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lunes, 17 de febrero de 2025

Poetas de Abla



Horno

Harina amasada,
con olor a encina quemada
y a retama;
horno en callejón caliente,
donde masa y reciente
se aparean muy lentamente...
al alba matinal, el parto
de un pan crujiente.



LAVANDERAS

Agua concebida en vientre de sierra,
entre truenos, relámpagos, y estruendo.
Nieve de cielo desovando en peñascos, 
deshielo de primavera desaguando en tierra...

Agua que buscas entre quebradas el valle, 
a la sombra de taray y álamos, para ser acariciada
por manos de mujeres que bajan a tu encuentro,
con jabón, barreño, y diretes sin acalle.

Agua de la rambla de Los Santos, venturosa,
que transformais lienzos en color de nieve,
con mano briosa de mujer hacendosa.

Agua que agrama en piedra rugosa,  
al ritmo del jabón que embebe 
entre avatares de risas y palabra ruidosa.


Quién pudiera como el río...

¡Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno!
descubrir caminos ocultos
besar riberas sin guetos,
de mundos que son opuestos.

¡Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno!
buscar debajo sus aguas,
y en sus verdosas riberas
palpar la vida que emana.

¡Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno!
contemplar cada mañana
tus pies pisando su seno,
la mirada de tus ojos, reflejada,
en su diáfano espejo.

¡Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno!
reflejar en sus aguas
los amores que han partido...
y que nunca más han vuelto, 
como riachuelos perdidos.

Rasgos que en sus troncos
el tiempo ha dejado escrito,
clamor mudo pronunciado
en el silencio entre olvidos.

¡Quién pudiera como el río
ser testigo, ojo y oído!
de aquel pasado presente
que se agolpa como ausente,
de todo aquello que he sido,
de todo aquello sentido.
     
       Antonio González


Nieve

Y esa nieve blanca
que blanquea la montaña,
se convertirá en llanto
y cubrirá su rostro ajado,
en primavera;
despojada de su manto,
tomará el camino
para mover la piedra del molino,
que a la vera del río,
ocioso, sentado espera.
Y así colmar artesas de harina blanca,
y hornear el pan de trigo,
fruto de la sementera.

          Antonio González 

La pérdida

Sueños de infancia quemados
en el rincón del hogar,
la ilusión hecha ceniza,
sueños entre llama y viento,
que se van.
Pavesas hacia las estrellas,
en un intento vano
para encontrar su brillar:
la pérdida en su lugar.

            Antonio
           González Padilla


Cuando yo no esté

Y cuando yo no esté, 
mis olivos seguirán creciendo,
sus troncos enraizarán bajo la tierra,
y sus ramas 
se fortalecerán buscando el sol,
y al final del otoño,
cada año aliviarán su ramaje doblado
para convertirse en zumo dorado.

Cuando yo no esté,
la parra seguirá trepando,
por esa pared de piedra encalada
buscando la seguridad frente al viento,
protegiendo de orfandad sus racimos
con sus pámpanos y tiernos sarmientos.

Y bandadas de pájaros volando
pasarán por lo alto del cielo azulado,
buscando territorios cálidos 
al otro lado del mediterráneo,
en la búsqueda de un oasis templado.

Cuando yo no esté,
el reloj de la torre sonará en el valle,
medirá el tiempo con monotonía,
sin desfallecimiento,
pausadamente,
durante la noche y el día.

Y por el Camino Real,
los caballos seguirán trotando,
petricoreando el asfalto con sus cascos,
al compás de su marcial paso.

Cuando yo no esté,
ya habré pasado el puente de 
Los Santos, por última vez,
y no acompañaré su "Traída",
esos, a los que tanto amé
a lo largo de mi vida.

Y yo, desde mi vieja butaca,
con un libro en mis manos,
seguiré observando
esa montaña nevada,
que me tiene enamorado.
 
Cuando yo no esté...
la vida seguirá pasando.

      Antonio González


Amor de otoño

Amores que se esfuman en otoño
como hojas que cambian de color,
amores arrastrados entre el verdor
de la ribera, por aguas del arroyo.

Blancura espumosa en la cumbre,
bravas en su ímpetu de juventud,
hoy mansas aguas en la quietud,
un pasar de dulce mansedumbre.


Tranquila en su camino hacia la mar,
con paso firme a la desembocadura
con la alegría del que sabe caminar.

Certeza firme en la andadura;
y descansar, después de tanto bregar,
en aguas que acunan la luna. 
             
              Antonio González


Te escribiré un poema

Algún día te escribiré un poema
sin palabras, sin fonemas,
un poema sin nombre, ni letras.
Te escribiré un poema
sin bellas metáforas,

con flores que no huelan
o fuentes cristalinas que no canten
en un jardín con olor a jazmín. 
Te escribiré un poema,
sin mencionar los pájaros
en las ramas,
las noches  estrelladas,
o la luz de la luna plateada
que escapa al alba.
Sin riachuelos en la montaña,
o palmeras dobladas de esmeraldas
en idílicas playas. 
Te escribiré un poema... sin palabras;
sin epítetos, que por decir algo, 
no digan nada,
de rebuscadas metáforas,
que esconden el sentir de la palabra.
Te escribiré un poema...
sin la cálida brisa del estío,
o del viento bravío de la montaña,
en desiertos de arena y oasis de plata,
en la alborada.
Te escribiré un poema...
¡Un poema sin palabras, mi amor,
porque todas en tus ojos están...,
en tu mirada!

      Antonio González Padilla






¡Aquí Abla, dígame!

Corría el año de 1953. Una cuadrilla de celadores vestidos con monos de color azul tomaron las calles del pueblo como si de un ejército de ocupación se tratara, armados con alicates, piquetas, cables, argollas, rollos de acero y escaleras desmontables, para acceder a lo más alto de las fachadas y balcones y tender la linea telefónica. !Por fin una vieja aspiración de los abulenses se iba a a cumplir!: Abla se comunicaba con el mundo, saliendo de su silencio local. Aquellos profesionales trabajaban a destajo, unos abriendo agujeros  para sujetar las argollas y otros tendiendo la línea de telefonía o los cables acerados entre una calle a otra para salvar los espacios abiertos y completar el tendido. 
Después de unas semanas, los treinta primeros domicilios con teléfono estaban conectados con la centralita del pueblo. Esta se encontraba en la calle José Antonio nº 1, antigua calle Real, a los pies de la torre de la Iglesia y contigua a la Plaza del Generalísimo Franco y lugar de la Casa Consistorial o Ayuntamiento. Un letrero redondo destacaba en su fachada con el nombre de "TELÉFONOS" con letras en blanco sobre fondo azul marino. La puerta de color verde intenso mostraba a los lugareños el lugar donde poder conectar con sus seres queridos. En el interior un vestíbulo con un pequeño locutorio cerrado por una puerta de cristales y la estancia donde se encontraba la centralita separada por un tabique en cuyo centro resaltaba una ventanilla de cristal con marco niquelado. En su interior una centralita dividida en dos cuerpos uno rectangular con los treinta números con su chapita marcada por el número y debajo el agujero para conectar los pares de clavijas alternando los colores de blanco, verde y azul; en la otra parte un teléfono rematado por dos timbres y un auricular a la izquierda y una manivela para llamar a la derecha pegada en la pared. Al fondo, un timbre potente y una mesa camilla multiusos.
Una mañana apacible de septiembre la telefonista del pueblo, con más nervios que otra cosa puso la primera conferencia entre el gobernador de Almería y el alcalde del pueblo, previa bendición de los locales por Don Juan el párroco. Quedaba inaugurada la central telefónica de Abla de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE).  
"-Aquí Abla, dígame-" contestaba la telefonista con presteza. Al otro lado del teléfono se extrañaban del nombre del pueblo, confundiendolo con la función de "hablar". La entrega de telegramas y avisos de conferencia, era otra actividad comprendida en el servicio, para una población que no disponía de teléfono en casa, y a la que se le citaba en la centralita a una hora determinada para hablar con sus familiares y amigos.  


