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lunes, 18 de noviembre de 2019

Don Juan Bautista García del Castillo




     
   Los grandes hombres de la historia siempre han dejado un rastro que se manifiesta en su obra que permanece como testimonio de todo lo que han sido mediante hechos o palabras. Es indudable que todos los abulenses nos sentimos orgullosos de nuestro templo parroquial o iglesia, porque como pueblo creyente, profesamos un afecto especial -no exento de devoción y orgullo- por nuestro templo, lugar de tantos acontecimientos emotivos de alegría o tristeza. 
Y como no se puede amar aquello que no se conoce, hoy, quiero compartir con vosotros algunos aspectos de nuestro templo que nos ayudarán a conocer que detrás de una gran obra siempre hay un gran hombre. En concreto, os hablo de un sacerdote que fue cura párroco de Abla  -allá por la década de los años 50-  llamado: Don Juan Bautista García del Castillo. Un verdadero hombre de Dios que dejó en el pueblo una huella indeleble por ejercer ejemplarmente su ministerio como sacerdote y por su carácter emprendedor y su capacidad creativa de la que se benefició nuestro pueblo. 
¿Quién era realmente Don Juan? Fue un sacerdote oriundo de Linares de vocación tardía, que accedió al presbiterado despues de estudiar peritaje y con una sólida formación científica  (lo que le permitió ser administrador y profesor de matemáticas en el Seminario Diocesano de la Inmaculada de Almería). Su carácter  emprendedor quedó reflejado en la organización y puesta a punto de la Acción Católica, la reforma de la Semana Santa (mediante esas devotas novenas de la Virgen de los Dolores), y el magnífico belén de navidad que los niños de aquel tiempo disfrutamos, sobre todo, por el ingenioso mecanismo que utilizaba para generar efectos especiales del día y la noche. Pero su capacidad creativa no termina aquí, también se manifestó en el mantenimiento y conservación de la iglesia parroquial, muy deteriorada después de la guerra civil, mediante la restauración de su bello artesonado mudéjar  del siglo XVI, la pintura de sus paredes, retablos, altares y la  reposición de sus imágenes. 
Hoy quiero agradecer la sensibilidad y buen hacer del restaurador y, a la vez, recabar la atención de la generación actual, por restituir y conservar la firma y rúbrica de Don Juan Bautista García del Castillo, en un frontispicio pintado de medio arco dorado situado sobre la puerta que da acceso al coro, (ver fotografía superior) cuyo valor artístico no es representativo ni importante, pero sí emocional y justificativo. En él podemos observar una concha (que simbólicamente nos remite a San Juan el Bautista),  en cuyo centro aparece un escudo o blasón con una garza (símbolo de "García", su primer apellido) y un "Castillo" homónimo a su segundo apellido. La firma y rúbrica de un artista imaginativo y creativo. Un testimonio humilde que debemos reconocer, como agradecimiento y recordatorio -en su justa medida- por las  buenas obras que Don Juan ha hecho por nuestro pueblo. Que así sea.




domingo, 14 de julio de 2019

!Ha llegado el circo!




Un circo... 
muy especial


En un pueblo muy bonito
allá perdido en la sierra,
Tonio, Lalo, y Pepón,
al salir de la escuela,
se reúnen en la placetilla
lugar de encuentro y reunión.

El invierno ha pasado
los fríos y el sabañón,
los días son ahora más largos,
presto se acerca el verano,
en el pueblo hay ilusión,
pues la llegada del circo
a la gran plaza del pueblo,
es motivo de alegría
y también de expectación.

Es un circo de animales
formado por perros y gatos,
artistas muy especiales
todos ellos adiestrados,
por hacer cosas inéditas
imitando a los humanos.

El circo se levanta presto
con las sonrisas en sus labios,
los niños acuden contentos
expectantes por asistir
tan gran acontecimiento.

Un redoble de tambor
anuncia el gran comienzo.
!Se abre de pronto el telón
va comenzar la sesión!
De pronto sale un cortejo
formado solo por perros,
una carroza fúnebre
tirada por cuatro perros
inicia el gran acontecimiento.

