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viernes, 30 de mayo de 2025
"MEDITACIONES" de Marco Aurelio
lunes, 26 de mayo de 2025
Tertulia sobre "MEDITACIONES" de Marco Aurelio
Reglas fundamentales para desarrollar una tertulia literaria sobre un texto filosófico.
miércoles, 7 de mayo de 2025
TALLER DE LECTURA: “Claudia o el vuelo de los vencejos”
TALLER DE LECTURA: Antonio G. Padilla, “Claudia o el vuelo de los vencejos” Ed Crecimiento Humano, Almería 2020.
ARGUMENTO: Novela que cuenta la historia de una familia hispana: Los Vencejos en Alba, entre los siglos III y IV d.C. (año 280 a 315) Se narra las vicisitudes de esta familia además del martirio de los Santos Mártires. La protagonista femenina principal es Claudia, nieta de Annio, y Valerio Graco, legado de la VII Legión; jóvenes de diferentes culturas que no impide el amor entre ambos, pese a las diferencias culturales. 1. La historia de una familia Los Apus (Los vencejos) en Alba . Siglos III y IV (280-315) 2. El Martirio de los Santos Mártires año 303 d.C. (problema religioso)
3. El hallazgo de un Papiro que pone en peligro al Cristianismo (Problema político)
4. Problemas: religiosos filosóficos, económicos, sociales, seguridad calzadas,
PRESENTACIÓN
La estructura de la novela ambientada en la época hispano-romana, narra y refleja la vida y costumbres de una familia de Alba dedicada a la producción y comercialización del vino.
Protagonistas duales: Claudia - Valerio; Annio - Claudia; Annio - Teófilo; Annio - Cayo Severo
Antagonistas: Daciano y el poder ocupacional de Roma
Personajes Secundarios: la familia de los Apus; los amigos; las autoridades religiosas; los enemigos romanos:
Estructura narrativa
(Cap.III) un crimen religioso como tapadera (Págs. 48-49)
Presentación de la familia.
Estallido del conflicto de índole político-religioso (págs 51-53)
(CAP. VIII) Viaje a Hispania (págs 101-104)
(CAP XII) Actividad pastoral (págs 134-137)
(CAP XVII Causas de la muerte de Silvestre (págs 190-194)
(CAP XXIII).Consecuencias del descubrimiento del Manuscrito (Págs 262-264)
Nudo: Problemas Religiosos frente a Problemas Filosóficos
Desarrollo paralelo de la relación amorosa, tensionada por sus ideas y lealtades opuestas: Claudia - Valerio.
-Problemas Religiosos
Escenas de represión y narrativa del martirio de los Santos Mártires.
Heliocentrismo (Pág 264) "No puede ser verdad (...) "una falacia incuestionable".
Atomismo materialista: Demócrito (Pág 269) (Leer)
Descrédito de las Sagradas Escrituras (SS.EE) "Algo así abuelo" (...)
Descrédito del Cristianismo y justificación para las persecuciones
El Atomismo nos lleva al: Ateísmo: negación de Dios (pág 269-270) (leer todo el párrafo)
-Problemas filosóficos: Tª del Conocimiento (Aristóteles) (pág 225-231)
Tº Ético-moral: La Muerte (Pág 152).
Tª del Estoicismo: Epicteto pág. 154)
Platón: Mito de la Caverna (Págs 295 ss)
EL libre albedrío (Págs 304 ss)
El Mal (Pág. 306 y ss)
Aristóteles: Ética a Nicómaco: Humanismo vs Cristianismo (págs 383 ss )
lunes, 17 de febrero de 2025
Poetas de Abla
entre truenos, relámpagos, y estruendo.
Nieve de cielo desovando en peñascos,
deshielo de primavera desaguando en tierra...
Agua que buscas entre quebradas el valle,
por manos de mujeres que bajan a tu encuentro,
con jabón, barreño, y diretes sin acalle.
Agua de la rambla de Los Santos, venturosa,
que transformais lienzos en color de nieve,
con mano briosa de mujer hacendosa.
al ritmo del jabón que embebe
Callejón del horno,
harina amasada,
con olor a encina quemada
y a retama;
horno en callejón caliente,
donde masa y reciente
se aparean muy lentamente...
y al alba matinal, el parto
de un pan crujiente.
como hojas que cambian de color,
amores arrastrados entre el verdor
de la ribera, por aguas del arroyo.
bravas en su ímpetu de juventud,
hoy mansas aguas en la quietud,
un pasar de dulce mansedumbre.
con paso firme a la desembocadura
con la alegría del que sabe caminar.
y descansar, después de tanto bregar,
en aguas que acunan la luna.
Te escribiré un poema
Algún día te escribiré un poema
sin palabras, sin fonemas,
un poema sin nombre, ni letras.
Te escribiré un poema
sin bellas metáforas,
con flores que no huelan
o fuentes cristalinas que no canten
en un jardín con olor a jazmín.
