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martes, 1 de diciembre de 2020

El PSOE, un partido despojado de su esencia




Lo que está ocurriendo en nuestro país llamado España no tiene nombre. En esta mañana lluviosa, no puedo reprimir el impulso de escribir todo lo que me viene a mi mente, y expresar la rabia, la impotencia, y la desesperación que me embargan, por todo lo que está sucediendo en mi país, España. Creo que esta rabia es la que tienen muchos españoles, y que como yo, se encuentran frustrados por no poder intervenir en los asuntos más acuciantes de nuestro país. El problema de España tiene muchas causas, unas más importantes que otras, pero todas han llevado al estado lamentable en el que nos encontramos, y la verdad, no sé por donde empezar. 
Empecemos porque el problema territorial de España sigue inconcluso, la España de las autonomías no funciona, tal y como los padres de la Constitución habían planificado (como modelo de gestión la pandemia es un triste ejemplo de lo que hablamos). Pero el problema principal surge, porque los nacionalismos catalán y vasco no han aceptado los principios de la Constitución del 78, y su deslealtad se manifiesta con meridiana claridad en el autogobierno que ésta les otorga mediante las competencias que estos no utilizan sino para desestabilizar. Los partidos PSOE y PP, tanto monta monta tanto en su alternancia en el poder, con sus políticas de pasteleo no han sabido o no han querido estar a la altura de las circunstancias, siendo por tanto  los principales responsables de la situación en la que nos encontramos actualmente. La ley electoral nunca ha sido reformada y ha permitido que el nacionalismo tenga un peso excesivo en los asuntos que afectan al Estado Central, porque ninguno de estos dos partidos les convenía cambiarla: la de un ciudadano un voto.  No se  entiende que sacar un diputado en el resto de España cueste el triple de votos que para un nacionalista en sus respectivos territorios, con lo que esto significa para formar gobiernos fuertes y establecer mayorías estables en el parlamento. Los tejemanejes y cambalaches del partido gobernante de turno  con los nacionalismos catalán y vasco, transfiriendo competencias  a cambio de apoyos coyunturales, han llegado hasta tal extremo, que ahora nos rasgamos las vestiduras. La voracidad de los nacionalistas para exprimir al Estado central no tiene límites. Su deslealtad para minar los cimientos del Estado tampoco. Y esto se veía venir. El nacionalismo y en concreto los independentistas nunca nos han mentido en definir su verdadero objetivo político,  crear una república independiente y destruir a España como nación. Siempre han ido de frente. Quien no ha ido de frente y ha engañado a todo el mundo ha sido el actual presidente de gobierno Pedro Sánchez, que ha pactado con aquellos que quieren la destrucción de España (ERC y Bildu) a costa de permanecer en el poder, rechazando la oferta del centro-derecha de Ciudadanos. Siendo esto peligroso, lo es más, cuando con quien se pacta, son partidos que no aceptan la democracia como forma política de convivencia. El Partido Socialista  es el verdadero culpable de los males de nuestra nación, ellos y solo ellos, son los que sostienen a Sánchez y su gobierno en el poder. Un partido socialista desconocido y errático, que ha entregado su esencia y su espíritu a un mentiroso compulsivo llamado Pedro Sánchez y a su máquina monclovita de propaganda dirigida por Iván Redondo. Un partido que ha renunciado al federalismo como esencia de su identidad, para caer en el caudillismo  idolátrico sanchista. Un partido sanchista que ha traspasado las líneas rojas de la ética, renunciado a su historia, para pactar con lo peor de nuestra nación, Bildu y ERC, todo , para mandar en un "país de países donde tampoco tendremos derecho a  hablar nuestra propia lengua. Alguien poco sospechoso como es Felipe González así lo ha declarado, cuando afirma que los secesionistas catalanes y los proetarras vascos, "No son interlocutores válidos" porque "representan un nacionalismo que trata de romper la cohesión y la solidaridad entre españoles y son partidarios de que se desguace España". "Eso es cualquier cosa menos progresista", ha añadido el gran político socialista. "Ni ERC ni Bildu están interesados en un proyecto que fortalezca a España en un espacio público compartido", y además "tienen implícitas unas contradicciones que no permiten hacer un proyecto de país". Felipe González ha afirmado también que jamás aceptaría capacidad de interlocución a Bildu e inmediatamente después ha arremetido contra Adriana Lastra, portavoz del PSOE. "A mi nadie me manda callar". "Hablo cuando tengo que hablar", ha manifestado el ex-presidente del gobierno, añadiendo a continuación algo que forma parte de la esencia del PSOE. "Si alguien me manda callar diciendo que es socialista, yo sé que no es socialista". Es hora que alguien con sensatez en el Partido Socialista se enfrente a esta panda de descerebrados y ponga las cosas en su sitio, de lo contrario, será el pueblo español con su voto quien más pronto que tarde lo haga. 

 

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