El entierro es de un finado
un perro bien afamado,
que yace en carroza inerte
por sus amigos llorado.
Le siguen todos trajeados
erguidos a dos pies,
y un cura-perro preside
envuelto en capa fluvial
con un misal en las manos
el cortejo funerario
tan insólito, como especial.

La pandilla de Pepón
queda muda de emoción:
aquellos perros artistas
animales por condición,
andan no solo a dos patas
sino que parecen sentir
como humanos el dolor.

!Acróbatas, trapecistas
volando sobre un trapecio!
!piruetas en el aire
desafiando el miedo!
¿Quien volará más arriba,
la imaginación de un niño
o aquellos animales diestros,
dibujando ante su asombro
volteretas en el cielo?

!Qué bonito es el circo
que llega a un pueblo rural!
rompe la monotonía
de este pequeño lugar,
donde todo lo que pasa...
pasa como casi na.


 Antonio González Padilla




jueves, 13 de junio de 2019

Himno de los Santos Mártires: ¿Quién fue su autor?



"Llamas de amor con incendio de guerreros alumbran la fe de los que confían en ti.
Fue la aparición de la Virgen del Buen Suceso la que os dio el triunfo más gentil."

Lo cantamos con fervor a nuestros patronos Los Santos Mártires: Apolo, Isacio y Crotato y la Virgen del Buen Suceso, en ese instante en el que se eleva nuestro corazón como muestra de agradecimiento y fervor. Lo cantamos con los labios pero es el corazón de cada abulense quien realmente pronuncia cada cada palabra de este hermoso himno.
Pero ¿Quién compuso su letra?  ¿Qué poeta, compositor, o rapsoda, tuvo la fortuna de componer esa letra tan emotiva? Hoy saldremos de duda, a la vez que restableceremos la deuda que tenemos los abulenses con su autor.

El himno fue compuesto por Juan José González Herrerías el 24 de enero de 1963, bajo la supervisión del entonces cura párroco de Abla D. Pedro Ruiz Navarro, como consta en la documentación que se adjunta. Juan José hasta ahora ha preferido el anonimato y solo unos pocos allegados eran sabedores de quien era el autor literal del himno. Hace unos días encontré a Juan José en la plaza del pueblo y fue allí donde por casualidad me comentó cómo se gestó el himno de nuestros Santos Patronos. 
La humildad y la generosidad de Juan José, le impedían dar notoriedad de su magnífico himno, y he sido yo personalmente, quien -después de reiterados ruegos- he conseguido su permiso para dar a conocer el gran servicio que nuestro paisano ha prestado a la Iglesia parroquial y al pueblo de Abla. Hoy, es de justicia reconocer al autor y su obra, para agradecerle este regalo literario que será cantado por generaciones futuras a lo largo de los años. 
Aquí aporto en la primera fotocopia el himno en su integridad, escrito a máquina para su mejor lectura.
En la segunda fotocopia, se muestra un escrito de quien fue el autor del himno y su corrector, con fecha del 18 de agosto de 2012, firmado por Juan José González Herrerías. 
Y en la tercera fotocopia se muestra el himno original escrito a mano por el autor, tal como lo compuso en la fecha  indicada.
Aprovechamos la ocasión para dar las gracias a Juan José, por este magnífico regalo, que será cantado por largas generaciones de abulenses, para gloria y reconocimiento de nuestros Mártires y nuestro pueblo. !Gracias, Juan José! el pueblo de Abla siempre te estará agradecido y su deuda contigo será para siempre.
  






                                                                                                                                                          Himno de los Santos Mártires

Llamas de amor con incendio de guerreros
alumbran la fe de los que confían en ti.
Fue la aparición de la Virgen del Buen Suceso 
la que os dio el triunfo más gentil.


        Vuestra muerte fue por adorar a Dios
        que os premió con el laurel en flor.

Apolo fue con Isacio y Crotato
defensor del Dios Eterno Señor.
        
        Viendo amores sirviendo a la cruz
        pulsaron felices su palma de luz.

