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sábado, 4 de junio de 2011

CUANDO LA VERDAD IMPORTA UN PEPINO




Ahora resulta que los pepinos son inocentes. Entonces, ¿Quién o quiénes son los culpables de la crisis del pepino? Muy sencillo: la bacteria e.coli que le ha dado por mutar y de aliada del ser humano se ha covertido en enemiga hostil.
¿A quién le importa la verdad de esta epidemia localizada en Alemania?.No al gobierno de  Hanburgo del SPD alemán, y menos a una consejera   irresponsable que ha inculpado a los pepinos españoles, sin tener certeza absoluta del origen del mal, pecando de ligereza o imprudencia, sin prever las consecuencias negativas al sector hortofrutícola: agricultores, almacenistas, transportitas etc. Hasta que las evidencias han demostrado lo contrario: No procede de los pepinos españoles, y habrá que seguir investigando hasta saber su origen. ¿Qué sucede cuándo un mercado pierde la fe y la confianza en un determinado producto, que sabe es altamente pernicioso para la salud? Que se elimina del mercado y el tiempo dirá cuanto cuesta recuperarlo a su estado inicial. Hasta la fecha, la imprudente Consejera del Lander alemán, no ha dimitido.
El gobierno español tampoco ha estado a la altura de las circunstancias: Ha actuado tarde y sin reflejos. Preocupado en problemas sucesorios internos, su actuación ha sido lenta, torpe e inadecuada. Desde el primer momento de la acusación de Alemania, el Presidente y la Ministra de agricultura tenían que haberse presentado en Alemania y Bruxelas y sacar de los despachos a los responsables del ramo,traerlos a España y demostrar "in situ" que nuestras hortalizas gozan de buena salud. Unas llamadas telefónicas a tiempo ejerciendo presión, no hubieran estado de mas; evidentemente, hay que saber a quien llamar. ¿Existe esa agenda telefónica?¿Tiene nuestro gobierno suficiente influencia para ejercer ésta presión allí donde corresponda? ¿Qué hay detrás de todo esto?¿Por qué los alemanes la tienen tomada con España? Demasiadas preguntas y pocas respuestas. Lo cierto, es que ha pagado el pato quien menos culpa tiene.
El desprestigio y ninguneo del gobierno español en Alemania y en las instituciones europeas, fruto de una política exterior nefasta, que ahora pagamos todos -aunque algunos mas que otros- por falta de liderazgo e interinidad del gobierno actual. A España no se le toma en serio: hemos perdido autoridad, prestigio, poder. Hace unos años Alemania tuvo problemas con el cerdo blanco, por alimentación inadecuada de piensos contaminados, e inmediatamente se remedió con una partida de 65millones de euros y medidas proteccionistas, para la recuperación del mercado aleman. Lo cierto es, que  el mal ya está hecho, y ahora toca reparar el daño causado a nuestros agricultores, por parte de Alemania a través  de Bruxelas: reparación del daño moral, compensación económica y la completa recuperación de los  mercados a su origen. ¿Cómo se conseguirá todo esto? Difícil respuesta. El tiempo dará o quitará razones.
Con ser esto importante, no podemos olvidar a los 19 muertos causados por esta epidemia, y las consecuencias que para las personas puede tener. Las autoridades están obligadas a explicar con claridad a la opinión pública, qué está susucediendo, atajando el problema en su justa medida, evitando alarmismo social, ya que el problema sobrepasa las fronteras de la UE para convertirse en algo muy serio. Si así no lo hicieren, podríamos pensar que la verdad les importa un pepino.

2 comentarios:

  1. Una que otra acusación hacia España y sin base,el mal está más que hecho pero, ¿cuánto tiempo se necesitará para volver a la "normalidad"?Algo difícil,¿no?
    Un buen texto Don Padilla!
    Un saludo

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  2. Muchacho!!! No sabía que usted tuviese un blog, cuánto me alegra saberlo ^^
    "Podríamos pensar que la verdad les importa un pepino".
    Totalmente de acuerdo.
    Es que no entiendo como pueden dejar que hagan acusaciones así tan (parece) al azar.
    Sin investigación previa...
    Y ¿Cómo lo van a arreglar?
    España ha perdido mucho en esto, no creo que se pueda arreglar de forma fácil...
    Todo el producto perdido ¬¬
    Pero, a quién le importa?
    A nadie y menos a la consejera alemana...

    PD: Soy Pablo Castillo Lorente, espero que se acuerde ;)

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