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domingo, 10 de diciembre de 2023

España, irreconocible





"A España no la va a reconocer ni la madre que la parió". Estas palabras de Alfonso Guerra pronunciadas hace más de 40 años hoy son de vigente actualidad. Este y no otro es el programa del "Sanchismo" al que asistimos atónitos los españoles, sorprendidos por la rapidez de como los acontecimientos nos sobrepasan sin darnos tiempo a reflexionar los cambios que nuestro País experimenta y asimilar sus consecuencias. Muchas son las causas y no solo de este gobierno, también de los anteriores, unos por acción y otros por omisión. Nada de esto hubiera sido posible sin la pérdida de valores que hemos padecido que actúan  como causa principal de estos cambios, sustanciados por la clase dirigente de izquierdas y que ostentosamente se autoproclama progresista. La sustitución de los valores éticos del humanismo por otros de dudosa índole, es un hecho incontestable. La verdad, la honestidad, la integridad, el respeto a los demás, la sustitución de la cultura del esfuerzo por un falso igualitarismo, han sido sustituidos por el hedonismo, el relativismo, el todo vale, el postureo, el materialismo, la imposición de un relato histórico ideológico, la manipulación desde el lenguaje, el egoísmo, y la proclamación del "Carpe Diem" como único mensaje válido de sentido, son "los valores" que imperan en nuestra sociedad. Y todo esto, se ha ido extendiendo en nuestro cuerpo social como metástasis de un cáncer que avanza de forma inexorable, invadiendo las instituciones vitales de nuestro Estado de Derecho, destruyendolo por dentro cuando no cambiando sigilosamente su estructura y comportamiento. Todo, sustentado y dirigido por un sociópata presidente sin escrúpulos cuyo  leitmotiv es  mantenerse en
 el poder a toda costa.
Esta pérdida de valores humanistas en nuestra sociedad, afecta a un cambio de paradigma  cuyos efectos a día de hoy, son impredecibles. Analicemos estos efectos. Empecemos por la educación, convertida en domesticación ideológica y no en formación de personas libres, donde se premia la ley del mínimo esfuerzo,  donde trabajar mucho y estudiar duro es malo y poco igualitario; donde pasar de curso con asignaturas suspensas rebajando los contenidos programáticos es un hecho. Si  a esto comprobamos el adoctrinamiento en ideologías de género y la manipulación ideológica de la enseñanza de la Historia de España, según el territorio en el que se estudia o el color ideológico del gobierno de turno autonómico, entonces, se explican en parte, los resultados desiguales según los territorios del reciente informe PISA sobre la educación en España. Si a esto añadimos, la falta de disciplina en nuestras aulas porque la autoridad del profesor ha sido puesta en entredicho, tenemos una radiografía acertada del deterioro de la educación en nuestro país. Se impone un pacto nacional en educación entre los partidos mayoritarios de PP y PSOE, de una vez por todas, que respete las alternancias políticas.
Crear una ingeniería social fraudulenta a base de trucar las encuestas para ayudar al partido del gobierno  con el dinero público de los españoles, -lo que hace Tezanos-, en una burda manipulación a la opinión pública con encuestas que nunca aciertan y siempre favorecen al gobierno, es una tomadura de pelo a los ciudadanos y al pluralismo político. Negar entrevistas a los medios que no son de tu cuerda, creando una división de buenos y malos para después deplorar que los medios de derechas son superiores a los progresistas, y filtrar lo importante en tus medios despreciando a los demás, es un sano ejemplo de "equidad entre los medios", tolerancia, pluralismo político, transparencia institucional y participación democrática, que emplea a menudo el sanchismo. 
Hacer de la mentira en público una costumbre, es "bueno y saludable" porque permite rectificar al que lo hace, creando respuestas ocurrentes y comparaciones odiosas con la oposición, incluso, inculpando a ésta aún no teniendo competencias. Si cuela, cuela. Aquellos que pasan de los 50.000 euros al año, son ricachones, y a esos hay que freírlos a impuestos para poder mantener los chiringuitos con tanto parásito que vive a costa del gobierno, repartiendo pobreza a cambio de una fidelidad en el voto inalterable para impedir que gobierne la derecha. Los empresarios son unos egoístas insolidarios, chupópteros  del pueblo a los que hay que exprimir hasta la extenuación a base de impuestos e impedir que sus empresas generen beneficios y riqueza a cambio de empobrecer a la clase obrera, ganando  dinero obsceno para terminar oculto en paraísos fiscales. Colonizar a las empresas públicas con jerarcas de tu propio partido o poner al frente a amiguetes de la juventud en cargos ficticios, pese a no tener la preparación adecuada, es un ejercicio obsceno de amiguismo y solidaridad incondicional, como pago adecuado  por ser quienes son, un ejemplo paradigmático de "buena economía." Crear incertidumbre legal e inestabilidad territorial -algo que sistemáticamente hace este gobierno comunista de Sánchez,  es el mejor modo de "atraer empresas" e "inversiones extranjeras" que tanta falta hacen para nuestro País. Permitir la entrada de inmigrantes indiscriminadamente, favoreciendo los intereses de las mafias, es de una inmoralidad sin nombre. Hacinar a estos en hoteles pagados por los contribuyentes, para después soltarlos a su suerte en cualquier ciudad de cualquier autonomía, sin conocimiento previo de las autoridades autonómicas, se llama "correcta cooperación" entre la administraciones estatal, autonómica y local.
Los jueces son una caterva de fachas que hay que atar en corto cuanto antes, así como las instituciones de justicia, afines a la derechona fascista más rancia y trasnochada, cuyos intereses son opuestos a las políticas progresistas de izquierdas. Para ello se cuenta con "la ayuda inestimable" de los secesionistas catalanes afines al prófugo Puigdemont, que mediante reuniones periódicas en una mesa común en el extranjero, vigilarán y corregirán los desvíos de los tribunales de justicia  con la supervisión de un intermediario internacional ¡Qué más da que salte por los aires el equilibrio de los tres poderes de Montesquieu o la humillación de un país, si todo se hace para mayor gloria de Pedro Sánchez! ¡Qué vergüenza!
Perdonarle a la manirrota Cataluña 15.000 millones, además de concederle un cuponazo a la  vasca que rompería la caja única de España, como recompensa por lo bien que han sabido gestionar su economía gastandose millones y millones de euros en supuestas embajadas, en las que se hace una política contraria a los intereses de  España, en detrimento de otras regiones de España, que han sabido contener el gasto, más pobres y necesitadas que ella. Es otra señal inequívoca de "la igualdad distributiva" tan cacareada por la izquierda progresista, y su forma moderna de entender la equidad entre los ciudadanos. 
Crear la nación vasca con ciudadanos de primera frente al resto de españoles de segunda categoría, es otro acierto de esta política de "progres", solidaria con "los pueblos oprimidos" como es el caso de Las Vascongadas, donde "Otegui es un hombre de paz" que simplemente trabajó como terrorista por unos lustros, y que aún sigue sin condenar el terrorismo de ETA. Todo muy idílico y fantasioso, por no decir mentiroso y falso, si no fuera porque se cargan el artículo 2º de nuestra Constitución donde todos los españoles somos iguales, vivamos donde vivamos. ¡Para llorar y no echar lágrimas! Y así podríamos seguir, y seguir para nunca acabar.
Quedan otros temas en el tintero que trataremos en otros artículos. Seguiremos descubriendo las mentiras y falacias del peor Gobierno de la democracia de España desde la proclamación de la Constitución del 78. Así lo esperamos.







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