Cuando un pescador se aleja
del puerto por madrugá,
lleva en su pecho prendida
la medalla de una Virgen
a quien poderle rezar.
La mirada de esta Virgen
-Marinera de la mar-
será su faro y su guía
quién le proteja del viento,
de la escollera y la tempestad.
Es la Virgen marinera
-"La Garruchera"-
que ya no puede esperar
encerrada en su ermita,
por no salir a la mar.
Ayuda a sus marineros
que allá por la madrugá,
arrastran redes y aperos
para echarse a la mar,
y ganar así su pan.
Y navegando en su barco
allá por el ancho mar,
el pescador Garruchero
en medio la tempestad,
musita una breve oración
a su Virgen del Carmelo,
para que la tormenta amaine,
y las luces de un lucero
nunca dejen de brillar,
y en el amarre del puerto,
alguien le pueda abrazar.
Antonio González
NB Dedicado a La Hermandad de Pescadores de Garrucha con el mayor de los afectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario