¿Qué puedo conocer? He aquí la pregunta a desvelar en la Crítica de la Razón Pura. Kant considera que para responder a esta pregunta hay que establecer previamente principios desde los cuales es posible un conocimiento científico de la naturaleza y los límites dentro de los cuales se ha de dar este conocimiento.
Kant comienza distinguiendo entre sensibilidad y entendimiento. La sensibilidad predominantemente pasiva puesto que es la que recibe, las impresiones del exterior (ideas simples en Locke o impresiones de la sensación en Hume) . Por el contrario el entendimiento es activo y espontáneo, porque produce conceptos e ideas sin derivarlos de la experiencia ( las categorías: sustancia, causa, necesidad, existencia real.
Hay que decir que Kant fue inicialmente racionalista: defendió que el entendimiento podía conocer la realidad construyendo sistemas a partir de sus propias categorías, sin contar ni recurrir a la experiencia. Indudablemente, la experiencia confirmaría tales sistemas deductivos y a priori. Recuérdese que esta era la fe de Descartes, Galileo y Kepler. Kant por lo tanto, participó, al principio, en este dogmatismo racionalista que, como sabemos, se basaba en la aceptación implícita o explícita de la identidad entre el pensamiento y la realidad bajo el denominador común de la estructura matemática: el pensamiento tiene una estructura lógico-matemática, la realidad también; En consecuencia, los productos del pensamiento, coherentemente deducidos, no pueden dejar de ser confirmados por la experiencia. Esta armonía preestablecida por Dios, según Leibniz, era una exigencia de la estructura lógica y era la que planteaba problemas tanto a la libertad divina como a la humana.
Pero Kant dice que Hume le despertó de este sueño dogmático. Quedó impresionado por el principio del empirismo: la experiencia es el origen y el límite de nuestros conocimientos. Pero, por este camino el empirismo había llegado con Hume a la disolución de las sustancias y a la aniquilación de la física. El esfuerzo de Kant consiste en recuperar ambas cosas (no es posible recuperar la física como ciencia, sin recuperar la sustancia) sin renunciar al principio empirista.
¿Cómo lo hace? Pues retornando e incorporando a su pensamiento lo que había sido la idea clave del pensamiento racionalista que le precedió (Descartes, Leibniz) Esto era lo que el racionalismo tenía de positivo, para Kant: haber descubierto el nuevo "cosmos noetos” en el que se encontraban Las estructuras o formas que harían inteligible la realidad: el ‘Cogito”. Por eso, cuando Kant recupera la sustancia para recuperar también la física, no lo hace ya como categoría óntica, sino como categoría noética. La sustancia, como la causa, como la existencia o como la necesidad, no son otra cosa que los conceptos puros del entendimiento (el” intelectus ipse” de Leibniz) cuya misión es la de unificar, estructurar y hacer inteligible la multiplicidad caótica y desordenada de los datos sensibles. Así es como el hombre podrá volver a conocer científicamente la experiencia sensible (los objetos fisicos), por medio de esta ordenación y unificación que se establece a priori, desde las formas, categorías o estructuras del pensamiento.
Se comprende que Kant discrepa parcialmente de las dos grandes corrientes predecesoras: racionalismo y empirismo; por eso mismo, acepta parcialmente también sus enfoques. Su conclusión es que: todo conocimiento científico proviene de la experiencia aunque no todo lo que hay en el concimiento científico tiene su origen en la experiencia. El entendimiento posee unas estructuras a priori (racionalismo), pero estas estructuras sólo pueden ser aplicadas legitimamente a la ordenación y unificación de la experiencia (empirismo). El entendimiento, aunque dotado de espontaneidad que le permite rebasar la experiencia, no debe hacerlo, si quiere hacer ciencia. Sin embargo el entendimiento lo hace, y entonces es cuando aparece la “metafísica”. Preconocer científicamente realidades que están más allá de la experiencia, (Dios, alma, mundo) . Pero tal conocimiento científico es una ilusión nacida de la ilegitimidad cometida por el entendimiento. Por eso, Kant que no excluyó jamás la metafísica como actividad del espíritu, la excluyó como conocimiento científico, al no reunir las condiciones de éste. (El conocimiento de las cosas extensas por ser matematizables, no ofrecen el desagradable espectáculo de los conocimientos metafísicos).
