Una de las acusaciones más acentuadas de los nacionalistas -catalanes, y en menor lugar, vascos- es que existe un nacionalismo centralista español. ¿Es eso cierto?
El
concepto "nacionalismo" deriva de nación, entendiendo como tal la
nación como concepto identitario o cultural, formado por "una comunidad cuyo vínculo de unión entre las personas
que la componen está basado en un sentimiento de pertenencia debido a
compartir ciertos rasgos peculiares que condicionan o determinan su
personalidad individual. Estos rasgos, de naturaleza más o menos
objetiva, suelen ser una lengua, una religión, una raza, un pasado
histórico común, una cultura, un territorio o unas arraigadas
costumbres. Se considera que tales rasgos -todos, algunos o solo uno de
ellos- confieren una identidad colectiva nacional que genera una
corriente de afecto mutuo y de solidaridad entre sus miembros, capaz de
crear una sociedad diferenciada respecto de su entorno." Francesc de Carreras.
Siguiendo a Carreras, hemos de considerar el concepto de nación jurídica. Desde esta perspectiva, "la nación está formada por un
conjunto de personas libres e iguales en derechos, es decir, por
ciudadanos, que residen en un determinado territorio y cuyo vínculo de
unión es una Constitución elaborada y aprobada por ellos mismos o por
sus representantes. Su función consiste en delimitar el ámbito de
libertad de estos ciudadanos mediante normas jurídicas y garantizarlo
mediante órganos institucionales. A este conjunto de normas y órganos le
denominamos Estado de Derecho y, si asegura la igual libertad de todos,
le añadimos los calificativos de democrático y social."
Por
tanto la diferencia es nítida y clara entre ambos conceptos de nación. Estriva, principalmente, en los diferentes vínculos de unión, que para la
identitaria se derivan de rasgos naturales o culturales, (como es el caso de Cataluña y Vascongadas) mientras que
para la jurídica o política, se deriva de valores de libertad e igualdad (como es el caso de España)
¿Hay
un nacionalismo español? Evidentemente sí, pero un nacionalismo nacido
en la transición del 78, constitucional; basado en la separación de poderes,
un Estado descentralizado en las CCAA, un Estado social democrático de
Derecho, surgido de la voluntad libre de todos los ciudadanos, donde
todos gozamos de los mismos derechos refrendados en la Constitución,
votada por todos los españoles. Integrador y no excluyente, con vocación
europea y universal, basado en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Nada que ver con los nacionalismos periféricos
-catalán y vasco- que construyen su identidad creando enemigos
ficticios, tergiversando la historia y creando falsos mitos para separar y
establecer diferencias, en razón de la lengua, raza, territorio, etc. Éstas son, a mi modesto entender, las diferencias fundamentales.
NB Francesc de Carreras es Catedrático de Derecho Constitucional.