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jueves, 16 de mayo de 2024

RETAZOS DE PUEBLO POR ENTRE TUS YOS, ABLA





Este es el título del libro recién editado, cuyo autor es Antonio Fernández Ortiz,  "Antonio el de Narcisa", para sus paisanos y conocidos. A nadie se le puede llamar mejor para ser identificado que la pertenencia al linaje de su madre. Nadie puede ser más honrado que llevar el nombre asociado al ser que le dió a luz: su madre. "Antonio el de Narcisa" es su nombre, entre tantos otros que manifiesta las distintas etapas de su vida: Antonio Fernández, El Olímpico, Sole Venegas, etc. De todos ellos me quedo con  "Antonio el de Narcisa".
Nadie es profeta en su tierra. Dice un dicho español. Una verdad asociada, tal vez a la envidia,  característica de todo ser humano que en España se acentúa, por haber vivido una posguerra de pobreza y escasez. Antonio debe ser la excepción que confirme la regla. Así lo espero y así lo deseo. Tener un paisano que descolla en una Olimpiada, no es algo baladí. Ser bueno entre los mejores, nos llena de satisfacción y orgullo a los que nos sentimos honrados con su amistad. 
Nuestras vidas comenzaron su trayectoria en el Seminario Menor de San Tarsicio en Cuevas del Almanzora, donde cursamos el Ingreso y 1º de bachillerato. En "Las Picotas", un terreno anexo al río Almanzora, comenzó a ser el mejor en todas las actividades de educación física, especialmente en el salto de altura. Aquel chaval, delgado como una pluma, se elevaba por encima del listón con una facilidad pasmosa que dejaba boquiabierta a la chavalería reunida de toda la provincia. Yo entre ellos. Su vida dedicada al atletismo como deportista y como profesor en Los Escolapios de Alcalá de Henares, sería un ejemplo a seguir para tantos y tantos jóvenes que se inician en la cada vez más competitiva actividad deportiva. 

Hoy lo traemos a nuestro blog, no por sus actividades deportivas -ocasión habrá para ello- sino para comentar su libro recién publicado: RETAZOS DE PUEBLO POR ENTRE TUS YOS, ABLA. Un libro muy especial. Difícil de clasificar entre los géneros literarios al uso, por su forma y por su contenido. Lo que podría ser un impedimento para su comprensión, lo convierte en algo novedoso e inédito. Es desde la primera página a la última un poema, un hermoso poema costumbrista, que surge como un grito de alegría, desgarro, añoranza, tristeza...amor a la tierra y su gente; la de un poeta que se desgrana y diluye entre "los retazos de pueblo por entre tus Yos, Abla" en diálogo y comunión con sus gentes, verdaderos protagonistas de estos bellos poemas. Es una explosión desbordante de un tejedor de palabras, de un coleccionista de sílabas, de un soñador de sueños, que busca su esencia personalista, su ser, entre plazoletas y callejuelas, barrancos y tajos; donde naturaleza,  (fauna y flora), civilización y cultura, manifiestan un coro sinfónico poético en connivencia y diálogo en un entorno bucólico rural no exento, a veces, de desgarro, quejío y canto como trasfondo: el de ser un pueblo rural, donde parece que no sucede nada para quien no se detiene y presta atención. No es así para Antonio. Él ha sabido rescatar nuestra  atención con esas cosas sencillas y compartirlas, como solo un espíritu sensible puede hacerlo, admirando y creando "asombro", en ese diálogo eterno de preguntas y respuestas entre  hombre y  naturaleza. 
Su lenguaje sencillo, depurado, puro, manifiesta la esencia de su poesía muy personalizada, contagiada de vida y sentimiento. El empleo de multitud de adjetivos y diminutivos -muy propios de nuestra tierra- puede confundir al lector en la creencia de encontrarse con un lenguaje rural, tosco, provinciano, arcaico. Nada más lejos de la realidad. Su vocabulario es rico en palabras que nos retrotraen a tiempos pretéritos con un lenguaje culto y lugareño, que nos invita a prestar atención a esas cosas pequeñas que forman el quehacer diario de un pueblo rural. Su versos libres en rima asonante no pierden ritmo ni  musicalidad..., y cuando te dejas llevar en su lectura, te encuentras con una prosa ágil, desbordante, fresca, que  alterna con el verso en un maridaje entre verso y prosa muy logrado. 
Si a todo esto añadimos un reportaje fotográfico muy completo donde "una imagen vale más que mil palabras", y una portada ilustrada con la plaza del pueblo muy original, entonces se cierra el círculo entre imagen y palabra. Personas, familias, efemérides y eventos, asociados todos ellos, forman un retrato costumbrista que manifiesta gráficamente el alma de nuestro pueblo. 
Es cierto que los pueblos no tienen memoria colectiva. La memoria es un privilegio de cada persona individual. En ese ejercicio de rememoración vamos a contar lo que nos conviene, vamos a ocultar lo que no nos conviene, y en todo caso vamos a tergiversar las cosas. Esto es así. No existe  memoria histórica, sino  memoria individual. Gracias a la memoria somos lo que somos. No obstante, rescatar nuestra infancia perdida contra el olvido del tiempo, es una tarea noble y encomiable que conseguimos cuando nos sumergimos y ahondamos en la páginas de este libro en sintonía con su autor. El alma de este poemario está en su gente, tus Yos...en cada nombre, en cada mote, en cada mujer u hombre, identificados por su filiación, oficio o lugar de procedencia, asociados a hechos, lugares y folklore que los rescata del anonimato y del olvido. Una preciosa recopilación donde nadie falta y donde estamos "todos los que tenemos que estar".
Para terminar, recomiendo la lectura de este maravilloso libro, para todos aquellos que quieran ahondar en el alma de nuestro pueblo de Abla, y "resucitar" mediante la memoria, a los que nos precedieron y compartieron tantas cosas de nuestra infancia. Un libro muy apropiado para todo abulense, que aprecie serlo, y quiera conocer la esencia de su pueblo. ¡Enhorabuena, Antonio! Mi más sincera felicitación por compartir estos "Retazos de pueblo" en los que nos encontramos "entre tus Yos, Abla".




N.B.  Antonio Fernández Ortiz es el autor del libro: RETAZOS DE PUEBLO ENTRE TUS YOS, ABLA. 

Maquetación: Nayara Artero Juan y ArteSOSlidario.
Ilustración de portada: Isabel Latorre Tortosa
Fotografías propias del autor y cedidas por Francisco Fernández Delgado y de su blog Miguel Nieto Galisteo. ArteSOSlidario. Club  Atletismo Ajalkalá.






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