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martes, 20 de mayo de 2014

No se puede poner techo al cielo





De siempre el poder ha intentado controlar los medios de comunicación pese a socabar la libertad de expresión, porque se han considerado un peligro al que hay que vigilar, no solo en las dictaduras sino también en las democracias. "Hay que limpiar las redes sociales de indeseables”, acaba de declarar el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a raiz de las lamentables opiniones vertidas en la red de internet en contra del asesinato sufrido por la Presidenta de la Diputación de  León la Señora Isabel Carrasco. ¿Cómo va a conseguirlo el Señor Ministro? ¿Acaso se le puede poner techo al cielo? Hoy es la red y mañana será otro medio. Internet es una red virtual que incita a la gente detrás de la pantalla a decir cosas que cara a cara no lo dirían. Siempre habrá energúmenos, gente sin principios ni escrúpulos que deseen el mal  a sus semejantes porque no pertenezcan a su misma ideología política. Son personas que se escudan en el anonimato de las redes sociales para desde la impunidad verter odio, xenofobia,  y racismo.  Cobardes que solo amenazan cuando creen estar  a salvo. Nada nuevo que no haya sucedido antes, ya sea por medio del correo, el teléfono, las cartas anónimas, las máscaras, los disfraces, etc. Hablamos de gente resentida e insegura que necesitan un triste protagonismo en la sociedad, fracasadas, y con un nivel bajo de autoestima, que mediante estas opiniones ofensivas recobran un triste protagonismo que nunca se les reconoció en su entorno. Son carne de psicólogo. También de educación; gente sin una sólida formación en valores y principios, susceptibles de ser carne de cañón manipulable, por su deficiente formación, contra todo lo que no se acomode a su modo de pensar. Son dignos de lástima. Pero su impunidad se ha acabado, porque según Anonymous España, "todo correo electrónico (incluido el que se envía por webmail: gmail, hotmail, etc) lleva consigo la IP de quien envió el correo electrónico y esta IP puede relacionarse fácilmente con la localización y el nombre de la persona que contrata la línea (aunque para saber el nombre de la persona hace falta una orden judicial)”.
Que no se equivoque el ministro a la hora de "barrer" la basura y arrample con todo. Internet es un formidable instrumento de comunicación que no conoce fronteras, cuya excelencia para la difusión del conocimiento y la cultura es incuestionable. El mal uso de una minoría sin escrúpulos no lo invalida. No se trata de un problema policial que limpien las redes sociales de indeseables, ni de decretar leyes que coarten la libertad de expresión de los ciudadanos. Es un tema de psiquiatras y psicólogos, también de educación. Quienes han insultado a la malograda Presidenta de la Diputación de León, no fueron quienes apretaron el gatillo que causó su muerte, sino las que le esperaron en la calle para pegarle cuatro tiros. Unos son cobardes anónimos, los otros, asesinos, cuyo destino es la cárcel. No se puede poner techo al cielo.


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