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jueves, 27 de junio de 2013

Las Cosas que hay que Wert





Al Ministro de Educación de España José Ignacio Wert, solo le falta montar un circo y le crecerían los enanos. Este Señor, si no es masoquista, poco le falta. Ni siquiera el Ministro Montoro de Hacienda, recaudador de impuestos del Reino de España, es tan denigrado en los corrillos del país, por esto de que "Hacienda no somos todos", unos más que otros. Ahora se trata sobre la nota media que debe sacar un estudiante en la universidad para tener derecho a una beca, según Wert, un 6,5. La última "perversión" del Señor Ministro contra la clase estudiantil es que la beca debe de ser un premio al esfuerzo y a la excelencia. Bueno, pues esto que es de sentido común,  a la izquierda progre no le ha gustado nada porque consideran que discrimina a los jóvenes y atenta contra la igualdad de oportunidades. Confunden la velocidad con el tocino. La igualdad que conforma la Constitución española es "igualdad ante la ley", frente a la desigualdad de los estamentos de las clases sociales, cuyos privilegios se perpetuaban desde la cuna no por  razón de mérito, excelencia, trabajo o eficiencia, sino por herencia. La naturaleza no nos ha hecho a todos iguales; afortunadamente cada individuo es distinto, en lo físico, psiquico y mental. Corresponde al individuo labrarse su propio destino y madurar como persona, partiendo desde su propia realidad, con sacrificio, tesón y esfuerzo, eso sí, ayudado por la sociedad en igualdad de oportunidades, y poniendo todos los medios a su alcance, como corresponde a un Estado de Derecho. El igualitarismo no distingue ni valora lo individual, difumina y diluye la creatividad, anula la libertad y elimina la sana competencia, creando mediocridad parasitaria. El presupuesto destinado a las becas, desgraciadamente es limitado, como todo en esta vida, hasta puede ser discutible políticamente ¿Tendrá que haber un procedimiento para su distribución? ¿Dónde ponemos la nota de corte?. La beca es una inversión de capital que la sociedad hace con nuestros impuestos, para que produzca beneficios, estos se cuantifican en crear profesionales altamente cualificados para rendir un servicio  que devuelva, con creces lo invertido. El gobierno, como buen gestor de lo público, tiene el derecho y el deber -refrendado por las urnas- de encontrar un mecanismo justo y eficaz de distribución, que premie a los mejores y no olvide a los que no tienen recursos económicos. Becas? Todas las necesarias, aunque nunca serán suficientes; pero para los mejores, y si estos pertenecen a los más desfavorecidos económicamente, pues miel sobre hojuelas.


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