EL PASO

El Recuerdo del Viernes Santo en Abla es rememorar la procesión de El Paso
La Semana Santa no es ajena a esta memoria colectiva que enriquece y cohesiona a los abulenses. 
Una vez efectuado el Via Crucis, en la madrugada del Viernes Santo, todo el pueblo vuelve al templo para asistir a la procesión de El Paso. La hermandad de los morados, dirigida por el hermano mayor, y sus nazarenos, se aprestan a procesionar un trono rectangular, flanqueado por cuatro faroles modestos en cada esquina, en cuyo centro se yergue la figura de Jesús Nazareno, soportando sobre sus hombros una pesada cruz. Su rostro, coronado por una corona de espinas, manifiesta el dolor y el esfuerzo que tiene que hacer para poder mantenerse en pié a duras penas; Gracias a la ayuda de Simón de Cirene, la pesada cruz se desliza con dificultad. Sus manos huesudas se aferran a la cruz sujetándola con determinación, cumpliendo la promesa hecha a su Padre en el Huerto de Getsemaní de que no se hiciera su voluntad sino la suya. La túnica morada del Nazareno, trasluce un cuerpo magullado y maltratado por el terrible flagelo romano. Su lento caminar por las calles del pueblo, se ve acompañado por el sonido de la Bocina y las trompetas de los sumos sacerdotes. Consta de un pito de unos dos metros de largo con ruedas, que permiten deslizarse por el suelo y que emite un sonido profundo bajo,  en contraste con otra trompeta más corta de metal,  con sonido agudo. Los sonidos se intercalan empezando el bajo para luego unirse con el agudo. Ante el silencio de cientos de personas el sonido de las trompetas nos retrotraen a la larga vigilia del Señor -cuando fue negado por Pedro- y al recogimiento y la oración.
Detrás del Nazareno, San Juan Evangelista procesiona con la hermandad de los verdes, indicando con su dedo erguido el camino por donde va el Nazareno a la Virgen de los Dolores. Será en el Paseo de San Segundo, donde  San Juan presenta a la Virgen a su hijo con la cruz camino del Calvario. La plasticidad del encuentro de la madre con su hijo en el silencio de la mañana, sólo interrumpido por el sonido de la bocina, es de una belleza que conmueve y rompe el corazón. El trono de la Virgen de los Dolores es de una belleza barroca arrebatadora. Su rostro manifiesta el dolor de una madre ante el sufrimiento de su hijo. La imagen de la Escuela de Salzillo, si no del mismo maestro, bajo su dirección, es de un realismo que impresiona. Coronada bajo el manto bordado de hilo de oro y negro,  bajo palio de seis varales de níquel-plata, procesiona por las calles de Abla, bajo el mando del hermano mayor con distintivo negro y penitentes con cirios encendidos. Cincuenta cirios iluminan su rostro y el corazón de plata en el pecho traspasado por siete puñales...
En una esquina de la plaza rectangular se sitúa el trono del Nazareno  y paralelamente a esa esquina el Trono de la Virgen en medio está San Juan. En el otro extremo de la plaza aparece el trono de la Verónica que avanza zigzagueante al son de la bocina, genuflexa por tres veces en tierra frente al Nazareno; en ese instante se desliza un lienzo entre sus manos  y aparece el rostro de Jesús reflejado en el lienzo. La Verónica retrocede, mostrando el rostro de Jesús para posteriormente mostrárselo a la Virgen de los Dolores. Todo bajo el olor del incienso que se eleva hacia el cielo como forma colectiva de plegaria de un pueblo que reza. Todo acontece en un silencio que impresiona, sólo interrumpido por el sonido de la bocina que, plañidera, llora la tragedia de un hombre cuyo rostro hecho dolor, queda impreso en el paño de una mujer piadosa. 


Las Lumbres en San Antón




En Abla, hace un frío que pela en pleno mes de enero. El brasero o la chimenea son los únicos recursos asequibles para quitar el frío, eso, o jugar en la calle hasta la extenuación, cosa que los niños de los años  sesenta hacen habitualmente. Hoy 16 de enero se celebran las lumbres de San Antón, una de las fiestas más arraigadas del pueblo de Abla. Hoy se queman muebles viejos, aperos de labranza, leña y ramas restos de la poda, etc. 
La vuelta hacia las fiestas que marcaron nuestra infancia pueden causar una decepción, depende  de las expectativas con que se afrontan. Subí en coche por la calle Real para luego aparcar en los Granadillos y subir a pie por la calle de la Amargura hasta la plazoleta de San Antón, donde se encuentra la ermita. Hasta llegar allí no me crucé con ninguna persona. Una sensación de vacío embargó mi alma recordando a tantas personas con las que compartíamos rosas, vino y sobre todo amistad, vecindad y cariño.  Palpé la soledad junto a un sentimiento de añoranza de lo que fue a lo que es. Traté de suplirlo con mi imaginación y el recuerdo pero no lo conseguí: la calle iluminada por una luz tenue, acentuaba un sentimiento difícil de describir con palabras. Me preguntaba dónde estaban esas personas entrañables  -que eran parte de mi- y por qué no se oían sus voces y cantos de alegría junto a las lumbres que cada casa organizaba en la puerta de su casa en honor a San Antón, y que hacían  de la calle real de Plaza para arriba, un pueblo con un mismo sentir, incandescente y vitalista que, iluminaba el cielo estrellado abulense con el crepitar de las hogueras, y a las pavesas, estrellas fugaces efímeras que desaparecen en la noche de los tiempos.
Mi llegada a la plazoleta de San Antón, me restituye en el presente y la alegría con que fui recibido por mis amigos, mitigó la decepción de encontrarme ante una pequeña hoguera que ardía lentamente en un recipiente de metal de unos  dos metros cuadrados de lado. (cumpliendo así las nuevas ordenanzas). La inmensa hoguera que otrora ardía elevando sus llamas al cielo y rodeada por una multitud de mozos y mozas cantando coplas tradicionales, solo perviven en mi imaginación y el recuerdo. El mosto, las rosas, las tapas y la acogida de nuestro amigo Manolo Herrerías, hicieron el resto, y gracias a él, la tradición de San Antón se mantiene  en vigor pese al paso del tiempo: gracias, amigo Manolo. Tampoco puedo olvidar a Julio Ortiz, su hermano Juan y la familia de Los Ricardines en donde acabamos la noche, -mis amigos y yo, junto a su hoguera del Paseo de San Segundo- degustando un vino mosto excelente y un chocolate con buñuelos, gracias a la generosidad de su señora. Terminamos cogidos de la mano y bailando en torno al fuego, recordando lo que fuimos y lo que somos.

(N.B. Adaptar para el Libro de Abla)



martes, 28 de enero de 2025

Fenomenología del hecho religioso



Filosofía y Ciencia son dos tipos de saberes diferentes tanto por su objeto como por su método. La  validez de ambos saberes puede ser contrastada a través de la experimentación empírica aplicando el método hipotético deductivo para la ciencia, y el método introspectivo para la filosofía. Junto a estos dos ámbitos de saberes hay un tercero que corresponde a la Religión, que se centra en el significado de la vida humana y en las preguntas que plantea. La naturaleza no es sólo la realidad referencial con la que se relaciona el hombre desde un saber  utilitario e inmanente, marcado por la curiosidad y la evaluación, sino que aparece también como una realidad prepotente y absoluta que suscita admiración y temor, fascinación y reserva. La religión pretende ofrecer una interpretación global del hombre, como la filosofía, pero sin dejarse limitar por la racionalidad y la inmanencia. De ahí que se postule una comprensión original de la realidad misma,  definiéndose como creación en las religiones bíblicas, y se busque una referencia trascendente y divina para explicarla. La no fundamentación del mundo y del hombre, su contingencia, lleva a buscar una referencia última, absoluta, desde la que explicarla y relacionarla con el hombre.La persona interpreta la realidad en su doble nivel ontológico y epistemológico para desde ahí ofrecer un sentido a su existencia. En este sentido, la religión implica siempre extrapolación, un ir más allá de los límites (de la razón, del mundo, de la historia) que no puede justificar la racionalidad filosófica. No se asume simplemente la finitud y la contingencia como dimensiones fácticas de la vida humana, sino que se busca darle un fundamento y significado, más allá de la realidad material, de lo limitado y finito, de lo mortal y perecedero. La pregunta por el significado de la vida humana no sólo desborda los límites del cosmos y de la vida terrena, sino que es motivada y canalizada más allá de la razón. La religión es hija del deseo, de la carencia y de la esperanza, y no sólo una construcción de la razón. No es necesariamente anti-racional, pero tampoco permanece dentro de los límites de la razón, aunque ofrece a ésta tópicos y  problemas a discutir. 

Se puede comenzar con la pretensión religiosa de una experiencia en la que la divinidad se revela, lo cual implica problemas epistemológicos y ontológicos, de comunicación, verdad y validez. En el caso del cristianismo la implicación de la razón en la religión fue más fuerte que en otros contextos culturales, porque los cristianos se presentaron en la sociedad romana como representantes de la verdadera filosofía ante una cultura marcada por el logos (razón) de la cultura griega. Es bien conocida además la importancia de la cosmología y de la ética para las cosmovisiones religiosas, tanto como  la misma filosofía. De ahí, la necesidad de la teología y la filosofía de la religión, que clarifican los presupuestos filosóficos de los mismos pronunciamientos religiosos, así como también la crítica teológica de las distintas escuelas filosóficas, que ha servido de inspiración a la misma filosofía. Este es el núcleo de la ‘fides quaerens intellectum’ (la fe que pregunta al intelecto) anselmiana cuyos efectos duran hasta hoy en Occidente, mezclados e interaccionando ambos ámbitos de saberes y creencias, como ocurre también entre la filosofía y la ciencia. 

