Translate

sábado, 4 de noviembre de 2017

El Fénix Porto, hotel poco recomendable






Hay aventuras que nunca se olvidan a pesar del paso del tiempo. El 15 de septiembre del presente, fue uno de ellos. Después de varios intentos mis hermanos y yo encontramos una fecha satisfactoria para viajar a Portugal. Teníamos mucha ilusión de hacer este viaje juntos y visitar la ciudad de Oporto. Después vendría Galicia. Fue un viaje que empezamos a organizar a partir del mes de mayo. Lo hicimos a través de Booking com y el hotel elegido fue el Fénix Porto  de cuatro estrellas, céntrico y por las referencias de internet bastante bueno y asequible, en donde reservamos dos habitaciones por tres noches. Salimos de Granada dirección Madrid y desde Madrid por autovía a Ciudad Rodrigo (Salamanca), para llegar alrededor de las ocho de la noche a la frontera de Fuentes de Oñoro.
El viaje por la península se hizo largo aunque no tedioso porque no dejamos de hablar mis hermanos y yo de tantas y tantas cosas que nos unían. Ya en Portugal tomamos la A25 dirección Oporto y a recorrer kilómetros. Al principio no nos dimos cuenta, pero a medida que la noche se cernía sobre nosotros, comenzamos a ver resplandores anaranjados en el horizonte y nieblas que se elevaban por encima del cielo, aunque el tráfico por la autopista no estaba cortado y discurría con normalidad en ambas direcciones Nos asustamos muchísimo y pensamos volver, pero optamos por continuar ya que la intensidad de los resplandores aumentaban y nos dio miedo retroceder. De pronto, alguien nombró la fatídica palabra que nos iba a acompañar durante todo el trayecto: Eso que se ve es fuego. No nos lo podíamos creer: A ambos lados de la autovía, unas veces mas cerca otras más lejos, se veían resplandores que manifestaban de forma inequívoca que Portugal ardía por los cuatro costados. Aquello era una catástrofe nacional de proporciones inimaginables. A unos 140 kilómetros de la frontera y sin cruzarnos con ningún coche de la policía a quien preguntar, empezamos a cuestionarnos si continuar o volver otra vez a España. A unos cien kilómetros de Oporto la policía nos dio el alto para comunicarnos que la autopista A25 estaba cortada a causa del fuego. La alternativa era dar un rodeo por carreteras secundarias para enlazar con otra autopista y poder llegar a Oporto, o volver. Ante la incertidumbre de adentrarnos en carreteras secundarias, vimos más prudente volver  a España al Parador Nacional de Ciudad Rodrigo, donde pernoctamos. No sin antes contactar con el Hotel Fénix Porto para comunicarles la razón por la que era imposible pernoctar esa noche en su hotel, debido a que la autopista estaba cortada por el fuego. Nos remitieron a Booking com y estos nos aseguraron que eran conscientes del problema  a través de los medios de comunicación, y que por su parte no tendrían ningún problema en la devolución, siempre que el hotel accediese a abonar el importe.
Al día siguiente pudimos llegar a Oporto sin ninguna dificultad no sin comprobar a lo largo del camino los estragos del fuego. Nuestra estancia en Oporto fue espléndida. La ciudad, su entorno natural y monumentos, nos causó una impresión extraordinaria, y la gastronomía exquisita, por no hablar del bacalao y sus vinos famosos en el mundo entero. Pero amigos, no todo iba a  salir bien porque las nubes borrascosas se veían venir por el horizonte, y no precisamente para apagar los fuegos que consumían el norte de  Portugal. A la entrada en el Hotel Fénix Porto reclamamos el importe de las dos habitaciones, tomando nota en recepción de nuestra petición y remitiéndonos a una respuesta por parte de la Directora del hotel. Transcurrida nuestra estancia y antes de abandonar el hotel, la Directora nos comunicó que solo abonaría el importe de una habitación pero no de las dos. Aquella solución salomónica no la entendíamos y nos negamos a aceptarla, tratándose de un hotel con un cierto prestigio y nos pareció una falta de sensibilidad, humanidad y profesionalidad y así se lo manifestamos, manifestando que todo lo que había acontecido era ajeno a nuestra voluntad. En conclusión, todo lo que obtuvimos del hotel fue la devolución de un habitación de las dos contratadas. Su respuesta nos pareció mezquina e insuficiente y muy poco apropiada, dadas las circunstancias ya expuestas, por lo que hemos creído conveniente exponerlo públicamente para aquellas personas que les pueda ser útil. Nuestro consejo es que viajen a Oporto, una ciudad preciosa y encantadora, pero no se alojen en el Hotel Fénix Porto cuyo comportamiento con sus clientes deja mucho que desear. Un hotel poco recomendable.




No hay comentarios:

Publicar un comentario