Muy buena síntesis, me ha resultado provechosa, gracias.
ResponderEliminarEs interesante observar como Kant se dio cuenta de su error dogmático racionalista de genealogía cartesiana, y sin embargo generó a su vez nuevos dogmas, como lo son las categorías a priori, las cuales, a poco que se piense, no tienen ninguna fundamentación ni demostración de su existencia en la mente de cualquier persona previamente a su contacto con la realidad. En todo caso, estos "a prioris" son producto de la interacción de las sucesivas generaciones humanas con su realidad(interna y externa); son abstracciones: alguien ve que con el paso de los días la fruta se pudre, la barba le crece, etc. y a este proceso lo encapsula en la abstracción del concepto tiempo. Pretender que dichos "a prioris" vengan, por decirlo así, "de fábrica" con el cuerpo humano, es del todo erróneo. Y curiosamente me atrevo a decir(corríjanme si me equivoco) que la epistemología kantiana, incluso la forma de entender el mundo, del todo idealista, sigue siendo la que impera en lo que podríamos llamar paradigmas cognoscitivos de la mayoría del mundo "occidental".
Por lo que deduzco, Kant quiso negar la máxima racionalista cartesiana de que todo pudiese conocerse con construcciones totalmente aisladas de la experiencia, pero al final acaba incurriendo en una hibridación que sigue aceptando estos elementos a priori de toda experiencia, aunque abriéndoles la puerta de la contrastación empírica. Pero la idea que sigue subyaciendo, desde mi humilde entender, sigue siendo imponer dichas categorías a la realidad, ya que dichas categorías se toman por ciertas, y esto es incurrir en dogmatismo. El método sigue siendo pretender que lo sensible encaje en lo inteligible, y si no cuadra, se achacará a que se haya realizado una observación errónea de la experiencia, pero nunca se hará una crítica(el propio Kant no usó su método crítico para criticar sus propias categorías, curiosamente) sobre lo erróneo de los "a prioris". Y esto en suma es el idealismo(corríjanme en todo momento, pues soy bastante neófito en todos estos asuntos) que se basa en "construir" el mundus aspectabilis a partir de categorías a priori supuestamente "puras", "aisladas", cuando esta idea de autonomía(de raigambre muy luterana si se quiere) es totalmente absurda en sí, pues nada es autónomo(incurriríamos en atomismo). Y como conclusión, tratar de cuadrar el mundo con teorías construidas únicamente de forma especulativa, y no al revés, es decir, generar dichas teorías a través de abstracciones sobre el mundo, es el idealismo en sí. Y por esto seguramente ha triunfado en el mundo de las Ciencias Naturales la gnoseología teoreticista, con Popper a la cabeza: literalmente se crean modelos matemáticos y se hace que la realidad encaje en ellos. Y si no encaja, se hace que encaje(véase por ejemplo el invento teórico del período llamado Gran Inflación, del cual no hay ninguna evidencia empírica, pero que debe ser aceptado para que las ecuaciones cosmológicas cuadren y puedan explicar el universo actual a partir de la Radiación de Fondo de Microondas). Por poner un ejemplo.
Un saludo.
hola, man es bueno llegar a ese punto de lucidez y hacer esa interpretación, te invito a vuelvas a leer siempre tus reflexiones y animarte a corregirte.
EliminarGracias por tu generosa invitación. Un excelente consejo que debemos aplicarnos todos. Un saludo
EliminarBuenas. Le agradezco profundamente su comentario que borré sin querer en un nuevo terminar que he adquirido. Fue un lamentable error. Le ruego me perdone y le pido encarecidamente lo vuelva a publicar y le prometo que no sucederá prometo poner más atención.Siempre contesto
ResponderEliminarlos comentarios y el suyo me encantó. Un saludo.