Los primeros elementos de la conciencia religiosa son los símbolos, las imágenes y las narraciones míticas. Las religiones utilizan imágenes antropomórficas, naturales y totémicas con las que expresan sus creencias animistas, espirituales y ultra-terrenales. Las tumbas y los enterramientos son escenarios cualificados para captar la dimensión religiosa del hombre, muy unida a la estética. Hay temor, asombro, esperanza y ansias de pervivencia que se canalizan en lo religioso. Si el temor hace a los Dioses (Cicerón), también éstos hacen a los hombres temerosos, vinculando religión y magia, rituales simbólicos y técnicas primitivas de comunicación e intercambio. La proyección de la subjetividad en la religión tiene como contrapartida el troquelado de la conciencia en función de las creencias, símbolos e imágenes de la religión. No se trata sólo de que la religión sea la cristalización de la conciencia social, en la línea de Durkheim, sino que la misma conciencia personal vive de significados y símbolos que aporta la religión, junto a otros saberes. Las metáforas, los conceptos, los símbolos y las imágenes son los instrumentos de la comunicación humana en general y la religiosa en particular. La mente humana se va haciendo cada vez más compleja y la conducta más diversificada, a partir de una cultura naturalista. En ella se une el saber instrumental técnico científico, el comunicativo cultural, la reflexión crítica y abstracta de la filosofía, la expresividad estética y el deseo y la creencia religiosa.

El lenguaje religioso no puede apelar, como la ciencia, a un saber verificable, sino que se basa en un lenguaje simbólico, expresivo y comunicativo, que, en última instancia, remite al testimonio (narración y expresión) y a la experiencia personal, que pretende hablar con y en nombre de Dios o los dioses. Por eso, el lenguaje religioso tiene pretensiones de sentido y significación, vincula la ética al presunto sentido del hombre en la historia y el mundo e interpreta los acontecimientos en función de esa relación con lo divino. Los diversos tipos de religiones dependen precisamente de cómo se concibe la relación con la divinidad en el contexto de las diferentes tradiciones culturales, es decir, de cómo se articulan la inmanencia y la trascendencia divina en relación con el hombre y el mundo. Dios, mundo y hombre son el objeto de la reflexión filosófica y de las creencias religiosas.Los fenomenólogos de la religión subrayan que la jerarquización fundamental de la vida humana es constituida por la bipolaridad sagrado/profano, siendo lo sagrado lo no manipulable, lo intocable, en una palabra, lo absoluto. El hombre se relaciona con el ámbito de lo sagrado o de lo santo, en el que se dan representaciones e instrumentos de la divinidad. En las primeras experiencias religiosas como hierofanías. Pero las religiones no buscan simplemente describir la realidad y al hacerlo dependen de la ciencia y la filosofía, sino que la evalúan e indican cómo el hombre tiene que relacionarse con las distintas entidades. Las religiones no se quedan en lo racionalmente justificable o en su fundamentación, ya que son también el resultado de la decisión libre. Optan por un postulado y respuesta de sentido trascendente, en última instancia convincente y creíble pero nunca demostrable. Por eso, la filosofía y la religión han tenido una relación compleja y conflictiva, al menos en nuestra cultura occidental. La filosofía en cuanto saber reflexivo, crítico, racional e inmanente, que evalúa y analiza los otros saberes humanos, ha interpelado y, frecuentemente, descalificado la validez del saber religioso y las funciones ejercidas por la religión. El ateísmo y el agnosticismo son dos de las expresiones fundamentales de la impugnación de la religión, aunque ambas no se reducen a planteamientos filosóficos, sino que forman parte de una postura más amplia y existencial, en la que se combina tanto la justificación teórica como la actitud práctica. La fe no es algo puntual, aunque una experiencia concreta puede ser decisiva en la vida de una persona, sino que se inscribe en el entramado biográfico y procesual de cada creyente. En realidad tanto la creencia religiosa, como la increencia, en su versión agnóstica o atea, responden a un proceso existencial y no se reducen a la aceptación o no de una determinada prueba o justificación de la existencia de Dios.

Ante el fenómeno religioso nadie es neutral, ya que estamos condicionados por nuestra biografía personal y colectiva. En realidad, siempre estamos remitidos a un imaginario de sentido con raíces míticas, simbólicas y afectivas, que no sólo subyacen a las religiones sino también a las cosmovisiones filosóficas e incluso científicas. Podemos basar nuestro comportamiento en una comprensión no religiosa del hombre, en un humanismo de cuño científico y filosófico, pero esta cosmovisión humanista es tan mítica, infundamentada y en última instancia subjetiva como la religiosa. Podríamos afirmar que el ser humano siempre vive del mito, de comprensiones racionales, afectivas y simbólicas que le ofrecen sentido, orientación y pautas de conducta. Por eso, la respuesta de una persona religiosa al ataque de un humanista ateo, puede ser también la de “tu quoque”, porque, en cuanto animal que se hace preguntas, el ser humano siempre procede desde convicciones no demostrables y certezas subjetivas.
Otra cuestión diferente es que no todas las cosmovisiones son igualmente razonables, ni creíbles ni pertinentes, sobre todo en culturas como la nuestra que están marcadas por la racionalidad experimental científica y la reflexión crítica de la filosofía. En la religión no hay certezas sobre Dios, sino convicciones de fe. Toda religión consiste en un sistema de creencias, que pueden ser razonables y justificables, pero nunca demostrables. Nunca podemos demostrar que hemos llegado a lo último o a lo Absoluto, caso de que exista, y siempre hay que relativizar las representaciones que el hombre hace de ese presunto Absoluto, al que llamamos Dios. Todos los lenguajes sobre Dios son construcciones humanas, y, en última instancia, hay que cuestionar su verdad y pertinencia. No tenemos acceso al absoluto y siempre estamos mediados socioculturalmente. Por eso la distinción entre la búsqueda de la divinidad y ésta misma, implica una relativización de todas las religiones, sin que esto quiera decir que todas sean iguales. 
La fe no es simplemente creer aquello que no se ve, lo cual define una visión doctrinal de la religión, sino una actitud de confianza y de valoración positiva de la realidad a partir de las presuntas vivencias de la divinidad. Esta conciencia difusa a veces se presenta como una experiencia de conversión o como una comunicación singular con la trascendencia. Otras veces, en la mayoría de los casos, la fe se basa en la identificación existencial con una personalidad religiosa que ha generado o fundado una religión. En ella, se combina un argumento de autoridad moral que, en última instancia, es el seguimiento y la imitación del personaje fundador de la cosmovisión religiosa. Luego esa autoridad continúa en una jerarquía, que pretende ser prolongadora y guardiana de la obra del fundador, pero que obedece ya a un cambio de la perspectiva ejemplarizante y moral a la del cargo institucional.

La experiencia fundacional y constitutiva de la religión se transforma así institucionalmente y genera un conjunto de prácticas, ritos y creencias que determinan y objetivan cada religión. La razón cuestiona la cosmovisión religiosa, la analiza en sus pretensiones ontológicas y epistémicas, sopesa sus funciones y consecuencias sociales e indaga hasta qué punto es compatible con el saber científico y filosófico hegemónico en cada época histórica. Desde el punto de vista racional, hay que analizar la cosmovisión religiosa como una hipótesis que no puede ser demostrada, pero puede clarificar la existencia humana. Es una imagen del mundo analizable en base a su coherencia y cohesión interna, y a su capacidad para responder a las necesidades existenciales del hombre, de forma compatible con el saber científico y filosófico. Las creencias religiosas son indemostrables, pero pueden ser más o menos convincentes en cuanto que sus pretensiones de verdad aparezcan creíbles, plausibles y racionales, es decir, compatibles con los otros saberes. Si además son fecundas en cuanto motivadoras e inspiradoras de comportamientos humanos deseables y racionalmente defendibles, entonces podrían ser no sólo válidas sino recomendables. Normalmente, esas creencias vienen avaladas por personajes modélicos, con los que hay una identificación e imitación, lo cual remite a los componentes emocionales de adhesión a esa creencia.
Por eso, el saber religioso es frágil, dinámico, evolutivo y siempre precario. Las dudas de fe son inherentes a cualquier pretensión de trascender los límites de la relatividad humana y de haber alcanzado, de alguna manera, al absoluto. Naturalmente, esas dudas crecen cuando la fe no se inscribe en un entramado social, comunitario y eclesial, que facilite mantener y crecer en la religión. Es lo que ocurre en nuestra sociedad, donde la minoría creyente se encuentra crecientemente confrontada a una mayoría permisiva, pero en buena parte indiferente y claramente distanciada del imaginario religioso defendido por las instituciones religiosas. Mucho más cuando se da una privatización de la experiencia religiosa, una deseclesialización e institucionalización de la fe, y una pérdida de credibilidad y de plausibilidad de las creencias oficiales que sirven de referencia para evaluar la religión. 



