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sábado, 13 de enero de 2018

A mi amigo Paco, en su jubilación






Ya no lo veremos sonriendo, con esa mirada inteligente y pícara, detrás del mostrador del Ayuntamiento, porque nuestro amigo Paco, se jubila después de 37 años de servicio como funcionario. Tampoco nos sacará de apuros, cuando acudamos a él para la tramitación de un documento o comunicado escrito, en un vocabulario farragoso y encriptado, como acostumbra la administración a comunicarse con sus administrados. Se movía entre tantas carpetas, legajos o documentos, como pez en el agua. Con celeridad sorprendente, Paco El Lento, (cuyo apodo tenía que ver más con su aparente modo de ser tranquilo y afable que  con su eficacia en el trabajo, de tal manera, que lo que pareciese una rémora solo puede ser considerado como virtud), resolvía los problemas cotidianos de los abulenses con esa "lentitud"  de quien sabe que lo bueno, para que culmine con éxito, necesita del tiempo apropiado para alcanzar su finalidad, algo así como el buen vino que con el tiempo y la madurez adquiere su excelencia. Sí, porque excelente  ha sido la labor de servicio y generosidad de nuestro amigo Paco, en eficacia y disponibilidad, con todos los ciudadanos que han acudido al ayuntamiento en busca de ayuda o para la resolución de un determinado problema. Él siempre estuvo ahí, (mi experiencia personal así lo atestigua). Hay muchas formas y maneras de servir a los ciudadanos, dentro del estricto cumplimiento del deber del funcionario, y hay también muchos modos de establecer esas relaciones condimentándolas con cercanía, simpatía y buen trato. Y créanme, los que hemos sido servidores de la administración sabemos muy bien, que este servicio se puede ejercer de muchas maneras, dándole ese toque personal que nace de la vocación de la persona. Bajo ese movimiento parsimonioso y lento de Paco (de ahí su epíteto), el refrán popular resume con certeza la labor de Paco: "vísteme lentamente que tengo prisa": Todo eso y mucho más, es lo que pierde el Ayuntamiento con la jubilación de nuestro entrañable y amigo Paco. Ayer, el Ayuntamiento de Abla, le obsequió y entregó una insignia de plata 1ª ley chapada en oro y una placa a D. Francisco Herrerías López "En reconocimiento por toda una vida profesional dedicada al servicio público de Abla como funcionario del Ayuntamiento". Nunca lo "justo" se adecuó más a su nombre.
Pero toda moneda tiene dos caras, Paco no solo ha sido un excelente funcionario al servicio de la administración local, también ha sido y es, un excelente amigo, amigo de sus amigos, como muestra su trayectoria personal y social. Su tiempo lo distribuirá con largueza, intensidad y dedicación, ahora que se jubila a sus aficiones preferidas. Loli, su encantadora  esposa, sabrá sacar provecho de su nueva situación: se lo merece; así como La Peña Madridista Abulense, y  sus convecinos del barrio de la Cruz  de San Juán. Pero seremos sus amigos, -entre los que afortunadamente me encuentro-, los que seguiremos disfrutando de sus ocurrencias, chascarrillos, y genialidades, propias de su rica y variada personalidad; también aguantaremos con resignación franciscana -(todo hay que decirlo)- su "pesada lentitud", pero eso "va de soi".
!Bienvenido al Club de los que valoramos más el "ocio" que el "negocio"!!Que sea para bien, amigo Paco! !Felicidades!



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