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domingo, 28 de julio de 2024

"A pesar de todo se mueve"





¿Por qué darle tanta importancia al calendario solar si solo solo fue invención de Roma y posteriormente reformado por un viejo Papa de la Iglesia Católica? Fue Gregorio XIII en 1582 quien adaptó nuestro calenadario actual. Hoy es 26 de julio de 2024, un día cualquiera. Un forma de medir el tiempo, que no detenerlo. Así ajustamos nuestra vida biológica dándole un significado cultural a la división del tiempo en años, estaciones, meses, semanas, días, con la edad cronológica. El calendario se inicia en Roma siendo el primer mes Marzo (dedicado a Marte) y finaliza en diciembre en la recolección de la cosecha. Fechas muy lógicas  si se tiene en cuenta el ciclo estacional de las cosechas (descontando los meses de julio y agosto, añadidos posteriormente en honor de Julio César y el emperador Augusto). Para medir el tiempo en la tierra miramos al cielo. Nuestra aliada la cosmología. Son las estrellas y planetas especiamente, esa gran estrella de nuestro sistema solar, el sol, junto a la luna, quiénes marcan las estaciones, los días y las noches de nuestro planeta tierra. Los movimientos de traslación miden los 365 días del año, y los de rotación de la tierra sobre su eje, el día y la noche. Así de simple o tal vez no. Para eso hubo que descubrir de forma científica que la tierra era redonda y que se mueve en torno al sol a una velocidad de 107.280 km por hora, (velocidad no constante) con un "pico" de casi 6 horas razón por la que cada cuatro años se cuente un año bisiesto. 
Fue Galileo Galilei quien descubrió cintíficamente el heliocentrismo del sol frente al geocentrismo de la tierra. Esto le ocasionó enfrentarse a la Iglesia y a los aristotélicos porque en el siglo XVII los límites entre religión y ciencia no estaban delimitados ni definidos. Mantener la tesis heliocéntrica (el sol centro de nuestro sistema planetario) y desplazar a la tierra como un simple planeta que gira en torno al sol, contradecía a la teología y a las Sagradas Escrituras cuando Josué tuvo que parar el sol para conquistar Jericó. Tampoco los profesores y doctores de Cosmología aristótelica lo aceptaban porque ponía en evidencia su ignorancia y su equivocación menoscabando la autoridad de su maestro Aristóteles. Galileo se defendía manteniendo que la  Bíblia nos indica "cómo llegar al cielo" pero que corresponde a la Ciencia explicar "cómo son los cielos". La Teología y la Ciencia no son cotradictorias sino complementarias.  Son dos saberes distintos, "el saber teológico" se basa en la fe y el saber científico en la razón. "A pesar de todo, se mueve" manifiestan que dijo Galileo en voz baja, cuando ante un tribunal de la Inquisición fue condenado por mantener el movimiento de la tierra en torno al sol. No es cierto que fuese encarcelado y menos quemado en una hoguera. Fue condenado y recluido en el palacio de un protector de su tiempo, gozando de buen trato y cuidados. Allí murió en su cama de enfermedad natural.



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