"Miles de españoles viven al límite de sus posibilidades, millones de ellos no tienen empleo, todo el mundo se afana y esfuerza por sacar adelante a sus familias, pero en que todos compartimos un objetivo común, que es tener un futuro". Y ha añadadido "Es posible, España lo ha logrado en otros momentos históricos, los españoles somos los mismos y por este Gobierno no va a quedar en esfuerzo, rigor, determinación y trabajo".
Soraya de Santamaría, Vicepresidenta del gobierno.
Así hablaba ayer la Vicepresidenta de España a los medios de comunicación, explicando las medidas de su gobierno en el último Consejo de Ministros, flanqueada por los dos ministros económicos del gobierno, con rostro más bien de empleados de pompas fúnebres, asistiendo al entierro -no sabemos si de la prima de riesgo- aunque ésta seguía vivita y coleando. Prima de riesgo así llamada porque hay riesgo de no poder pagar. No bajará por muchos recortes o ajustes que haga el gobierno del PP. Los mercados "maléficos" lo saben y así continuará hasta no se sabe cuando. La prima de riesgo mide el precio al cual se le presta al estado y eso repercute sobre los bancos. Y el indicativo de la prima de riesgo no es ninguna conspiración. Sencillamente, los inversores creen que la situación del estado español es muy complicada.
Para analizar lo que está sucediendo hay que hacerlo desde que se inició la crisis en 2008 -aunque no ha sido únicamente en la época de Zapatero- viene de más atrás. Son muchas las causas que ha influido para estar estar en ésta situación. Una de ellas es la mala gestión que han hecho los políticos en las cajas de ahorro, buscando rentabilidad política y no económica; creando un agujero negro de miles de millones de euros en éstas entidades, invirtiendo en el ladrillo y financiando proyectos superfluos y poco rentables que ahora hay que pagar a los acreedores. La gente se pregunta por qué hay que socializar las pérdidas con el dinero de todos y no se dejan caer. La respuesta del gobierno -poco convincente- es que dejarlas caer es más costoso para el contribuyente que rescatarlas. Se nos ha dicho que teníamos los mejores bancos del mundo debido al Banco de España y al final ha sido desautorizado tajantemente, no se creen sus dictámenes y hay que contratar auditorías externas. Y los bancos, quitando los tres grandes, están en una situación que ni siquiera sabemos cuál es porque las cifras cambian todos los días. La economía real está cayendo a marchas forzadas porque el empresario tiene problemas de competitividad y carencia de crédito bancario absolutamente demoledora. Mientras tanto, el gobierno tal vez por tapar las innumerables vías de agua para que el barco no se hunda, cae en cotradicciones que afecta a su credibilidad. La impresión que dan es que están desbordados. Tampoco ayudan los sindicatos, que sin proponer alguna solución, lo único que se les ocurre es agitar la calle. Aún no sabemos qué recetas tienen para salir de la crisis.
El pueblo español es inteligente y preparado. Está dispuesto a hacer los sacrificios que sean necesarios, pero necesita que alguien le explique hacia dónde vamos. Pedagogía, pedagogía, pedagogía; necesita que le digan la verdad, que exista un plan creíble y que haya confianza en que la gente que dirige el país sepa lo que tiene entre las manos. Los sacrificios deben ser repartidos con la máxima justicia distributiva; los que más tienen deben aportar más y ser solidarios con los que menos tienen. No puede ser que sea el vecino quien se apriete el cinturón y yo no, o que no lo haga la administración. La sociedad se pregunta ¿Por qué me restringen a mí cuando hay 400.000 políticos en España? ¿Qué sentido tiene recortar a los funcionarios públicos cuando hay miles y miles de contratados que no son funcionarios y están prestando una serie de servicios? Lo que pasa es que a veces estas personas están contratadas por razones políticas. El gran eje de lo que está proponiendo aparentemente el señor Rajoy es recortar a la sociedad y a los políticos no. Y eso tiene muy mala lectura. Y si no es así, que lo explique. Que diga por qué a las comunidades ni se les toca. Por qué tenemos que soportar recortes en sanidad cuando hay todavía miles de coches oficiales de personas que trabajan en las comunidades y que no tienen ningún sentido. El gobierno está obligado a hacer una reforma en profundidad en la administración y en las CCAA, suprimiendo la reduplicación de funciones, eliminando embajadas, privatizando TV autonómicas y empresas públicas, racionalizando las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, etc, en definitiva predicando con el ejemplo.