Bibliografía


Para elaborar este artículo he utilizado literalmente la ponencia en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, CIENCIA Y RELIGIÓN, del 18 de septiembre de 2003, cuyo autor es Juan A. Estrada Díaz, Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma y Doctor en filosofía por la Universidad de Granada, donde ejerció como Catedrático en el Departamento de Filosofía. Los subrayados son creación propia. 

Rudolf Otto, Lo Santo: Lo racional y lo irracional de la idea de Dios. Alianza  Ed. Las ideas teístas de Dios, singularmente la cristiana, definen a la divinidad mediante conceptos claros y distintos, así como a través de predicados pensados como absolutos, perfectos y sumos, característica de la religión racional que, sin embargo, no apura ni agota la esencia de la divinidad. Lo numinoso como  característica principal de la divinidad.

Mircea Eliade, un libro imprescindible para el estudio y relación del mito, filosofía y religión.



domingo, 19 de enero de 2025

El día del Señor




II Domingo del tiempo ordinario


Lecturas :  Is  62,  1-5  *  Sal 95  *  1  Cor.  12, 4-11  *  Jn   2,  1-11


Hoy, Día del Señor, celebramos las Bodas de Caná. Una magnífica manifestación de los comienzos de la vida pública de Jesús de Nazaret. Un Jesús humano, integrado en el ambiente de su gente y de su pueblo, -que le contesta a su Madre: "mujer aún no ha llegado mi hora" -pero que veremos más  tarde su desarrollo-.  A la vez un Jesús que da un paso más para manifestar su verdadera identidad y cumplir la misión que le ha sido encomendada por su Padre: la instauración del Reino de Dios.
Ya no se presenta como un particular que asiste a la boda de un amigo y comparte sus alegrías con él y con toda la familia, como habría hecho en otras bodas de su pueblo siguiendo la tradición judía. Ahora asiste con todos sus discípulos y su Madre para indicarnos el desarrollo institucional de su nueva misión en la tierra. Es un paso más para cumplir con la voluntad de su Padre y comenzar a desarrollar su vida pública anunciado su Palabra, y desvelar ser  la Palabra del Padre hecha carne.

Caná es una aldea de Galilea,  cercana a Nazaret. Allí se celebra la boda de este amigo como anfitrión de Jesús a la que asiste -como hemos indicado- rodeado por sus discípulos. En un momento determinado comienza a faltar el vino, porque se está acabando, por falta de previsión o porque tal vez hayan acudido más invitados de los previstos, manifiesta la angustia sufrida por su anfitrión ( hay que entender que una boda sin vino, no es una fiesta; la importancia del vino en las fiestas familiares de los judíos en el tiempo de Jesús, no podía faltar por ser  un producto esencial para la celebración ) El caso es que María, La Madre de Jesús, -como la llama siempre Juan en su evangelio- siempre atenta a las necesidades de los demás,  se da cuenta de este problema.  "Haced lo que él os mande". Más que un mandato es un ruego de la madre, que conoce bien a su hijo porque lo ha parido y ha convivido con Él. Es la confianza en la fuerza de la oración y de la fe que hace milagros y que enternece y transforma el tiempo y el proyecto de Dios cambiando sus planes, -nada más y nada menos- porque se lo pide su madre, a pesar de que "Todavía no ha llegado su hora" . Así comienza este prodigio, signo o milagro de la transformación del agua en vino.  Jesús ordena llenar las tinajas de agua que estaban preparadas para la purificación de los judíos, para ofrecer al novio el mejor regalo de un amigo, mostrando a su vez, el significado profundo de este milagro: la superación de la antigua Ley de Moisés y del mesianismo judío en el Antiguo Testamento como obsoleta e inservible, ante la Ley del Nuevo Testamento mediante el anuncio de la venida del Mesía en Jesús de Nazaret anunciando el Reino de Dios.

Jesús, mediante su predicación y sus obras, va manifestando progresivamente a lo largo de su vida pública, su identidad de ser el elegido, el escogido por Dios, para llevar a cabo su misión salvadora de la humanidad. Él es el esposo que trae "el nuevo vino" para una nueva boda de Dios con su pueblo basada en la Nueva Alianza. Que inaugura un nuevo rito para una nueva boda, donde estamos invitados todos los hombres seamos gentiles o judíos, como hijos de Dios. Una nueva época de salvación que revela un Dios todo Amor, Padre benevolente y misericordioso para con su nuevo pueblo.



viernes, 3 de enero de 2025

Escribir... ¿para qué?



¿Es asunto de quien escribe que haya políticos, gobernantes, canallas que sean corruptos y pisoteen los derechos más elementales qué tanto ha costado conseguir a la humanidad ¿Son las palabras las que hieren, esas que escogemos los que escribimos para crear "simpathos", lo suficientemente comprometedoras, que haya "compasión" entre quien escribe y quien lee? ¿Qué se le ha perdido al poeta para soñar despierto en la madrugada a fuerza de ritmo plasmar en el papel esas inconfesables añoranzas del animal hablante?  Entonces, ¿por qué escribir? Duro es escribir y más duro, escribir bien. Vibrar y conectar con el lector llamar la atención en este mundo de ruidos y distracciones varias, donde pasar el tiempo se torna problemático y donde aprovechar tiempo libre para crecer, es harto complicado. Si a esto añadimos que no hay nada que ganar ni nada que vender ¿por qué esforzarse si no hay nada que esperar? "Escribir es un honor y una carga. Pesada. La de saber que nada mal escrito es perdonable. Corrompida la lengua hasta la médula por quienes construyeron esta homogénea habla de esclavos, escribir reviste el riesgo de un amor perverso e imposible". (G. Albiac). Solo la ilusión de transmitir aquello que bulle dentro del escritor en un grito de auxilio que disipe la niebla en la soledad que le envuelve, con la esperanza de recibir el eco ampliado de la palabra que reafirme su mensaje. Escribir es búsqueda de respuestas en la niebla oscura de la nada. Un buscar la mano del otro para no caer en el abismo de la inconsistencia, solo, con la certeza, de que el último renglón, no aún escrito, lo escriba solo. En la soledad absoluta. Es exponerse desnudo en la plaza pública a la espera de la crítica más exacerbada, sin compasión, mostrando sus verguenzas. Crítica y más crítica sin esperar una lisonja. Una palabra de aprobación. Con la peor de las respuestas: el silencio como halago.



martes, 31 de diciembre de 2024

Un año más...




Doce campanadas marcan el ritmo de nuestras vidas. Hoy despedimos el año viejo para recibir el nuevo. Es solo una cuestión cultural: medimos el tiempo porque no podemos pararlo. Lo llenamos de deseos, promesas y ensueños porque la vida sigue y hay que hacerla más liviana. Hay que llenar el vacío de la existencia con algo, para luego encontrar quien sabe la sorpresa. Si nada podemos hacer con el pasado, por ser pasado y no poder cambiarlo. No nos gusta el presente -porque no podamos soportarlo -por lo que sea-; entonces, solo nos queda el futuro con el que fantasiamos a nuestro antojo. 
Hoy es la noche en la que hay que tener presente en la mente y el corazón  a los afectados por la DANA de Valencia, nuestros hermanos. Para ellos empezará un "Año Nuevo", y tan nuevo. Ojalá la novedad consista en sacar el "lodo" de sus vidas, tanto moral como físico: amargura, desencanto, frustración... Un lodo que ahoga su corazón por la pérdida irreparable de un ser querido que nunca volverá y cuya ausencia nadie ni nada puede reparar. Un deseo y un compromiso solidario y desinteresado con ellos, lejos de las promesas interesadas de los políticos. ¡No los olvidemos!
Esta noche correrá el champán y comeremos las uvas entre abrazos, promesas y parabienes -con la sola excepción de no hablar de política, tiempo habrá el próximo año-. Cada uno en torno a la mesa repasará la nota de sus buenos deseos, como desear salud, trabajo, paz y buen entendimiento entre los suyos y los de más allá. No faltarán aquellos que tengan en cuenta a nuestro país España, con el deseo que solucione sus problemas más importantes. 
Unos lo celebrarán en la calle rodeados de alcohol, música y matasuegras, saltando y bailando entre copa y copa. Otros, lo harán con la familia en sus casas bajo el show de la televisión, donde la cama sea un socorro cercano para dormir, y esté cerca por si acaso hay que echar mano de ella. Tampoco está mal madrugar el primer día del año, y pasear por las calles desiertas respirando el aire frío de la ciudad, con la única preocupación de que vuelva el hijo sano y salvo a casa, el alcohol no haga de las suyas, o el coche le juegue una mala pasada.
No podemos olvidar a todos aquellos profesionales hombres y mujeres, que velarán por nuestra seguridad y que estarán vigilantes para que todo siga con normalidad: médicos, enfermeros, bomberos, policías, técnicos de mantenimiento y seguridad,  etc. Nuestro maś sincero agradecimiento.
Hoy es el día apropiado para hacer examen de conciencia sobre el año que se nos va, rectificar aquello que hemos hecho mal, y prometernos a nosotros mismos ser mejores para no caer en los mismos errores. Pocos lo conseguimos. Volveremos a caer y el próximo año volveremos a rectificar. Así somos y así seguiremos siendo. Lo importante es saber levantarse. 
Solo queda desear a mis lectores un feliz año 2025. ¡Qué al final de este año que comienza, sigamos aquí y podamos felicitarnos! 


sábado, 28 de diciembre de 2024

La Navidad, tiempo de encuentro...






