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sábado, 23 de noviembre de 2024

Una vida de formación




-  ¿De dónde eres, Luis? 
-  Soy gaditano, de San Fernando. 
-  ¿Y vosotros?
-  Somos almerienses. 
-  Venimos del Seminario Diocesano de Almería. 

Quienes así conversamos con nuestro nuevo compañero, Luis Jiménez, éramos Pedro Conchillo y un servidor, recién llegados a Madrid, después de ser reclutados por el P. Jesús Navarro. Corría el año 1965, y el Instituto Misionero de La Consolata acababa de abrir su primer Seminario Internacional en España bajo la advocación de Juan XXIII, en Alcobendas (Madrid). Allí nos reunimos una veintena de jóvenes, aproximadamente, venidos de varios rincones de España, (Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, Galicia, Vascongadas) Italia y Sudamérica, para iniciar una comunidad de formación religiosa y misionera bajo la dirección del P. Mario Viola, el P. Francesco Babbini, y posteriomente, El P. Franco Cellana. Siendo Superior Regional el P. Enrique Crespo.
Allí pasé los mejores años de mi vida. Estudié dos años de filosofía en el Semimario Metropolitano de Madrid, donde asistiamos a clase a diario. Para luego vivir en comunidad junto a mis nuevos compañeros y amigos, en un ambiente comunitario intercultural y ecuménico, alternando el estudio y la vida comunitaria con la actividad pastoral con jóvenes en parroquias  del barrio de Manoteras, al norte de Madrid. La oración, el estudio, y el trabajo pastoral, eran los ejes en los que giraba nuestra vida y se centraba nuestra formación misionera a la vez que se acrecentaba nuestra vocación religiosa.Pasado este tiempo, fuimos seleccionados tres miembros de la comunidad para hacer el noviciado en Estados Unidos, el resto lo haría en Bedizzole, Brescia (Italia). Luis, Jose Luis y yo mismo. Partimos para Nueva York a primeros de septiembre desde el puerto de Algeciras en el Michelangelo, un trasatlántico italiano de 90.000 Tn. Después de una semana de viaje arribamos al puerto de Nueva York, el 8 de septiembre del 68.
Nuestro noviciado lo iniciamos en Wiliamsville, una ciudad satélite de Buffalo muy cercana a las Cataratas del Niágara al noroeste del Estado de NuevaYork. No fue nada fácil adaptarnos a la vida americana; de hecho no lo conseguimos. Hubo enfrentamientos y malentendidos con El P. Bellagamba, maestro de novicios, lo que se tradujo en no profesar los votos temporales debido a grandes diferencias de criterio con el superior de novicios, y aún, con la mentalidad norteamericana. Justo al año, volvimos los tres candidatos a Madrid con un informe tan negativo, por inadaptación a la cultura americana. Cuando fue abierto por el superior en España, practicamente estábamos expulsados de la Congregación. Nos libramos gracias al expediente brillante de nuestros estudios académicos, y a la valoración y credibilidad en nuestras posibilidades  intelectuales por parte del nuevo superior del Seminario el Padre Ducci. 
Iniciamos la Teología en la Universidad Católica de Comillas dirigida por los Jesuitas en Madrid. Después de cuatro duros años de estudios y dedicación, nos licenciamos en Teología Dogmática bajo la tutoría del Doctor D. Jose María Fondevila, y un excelente elenco de profesores,  tales como, José Gómez Caffarena, Antonio Ocaña, José Luis Larrabe, Andrés Tornos, Manuel Gesteira, Antonio Vargas-Machuca, Teodoro de Andrés, Ángel González, Rosa Aparicio, Losada, Salas, A.Turrado..., y tantos otros que no recuerdo. Finalmente, unos se quedaron en la Congregación y fueron ordenados sacerdotes después de recibir los votos perpetuos, y otros, optamos por salir del seminario y seguir los estudios por nuestra cuenta, en universidades civiles del Estado. En mi caso me licencié en Filosofía y Letras (sección Filosofía) en la Universidad de Salamanca, para posteriormente dedicarme a la docencia de la filosofía como profesor de instituto de bachillerato en el MEC.  
El Padre Luis Jiménez, fue uno de los elegidos por el Señor para ejercer el sacerdocio como misionero de La Consolata en África. Tras pasar 20 años en Tanzania vuelve a España a la casa madre de Madrid, para posteriormente ser nombrado Delegado de Misiones en la Diócesis de Málaga durante seis años. Cruzado el Atlántico por segunda vez, hoy ejerce su ministerio en la Parroquia del Divino Niño en Tuxtla, Chiapas (México), en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

N.B.  En recuerdo de mis superiores y amigos Misioneros de la Consolata del Seminario Internacional Juan XXIII de Alcobendas (Madrid). Por lo mucho que me han dado y aprendido y lo poco que yo les he devuelto. !Gracias, muchas gracias! !Estaréis siempre en mi corazón! Son estos: Mario Viola, Franco Babbini, Franco Cellana, Enrique Crespo, Jesús Navarro, Daniel Ruiz, Pedro Conchillo, Luis Jiménez, Jose Luis López, Mario Bedino, Paolo Mazzuchi, Giuseppe Svanera, Dino Filosi, Alberto Minora, Efrén Baldaso, Ivo Trevisan, Manuel Brenes, J L Moñino., Antonio Ramos...,y muchos otros que ahora no recuerdo.  



                                                                  

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