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viernes, 13 de noviembre de 2020

Nos quieren con un bozal en la boca




En las democracias occidentales el ciudadano puede mentir cuando le venga en gana. No así los gobiernos o los poderes públicos que han de estar sujetos al control de sus ciudadanos y tienen la obligación y el deber de no mentir a la gente. En una democracia no es el gobierno quien controla a los medios de comunicación. Son los medios de comunicación quienes controlan al gobierno. Tal como ha manifestado Eduardo Madina, socialista poco sospechoso, criticando las intenciones del gobierno podemita-comunista por controlar las "fake news". Una norma que deja en manos del gabinete de Sánchez la facultad para decidir qué es verdad y qué es mentira, de acuerdo con sus propios intereses. Nos toman por ignorantes o idiotas, no sé que es peor, y esto lo hace un gobierno cuyo presidente no le dice la verdad ni al médico. Digámoslo alto y claro, Pedro Sánchez no persigue las mentiras, de las que él es el principal fabricante, sino las verdades incómodas que arruinan su propaganda. Basta echar una mirada retrospectiva a las hemerotecas, para comprobar la cantidad de bulos y noticias falsas fabricadas por Sánchez y su vicepresidente Pablo Iglesias, un señor que ha llegado a decir  que los medios de comunicación privados son una amenaza para la democracia y que la libertad de información no puede estar al margen de los poderes públicos. Aquí los únicos bulos o mentiras han sido hechos por Sánchez y su propaganda de la Moncloa, con Iván Redondo al frente, para que nadie ose discutir los fracasos de la España sanchista. Para eso, y solo para eso, va a crear un "Ministerio de la Verdad". Y esto lo hace el gobierno más mentiroso que ha existido durante los cuarenta años de transición democrática que ha hecho de su política un sofisma. Un gobierno que primero lo intentó desprestigiando a la monarquía en favor de la república, después intentando manipular la justicia a través del poder judicial, la reforma de la educación contra la libre elección de los padres y excluyendo a la comunidad docente, la eliminación del castellano como lengua vehicular en Cataluña, y finalmente, el control de la libertad de comunicación. Todo, para salvar al soldado Sánchez atrincherado en la Moncloa. Lo último es de traca. Hasta ayer mismo nos estuvieron engañando con la bajada del IVA de las mascarillas escudándose en una normativa europea. Dos horas después, la ministra de Hacienda, manifestaba en el parlamento la bajada del 21% al 4%, cuyo coste es de 1.500 millones de euros que deja de ingresar el Estado. Todo para tapar la noticia más vergonzosa y denigrante que se produjo ayer, el pacto con Bildu, a cambio de que éste manifestara por boca de Otegui, que apoyaría los presupuestos del Estado. Noticia, que una vez más, ponía en evidencia las mentiras de Pedro Sánchez, que en repetidas veces manifestó que nunca pactaría con los representantes de ETA. Y lo hace el mismo día -ya es casualidad- que el gobierno acerca a los asesinos del matrimonio Jiménez-Becerril a cárceles cercanas a las Vascongadas. ¿Qué pensarán hoy los familiares socialistas vilmente asesinados por ETA? No acaban aquí las mentiras y engaños de este Presidente, que rechazó un pacto con Podemos de quien dijo que convertiría a España en Venezuela, y ahora les tiene metidos hasta en el CNI. Mintió cuando defendió el delito de rebelión para los golpistas catalanes, y ahora les va a indultar. Y la gran mentira, la mentira de todas las mentiras, es la gestión de la pandemia y esconder a los españoles el número real de muertos que aún desconocemos. Nos engañó, y sostuvo que todas las decisiones en la gestión de la pandemia las tomaba un Comité de Expertos, que no existía. Anunció que habíamos derrotado al virus y hoy estamos en cifras de fallecidos como en el mes de abril, etc, etc.
¿Y  este es el gobierno que quiere controlar las fake news, cuando en su esencia él es la gran fake news? Parecería una broma si no estuviéramos hablando de derechos fundamentales que tratan sobre nuestra libertad de expresión. "El gobierno es en sí mismo un fenomenal bulo que ha arruinado, troceado y enfermado a España como nadie en un tiempo récord. Y en lugar de intentar arreglarlo, se conforma con que nadie lo diga. Porque este "Ministerio de la Verdad", no va de perseguir mentiras, sino de esconder verdades incómodas, que en esta España alarmada cada vez menos se atreven a contar". A. J. ESdiario.  Nos quieren como rebaño estabulado en establos y con un bozal en la boca: calladitos, obedientes y resignados.




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