Un grito callado enmucede al agua.
Barro y lodo arrastran las cañas
y un cuerpo frío se deja flotar
varado en la orilla a un sitio sin nombre.
Un pájaro busca descanso
en un vuelo sin brújula.
Chatarra mojada
se encalla en la orilla;
no hay sombras de chopo que miren al cielo
roto espejo en aguas de cieno.
Hojas y cañas inician su viaje
hacia ninguna parte;
sortean los obstáculos que salen al paso,
invaden lo absurdo que ralentiza ocasos,
en un horizonte de negros presagios,
con rostros que pasan como pasa el tiempo:
expresan su asombro,
en caras sin respuesta.
Solo el ruido del agua sepulta el silencio,
en ramblas que arramblan
anuncian estruendo.
¿Un bramido a destiempo?
la DANA en busca de vidas,
en busca de aliento. Sin desaliento.
antonio gonzález
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