Los acontecimientos sucedidos en los alrededores del Parlamento Catalán y en otros lugares de España, es para reflexionar sobre lo que está pasando en nuestro país. El hecho de que un grupo de "indignados" o lo que sean, puedan impedir a los parlamentarios catalanes el acceso al parlamento para hacer su trabajo, y que hayan tenido que acceder al recinto el President de la Generalitat por medio de un helicóptero, y los diputados protegidos y escoltados por la policia, es como poco, bochornoso, bananero, y propio de un país que no respeta los derechos fundamentales de las personas, entre ellos, hacer su trabajo honradamente. Algunos justificaban dicha acción porque el Parlamento Catalán iba a recortar el 10% en sus presupuestos.
En España todo ciudadano tiene derecho a manifestarse donde quiera y por lo que quiera, respetando el ordenamiento jurídico que tipifica dicho derecho, delante de un parlamento y hasta del Palacio de la Moncloa; pero lo que no se puede hacer ni en España ni en ningún otro país serio de nuestro entorno, es impedir por la fuerza, el derecho a la libre circulación y al trabajo, porque eso es un delito tipificado en el código penal, y por tanto ha de ser sancionado.
Otra cosa es que nuestro gobierno no esté por la labor. Ya el Señor Pérez Rubalcaba manifestaba que había que ser "prudente" con estos movimientos populares, aunque el exceso de prudencia suele terminar en inoperancia. Cobardía y cálculo interesado es lo que aplica nuestro ministro, haciendo dejadez de funciones y permitiendo, que grupos incontrolados tomen plazas, calles y acosen a nuestros representantes políticos legalmente elegidos por el pueblo soberano.El gobierno tiene la obligación de gobernar y hacer cumplir la ley, aunque ello conlleve un desgaste político. Si no quiere, no sabe o no puede, debe convocar elecciones para que otros lo hagan. Lo que no se puede hacer es mirar para otro lado. A los manifestantes que gritan contra nuestros políticos "no nos representan", yo les preguntaría que a quién representan ellos: solo a ellos mismos.
El bochornoso espectáculo de estos acontecimientos ha sido visto por medio mundo en las televisiones, y la imagen de España se ha deteriorado a cotas inimaginables. La crisis no solo es económica sino política e institucional, afecta a todas las esferas del Estado. Sirva como ilustracción lo que le sucedió a uno de los parlamentarios catalanes, invidente, que se ayudaba de su perro mascota para acceder al recinto. La chusma se lo impidió e intentó robarle el perro al grito de: ! Colega, socializamos el perro porque todos estamos ciegos !
Es sabido que la democracia española es un régimen democrático de muy poca calidad guiada por partidos políticos que funcionan de manera dicatorial. No es defendible la actuación de grupúsculos violentos en la sede del Parlamento catalán pero yo creo que esto es sólo una anécdota ( de importancia). El movimiento auténtico 15-M lo que quiere es una democraciá más participativa, que consulten con el pueblo, que no sea únicamente votar cada cuatro años y con nuestros votos meracdeen, compren voluntades, se aseguren privilegios y prebendas y tomen decisiones a sabiendas de que el pueblo esté en contra de ellas. A muchos políticos les interesa que nuestra democracia siga siendo cosa de "ciegos"
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