He podido rescatar su comentario que no quedó eliminado del todo sino como un spam de lo que me congratulo, como podrá comprobar no soy un experto en informática y mis carencias se dejan notar. Vamos al comentario.
ResponderEliminarObviando el nombre de categoría que lo tomó Kant de Aristóteles, no creo que sea un aprirismo más propio del idealismo transcendental de Kant. Es cierto que todo sistema parte de unos principios o axiomas indemostrables porque hay que iniciar el sistema de lo contrario estaríamos fuera de él (el ejemplo ilustrativo lo tenemos en la filosofía de Aristóteles mediante los axiomas o categorías de su lógica Organon como es "el principio de no cotradiccón", el de identidad o el del tercer excluído, etc. de ahí parte su lógica sin la los cuales el sistema no tendría validez). Lo mismo hace Kant con sus categorías que no procenden de la naturaleza sino que la preceden (ese fue el error de Hume y a mi modesto entender en el que usted cae) Antes de la deducción trascendental de las categorías, Kant establece otra deducción en en su Estética T.con las formas apriori de la sensibilidad del espacio y el tiempo, concediendo a Hume y a sus impresiones un lugar destacado en su epistemología y estableciendo un límite infranqueable a la metafísica de Walf como son las formas a priori de la sensibildad espacio/tiempo.Los principios de las categorías no los extrae Kant de la experiencia ni de la repetición de los hábitos de ella. El principio de causalidad (" todo efecto provine de una causa"que fundamenta los juicios sintéticos a priori son a priri porque independiente en que mañana el sol salga por Antequera sería una excepción a este caso de experiencia pero no al principio el cual seguiría asiendo así para otros casos. ¿A esto llama Usted apriorismo dogmático? Las categorías que encuentra Kant en nuestro intelecto están organizadas sobre la cantidad, cualidad, relación y modalidad. ¿por qué estas cuatro y no otras? bueno, es que la relidad es diversa en número, forma, movimiento y comunidad etc.
También Kant tuvo sus errores más en la forma que en el contenido. El más importante: utilizó un lenguaje propio de la filosofía que criticaba, la aristotélico-tomísta y aunque inventó nuevos neologismos filosóficos, aceptó una termilogía que luego él mismo criticaba y no aceptaba, etc. (sería muy extenso, y este no es el lugar apropiado para demostrar todo esto que afirmo)
Dejo mi correo electrónico para que si quiere seguir este diálogo constructivo podamos hacerlo (gonpadan@hotmail.es).
Galileo se apartó de la visión racionalista de Descartes por lo que a mi juicio es un error ponerlo en el mismo saco. Descartes en un carta al Padre Marsenne de 1638 dice de Galileo sobre su afán experimental: "[...] él procura las razones de ciertos efectos particulares, y así, ha construido sin fundamentos."
ResponderEliminarA diferencia de Descartes la experiencia y las matemáticas (por igual) lo eran todo para Galileo, desde la observación de la naturaleza hasta la última verificación empírica de las hipótesis a través de la experimentación.
Nadie los pone en el mismo saco. Uno representa el método inductivo (Galileo), y el otro deductivo (Descartes). La vinculación establecida por Galileo entre observación y demostración, llamadas por él experiencias logradas mediante los sentidos y las demostraciones lógico-matemáticas de su necesidad, era una vinculación cuya validez dependía de la relación entre ambas. Ni las experiencias sensibles de la observación podían valer científicamente sin la relativa demostración de su necesidad, ni la demostración lógica y matemática podía alcanzar su absoluta certeza objetiva igual a la de la naturaleza. Sin apoyarse en la experiencia en su punto de partida y confirmarse con ella al llegar a su conclusión. Por esta reciprocidad de vinculación, Galileo se diferencia al mismo tiempo de Descartes: el primero representa el empirismo inductivo y el segundo el racionalismo deductivo, superando a ambos por su método experimental, que une la observación con la demostración, la experiencia con la necesidad.
ResponderEliminarMuy bueno. Tenga ud, buena vida.
ResponderEliminar¡Gracias! Lo mismo le deseo.
Eliminar