Qué más queréis invencibles Santos
si ya militáis en las falanges invencibles de Dios.

        Viendo amores sirviendo la cruz
        pulsaron felices su palma de luz.

!Oh soldados que luchasteis en este suelo
oíd desde el cielo de nuestro pueblo la voz!
Vuestra vida la dedicasteis al Altísimo
y por ello Dios inflamó vuestro corazón,
fuisteis canción sonora de armonía
cargada de amor, dulzura de paz y luz.



lunes, 15 de abril de 2019

Un monte aturdido




Un monte aturdido

En la madrugá subí al monte blanco,
para pedir agua: No te olvides de mi valle,
tú que tocas al cielo cuando quieres
y rascas el hielo y la nieve.
Sentí la altura de su inmensidad,
y con cierto temor a quien se le molesta,
le toqué su piel con cuidado,
y le desperté de su profunda siesta.
Enfurecido me miró adormecido:
¿Por qué me despiertas, no ves que estoy
dormido?
Respeta el sueño de quien está cansado,
de quien no pide por dar,
nada a cambio...
déjame sentir la nieve y el frío,
sin ellas no soy sino un monte aturdido,
una inmensa mole en un cielo sombrío.


         Antonio González Padilla


viernes, 15 de marzo de 2019

A nuestra Prima María





"Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño"
                                     (J.L.Borges)
                                      
A ti, Prima María, en el día de tu partida
gracias por haber sido lo que has sido:
un referente en la familia;
entregada al servicio de los demás,
por la abnegación y renuncia a tu propia felicidad
ejemplo para nosotros de amor filial.

Hoy, inicias tu camino hacia Ítaca,
por un sendero de árboles frondosos
que te acunan...
en ese eterno omega del destino,
que cada uno lleva inscrito...
hasta encontrarte con nuestros seres queridos.

     Antonio González Padilla


NB   A nuestra Prima María fallecida en Abla el día 12 de marzo de 2019




domingo, 6 de mayo de 2018

Quisiera ser como Tú



Madre, quisiera ser como Tú


Porque de ti he recibido
todo lo que mi ser es:

De ti madre he adquirido,
tu pelo color marrón,
tus ojos color de miel,
y ese gran corazón.

Tu sonrisa amplia y pícara,
tus ocurrencias y tesón,
la fe en el trabajo,
la constancia, la ilusión.

Tus dedos largos en las manos,
tus manos de fina piel,
tu piel blanca como la leche,
tu palabra alta, clara, sin doblez.

Nunca seré como tú,
por más que lo trato e intento,
tu bondad y buen hacer,
forman parte de tu acervo.

!Ya me gustaría a mi ser,
como tú eres, madre mía,
parecerme a ti por vida!

Pero jamás puede la copia ser,
mejor que el original,
lo contrario es, mera utopía.

          
        tu hijo, antonio



sábado, 7 de abril de 2018

Camino Fuente el Manzano




Camino Fuente
el Manzano


Fuente el manzano, camino...,
donde el pueblo pierde el blanco
para tornarse en el verde,
difuminado, entre bancales y olivos.
!Alma de niño!
buscando en su laberinto
la mano amiga de niñez añorada.
!Cuantas veces visitamos
tu regazo, Fuente el Manzano!
siempre fluyendo en verano,
siempre saciando la sed
en tu manar agostado,
con la cuenca de la mano, 
o zambullidos en tus aguas
harén de libélulas y ranas.

!Ah,  cómo no recordar 
aquellos primeros intentos
por aprender a nadar,
mostrar el cuerpo desnudo
fuerza de la pubertad!
!Quisiera volver a nacer y recobrar 
este camino!
volver a coger la mano,
recobrar ese destino,
de aquellos años perdidos...

        antonio gonzález 



miércoles, 28 de marzo de 2018

!Adelante, portadores!






!Adelante, portadores!


!Semana Santa de Abla!
¡Qué entre calles empedradas
balcones y casas blancas,
procesionas a tus imágenes
y elevas una plegaria
de súplica y esperanza!
!Qué el mundo sepa que aquí
la gente reza con alma,
la fe que un día recibió
como una perla que guarda,
muy dentro del corazón!
!Semana Santa de Abla!
que procesionas con fe:
!Qué el Cielo oiga tu plegaria!


