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jueves, 23 de febrero de 2017

¿Es la justicia igual para todos los españoles?







No nos equivoquemos. Un tipo que se fuga con una bicicleta por las calles de Ginebra con una pequeña mochila no puede ser sospechoso de fuga, ni siquiera Urdangarin un atleta fibroso. Son los mal pensados los que tergiversan las cosas. Los periodistas tienen muy mala leche persiguiendo a un ciudadano que posiblemente iba a la ribera del lago para disfrutar de un día de pic-nic. ¿Hay algo más idílico y noble que pasar un día se asueto en compañía de la naturaleza? Por eso, el tribunal no le ha retirado el pasaporte porque no hay indicios de fuga. ¿Dónde podría ir este hombre con una bicicleta tan cutre? Tampoco le ha exigido una indemnización porque ya  la pagó y no es el caso dejar a una familia en Suiza con lo cara que es a contingencias inesperadas. En cuanto a volver a su domicilio de Suiza y no permanecer en España, es lógico supuesto que cuando  ha sido condenado a seis años y ocho meses, su domicilio actual estaba en Ginebra... 
No soy partidario de mandar a nadie a la hoguera; tampoco me alegro del mal ajeno. No soy jurista ni experto en leyes, por lo que nada me impide pensar que las tres magistradas -que sí lo son- han obrado con justicia y coherentemente. Este caso judicial se ha magnificado socialmente por ser quien es la persona que se juzga en relación con la casa real española, el cuñado del rey, ex-duque de Palma casado con una infanta con derechos sucesorios a la corona de España. No es poca cosa. Ahora bien, la sentencia por no ser firme  y estar recurrida al Tribunal Supremo, no es ejecutoria hasta que dicho tribunal se pronuncie, cosa que hará dentro de un año aproximadamente, por eso evita la cárcel. Eso sí, tendrá que presentarse cada mes a la justicia suiza, cosa que no sabemos si lo hará en bicicleta. De todos modos, no tendrá que venderla porque tampoco le han impuesto una fianza. Hasta entonces, como todo ciudadano de un Estado de Derecho, se le ha de aplicar el procedimiento jurídico-legal. Es cierto que el caso produce alarma social en España, porque  la gente está harta de casos de corrupción y las expectativas sobre esta sentencia eran muy altas. De ahí el desencanto comprensible de la gente exigiendo justicia y escarmiento ejemplarista (posiblemente si Usted se llamase García o Pérez y no tuviese un suegro como rey o cuñado, la sentencia hubiera sido otra). Después de todo, lo que queda es que este Señor se ha apropiado de unos fondos y recursos públicos por medio de utilizar su influencia como allegado de la Casa Real. La misma influencia que tuvo para delinquir le sirve ahora para eludir la cárcel (así podríamos pensar la mayoría de la gente que no entendemos de leyes, pero propensos a pensar así) Aunque éste no es el caso, como se ha expuesto anteriormente, la sentencia ha sido muy benevolente. Es evidente que el tribunal no ha impartido justicia pensando en la opinión pública sino en el código penal.
Independientemente de lo expuesto, respondemos al título de la entrada: ¿Es la justicia  igual para todos los españoles? La justicia no es igual para todos los españoles porque concurren circunstancias distintas en cada caso. Teóricamente, sí; la justicia es igual para todos, aunque no prácticamente. Quien tiene recursos o es rico, podrá pagarse un buen abogado que dedicará todo su tiempo al caso que le ocupa, con resultado más favorable. No así quien es pobre,  y ha de ser defendido por un abogado de oficio para quien su caso será uno más entre cien. Por lo que la justicia es igual para todos pero para unos más que para otros. Lamentablemente así sucede.
Por lo demás, será muy periodístico para la prensa del corazón observar a este chico en su bicicleta, con tal o cual modelito, buscando un rincón donde echarle pan a los patos que libremente viven en el lago Leman...Escena enternecedora.




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