Barreda ordena restituir el término de Semana Santa en el calendario escolar
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, ha ordenado a su consejera de Educación, Ciencia y Cultura, María Ángeles García, que proceda al cambio, en el calendario escolar, de la denominación de vacaciones por "descanso entre el segundo y tercer trimestre" por vacaciones de Semana Santa.
La Gaceta, 11:51 (19-03-2011)
La estulticia no tiene límites.La Consejera de Educación, Ciencia y Cultura, María Angeles García quiere borrar de un plumazo las tradiciones y costumbres de la sociedad española mediante un cambio de nombre. En el fondo se trata de cambiar aquello que hemos recibido como legado de nuestros padres desde siempre, tradiciones, principios y valores de carácter religioso, empezando por el leguaje con significado simbólico, racional y emotivo, para cambiar la realidad a golpe de Decretos. Olvidando la Sra. Delegada que el origen de las fiestas religiosas de nuestra cultura occidental, está asociado a ritos y costumbres de pueblos sedentarios y nómadas, cuya actividad principal era la agricultura y la ganadería.Posteriormente a través de la tradicción judeo-cristiana, fueron asumidos por la cultura occidental, hasta nuestros dias.
Los fenomenólogos de la religión subrayan que la jerarquización fundamental de la vida humana está constituida por la bipolaridad sagrado/profano, siendo lo sagrado lo no manipulable, lo intocable, en una palabra, lo absoluto. El hombre se relaciona con el ámbito de lo sagrado o de lo santo, en el que se dan las primeras experiencias religiosas como hierofanías que hacen de la naturaleza o el hombre representaciones e instrumentos de la divinidad (Otto, "Lo Santo"). La respuesta del ser humano fué delimitar tanto en el espacio como en el tiempo esta relación dialéctica entre los sagrado/profano. Se reservó un espacio o lugar a lo sagrado: el templo, donde se manifestaba la divinidad. "arrodíllate, Moisés, porque el lugar que pisas es santo", dice Yaweh; dando a entender la santificación del lugar. También se consagró el tiempo y se hizo sagrado: el sábado para los judios y el domingo para los cristianos. Desde el primer día del año hasta el último hay días señalados y consagrados a la divinidad. Los ritos de las diversas culturas religiosas, están asociados al cambio de las estaciones como al de las cosechas. Esto no sólo se da en religiones animistas, sino politeístas y monoteístas.
La religión es la matriz de estas culturas, ya que el "imaginario religioso" es inicialmente el más determinante y fundamental. Por eso, en las sociedades tradicionales es la religión, no la ciencia, y mucho menos la filosofía, el cauce por excelencia del saber, desde el cual se constituye la sociedad. Y se desarrolla la relación práctica con la naturaleza, que es siempre la madre tierra. Todo el orden jerárquico, tanto en la naturaleza como en la sociedad, se pone en relación con los dioses, siendo la religión la matriz más determinante del comportamiento humano. La funciones de cohesión, estabilidad y fundamentación del orden axiológico, sociopolítico y cultural pertenecen a la religión por derecho propio, y no han sido superadas del todo en nuestras sociedades secularizadas.
Olvida la Sra. Consejera que nuestra cultura, le guste o no, está fuertemente asociada a lo religioso, y el 80% de la población española cree o practíca alguna religión. El hecho de que el Estado Español sea aconfesional, y una determinada ideología gobierne, ello no le confiere autoridad moral para cambiar por decreto tradicciones sociales muy arraigadas en nuestra sociedad y relacionadas con ritos y fiestas religiosas, por otros tradicciones contrarias al sentir de la mayoría. Se pueden cambiar usos y hechos sociales, siempre que se demuestre que son nocivos para la sociedad y cuenten con un ámplio respaldo social.Cosa que aquí no se da. Aquí lo que subyace es la suplantación de valores y principios religiosos trascendentes por otros de corte inmanentes. Es cierto que ante el fenómeno religioso nadie es neutral, ya que estamos condicionados por nuestra biografía personal y cultural. Podemos fundamentar nuestra ética en un humanismo científico y no religioso, aunque no por ello más seguro y fiable, enmarcado en una cosmovisión más ámplia, pero su respuesta, estará dada desde convicciones sujetivas carentes de certezas racionales, como sucede en la religión. Toda religión es un producto histórico cultural y todos los lenguajes religiosos son construcciones humanas, por lo que son suceptibles de ser criticados y revisados, aunque respetando las creencias sujetivas y sociales. Corresponde a la sociedad civil, en concreto a la filosofía como reflexión crítica, este quehacer, pero no a los políticos a golpe de Decreto. Todo a su tiempo y sin hacer "tabula rasa". De sabios es saber rectificar.
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