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lunes, 14 de noviembre de 2016

Un GPS para buscar a Pedro Sánchez






Nunca fue la elegancia en las formas una de las virtudes de Pedro Sánchez. Más bien todo lo contrario. Este señor nunca aprendió a ganar  (su trayectoria desde que fue secretario general del PSOE ha sido una derrota tras otra, dejando el partido en mínimos históricos) y tampoco aprendió a perder. Por eso no es de extrañar el resentimiento contra todo lo que se mueve dentro de su propio partido, junto a la prepotencia y la crítica amarga contra aquellos que no han secundado sus disparatadas propuestas de gobierno. 
Eduardo Madina en una controvertida entrevista en El Diario le cantó las cuarenta criticando la postura de Sánchez y sus declaraciones en el programa de Jordi Évole en Salvados: "Uno elige cómo quiere irse. Yo siempre me he fijado más en quienes se han ido en silencio, respetando y ayudando al partido, que en quienes han elegido otros caminos". Duras palabras de uno de los socialistas que goza dentro del partido de ser uno de sus ideólogos de mayor prestigio, pese a haber perdido las elecciones a secretario general en el 2014 frente a Sánchez.  Y si las comparaciones son odiosas, prosigue Madina su crítica demoledora: "El mismo que he copiado de otros anteriores secretarios generales. De los cuatro que hemos tenido. Todos optaron, cuando llegó el momento, por irse en silencio ayudando al partido. Yo creo que esa es una buena pauta y tengo la sensación de que ese tipo de comportamiento está dentro de la cultura del partido". Se refiere, como es natural, a todos los líderes del PSOE desde la democracia, Felipe González, Joaquín Almunia,  José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba.; los cuales se marcharon a sus casas con elegancia y buen perder como corresponde a líderes -que una vez pasado su tiempo- facultan la posibilidad de un cambio de rumbo.  
Los trapos sucios de casa siempre hay que lavarlos dentro de ella y nunca airearlos -esto que es de sentido común, nunca lo ha entendido Sánchez-  una mala pesadilla para su propio partido (durante su mandato se han dado de baja unos 28.000  militantes) y para España; y un mal perdedor altanero y resentido. Los pactos con Podemos y los ocultos con los partidos separatistas le han pasado factura y serán su tumba. Hoy, políticamente está enterrado aunque no del todo muerto; en política  todo puede pasar. Su entrevista en Salvados fue un error de estrategia que le hundió para siempre  -él y su entorno lo saben-. Sus incondicionales Hernándo, Luena, Patxi López, lo han abandonado pensando más en su carrera política que en su lealtad a un proyecto quimérico; solo le queda Iceta (ese  bailarin que define a España como "nación de naciones")  y por poco tiempo, ya que que hoy lunes 14 de noviembre puede materializarse la ruptura entre el PSOE y el PSC.; y sus dos incondicionales elegidas a dedo Margarita Robles y Zaida Cantera (de bien nacidas es ser agradecidas). ¿Dónde está Pedro Sánchez? De su proyecto y nuevo trabajo no sabemos nada, haría falta un nuevo GPS para encontrarlo perdido en las carreteras españolas. Solo sabemos que ha pedido una indennización como exdiputado.  Algún día no muy lejano, la historia pondrá a este sujeto en el lugar que le corresponde. Si no, al tiempo.



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