Hay días que pasan muy rápido porque el tiempo se nos escapa de las manos, sobre todo, cuando está asociado a emociones placenteras. Días en los que deseamos que las horas sean eternas. El tiempo, ese compañero inseparable del ser humano que nos acompaña mientras estamos vivos: sin él no seríamos nada. Todo nuestro acontecer discurre entre sus raíles. A veces rápido, a veces lento. Ayer pasó muy rápido. Sabemos el dinero que tenemos, pero no el tiempo que nos queda. Afortunadamente. 
Juntarse a comer con la familia o los amigos en estas fechas, es lo mejor que hacemos los seres humanos para pasar el tiempo, compartir con aquellos con los que queremos estar y contarnos nuestras cosas. Por eso la Navidad es tiempo de encuentro. Hacerlo en  "las creencias" en donde estamos instalados -sean del tipo que sean- reafirman la tradición y estrechan la amistad vivida y sentida en la infancia. Comer en La Consentida, -un restaurante almeriense en pleno centro de Almería- es un placer inigualable, que ayer tuvimos el privilegio de disfrutar los amigos de la infancia, junto con nuestras parejas. Sabemos que sus carnes y pescados son exquisitos.  Hoy también constatamos el trato afable  y la atención recibida por parte de quienes regentan el establecimiento y sus  empleados. Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento en nombre del grupo. ¡Volveremos!
En la comida se habló de todo y se brindó por todos, por los presentes y por los ausentes. a los que echamos de menos -bien lo saben ellos- Intercambiamos ideas de toda índole. Con respeto y educación, mantuvimos nuestras opiniónes con sus propios argumentos -como debe ser-  siguiendo las palabras de Ortega y Gasset que afirma que "las ideas se tienen y en las creencias se está". Las opiniones argumentadas en la experiencia y en el conocimiento personal, surgen espontáneas reafirmando la posición personal de cada cual tratando de convencer al oponente. Un vano intento, pues cada uno se reafirma en sus propias ideas consolidadas. 
Donde sí hubo consenso fue en "las creencias" porque en ellas se "está", y -entre ellas- se habló del significado de la Navidad. Ésta está basada en los recuerdos, vivencias y sentimientos que hemos vivido en nuestra infancia, y en la tradición transmitida por nuestros padres y antepasados. Con palabras de Ignacio Camacho (ABC 25-12-24): "Donde quepa la voluntad de descubrir un refugio contra el desamparo, una referencia frente al extravío o la soledad, un esperanza ante el fracaso", con valores y principios que hermanan y cohesionan el grupo y reafirman nuestra identidad. Como la Navidad que nos devuelve a la pureza de la niñez, al tiempo ingenuo en el que nuestros mayores nos hicieron creer que el mundo era perfecto, pese a la escasez y a la pobreza de la postguerra. Con independencia de las creencias de cada cual, la Navidad impregna a unos, en esa escala de valores morales humanitarios recibidos dentro de la cultura y civilización clásica greco-latina, -y a otros-, nos hermana en el mensaje ético de redención que Dios-Hombre en la persona de Jesús de Nazaret, nos transmite.  "La fe refuerza el sentido de pertenencia a una comunidad espiritual unida por lazos de origen sagrado  (...) ahí nos encontramos en ese rito amable de intimidad familiar, en ese paisaje de afectos cálidos, en ese rescate emocional de los años perdidos que nuestros padres acunaron con sus abrazos", que saca de nosotros lo mejor que tenemos. 



jueves, 26 de diciembre de 2024

Dimensión teológica del pecado en el A.T.

 




Comenzamos este artículo por una elaboración histórica del pecado en el Antiguo Testamento. Israel consciente de una experiencia de Dios a través de la historia constata que el mal está en el mundo. El pecado ha hecho al hombre malo,  hombre creado por Dios bueno y gozando de todo lo creado por Él.
¿Cómo explicar la entrada del mal en el mundo?. Israel se vale para esto de su experiencia histórica y de ciertos mitos de su tiempo. El pecado entra en el mundo porque el hombre no ha sabido usar del bien de su libertad que Dios le ha dado. Así pues, el hombre pierde su amistad con Dios y como consecuencia de esto el orden y la armonía de la creación y del paraíso quedan rotos. Ahora bien, profundizando sobre esto, observamos que el pecado trae la alienación al hombre. Así en el paraíso, Dios pasa de ser Padre amoroso en contínuo diálogo con el hombre, a ser un Dios temor, un Dios lejano. Pero es más, el pecado ha alienado al hombre con respecto a a la creación: "Desde ahora por tí será maldita toda la tierra" ( Gn 3, 17 ). La explotación y la avaricia serán el denominador común a lo largo de la historia. La unión tan perfecta establecida por Dios entre el hombre y la mujer se convierte en un distanciamiento común, en un contemplarse desnudos, vacíos; la familia queda rota en sus pilares más fundamentales. El hermano odiará al hermano, este es el caso de Caín y Abel, crecerá la rivalidad  en el seno familiar la cual transcendió a los diferentes pueblos,  culturas y razas hasta llegar a no entenderse pues "hablaban diferentes lenguas"  ( Gn 11,7 ) La Torre de Babel,  es el signo  del hombre impotente, pecador, que quiere quiere llegar a ser como Dios. Este es en definitiva el pecado del hombre: pecado de soberbia de querer ser como Dios, y al final se queda en la nada. La impotencia, el desengaño, la desilusión y sobre todo la frustración de la persona que ha roto la alianza con Dios y se encuentra frustrada en lo más íntimo de su ser.
No obstante, junto a este panorama sombrío y de frustracción, el yahvista nos presenta algunos signos de esperanza y de luz. Esperanza que tendrá su culminación en la plenitud de los tiempos cuando la Segunda Persona de la Trinidad se haga hombre en Cristo-Jesús.


Seguimos nuestra breve exposición, para profundizar en la dimensión teológica del pecado. Podemos definir el pecado como la violación o transgresión de la voluntad de Yahvé, considerada no en abstracto sino en cuanto es expresada por la ley.  Algo importante de resaltar es que al comienzo el pecado no estaba unido al concepto de moral, pues se podía pecar aún no siendo consciente de que se violaba la prohibición. La sola transgresión material constituye ya un pecado. No se tenía en cuenta racionalmente el aspecto higiénico moral de la prohibición, solamente veían que era voluntad expresa de Dios y por eso la observaban. Todo pecado es considerado como una rebelión orgullosa contra Dios.
Al comienzo se distingue el pecado cometido contra Dios del pecado cometido contra los hombres, si bien esto desaparece puesto que es Yahvé mismo quien impone el respeto hacia la persona y los derechos del prójimo. De tal forma que todo pecado hecho contra los hombres es un pecado cometido contra Dios. Todo esto confirma el carácter de desobediencia a Dios que tiene el pecado en el A.T.
Por otra parte, el pecado ha corrompido al hombre y desarrolla en él las malas inclinaciones, lo que propicia nuevos pecados que no cesan de crecer, además de producir también la ignorancia y endurecer el corazón del hombre haciendo de él un ser miedoso, cuando debía de inspirar temor a todas las criaturas.

El pecado en la mentalidad israelita, es causa de enfermedades y muerte. De esto dan fe las consecuencias desastrosas que entrañan para Israel sus infidelidades. Además de poner obstáculos a los favores divinos y atraer la maldición sobre la tierra, el pecado crea un sentimiento de culpabilidad en el pecador, sentimiento que se traduce  como culpa en su corazón y le suscita sentimientos de angustia, cosa que le hace ponerse delante de Dios, reconociendo su culpa e implorando su misericordia para que le libre de los sufrimientos.
Una cuestión difícil que tratar es la solidaridad en el pecado. Sobre este problema existen dos tendencias: la doctrina individualista que afirma que cada cual paga por sus propios pecados. Y la colectivista que afirma que todo pecado individual tiene repercusiones que sobrepasan el círculo del individuo trayendo la ruina de todo el mundo (las catástrofes nacionales son una prueba inequívoca de esta tendencia, aunque en el tiempo de los profetas, especialmente en Ezequiel, se llegue a reafirmar la culpabilidad personal). Sin embargo, es sorprendente constatar, cómo a pesar de los progresos del individualismo se ha mantenido este sentido de la solidaridad en la falta y en el castigo.

