La Plaza de Toros, la más antigua de España, es testigo mudo de grandes faenas. Un desafío al arte entre Ronda y Sevilla. Así lo canta José Bergamín: "El arte del toreo fue maravilla porque lo hicieron juntos Ronda y Sevilla. Unieron dos verdades en una sola con Illo y con Romero Sevilla y Ronda. De Sevilla era el aire de Ronda el fuego: y los dos se juntaron en el toreo". Pisar su albero, adentrarse en los toriles o la escuela ecuestre, es sentir el palpitar de la vida entre el miedo, la muerte, la gloria y el arte: "Serranía redonda, plaza de Ronda. Y la luz del toreo mide su onda.(...) Tu vences, paz de Iberia, mi Ronda pura, plaza de luz sin feria, rosa que dura" (Gerardo Diego)
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sábado, 31 de mayo de 2014
El Tajo de Ronda
La Plaza de Toros, la más antigua de España, es testigo mudo de grandes faenas. Un desafío al arte entre Ronda y Sevilla. Así lo canta José Bergamín: "El arte del toreo fue maravilla porque lo hicieron juntos Ronda y Sevilla. Unieron dos verdades en una sola con Illo y con Romero Sevilla y Ronda. De Sevilla era el aire de Ronda el fuego: y los dos se juntaron en el toreo". Pisar su albero, adentrarse en los toriles o la escuela ecuestre, es sentir el palpitar de la vida entre el miedo, la muerte, la gloria y el arte: "Serranía redonda, plaza de Ronda. Y la luz del toreo mide su onda.(...) Tu vences, paz de Iberia, mi Ronda pura, plaza de luz sin feria, rosa que dura" (Gerardo Diego)
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