Por siete votos de un forajido
España ha sido humillada
ante su propio destino.
¡Maldita ha sido la hora
por las que un traidor
y un fugitivo
con malas artes unidos
han trabado su camino!
Un plagiador embaucador
regido por su ambición
reescribe un relato histórico
que denigra a mi nación.
Plagia traición y deshonor
con otros hombres traidores
que traicionan al País
unidos por ambiciones
crean división y rencores.
Junto a él un soñador
un sedicioso lunático
un verso suelto, un flequillos
un Napoleón emperador
con cabello de estropajo
imprevisor y cabeza de chorlito.
Su Corte está en Waterloo
rodeado de espantapájaros
de aduladores serviles
soñadores sin atajos.
Allí maquina sus planes
Puigdemont "el republiqueta"
ha recibido en audiencia
a Pedro Sánchez Castejón
como bufón de opereta.
El "procés" no existió
fue un mal sueño pasajero
España entera inventó
tal tamaño desafuero.
Hemos de pedir perdón
bajarnos los pantalones
y recibir a Puigdemont
con alfombra y con honores.
¡Hay que tener tragaderas
y tener las posaderas
tan grandes como un serón
y que te den por ahí
donde el sol poco brilló!
Porque nada es suficiente
para este inmoral felón:
derribar el Estado de Derecho
devaluar la Constitución
reformar el Código Penal
en favor de la más rica comunidad
consagrando la insolidaridad fiscal
para quien más dilapidó.
Finalmente pactar
y crear comisiones
para controlar a los jueces
por si estos "prevarican"
y dictan resoluciones
contrarias a sus intereses.
Lo que ellos no esperaban
es que jueces y magistrados
fiscales y funcionarios
juntos hayan denunciado
la conculcación de poderes
de un Montesquieu
muy mosqueado
mostrando su gran enfado.
El fugado Puigdemont
se jacta ante todo el mundo
por tamaña felonía
y de no pedir perdón
pues con la Ley de Amnistía
es el Estado Español
quien le debe una expiación
y rendirle pleitesía.
También exige prebendas
que afectan a la economía:
la región más rica de España
endeudada en demasía
que ha tirado por la borda
ser primera economía
exige con toda porfía
le condonen la deuda
y pague el resto de España
su insolidaria cuantía.
¡Menuda recompensa
para quien camina sola
disfrutando regalías
por vías de las rodalíes!
¿Quién va a pagar esta fiesta
de dispendio y alegrías?
No dude Señor lector: Tú y Yo
y el resto de autonomías
que han cumplido con las reglas
sin aceptar la anomia.
Antonio González Padilla
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