Otro de los problemas que surgen en el A.T., es el de por qué Dios permite el pecado y quiere el eterno castigo de los pecadores. Los rabinos responden a esta cuestión poniendo la causa en la libertad humana. La doctrina predominante es que se puede unir a las demás, ve en el mismo hombre la causa propia del pecado: su mala inclinación, su concupiscencia, corazón maligno, ignorancia, etc. De todas formas es en la libertad humana donde está la raíz de todos los pecados. Dios no los ha creado.

Hay una fuerte tendencia a admitir que nadie está exento de pecado, sin poder confiar en ningún hombre, mientras está con vida. De aquí la abundancia de textos bíblicos: oraciones, penitencias y sobre todo los sacrificios de expiación, incluso de los más justos.. Si bien es cierto que había un número reducido que creían ser preservados de todo pecado por cumplir estrictamente la Torá (Ley). Ahora bien, cabe preguntarse ¿cómo han podido llegar a este sentimiento de santidad? Probablemente llevando al extremo dos de sus convicciones constitucionales: la fuerza de la libertad humana, y el efecto santificante del estudio. De todos modos,  esta actitud era de un número muy reducido, ya que la mayoría afirmaba al hombre pecador, cuya santificación estaba, a pesar de la afinidad de mandamientos a guardar, en el amor, único mandamiento para llegar a Dios.



martes, 24 de diciembre de 2024

¡Feliz Navidad, hombres de buena voluntad!



Te hablo de la Navidad. No de la Navidad de los alumbrados de la ciudad, ni la de los grandes almacenes que venden consumo. Tampoco de la Navidad de los regalos, o la de las grandes comilonas de marisco y champán; la del mantecado, turrón, o la lotería. No. Hablamos de esa Navidad que celebra la venida de Dios a la tierra en forma de hombre en Jesús de Nazaret en la pobreza y la humildad. Sí, ya sé que que hay muchos que no creen en Él, pero dejemos eso en manos de Dios. En la película de "Angeles y Demonios" basada en la novela de Dan Browwn, un personaje ateo le dice al Papa que él no cree en Dios, a lo que el Papa le responde: no te preocupes, porque Dios sí cree en en tí.

Créeme si te digo que yo lo he encontrado y no lo dejaré escapar. Mucho tiempo ha sido rescoldo en un rincón de mi corazón, pero finalmente ha prendido la llama por el soplo del Espíritu. Lo único que siento es no haberlo encontrado antes. Algunos me llamarán beato, extravagante, exagerado, cuando no loco. Lo asumo, pero solo pido respeto y comprensión, el mismo que yo tengo con los no creyentes y los agnósticos. Sí, proclamo mi experiencia religiosa y la alegría que siento de encontrarme con Él y sentirlo cerca de mí. Me da paz, serenidad, autoestima y me hace ser mejor persona.

¿Qué dónde lo he encontrado? Pues no. Te equivocas, si crees que lo he hallado en los libros, o en complicados ensayos de filosofía o teología. Lo he encontrado dentro de mí. “ No lo busques fuera en tu interior está la Verdad “ ( Noli foras ire in te ipsum redi, veritas est ) -nos dice San Agustín- Está en el prójimo, en ti y en mí. En nuestros hermanos los hombres. Está entre nosotros (Enmanuel), en la gente sencilla con la que convivimos diariamente. En la sonrisa de tus nietos, en la mirada de tu pareja amada, en el abrazo de un viejo amigo, en el olor a pan recién hecho, en el café de la mañana, en la lluvia y el olor a tierra mojada…

Pero sobre todo está, en la mano abierta del mendigo que pide a la puerta del supermercado, o en la mirada suplicante del enfermo desde una cama de hospital soportando el dolor a la espera del milagro, en la mujer embarazada que besa a su hijo antes de nacer..., y en tantos y tantos hombres y mujeres que sufren la violencia de la naturaleza, arrastrando consigo todo lo conseguido en una vida de trabajo, esfuerzo y sacrificio. Y en todos aquellos que carecen de paz a causa de la guerra, el maltrato personal, la soledad por la pérdida de un ser querido...  

¿Solo está ahí? No. Dios está en la soledad del sagrario, en el silencio de la oración, en el Sacramento del perdón, en la liturgia dominical de la Palabra y la Eucaristía. Todos los días del año son Navidad, porque cada día, Él nace, te cuida, te piensa, te quiere, te perdona más de lo que tú imaginas. Él sí cree en ti. Crée tú también en Él ¡Feliz Navidad, hombres de buena voluntad!







jueves, 19 de diciembre de 2024

Presencia de MARÍA en las Sagradas Escrituras





MARÍA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


Comenzamos estudiando el texto de Gen 3,15. Lo dividimos en tres partes:

"Pondré enemistad entre ti y la mujer"
"entre tu prole y la suya"
"la cual aplastará tu cabeza mientras tú acecharás su calcaño"

El estudio lo basaremos sobre cuatro puntos, exégesis, interpretación, sentido mesiánico, y sentido mariológico.


1) Exégesis.

La primera parte pone  clara la oposición de la mujer y la serpiente. En el contexto aquí es la mujer pecadora y la serpiente es la del contexto inmediato del yavista. La enemistad de la mujer y de la serpiente se continuará en sus respectivas descendencias.
La descendencia, que no se precisa cuál podrá ser, o bien una colectividad  (sedaq), o bien un solo individuo; por ejemplo en Gen 4, 25;  22, 13 es la que aplica la misma palabra hebrea para indicar la descendencia de un indivíduo, Gen 13 15 una colectividad así parece usarla en Gen 17, 7. 
Puede también entenderse en sentido moral, así parece usarla Is 1, 4  Son todos los significados que puede admitir la palabra hebrea sedaq.

La otra parte del versículo dice. "la cuál aplastará tu cabeza mientras tú acechas sus calcaños. La traducción del verbo "aplastar" y "acechar" está un poco en suspenso, si nos atenemos al sentido del verbo o de los verbos a los cuales se refiere el autor yahvista.  La vulgata traduce "ipsa conteret caput tuum et tu insidiaberis calcaneum eius", es decir aplastar y acechar.  Los LXX, (Setenta) en cambio, traducen con el  mismo verbo  "terein" y conserva el original hebreo. Dice la traducción: terései y tereseis, es decir: ella aplastará y tú aplastarás. 
El original hebreo "sub" significa aplastar. Junto a este verbo hay otro verbo "sa" que no significa tan directamente aplastar como el verbo acechar. No es raro que el yavista haga juegos de palabras. Conocemos el caso de Adán sacado de la tierra, incluso de Eva a la que incluso llama varona, etc.
Por lo tanto puede ser que aquí también el autor esté jugando con estos dos verbos y que haya una especie de interacción de una parte a otra y esto hace que a la hora de traducir, los exegetas actuales no sepan cómo traducir. No se sabe encontrar una traducción que satisfaga.

Feuillet ( o. c. ) por ejemplo, traduce manteniendo la misma palabra, insidiabitur capiti tuo et tu insidiaberis calcaneo eius. El autor está usando el mismo verbo "sub", siguiendo así a la idea de los LXX.
Así se representaría aquí una especie de lucha; no se trata de victoria solo se está poniendo luchas e insidias.
En cambio la otra traducción , la de aplastar y acechar es la que sigue Reckens tal vez  fundándose en el parelelismo de Esaú y Jacob. Es interesante notar que la traducción de Simmaco y Teodoción traducen con este cambio y no siguen el original hebreo de un verbo solo. Ireneo y Cipriano siguen la diversidad de los verbos. Hay que tener en cuenta que el sujeto de esta frase, ciertamente no es la mujer como ha hecho la Vulgata. Seguramente el sujeto es la descendencia. En cambio, los LXX influenciados por el mesianismo de su tiempo no traducen "ipsa" como la Vulgata, sino "autós" = él, el descendiente.
Entonces ya la descendencia la ha concretado en un individuo; en virtud del texto hebreo una traducción así no se puede hacer.


2 ) Interpretación.