El Gobierno aprobó ayer una importante batería de medidas para reducir el déficit. Supresión de una paga extra de los funcionarios, subida del IVA, recorte del subsidio de paro, etc, ¿era necesario ésta subida? El tiempo dará o quitará razones. Desde luego, hay una superestructura de gasto que tenemos que arreglar, no hay ninguna duda. Pero en la vida hay que saber medir dos cosas. El tiempo en el que estamos y el tiempo en el que pueden arreglar los destrozos causados por una política expansionista de hace muchos años. Pretender abordar en un año toda una situación demoledora es algo inconcebible. Estos recortes van a provocar, en primer lugar, irritación social inmediata porque a la gente no le gusta. Y luego reducción del consumo. Derivado de esto, va a haber un problema para las empresas porque si no hay consumo no venden y no pueden pagar sus nóminas.
Otro problema, son las responsabilidades políticas cuando no penales -habrá que ver-. ¿Quiénes son los que nos han metido en éste túnel sin salida? Sería muy fácil echar la culpa a la crisis o a los mercados. "Es propio de un ignorante echar la culpa a los otros de sus desgracias; en cambio acusarse sólo a sí mismo, es propio de un hombre que empieza a instruirse." (Epicteto). Culpables todos, cada uno según su responsabilidad, status y rol. Primeramente los políticos y gestores de Cajas y Bancos. Son los más responsables y deberán rendir cuentas políticas y penales. Deberán devolver el último céntimo de euro robado, si se prueba penalmente su culpabilidad. Después el gobierno Socialista -con su Presidente al frente- y las instituciones encargadas de velar por el control del sistema financiero, Banco de España, la CNMV, etc. Que bien por desidia o incapacidad, han mirado para otro lado, haciendo dejadez de sus funciones, ocultando la realidad de la crisis financiera. Se han cargado la credibilidad de éstas instituciones y ya nadie nos cree. ¿Pérdida de soberanía? Prefiero estar en manos de profesionales europeos, antes que creer a ésta banda de políticos mentirosos. También es culpable el gobierno actual del PP, por no gestionar bien la crisis y tomar las medidas tarde por exigencias de las elecciones Andaluzas, anteponiendo las necesidades del partido a las de España, ellos que van dando lecciones por doquier de patriotismo. Y finalmente Europa y sus estructura política. El problema es que la UE tiene una moneda común pero no una unión política que hable desde una sola voz, son muchas naciones viejas, cada uno con sus problemas económicos. Lo que es bueno para Alemania no es necesariamente bueno para España. Y Alemania se encuentra con un problema. Por un lado lo suyo, pero por otro su papel decisivo en la UE. Y con eso juega. En un momento cede un poquito a favor de los necesitados. Pero entonces viene la presión desde dentro de Alemania y también desde fuera. El gran problema es que la UE ni es una economía ni tiene una política única. España no puede pertenecer a un club donde todos los socios teóricamente tienen los mismos derechos pero práticamente no. No podemos financiarnos al 7% mientras Alemania le regalan el dinero; son éstas las contradicciones que la gente no entiende. ¿Merece la pena seguir en éste club insolidario? Sin automía monetaria, no podemos devaluar -como se hizo en crisis anteriores- y sin crecimiento superior al 3% no podemos crear puestos de trabajo ¿Cómo salir de este circulo infernal? Con todo eso, el arreglo es muy complicado. Pero aquí -en éste País- nadie asume su responsabilidad. El próximo paso será la intervención. Así nos va.
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