"Hombre soy, nada de lo que es humano me es ajeno"
Terencio
Cuando se va un amigo,
su recuerdo nos deja
vivencias de un ser querido
que nunca nos son ajenas
porque están en el lugar
donde el tiempo no las veja.
Amaste la filosofía...
quien hoy desconsolada
no responde a la pregunta
del sentido
que tanto te cuestionabas.
Amaste la filosofía...
porque tu modo de ser
era con tesón indagar
para dar lo que tenías.
Tu generosidad era tal
que al preparar oposiciones
aún recuerdo tu presteza
para compartir nociones
con brillantez y agudeza.
Amigo Juan, hoy te has ido
en la humildad del silencio
como la hoja que cae
agitada por el viento.
No quisiste abrumarnos
en este frío día de invierno
con ruido o aspavientos
ni cargar nuestras alforjas
con preocupaciones y miedos.
Sé que un día nos encontraremos
en ese Parnaso eterno
donde dialogaremos
para encontrar la respuesta
sin apelar a los mitos
la conjetura o al tiempo.
Encontraremos respuestas
sin falacias ni supuestos
sin recurrir a la dialéctica
que solo alimenta asertos
incertidumbre desconcierto.
Lejos de este mundo opaco
donde la verdad se oculta
bajo sofismas y argumentos,
que inquietan nuestras certezas
y agitan nuestros miedos.
¡Gracias por buscar aquello,
que nos mantiene despiertos!
Antonio González Padilla
N.B. A Juan Herrerías Fernández, amigo, profesor y filósofo, por haber dedicado su vida a la enseñanza de la filosofía como búsqueda de la verdad. ¡Descansa en paz, amigo!
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