Ámame
Ámame desde el fondo de tus ojos,
con lágrimas de alegría, sin sonrojo;
que aneguen mi corazón pedregoso,
y hagan crecer en él flores a manojos.
Ámame desde la serenidad de tu mirada,
esa que disipa confianza limpia y clara,
como fuente que da sin preguntar nada,
desde el silencio y la soledad callada.
Con tus labios...resecos de desierto,
como fruta madura que anhela,
el calor, la humedad y el aliento.
Y tus palabras... que se nutren del silencio,
y rompen las voces de quebrada pena,
de tu alma solitaria, en el viento...
antonio gonzález
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