Sé que estás ahí
bajo la piel rosada
como huella de sueños con misterio.
Como signo herrumbrado
de tu tacto en mi cuerpo,
como recuerdo efímero
de otro tiempo.
Mi piel delata tu presencia,
más que mi corazón callado,
aquél que pretendió ser amado
sin el paso del tiempo,
y hoy escribe versos desde el tuyo:
Los has escrito tú con mi mano.
antonio gonzález
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