La asentada en la Puerta del Sol y en diversas ciudades españolas de grupos de jóvenes y no tan jóvenes, mueve a la reflexión por los que nos preocupamos de la situación político social de nuestro país. De entrada, estos movimientos nos recuerdan el Mayo del 68, cuando con unos años menos, muchas ilusiones y poco dinero en nuestros bolsillos, pero con unas ganas inmensas de transformar la sociedad, gritamos: "El derecho de vivir no se mendiga, se toma" "La política pasa en la calle" "Vivir el presente" "Queda estrictamente prohibido prohibir" "La calle vencerá"etc.
Lo importante no es lo que dicen y gritan sino el sentido del acto. Si yo tuviera veinte años estaría ahí, porque creo que algo está cambiando. Es una protesta contra todo lo que va mal en nuestro país, y en desacuerdo con la realidad presente.Es cierto que la juventud es utópica porque siempre lo ha sido y lo será. Ser joven en nuestra sociedad está supervalorado, lo cual no significa que siempre tengan razón, pero hay que escucharles. Es la etapa de la vida en la que hay que pedir lo imposible, para luego, aceptar lo posible y conformarse con lo que hay y lo que se es. Caen bien estas propuestas en una sociedad adormecida y acomodada. De hecho, muchos nos preguntábamos por qué la sociedad civil no salía a la calle con lo que estaba cayendo, y tomaba un protagonismo que no es exclusivo de los partidos políticos. Nadie imaginaba que iba a ser así.
Lo importante no es lo que dicen y gritan sino el sentido del acto. Si yo tuviera veinte años estaría ahí, porque creo que algo está cambiando. Es una protesta contra todo lo que va mal en nuestro país, y en desacuerdo con la realidad presente.Es cierto que la juventud es utópica porque siempre lo ha sido y lo será. Ser joven en nuestra sociedad está supervalorado, lo cual no significa que siempre tengan razón, pero hay que escucharles. Es la etapa de la vida en la que hay que pedir lo imposible, para luego, aceptar lo posible y conformarse con lo que hay y lo que se es. Caen bien estas propuestas en una sociedad adormecida y acomodada. De hecho, muchos nos preguntábamos por qué la sociedad civil no salía a la calle con lo que estaba cayendo, y tomaba un protagonismo que no es exclusivo de los partidos políticos. Nadie imaginaba que iba a ser así.
Este movimiento heterogéneo en su constitución como en su pensamiento, parece espontáneo. No se cuestiona la democracia, pero exige mayores cauces de participación, distintos a los actuales. Se declara antisistema y su crítica va mas allá de la democracia formal.Pretende una democracia directa, mas allá de las Instituciones. Formado por jóvenes hartos de paro, descontentos con el sistema, padres de familia, universitarios preparados que no ven futuro, emigrantes, ocupas, antisistema etc..Se autoproclama "democracia ya"; tal vez le sobre el "ya". Acaso lo que actualmente hay en nuestro país ¿No es una democracia? ¿Contra quién van dirigidas las urgencias?. Fuera de nuestras fronteras se ha querido establecer un paralelismo de lo que ocurre en la Puerta del Sol con la Plaza Tahrir del Cairo; allí se manifestaban contra Hosni Mubarak y su régimen, aquí tendrían que protestar contra Rodriguez Zapatero y su gobierno. Allí luchaban por poder votar, aquí podemos cambiar un gobierno con nuestro voto. No, no hay paralelismo posible: Egipto es una dictadura y España es una democracia. Sociológicamente puede haber cierto mimetismo con las revueltas de los países árabes, pero los objetivos son distintos.
¿Qué piden? ¿Cuál es el contenido de sus proclamas?
Este es su manifiesto:
- Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
- Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
- El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
- La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
- El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
- La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
- Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
- Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
- Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.
Son principios que la mayoría estaría de acuerdo, el problema es cuando se cocretizan. Hay mucha utopía y poco realismo. Yo, personalmente estoy de acuerdo con los tres primeros puntos, y con matices en el resto; pero me pregunto: ¿Cómo pueden realizarse estos derechos sin recursos económicos? ¿Habrá que crear empleo y riqueza para mantener el Estado del bienestar? ¿O es que creemos que las cosas se consiguen porque las deseamos?. Son las empresas las que crean trabajo y son los gobiernos, con los agentes sociales, los que crean las condiciones para que esto se dé. Nuestro gobierno no es el causante de la crisis, pero sí de la forma de gestionarla. No es una crisis del sistema, sino de gobierno, que nos lleva a una crisis de Estado. Tenemos que creer en la economía libre de mercado, eso sí, controlada éticamente por mecanismos democráticos correctores de injusticias sociales, porque la alternativa: Totalitarismos, comunismo, anarquismo, ya los conocemos históricamente, y son inviables. No quieren inventar nada, pero sí cuestionarlo todo. Nunca está mal la crítica y la denuncia de un capitalismo sin rostro humano, que ha defraudado sus espectativas de futuro, y quien sabe, si puede ser el inicio de una sociedad mas justa,libre e igualitaria.
Para terminar algunas reflexiones "ad hoc. Un pueblo que no respeta las leyes, no es libre y por tanto no es demócrata. La representación del pueblo español está en el Parlamento y no en la Puerta del Sol.Tienen derecho a manifestarse, pero respetando las normas.Espero y deseo que no sean intrumentalizados por ningun partido político. El gobierno debe actuar si se trasgreden las leyes, que libremente hemos aceptado la mayoría, aunque después de oír a algunos ministros, hasta lo entiendo. Espero y deseo que se respete el día de reflexión, para que todos los ciudadanos podamos ejercer libremente nuestra elección.
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