1

!Escuchadme los de ahí abajo,
sé lo que estáis soñando!
¡Levantad el mundo...
que os contempla ensimismado!
!Hacedlo con desparpajo!
que vuestros hombros y rodillas
os eleven..., hasta el calvario,
que allí está el dolor y el aguante
de un Dios-Hombre ajusticiado.
Que después de la levantá,
con esfuerzo, y con sudor,
os llegue la gloria dada
de Jesús el Redentor.


2

!Adelante fervientes mensajeros!
que vuestros hombros soporten
la carga de ese madero,
pues en él va expiando su pecado
el mundo entero;
ayudadle a llevar el peso,
a repartir ahí abajo, con denuedo,
el escarnio y el sufrimiento,
solidarios en el temor del Nazareno,
que sintió pavor en su cuerpo,
del hombre que siente miedo
a beber ese amargo cáliz,
que no rechazó en el huerto.


3

!Adelante portadores!
que aflore la fe que un día
sembró la fe bajo el palio
a la luz de los faroles.
!Hacedlo por vuestros padres
que os miran con alegría!
y esperan de vuestro esfuerzo
de vuestro sudor y rezos,
que el mundo se salvará
con solidaridad y esfuerzo.
!De frente portadores
con los pies acompasados!
que en ese palmo de suelo,
seguid los pasos dados
por los que nos precedieron.
Ahí está la fe del pueblo,
el mismo que os contempla
con envidia, por supuesto,
pues ahí abajo van todos,
soportando todo el peso,
soportando vuestro esfuerzo.


4

Ya sé que eleváis promesas
por la enfermedad del hijo,
por limar desavenencias
entre el vecino o el amigo;
por suavizar asperezas
y quitar maledicencias
que generan los conflictos,
por soluciones impuestas.
Ya sé que cada paso,
es un rezo entrelazado,
una súplica...
un reclamo de humildad,
una oración, un deseo,
que forman un escapulario
con la Virgen del Calvario.


5

!Pedid, a quien tuvo sed,
que haya agua para el campo,
sediento está esperando
una nube que lo cubra
y enjugue su triste llanto!
Que no hiele la cosecha
a los que con entereza,
han sembrado con sudor,
y trabajado la tierra,
para que tallos y brotes
germinen,
en regados surcos de ilusión.


6

¡Adelante portadores!
sabemos que vuestros pies
cansados por los dolores,
son los pies del Nazareno
aquellos que nos acercan
la noticia del Dios Bueno.
Son vuestros pies los que juntos
caminando palmo a palmo,
los que levantan su imagen
y acercan sus pies clavados,
a los balcones floridos
de claveles y geranios,
con sus pétalos esparcidos
como lágrimas: ¡lloran
en torno a un trono sufrido,
al escuchar una saeta,
al Cristo crucificado,
que es canto, súplica y grito!


7

!Hacedlo por vuestros padres
por nuestros antepasados!
prosigamos su camino,
que con fe nos enseñaron,
a buscar desde este trono,
ese trocito de cielo,
que como cruz de guía,
alumbra quien está ciego,
la senda que hay tomar
distinguiendo la luz y el día,
de la noche y la oscuridad.


8

¿Pues acaso no sabéis
que la Virgen no va sola
le acompañan las manolas
con sus rezos y sus silencios?
Su manto bordado en oro
y los varales al viento
cubren un corazón deshecho
roto por el tormento:
la pérdida del hijo muerto
muestra al mundo su dolor,
la maternidad,
el misterio del amor,
el sufrimiento,
la soledad, el perdón.


9

Y Juan, su discípulo amado,
va mostrando con su mano,
por dónde va el Hijo amado
por Calle Real va pasando
camino los Granadillos,
allí encontrará a su Madre
en la Cruz de los Caídos.
Y será a las tres en punto
cuando entre crespones negros,
entregue el último aliento,
el hombre que dio su vida 
por el primer mandamiento.