¿Qué significan estos versos? Para muchos exegetas no católicos se trata de una narracción puramente etiológica: intenta explicar nada más que el hecho de que la serpiente coma tierra, según los judíos. para explicar esto fingen un suceso que lo explique todo.
Según otros, Gunker, Sbinner, etc... sería para indicar la hostilidad que actualmente existe entre el hombre y la serpiente.
Se suele admitir, si se tienen en cuenta también otros datos, que aparecen en la escritura posterior en los que se ve claramente que es un símbolo del demonio tentador como aparece sab 2, 24; que Pablo recoge en Rom 5 y Juan en su evangelio, 8, 14 y en Ap 12, 9.
El autor inspirado, según estos, quiere dar a entender aquí la pena que se ha infligido al demonio por la ruina que ha causado en la humanidad mediante aquella tentación.
Este texto tiene una gran promesa religiosa hecha a toda la humanidad: la victoria como tal de la descendencia de la mujer sobre la serpiente. Esta promesa religiosa ¿está o no está en el texto? En el texto tal como está, con su terminología y contexto inmediato no se puede deducir nada en concreto. La victoria se puede  entender "en él", si leemos con toda la perspectiva del AT y de la revelación en Cristo que aparece luego.
Este texto es como el anuncio de la salvación. Se presenta una lucha entre la mujer y la serpiente. Ciertamente aquí hay, por el contexto inmediato, como les decía  antes, una referencia a la mujer pecadora. Esas enemistades no le interesan al autor inspirado, no tuvieron ninguna importancia ulterior Una de las descendencias es claramente colectiva. Por eso en el versículo posterior se nos presentan las enemistades de las dos descendencias. Una de las descendencias es claramente colectiva. Por una parte se atenúa la comparación entre a
descendencia y descendencia que se ponen en lucha; por otra parte,  hay que entender a las dos en sentido colectivo: serpiente y demonios, la mujer y sus descendientes, la lucha está entre las dos proles.
Sin embargo, en el tercer miembro volvemos otra vez al singular: "ella aplastará".. "tú acecharás". En "la cual o ella" podría ser colectivo. En cambio aparece claro el singular en "tú acecharás". Parece entonces al menos parcialmente que hay que entender la otra parte en singular, ya que si tenemos en cuenta también los capítulos siguientes a este escrito por el yavista, no son capítulos que cuentan la victoria del hombre sobre el pecado, sino al revés, la caída del hombre bajo el pecado y por eso tiene que venir el diluvio. Por consiguiente, indudablemente toda la descendencia de la mujer no aplasta la cabeza de la serpiente sino solamente algunos o alguno en concreto, no la colectividad en cuanto tal.


3 ) Sentido mesiánico.

¿Es o no es profecía mesiánica? Este texto hay que verlo a la luz de todo el AT y en concreto del Pentateuco. La preocupación clara del yahvista ya desde la primera narración es tratar las líneas generales del plan salvífico de Dios.
Y esto en torno a dos verdades: pecado y redención-liberación.  En esta perspectiva del yahvista puede decirse, que esta promesa de Dios hecha  aquí a Adán en la narración del paraíso se repite luego en la que le hace a Abraham en Gen 12, 2 ss;  a Issac en Gen 26, 2-5; a Jacob 13,5 y a los jefes, en general, del pueblo escogido. Esta promesa es: la promesa de una tierra, de un reino, una protección, una bendición, una salvación. Así aparece a lo largo del Pentateuco. Esta profecía del Génesis en la que se nos describe el antagonismo de los poderes es como un esbozo de toda la historia salutis, cuyos hechos se van todos elevando a un plan victorioso de Dios, plan que conduce ulteriormente a un Mesías libertador. Por eso puede decirse que si no está directamente, sí que está en la perspectiva conjunta del Pentateuco y de todo el AT.
Si se compara ahora este hecho concreto con todo el acontecimiento ulterior que se va desarrollando, se ve claramente, que lo que interesa no son tanto los pueblos cuanto los jefes.
Esta singularización se está viendo en este acontecimiento concreto. Aparecen también las ulteriores  promesas que son como paralelas a esta del Génesis. Por ejemplo, Gen 49,10; libertador en singular; Num 24, 17 ;  2 Sam 7, 12-16 ; en concreto se trata de un Mesías libertador, de un salvador. Si todo esto lo consideramos a la luz del NT, vemos que el vencedor definitivo de Satán es Cristo, y con Él nosotros también aplastamos a Satanás  (Rom 16, 20) Entonces podríamos decir de ver un sentido singular, y al lado, una colectividad triunfadora. 


4 ) Sentido mariológico. 

Cuando se trata de determinar este sentido mariológico, solo se puede hacer  en virtud del sentido mesiánico.
No hay discrepancia entre los exegetas cuando se trata  de determinar cuál es la mujer que aparece en el versículo 15. Todos están de acuerdo en que es Eva. Ahora, cuando se trata de determinar cuál es la mujer que quebrantará la cabeza de la serpiente, en sí, o en su descendencia, es cuando viene ya la diversidad de consideración  a ver, si entra o no entra y en qué forma, si entra, la mujer María. Sobre este particular hay tres interpretaciones.

Primero. La mujer  literalmente y primariamente es María, no Eva. Se funda en el hecho de que el autor la destaca. La misma manera de nombrarla con artículo excluye que pueda ser una mujer cualquiera.
Naturalmente estos exegetas ven el sentido de aplastar, no acechar de los verbos. La enemistad entre la mujer y el diablo y no entre el varón y la serpiente, da a entender una mujer que se ha de destacar  en el plan salvífico ulterior, de ahí la falta de alusión a la enemistad del varón.

Segundo. De ninguna manera entra María en esta promesa de Dios, sino que la mujer única y exclusivamente es Eva. Si la mujer del contexto es Eva, Eva es la que sigue en versículo posterior: por lo tanto no hay razón ninguna para poner aquí otra mujer distinta.

Tercero. Hay otras dos interpretaciones que yo no me atrevería a separar. La mujer discretamente nombrada, no literalmente, es Eva. Pero en sentido tipológico es María y otra Marái entra en sentido pleno.

P. Benoit (de exegesis et teología bíblica. Ponencia en el Congreso Mariano de Santo Domingo. 1967) dice en resumen lo siguiente: parte del supuesto de que los libros inspirados que tenemos tienen un doble autor: uno humano y otro divino. El autor humano que claramente nos da la historia; el autor divino que nos da la vida. Ambos autores tienen una interacción, de tal manera, que el primero es el instrumento y el segundo la causa eficiente. Consiguientemente, el hecho de tener dos autores repercute inmediatamente en el libro en dos sentidos. Uno corresponde al autor humano y el otro al divino.
El autor divino rebasa en dos aspectos al autor humano: No mueve siempre al hombre. No le da al hombre los principios en sí, sino que le da  realidades y verdades concretas que son las que quedan después, no la entera mentalidad de Dios.

De ahí que en el libro cada texto humano es parte del libro total que Dios quiso escribir, que es todo el libro inspirado que el AT y el NT. Este libro Dios lo intenta escribir a lo largo de los siglos y lo escribe mediante muchos autores. En cada texto Dios no abre al autor humano toda la revelación, sino una verdad particular; pero esta verdad particular la ve formando parte de esa revelación progresiva que Dios va haciendo a lo largo de los siglos y mediante la cual Dios se revela más plenamente a los hombres. De no coincidir totalmente la actuación humana y la divina es erróneo buscar en el texto solo lo que entendía el autor humano. El hombre entendió algo, pero no todo lo que Dios quiso encerrar en eso texto o al insertarlo en su plan de la revelación. Dios no está escribiendo el Génesis, sino todo y ha escondido cosas que el autor humano no ha captado, pero que están ahí. 
Esto da origen a dos sentidos: el sentido humano aquello que el hombre como autor percibe  y el sentido divino aquello que Dios esconde en el texto y que el autor no ha podido comprender y abarcar pero es tan real y literal como el otro.. Este secreto divino encerrado dentro de los textos ha de entenderse a través de la revelación ulterior.

Así nos encontramos frente a dos formas de sentido: típico y plenior. El típico cuando se trata de cosas, hechos y personas que apareciendo en la historia de la salvación tiene un significado, un sentido histórico, inmediato que el autor humano comprendía y que ulteriormente aparece como significado o contenido de otras realidades más ricas y más espirituales. Ejemplo : el paso del Mar Rojo. El autor ha visto el hecho de su historia; Dios ha encerrado la verdad del bautismo porque es el que en 2 de Pedro nos revela que en aquel hecho él entendía encerrar el bautismo. Lo mismo la relación Adán-Cristo, etc...
En sentido plenior no se trata ya de hechos, personas o cosas, sino de palabras que tienen un sentido inmediato, que percibe el autor sagrado, pero que ulteriormente aquellas palabras y frases en revelación ulterior nos van dando un contenido mucho mayor, por ejemplo, la presencia del espíritu. Así el contenido del senior plenior no es un capricho del exegeta ni de los Santos Padres, sino que es la revelación misma que se explica, se hace entender profundamente con la revelación posterior de Dios autor de todo el libro sagrado. 