Te escribiré un poema,
sin mencionar los pájaros
en las ramas,
las noches estrelladas,
o la luz de la luna plateada
que escapa al alba.
Sin riachuelos en la montaña,
o palmeras dobladas de esmeraldas
en idílicas playas.
Te escribiré un poema... sin palabras;
sin epítetos, que por decir algo,
no digan nada,
de rebuscadas metáforas,
que esconden el sentir de la palabra.
Te escribiré un poema...
sin la cálida brisa del estío,
o del viento bravío de la montaña,
en desiertos de arena y oasis de plata,
en la alborada.
Te escribiré un poema...
¡Un poema sin palabras, mi amor,
porque todas en tus ojos están...,
en tu mirada!
Antonio González Padilla
martes, 28 de enero de 2025
Fenomenología del hecho religioso
Filosofía y Ciencia son dos tipos de saberes diferentes tanto por su objeto como por su método. La validez de ambos saberes puede ser contrastada a través de la experimentación empírica aplicando el método hipotético deductivo para la ciencia, y el método introspectivo para la filosofía. Junto a estos dos ámbitos de saberes hay un tercero que corresponde a la Religión, que se centra en el significado de la vida humana y en las preguntas que plantea. La naturaleza no es sólo la realidad referencial con la que se relaciona el hombre desde un saber utilitario e inmanente, marcado por la curiosidad y la evaluación, sino que aparece también como una realidad prepotente y absoluta que suscita admiración y temor, fascinación y reserva. La religión pretende ofrecer una interpretación global del hombre, como la filosofía, pero sin dejarse limitar por la racionalidad y la inmanencia. De ahí que se postule una comprensión original de la realidad misma, definiéndose como creación en las religiones bíblicas, y se busque una referencia trascendente y divina para explicarla. La no fundamentación del mundo y del hombre, su contingencia, lleva a buscar una referencia última, absoluta, desde la que explicarla y relacionarla con el hombre.La persona interpreta la realidad en su doble nivel ontológico y epistemológico para desde ahí ofrecer un sentido a su existencia. En este sentido, la religión implica siempre extrapolación, un ir más allá de los límites (de la razón, del mundo, de la historia) que no puede justificar la racionalidad filosófica. No se asume simplemente la finitud y la contingencia como dimensiones fácticas de la vida humana, sino que se busca darle un fundamento y significado, más allá de la realidad material, de lo limitado y finito, de lo mortal y perecedero. La pregunta por el significado de la vida humana no sólo desborda los límites del cosmos y de la vida terrena, sino que es motivada y canalizada más allá de la razón. La religión es hija del deseo, de la carencia y de la esperanza, y no sólo una construcción de la razón. No es necesariamente anti-racional, pero tampoco permanece dentro de los límites de la razón, aunque ofrece a ésta tópicos y problemas a discutir.
Se puede comenzar con la pretensión religiosa de una experiencia en la que la divinidad se revela, lo cual implica problemas epistemológicos y ontológicos, de comunicación, verdad y validez. En el caso del cristianismo la implicación de la razón en la religión fue más fuerte que en otros contextos culturales, porque los cristianos se presentaron en la sociedad romana como representantes de la verdadera filosofía ante una cultura marcada por el logos (razón) de la cultura griega. Es bien conocida además la importancia de la cosmología y de la ética para las cosmovisiones religiosas, tanto como la misma filosofía. De ahí, la necesidad de la teología y la filosofía de la religión, que clarifican los presupuestos filosóficos de los mismos pronunciamientos religiosos, así como también la crítica teológica de las distintas escuelas filosóficas, que ha servido de inspiración a la misma filosofía. Este es el núcleo de la ‘fides quaerens intellectum’ (la fe que pregunta al intelecto) anselmiana cuyos efectos duran hasta hoy en Occidente, mezclados e interaccionando ambos ámbitos de saberes y creencias, como ocurre también entre la filosofía y la ciencia.
Los primeros elementos de la conciencia religiosa son los símbolos, las imágenes y las narraciones míticas. Las religiones utilizan imágenes antropomórficas, naturales y totémicas con las que expresan sus creencias animistas, espirituales y ultra-terrenales. Las tumbas y los enterramientos son escenarios cualificados para captar la dimensión religiosa del hombre, muy unida a la estética. Hay temor, asombro, esperanza y ansias de pervivencia que se canalizan en lo religioso. Si el temor hace a los Dioses (Cicerón), también éstos hacen a los hombres temerosos, vinculando religión y magia, rituales simbólicos y técnicas primitivas de comunicación e intercambio. La proyección de la subjetividad en la religión tiene como contrapartida el troquelado de la conciencia en función de las creencias, símbolos e imágenes de la religión. No se trata sólo de que la religión sea la cristalización de la conciencia social, en la línea de Durkheim, sino que la misma conciencia personal vive de significados y símbolos que aporta la religión, junto a otros saberes. Las metáforas, los conceptos, los símbolos y las imágenes son los instrumentos de la comunicación humana en general y la religiosa en particular. La mente humana se va haciendo cada vez más compleja y la conducta más diversificada, a partir de una cultura naturalista. En ella se une el saber instrumental técnico científico, el comunicativo cultural, la reflexión crítica y abstracta de la filosofía, la expresividad estética y el deseo y la creencia religiosa.
