¿Tienen algo de qué arrepentirse Mourinho o el Real Madrid?
Carlos E. Carbajosa rompe una lanza en 'El Mundo' por el entrenador blanco
Hubo tangana y lo que esta ha dejado para la historia es el dedo de Mou en el ojo de 'Pito' Vilanova. Parece que en el Camp Nou no hubo nada más, que nadie insultó o sacudió y no fue así, pero ya da igual.Ha eclosionado el madridismo. A la afición blanca le importa un pito lo que escriba The New York Times, sentencien los periodistas patrios o masculle la prensa. Ahora, por primera vez en años, se saben mejores. Sólo es cuestión de semanas que el Real Madrid se ponga por fin delante.El aficionado respalda a muerte al entrenador y se pasa por el 'arco de triunfo' lo que opine el resto del planeta. Lo dicen las encuestas y lo ratifican a voces las gradas del Bernabéu en cada partido: Mourinho es el ídolo, por encima de Florentino Pérez, Ronaldo, Casillas o cualquier otro.
Basta echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que opinan los hinchas del alma blanca. Muchos aficionados consideran a Mou como la encarnación del espíritu del madridismo. Mourinho es intocable y piensan que se ha convertido en la diana perfecta para todos aquellos que pretenden acabar con el Real Madrid. El técnico ha entendido lo que quiere el seguidor blanco y el hincha se ve reflejado en él, no ya tanto por su visceral y maquiavélica reacción durante el incidente con el segundo de Guardiola y sí por ese no callar nunca ante lo que consideran provocaciones. De ahí que el objetivo número uno sea acabar con él al precio que sea. Den una vuelta por Facebook o Twitter y lo comprobarán.
Ahora a Mou sólo le falta ganarle la Liga al Barça de Guardiola y llevarse una Champions. Con eso: ídolo eterno.
(Diario Digital, 20 de agosto de 2011)
Soy seguidor blanco y tengo el alma madridista como tantos otros; yo también formo parte de esta familia, aunque no puedo estar más en desacuerdo con el sentir de la mayoría sobre el comportamiento del entrenador en el Nou Camp. Estas son mis razones.
Mourinho es un excelente entrenador, posiblemente uno de los mejores del mundo. Técnica y tácticamente es un estratega de este deporte. Si a esto unimos su capacidad psicológica de motivación a los jugadores, estamos hablando de un profesional excelente. Por eso es el entrenador del Real Madrid.
Pero en esta vida no todo se mide en razón de la utilidad y la eficacia; hay otros valores superiores que califican a las personas por encima de su profesionalidad y de los resultados. Son aquellos valores y principios eternos que siempre en todos los tiempos y en todas las culturas tienen vigencia y nunca pasan: el respeto a la persona humana. Ya nuestro querido Lucio A. Séneca decía "que el hombre es cosa sagrada para el hombre" (homo res sacra homini), situando a éste en el lugar que le corresponde.
Mourinho es enemigo de sí mismo. No estuvo a la altura de un verdadero profesional. Y él lo sabe, porque es inteligente. Como entrenador del Real Madrid no basta con alcanzar el éxito deportivo, también ha de dar ejemplo de educación y respeto hacia el adversario. Al fin y al cabo el fútbol no deja de ser sino un deporte, que lamentablemente está contaminado de intereses ajenos a él. Si el partido se repitiera, estoy seguro que no obraría de la misma manera que lo hizo. Tampoco es excusa el responder a las provocaciones del adversario: uno siempre debe estar en el sitio que le corresponde y demostrar señorío, algo que pertenece por esencia a éste Club llamado Real Madrid, desde su fundación. Por eso es el mejor del mundo y no solo por sus títulos.
Dos últimas reflexiones, para terminar. Alguien con autoridad, que no es sino el Presidente Florentino Pérez, debe poner las cosas en su sitio y explicar a Mourinho la responsabilidad ejemplarizante que tiene el entrenador de éste equipo frente a millones de seguidores -entre ellos niños- de la repercusión de sus actuaciones. Y finalmente, resulta paradójico, que uno de los entrenadores más autoritarios sea reacio a obedecer al Presidente y a todo lo que representa, por muy prestigioso que éste sea, y se llame Mourinho. El club y el madridismo deben de reflexionar sobre el rumbo y la dirección que se ha de tomar y procurar que no se repitan hechos tan lamentables como los acaecidos en el Nou Camp. Lo siento, pero la mayoría -por ser mayoría- no siempre tiene razón.
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