Es importante señalar que es la misma escritura la que da el sentido ulterior "retrotraible". El nexo entre el sentido humano y el divino debe aparecer en la palabra escrita... ¿o basta que aparezca en la Tradición de la Iglesia?  Un caso clave para aclarar este punto es el de Eva-María, que se encuentra en la patrística primitiva. Muchos exegetas, apoyándose en Justino, Ireneo, etc... defienden que Eva es figura de María en un sentido típico. Eva representa a María: por contraposición (desobediencia - obediencia, (árbol del paraíso - árbol de la cruz: muchos ven en Juan una revelación clara entre Eva junto al árbol y María junto a la Cruz. 
Por semejanza  (Eva junto a Adán para la regeneración). En Juan y en Lucas tenemos ciertos casos en que muy probablemente se da este sentido típico. Por  ejemplo, en Apocalipsis, 12,  la mujer representa a Israel, la iglesia, y María. Si Juan tuvo presente esta relación, estamos ante un caso evidente de sentido típico.
Otros ven el binomio Eva-María en sentido pleno. El énfasis que pone el autor inspirado hace pensar en alguien distinto de Eva. Por ejemplo, en Gen 3,15, lo relacionan con otros oráculos regios mesiánicos, que puede ayudar a conocer quién era la mujer. Las bendiciones de Dios a los Patriarcas alcanzan siempre a una mujer -Sara, Rebeca, Raquel- que es compañera en la realización de los designios de Dios. También en los pueblos orientales se concede una gran importancia  a la madre del rey. En la Bíblia, cuando llega el complimiento de la promesa en el Nuevo Testamento, encontramos una mujer llena de gracia asociada a la obra del redentor. El paralelismo Eva -María con el otro Adán-Cristo. 

Los  Padres al explicar la profecía del Génesis 3, 15, dicen que se cumple en La Anunciación, Lc. 1, 28
Profecía de la doncella que concibe: ( Is. 7, 1-25, especialmente 7, 14 ). Ante todo, cabe preguntarse si este pasaje es o no mesiánico, y de qué manera entra en él María. Para poder contestar con mayor o menor claridad, hay que tener en cuenta los antecedentes históricos de esta profecía, que son los siguientes. Los reyes vecinos de Judá -Siria y Samaría- tienen que pagar un tributo al Asirio. Como no pueden, tratan de hacer una coalición con el rey de Judá, Ajaz. Este se opone a tal coalición y los reyes de Siria y Samaría se  oponen. El profeta Isaías dice a Ajaz que no teme y pida una señal a Yahvé, pero el rey rehusó para no tentar a Dios (aunque en realidad oculta que él había puesto su confianza en el pacto con el rey Asirio) Entonces Isaías  anunció la profecía. (Isaías  7, 14.)

¿Es mesiánica esta profecía? Hay dos versiones sobre la misma, las dos contradictorias: unas que sí y otras que no.
Robert, es de los que sostienen que sí hay mesianismo frente a los que afirman que sería un hijo del rey o del profeta. Según él, es insostenible esta opinión y solo la interpretación mesiánica es aceptable. Las razones para esta afirmación de Robert están en el mismo texto de Isaías; por otra parte se pueden fortalecer en una comparación con Miqueas.

En el contexto de Isaías aparece una tal figuración de este personaje que no podría concretarse en un sucesor inmediato de Ajaz o del profeta. dados los epítetos misteriosos que colocan a ese ser en la esfera de lo divino, del que se espera el comienzo de una era de justicia y paz (que en la mentalidad profética es la era escatológico-mesiánica). Estos epítetos misteriosos se completan con otros pasajes cercanos del mismo Isaías:  

Is. 9 - 5 :  "Un niño nos ha nacido... y se llamará Admirable, Consejero, Dios poderoso,                                               etc..." 
Is. 11 ,2 :  "Se posará sobre él el Espíriru de Yahvé: Espíritu de Sabiduría, de Consejo,                                                etc..."
Is. 8, 8 :    "Tierra de Enmanuel",  (En el AT la tierra de Judá es tierra de Yahvé, no del                                                rey).
Is. 8,23 :    De este hombre se espera la victoria definitiva.


Comparación con el profeta Miqueas. Probablemente contemporáneos, en una época cercana a la fase del exilio, en la que aflora más la esperanza mesíánica.  Ambos (Mq. 5,15) anuncian a un libertador de la familia de David que traerá la paz. Isaías afirma la destrucción hasta que llegue el libertador; Miqueas, la invasión.
Isaías predice que la doncella concebirá y dará a luz al Salvador; Miqueas que Yahvé los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz, lo que tienen que dar a luz. En ambos el Hijo es instrumento de salvación divina.
Por otra parte, Mateo 1. 22-23, cita la profecía de Isaías,7,14, haciendo referencia a Cristo, de donde se deduce que la profecía tiene valor mesánico.


¿De qué manera entra María en esta profecía?

En la Sagrada escritura se utilizan tres nombres para expresar la virginidad:

VETULA:   mujer que conserva su virginidad sea de la edad que sea: indica indirectamente la                                      virginidad.

NAHARA:  mujer adolescente, sea o no virgen.
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ALMAH:  mujer adolescente sea o no virgen. Nunca para una joven casada. No significa que sea                              virgen, sino mujer joven, aunque tal vez supone la virginidad.

En Isaías 7, 14 se usa ALMAH, que los setenta traducen al griego por "parthenos"; la Vulgata por  ". "Virgo". Las traducciones de Aquila, teodoción, y Simmaco, por joven.

Aparte del hecho de que los Setenta emplean también "parthenos" para designar a una mucha casadera llegada a la madurez ( Gen 24, 43 ) y que no puede demostrarse que el traductor de Isaías pensara en una virgen, ni siquiera en una concepción o parto virginal, hay que tener en cuenta que la cita en Mateo es, en primer término, una cita de reflexión a fin de referir a la historia religiosa del Antiguo  Testamento  unos hechos que él halló y contó independientemente de la palabra del Antiguo Testamento. El judaísmo de la época precristiana interpretó Isaías  7, 14 en el sentido de nacimiento virginal. Las traducciones griegas posteriores del Antiguo Testamento, en lugar de "parthenos" escribe "veavís", como ya se ha dicho.

Spinettoli parte de este supuesto. El capítulo 7 de Isaías nos ha llegado revuelto, no tal como lo escribió el profeta. afirma que hay críticos que no admiten el orden tradicional en que nos ha llegado, sino este otro dividido en dos partes  u oráculos:

a)  Formado por los versículos 1 - 12 , 13, 14 a,   y 16  (omiten el 15)

b)  Formado por los versículos  17 - 20.  23 - 25.  14b, 15

Sin embargo esta ordenación presenta dificultades, de las que la principal es saber si hay suficiente  fundamentación para hacer este orden.

Con este orden Isaías da al rey Ajaz una señal de liberación en virtud  de la promesa mesiánica y como preanuncio de ella. La garantía de que se saldrá de la situación actual es que el pueblo israelita es portador de la promesa. Hay, pués, una superposición de los dos planos (esto aún sin contar con la ordenación rebuscada de Spinettoli). Al superponer los dos signos nos dan el sentido total del pasaje. Siempre se están haciendo superposiciones de la realidad y el símbolo. En cuanto a la lectura de Spinettoli no nos encontramos las condiciones del capítulo. 

En un campo más concreto mariológico, se alude a una mujer que tiene algo que ver con el Mesías. ¿Anuncia o no el profeta una concepción y un nacimiento virginal? sobre todo en el nacimiento es muy difícil llegar a una conclusión clara. Se pueden sacar tres ideas:

1).  Una unión de la mujer con el Mesías.

2).  Tal vez una alusión a la concepción virginal.

3).  Sobre el nacimiento,  nada limpio.


Miqueas 5,  1 - 6 .  En este texto se anuncia: 

Primero:  que de Belén saldrá un libertador. Hay una referencia a la dinastía antiquísima de Israel.

Segundo: que dominará a todo Israel, al que aglutinará.

Tercero Hay un castigo anunciado que terminará con la aparición de este nuevo ser en Israel. Consecuencia de esto será  una era de paz. ( de nuevo Asur es el símbolo de los enemigos de Isarael y su prototipo ).

Cuarto, en el Nuevo  Testamento se aplica este texto a Jesús.

Es curioso que tanto Miqueas como Isaías están haciendo alusión a una mujer unida al Mesías, que está en la conciencia del pueblo. (Importancia de la madre del rey en las civilizaciones antiguas). Por tanto Isaías y Miqueas son una manifestación de esta conciencia latente en el pueblo.



BIBLIOGRAFÍA:  


                               Robert,  Santa Virgen en el AT en Manois,  María.   Tomo I  pp  23-39
                              
                               Ceuppens,  Mariología bíblica .  Turín 1942
                               
                               Feuillet,  Fundamentum Mariologiae in profetiis veteri testamenti, en María                                                et  oecumenismo 1962  

                               Ortensio de Spinetoli,  María en la Biblia. 1964 . Pamplona     

                              Cazelles, Génesis 3, 15. Exégesis contemporánea en ètude marial 14  (                             
                                                1956 ) pág. 91-99
                               
                               Laurentin,  cfr.  bibliografía general.

                               Rigaux La mujer y su linaje en Gen, 3 -15   Revue Biblique  (1954)

Para preparar una exégesis de la Anunciación:  ( Significado del "llena de gracia", "Dios está contigo", "presencia del Espíritu Santo", etc ) importante para varios dogmas. También en Mateo, Anunciación de José ).
                               Carol , María en el NT

                               Galot, Marí en el Evangelio. Ed.. Apost. se la Prensa.
                          
                               Max Thurien, María,  madre del Señor, imagen de la Iglesia.