideró que la facultad encargada y responsable de esta labor era LA  IMAGINACIÓN.  Aquí puede verse ya una anticipación de lo que será mas tarde para los psicólogos gestaltistas alemanes el factor formal G , que es el responsable de la figura que emerge sobra el fondo en toda percepción. Ph. Lersh, avanzando mas identifica este factor “G” con una protofantasía que se encuentra  relacionada con los procesos de la vida instintiva. (Quiero decir que los animales y los hombres (diferencias aparte), configuramos nuestro mundo en función de nuestras necesidades profundas. Recuérdese la famosa imagen de la T y la nuera. Pero para poder tomar conciencia de una unidad, es necesario que ésta, esté previamente constituida. Y esto es lo que acontece en la síntesis empírica de la reproducción y en la síntesis trascendental de la reproducción: por la primera se constituye la unidad y por la segunda se dispone de la regla a priori que determina el medio necesario de hacerlo; es decir, el funcionamiento de la imaginación en tal proceder.

En resumen las sensaciones (aspectos cuantitativos y cualitativos captados desordenadamente por los sentidos) se constituyen en unidad en virtud de la síntesis empírica de la reproducción en el nivel imaginativo, siguiendo una ley que determina a priori y de modo necesario el modo de hacerlo (síntesis trascendental de la reproducción) . Así, ya tenemos la unidad constituida: la percepción sensible. Pero aun no hemos tomado conciencia de ella. Esto se hace en virtud de lo que Kant llama síntesis de la aprehensión, que, es el segundo momento de la actividad de la que, lógicamente, es posterior a las anteriores síntesis imaginativas. Por lo tanto, no conviene hablar de dos síntesis: una en la sensibilidad y otra en la imaginación, sino de dos momentos de una única síntesis en el nivel imaginativo.
Por encima de estas síntesis, un tanto embrolladas, de los niveles inferiores, en las que, al parecer, el dinamismo imaginativo tiene un protagonismo indiscutible, aparece la síntesis capital del entendimiento. Este opera sobre las percepciones sensibles que, como todos, sintetizados ya, actúan como materia ante las categorías. EL OBJETO será ya el fruto de esta síntesis definitiva.
Las categorías del entendimiento, son formas de conceptuar y ordenar las percepciones sensibles. Tras esta síntesis, aquellas quedan ordenadas y relacionadas en unidad, pluralidad o totalidad, como pertenecientes a una clase de lo real o a otra (realidad, negación, limitación), como inherentes unas a otras o como independientes (sustancias y accidentes), como causas, o como efectos, como en comunidad de acción recíproca, como posibles o imposibles, como existentes o inexistentes, como contingentes o necesarias.
Y esta es la tabla de las categorías según las cuales, la experiencia, queda ordenada de modo necesario. Y Así. es como los objetos de conocimiento, frutos de esta última síntesis, reúnen ya las, caracteres precisos para ser objetos científicos. Sólo hacer notar que la constitución del objeto como síntesis, se realiza en el juicio, porque las categorías, -formas a priori del entendimiento-, no son otra cosa que las diferentes formas de juzgar.





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