10

Mientras el cielo se cubre,
un tambor redoblará,
con cadencia sepulcral
la muerte del inocente,
que el pueblo nos mostrará
con crespones emergentes
en enseñas de hermandad,
y con lágrimas en los ojos
musitará una oración,
a ese Cristo que ha expirado
su último aliento doliente.


11

!Portadores!
Que el canto de la bocina
con su sonar plañidero,
no se quede en vuestros oídos
sino que cale muy adentro.
Que os llegue a vuestras entrañas,
donde no anide el olvido
y quede todo en el alma,
donde pervive el recuerdo
y vibre con vuestro cuerpo,
por llevar en vuestros hombros,
como buenos cireneos,
la Cruz del Nazareno.
Y en "El Paso" por la plaza,
cuando encuentre a la Verónica
y su rostro quede impreso
en su paño ensangrentado,
sintáis con el pueblo entero,
entre la cera y el incienso,
orgullo de ser agraciados
por tan sublime gesto.


12

!Semana Santa de Abla!
¡Qué entre calles encaladas
con balcones y casas blancas,
procesionas a tus imágenes
y elevas una plegaria
de súplica y esperanza!
!Qué el mundo sepa que aquí
la gente reza con alma,
la fe que un día recibió
como una perla que guarda,
muy dentro del corazón!
!Semana Santa de Abla!
que procesionas con fe:
!Qué el Cielo oiga tu plegaria!


   antonio gonzález padilla





jueves, 7 de diciembre de 2017

ANNECY





annecy

Tú, seas bienvenido a mi casa
donde siempre habita el sol,
su hospitalidad siempre presta,
como fruto de pasión, 
hecha amor.
Se llama annecy de nombre,
porque allí se soñó,
entre los Alpes nevados, cumbres altas, ríos y lagos,
allí se proyectó.
Con una ilusión tan grande, 
que por encima las nubes,
su hermosa planta,
se levantó.

          
             antonio gonzález



martes, 5 de diciembre de 2017

Un hombre bueno




mi padre

!Oh cielo, sé que estás triste
en este frío día de invierno!

En este día de diciembre,
del cielo llovieron lágrimas,
fue el día que te fuiste,
y las hojas de la parra 
que plantamos en el huerto,
se cayeron de sus ramas.

Hojas que no aguantaron
sujetas a su sarmiento,
cayeron todas abatidas
esparcidas por el suelo,
de pena y de sentimiento...
Así quedó nuestro dolor
enquistado en nuestra alma,
en la hendidura del tiempo.

Lloran por:
un hombre bueno.

       
     antonio gonzález





miércoles, 25 de octubre de 2017

Mi pueblo tiene una Iglesia






Mi pueblo tiene una Iglesia

Mi pueblo tiene una iglesia,
plateada por la mañana,
y cuando se pone el sol
al atardecer..., dorada. 

En ella anidan los pájaros
bajo sus tejas alineadas,
y en torno a su cielo azul
se combaten mil batallas.

Su torre se yergue esbelta
entre casas y solanas,
con un reloj incansable:
mide el tiempo a cuatro caras.

Situada en medio el pueblo,
entre San Antón y la Plaza,
marca el tiempo de mi pueblo
con un toque de campana.

Recostada en la ladera
donde se forjó su alma,
así lo expresa el escudo
de Alba en su fachada.

A las doce la mañana,
un retoque de campana
nos llama a la oración:
la Anunciación de María 
como la Madre de Dios,
nos recuerda nuestra Iglesia,
su nombre y advocación.

No hay abulense que no ame
las bondades de su Iglesia,
en el corazón la lleva
como parte de su esencia:
Allí fuimos bautizados
en la fe de nuestros padres,
allí fue donde profesamos
el Credo como cristianos,
y es allí donde rezamos
por nuestros antepasados.

Algunos dieron el sí
delante su altar dorado:
eran días luminosos
de promesas y regalos.
Otros dijeron adiós
antes de partir a un lugar,
cruzar el Puente los Santos,
para no volver jamás.


      antonio gonzález