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viernes, 12 de julio de 2024

VOX, el principio del fin




El PSOE se queda sin su gran argumento contra Feijóo. 
El PP ya  no gobierna con la ultraderecha. Y ahora, ¿qué?



Ayer Abascal materializó el principio del fin de su partido. Vox rompe su pacto de gobierno con el PP de Feijoo en cinco autonomias: Aragón, Castilla León, Extremadura, Murcia y Valencia. Una mala noticia que no satisface a nadie y menos a estos dos partidos. La excusa es bien sabida: sentirse traicionados por Feijoo a costa de la inmigración, al apoyar la distribución del reparto de menas  hacinados  en Canarias entre las diversa autonomías, rompiendo el principio de solidaridad. No obstante, parece que esta decisión fue tomada hace tiempo, utilizando la inmigración como excusa. Vox ha primado la agitación política y ha renunciado a apoyar la constitucionalidad. La agitación política de esta ruptura solo beneficia a un gobierno nefasto en casi todo, de la que no está exenta la inmigración marcada por la incompetencia, la demagogia, las contradiciones, el fracaso. Que este asunto tan delicado sirva a Sánchez para minar la estabilidad de cinco regiones, y a su vez, sirva para desviar la atención de sus mútiples escándalos de presunta corrupción en su partido y la de su propia familia, es francamente decepcionante. La pregunta es obvia: ¿puede un partido político pactar políticas de Estado cuando no consigue hacerlo con los gobiernos autonómicos? ¿Acaso Vox no fue creado para luchar a favor de la unidad de España contra los separatismos, la defensa de la constitución, y la lucha ideológica contra la izquierda separatista?  ¿Es así como pretende hacerlo? El tiempo dará y quitará razones. Aunque no todo es negativo, también tiene su parte positiva. Veamos, pués. Desde ahora el PP ya no puede ser acusado por el sanchismo como un partido que gobierna y se alía con la extrema derecha. Desde hoy el PP puede presumir de ser una partido totalmente centrista (ya lo era) frente al socialismo sanchista sometido al chantage del separatismo seccesionista de catalanes y vascos. No podrá ser acusado con la coletilla que usa la izquierda para denigrarlo como partido que pacta con la extrema derecha sin respetar los DDHH (aunque estoy seguro que el sanchismo seguirá haciéndolo) Hoy el PP ha dejado un lastre que le vendrá muy bien para explicar a los españoles su ideario político como partido independientemente centrista. Vox se ha pegado un tiro en el pie, que pagará en las próximas elecciones. Si no, al tiempo.



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