El lenguaje religioso no puede apelar, como la ciencia, a un saber verificable, sino que se basa en un lenguaje simbólico, expresivo y comunicativo, que, en última instancia, remite al testimonio (narración y expresión) y a la experiencia personal, que pretende hablar con y en nombre de Dios o los dioses. Por eso, el lenguaje religioso tiene pretensiones de sentido y significación, vincula la ética al presunto sentido del hombre en la historia y el mundo e interpreta los acontecimientos en función de esa relación con lo divino. Los diversos tipos de religiones dependen precisamente de cómo se concibe la relación con la divinidad en el contexto de las diferentes tradiciones culturales, es decir, de cómo se articulan la inmanencia y la trascendencia divina en relación con el hombre y el mundo. Dios, mundo y hombre son el objeto de la reflexión filosófica y de las creencias religiosas.Los fenomenólogos de la religión subrayan que la jerarquización fundamental de la vida humana es constituida por la bipolaridad sagrado/profano, siendo lo sagrado lo no manipulable, lo intocable, en una palabra, lo absoluto. El hombre se relaciona con el ámbito de lo sagrado o de lo santo, en el que se dan representaciones e instrumentos de la divinidad. En las primeras experiencias religiosas como hierofanías. Pero las religiones no buscan simplemente describir la realidad y al hacerlo dependen de la ciencia y la filosofía, sino que la evalúan e indican cómo el hombre tiene que relacionarse con las distintas entidades. Las religiones no se quedan en lo racionalmente justificable o en su fundamentación, ya que son también el resultado de la decisión libre. Optan por un postulado y respuesta de sentido trascendente, en última instancia convincente y creíble pero nunca demostrable. Por eso, la filosofía y la religión han tenido una relación compleja y conflictiva, al menos en nuestra cultura occidental. La filosofía en cuanto saber reflexivo, crítico, racional e inmanente, que evalúa y analiza los otros saberes humanos, ha interpelado y, frecuentemente, descalificado la validez del saber religioso y las funciones ejercidas por la religión. El ateísmo y el agnosticismo son dos de las expresiones fundamentales de la impugnación de la religión, aunque ambas no se reducen a planteamientos filosóficos, sino que forman parte de una postura más amplia y existencial, en la que se combina tanto la justificación teórica como la actitud práctica. La fe no es algo puntual, aunque una experiencia concreta puede ser decisiva en la vida de una persona, sino que se inscribe en el entramado biográfico y procesual de cada creyente. En realidad tanto la creencia religiosa, como la increencia, en su versión agnóstica o atea, responden a un proceso existencial y no se reducen a la aceptación o no de una determinada prueba o justificación de la existencia de Dios.
domingo, 19 de enero de 2025
El día del Señor
viernes, 3 de enero de 2025
Escribir... ¿para qué?
¿Es asunto de quien escribe que haya políticos, gobernantes, canallas que sean corruptos y pisoteen los derechos más elementales qué tanto ha costado conseguir a la humanidad ¿Son las palabras las que hieren, esas que escogemos los que escribimos para crear "simpathos", lo suficientemente comprometedoras, que haya "compasión" entre quien escribe y quien lee? ¿Qué se le ha perdido al poeta para soñar despierto en la madrugada a fuerza de ritmo plasmar en el papel esas inconfesables añoranzas del animal hablante? Entonces, ¿por qué escribir? Duro es escribir y más duro, escribir bien. Vibrar y conectar con el lector llamar la atención en este mundo de ruidos y distracciones varias, donde pasar el tiempo se torna problemático y donde aprovechar tiempo libre para crecer, es harto complicado. Si a esto añadimos que no hay nada que ganar ni nada que vender ¿por qué esforzarse si no hay nada que esperar? "Escribir es un honor y una carga. Pesada. La de saber que nada mal escrito es perdonable. Corrompida la lengua hasta la médula por quienes construyeron esta homogénea habla de esclavos, escribir reviste el riesgo de un amor perverso e imposible". (G. Albiac). Solo la ilusión de transmitir aquello que bulle dentro del escritor en un grito de auxilio que disipe la niebla en la soledad que le envuelve, con la esperanza de recibir el eco ampliado de la palabra que reafirme su mensaje. Escribir es búsqueda de respuestas en la niebla oscura de la nada. Un buscar la mano del otro para no caer en el abismo de la inconsistencia, solo, con la certeza, de que el último renglón, no aún escrito, lo escriba solo. En la soledad absoluta. Es exponerse desnudo en la plaza pública a la espera de la crítica más exacerbada, sin compasión, mostrando sus verguenzas. Crítica y más crítica sin esperar una lisonja. Una palabra de aprobación. Con la peor de las respuestas: el silencio como halago.